Marte era el dios romano de la guerra, superado en relevancia solo por Júpiter en el panteón romano. Aunque la mayoría de los mitos concernientes al dios se adaptaron del dios griego de la guerra Ares, Marte tenía algunas características que eran exclusivamente romanas. Marte es considerado más sensato que el impulsivo y disruptivo Ares, además de que Marte se entendía como una figura más virtuosa por los romanos, de corte más marcial.
En su rol de protector de Roma y de la forma de vida romana, así como defensor de los límites y las fronteras de la ciudad, se celebraban en su honor importantes festivales relacionados con la guerra. Este dios también estaba estrechamente asociado con el lobo y el pájaro carpintero.
Rómulo y Remo
Marte estaba considerado como el padre de Rómulo y Remo, los míticos gemelos fundadores de Roma. Según la historia su madre, la virgen vestal Rhea Silvia, fue violada por Marte mientras dormía y en sueños tuvo una visión en la que dejó caer una horquilla al suelo y de la que brotaron dos árboles gemelos. Con el tiempo, uno de los árboles creció tanto que cubrió el mundo entero con su sombra; una referencia al éxito final de Rómulo y al crecimiento del enorme Imperio romano.
Otro mito sobre el dios de la guerra, propiamente romano, es el de su matrimonio con Anna Perenna. La historia se vuelve a contar en Los Fastos de Ovidio y comienza con Marte enamorado de nada menos que de Minerva, pero la diosa virgen de la sabiduría y la artesanía, totalmente indiferente al dios, rechazó sus avances amorosos. Preguntándose cómo podría impresionar a Minerva y ganarse su favor, Marte buscó la ayuda de Anna Perenna, la anciana diosa del Año Nuevo y el tiempo. Sin embargo, a Anna Perenna le gustaba bastante el guapo dios de la guerra y lo quería para sí misma, así que embaucó a Marte disfrazándose de Minerva, y usando un velo engañó al dios para que se casara con ella. Este famoso episodio de engaño femenino se celebraba en Roma en los idus de marzo (el 15) cuando las jóvenes cantaban canciones subidas de tono.
Martius y los festivales
El mes de Martius (marzo) lleva el nombre del dios. Aquellos festivales y ceremonias importantes, generalmente relacionados con la preparación y el cierre de campañas militares, se llevaban a cabo en honor del dios en marzo y octubre y eran realizados por sacerdotes dedicados especialmente a Marte, los flamen martialis. Puede que estos ritos también estuvieran relacionados con la agricultura, pero los especialistas no se ponen de acuerdo en la naturaleza del papel de Marte en esta área de la vida romana. El primer festival del año era realmente el 27 de febrero, la primera Equirria, seguido de un marzo ajetreado. Estaba la feriae marti, celebrada el 1 de marzo (el antiguo día de Año Nuevo), la segunda Equirria el 14, la Agonalia (agonium martiale) el 17, las Quincuatrías el 19 (en épocas posteriores Minerva asumiría el papel de Marte), y el Tubilustrium el 23 de marzo (y de nuevo el 23 de mayo). Los detalles de estos festivales a veces están incompletos, pero la mayoría estaban relacionados con la guerra y sus instrumentos. En el Tubilustrium había una serie de ritos para limpiar y cuidar las trompetas, mientras que la Equirria se celebraba para asegurarse de que todo estuviera bien con los caballos durante las campañas militares. Otro ritual importante era realizado por el comandante del ejército, quien a punto de partir agitaba las lanzas sagradas del dios que se guardaban en la Regia. El general gritaba "Marte vigilia", y sin duda, con esto buscaba una victoria rápida y factible.
Además de los festivales en los que Marte era la deidad central, también participaba en las ceremonias relacionadas con la antigua tríada de dioses que lo incluían a él mismo, a Júpiter y a Quirino. Los días 1, 9 y 23 de marzo, los sacerdotes de este trío sagrado, los salios (salii), cantaban himnos y se vestían con armaduras de la Edad del Bronce que incluían los antiguos escudos, llamados ancilia, que tenían forma de ocho. Marte volvía a tomar protagonismo durante el Equus de octubre (Equus October), celebrado el 15 de ese mes, que era cuando se celebraba una gran carrera de caballos en el Campo de Marte de Roma. Sin duda el ganador de la carrera ganaba grandes honores y favores entre el público, pero la suerte de uno de los caballos del equipo vencedor era menos afortunada, ya que el animal escogido se sacrificaba y la cabeza se convertía en un premio muy codiciado por la población local. Finalmente, estaba el festival conocido como el Armilustrio, el 19 de octubre, que se celebraba en el Aventino y se centraba en la purificación de las armas antes de almacenarlas en el invierno.