Guerra de Troya

Definición

Mark Cartwright
por , traducido por Antonio Elduque
Publicado el 22 marzo 2018
Disponible en otros idiomas: inglés, afrikáans, chino, francés, griego, italiano, portugués, turco
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Trojan Horse (by Mark Cartwright, CC BY-NC-SA)
Caballo de Troya
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

La Guerra de Troya se libró entre los griegos y los defensores de la ciudad de Troya, en Anatolia, en algún momento del final de la Edad del Bronce. La historia ha sido parte del imaginario durante milenios, pero puede muy bien haber ocurrido un conflicto entre micenios e hititas, aunque su representación en la literatura épica como la Ilíada de Homero es seguramente más mito que realidad.

La Guerra de Troya ha definido y dado forma a la manera en que la cultura de la antigua Grecia ha sido vista hasta el siglo XXI. La historia de dioses y guerreros heroicos es quizás una de las fuentes más ricas supervivientes desde la antigüedad y ofrece información sobre la guerra, la religión, las costumbres y las actitudes de los antiguos griegos.

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Paris y Helena

Nuestra principal fuente de información sobre la Guerra de Troya es la Ilíada de Homero (escrita en el siglo VIII a.C.) en la que narra 52 días del último año del conflicto, que duró 10 años. Los griegos supusieron que la guerra había tenido lugar durante el siglo XIII a.C.; sin embargo, la guerra fue también objeto de tradición oral antes de la obra de Homero lo cual, junto con otras fuentes como los poemas del fragmentario Ciclo Épico, nos da una imagen más completa de lo que consideraban exactamente los griegos como Guerra de Troya.

Según la tradición griega, la Guerra de Troya comenzó como una forma de que Zeus redujera la población humana, en continuo crecimiento y, de manera más concreta, como una expedición para rescatar a Helena, esposa de Menelao, rey de Esparta y hermano de Agamenón. Helena fue raptada por el príncipe troyano Paris (también conocido como Alejandro), tomada como premio por escoger a Afrodita como la diosa más bella en un concurso con Atenea y Hera, en la boda de Peleo y Tetis. Menelao y los griegos quisieron rescatarla y vengar la insolencia troyana.

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El ejército griego

La coalición griega (o aqueos, como a menudo los denomina Homero) estaba liderada por el rey de Micenas, Agamenón. Entre las ciudades o regiones representadas estaban Beocia, Fócida, Eubea, Atenas, Argos, Corinto, Arcadia, Esparta, Cefalonia, Creta, Rodas, Magnesia y las Cícladas. No está claro el número de hombres que la formaban: Homero habla de un ejército de ‘decenas de miles’ o, de manera más poética, de tantos como las hojas y las flores que brotan en primavera.

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Los dioses tenían sus favoritos entre los que luchaban en las llanuras de Troya y a menudo los protegían desviando las lanzas.

Entre los guerreros griegos había algunos héroes muy especiales, líderes que fueron los más grandes luchadores y los que mostraron el mayor coraje en el campo de batalla. También a menudo uno de sus dos progenitores era divino, mientras que el otro era mortal, creando de esa forma un vínculo genealógico entre los dioses y las personas normales. Entre los más importantes se encuentran Aquiles, Ulises, Áyax, Diomedes, Patroclo, Antíloco, Menesteo e Idomeneo.

Los griegos recibieron la ayuda de varios dioses del Olimpo. Atenea, Poseidón, Hera, Hefesto, Hermes y Tetis ayudaron directa o indirectamente a los griegos, según la versión de Homero de la guerra. Los dioses tenían sus favoritos entre los que luchaban en las llanuras de Troya y a menudo los protegían desviando las lanzas e incluso transportándolos desde el fragor de la batalla a un lugar seguro, fuera de peligro.

El ejército troyano

El ejército que defendía la gran ciudad de Troya, dirigido por su rey Príamo, también contaba con la ayuda de una larga lista de aliados. Entre ellos estaban los carios, halizones, caucones, cicones, licios, maionios, misios, paionios, paflagones, pelasgos, frigios y tracios.

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Achilles & Penthesileia
Aquiles y Pentesilea
Marie-Lan Nguyen (CC BY)

Los troyanos también tenían sus héroes semidivinos, incluyendo a Héctor (hijo de Príamo), Eneas, Sarpedón, Glauco, Forcis, Polidamante y Reso. También contaban con la ayuda de los dioses, recibiendo asistencia durante la batalla por parte de Apolo, Afrodita, Ares y Leto.

Batallas clave

La mayor parte de la Guerra de Troya fue de hecho un asedio prolongado, en el que la ciudad fue capaz de resistir a los asaltantes durante tanto tiempo sobre todo porque sus fortificaciones eran magníficas. De hecho, según la mitología griega, las murallas de Troya habían sido construidas por Poseidón y Apolo que, tras un acto de impiedad, fueron obligados por Zeus a servir durante un año al rey troyano Laomedonte. Sin embargo, se libraron batallas fuera de la ciudad, a veces con carros, pero en su mayoría por infantería con lanzas y espadas y protegidos por una coraza, un casco y defensas para el pecho y las piernas. La guerra discurrió durante años en las llanuras de Troya, aunque las batallas realmente apasionantes parecieron reservadas para el último año del asedio. Esta es una selección de las más destacadas.

Paris vs. Menelao

Cansado de batallas poco concluyentes, Menelao propuso luchar con Paris personalmente en un combate único que decidiera la guerra. Habiéndolo acordado así, los dos guerreros echaron a suertes quien sería el primero en arrojar su lanza. Paris ganó y lanzó primero, pero su lanza chocó contra el escudo de Menelao sin producir ningún daño. El rey griego lanzó entonces la suya con una fuerza tremenda, tanta que la lanza atravesó el escudo de Paris y perforó su armadura. Seguramente Paris hubiera muerto directamente si no se hubiera inclinado en el último momento. Sin embargo, Menelao no había terminado y con su espada dio un golpe terrible sobre el casco del príncipe troyano, pero la espada se hizo añicos y cayó a trozos sobre el polvo. Menelao agarró entonces con sus manos el casco de Paris y le arrastró por el suelo. Ahogándose con la tira del casco enrollada en su cuello, Paris se salvó gracias a la intervención de Afrodita, que la rompió y, cubriendo al príncipe con una espesa niebla, se lo llevó al refugio seguro de su dormitorio perfumado.

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Achilles and Ajax By Exekias
Aquiles y Áyax, por Exequias
Dan Diffendale (CC BY-NC-SA)

Héctor vs. Áyax

El encuentro de los dos grandes héroes es un reflejo del de Menelao y Paris. Ambos arrojaron sus lanzas sin ningún efecto. Héctor tiró una gran piedra contra el griego, sólo para que este la desviara con su escudo. Áyax le devolvió el favor con una roca aún más grande, golpeando el escudo de Héctor. Entonces desenvainaron sus espadas y se aproximaron para el combate mortal, pero siendo detenidos por sus camaradas, que les instaron a parar de pelear porque estaba anocheciendo. Siguiendo el código de honor que caracterizaba a los viejos tiempos, los dos guerreros incluso se despidieron amistosamente intercambiando regalos, Héctor dándole a Áyax una espada con empuñadura de plata y este a su rival un espléndido cinturón púrpura.

Con la ayuda de Apolo, un inspirador Héctor, en su mejor momento, hizo retirarse nuevamente a los griegos hasta sus barcos.

Ataque a los barcos griegos

Tras un día tremendo de luchas, Héctor condujo a los troyanos en un ataque hasta las murallas del campamento griego. Atravesando sus puertas, los troyanos hicieron huir a los griegos, presas del pánico, hasta sus barcos. Sin embargo, mientras Zeus estaba momentáneamente distraído por los encantos de Hera, Poseidón intervino para animar a los griegos, quienes forzaron la retirada de los troyanos. Entonces, el signo de la batalla volvió a cambiar y, con la ayuda de Apolo, un inspirador Héctor, en su mejor momento, hizo retirarse nuevamente a los griegos hasta sus barcos.

Patroclo cae

El invencible Aquiles era sin duda el guerrero más grande de Grecia. Sin embargo, para frustración de los griegos, permaneció, de muy mal humor, al margen de la mayor parte del acto final de la guerra. Agamenón le había robado a Briseida, una mujer considerada por Aquiles como su botín de guerra y, por dicho motivo, se negó a luchar. Al principio Agamenón no pareció demasiado preocupado con la pérdida de su temperamental guerrero talismán, pero cuando los troyanos empezaron a ganar terreno en la guerra, empezó a ser evidente que Aquiles iba a ser necesario para que los aqueos pudieran vencer en el prolongado conflicto. Un Agamenón cada vez más desesperado pidió ayuda a Aquiles, prometiéndole un gran tesoro sólo por volver a participar en el conflicto, lo que fue rechazado por este. Con el campamento griego asediado, Patroclo pidió a su mentor y gran amigo Aquiles que se reincorporara y, cuando volvió a negarse, Patroclo pidió permiso para vestir su armadura y liderar él mismo a los asustados mirmidones. Aquiles, viendo que uno de los barcos griegos ya estaba en llamas, dio su consentimiento a regañadientes, pero advirtiendo a Patroclo de que se limitara a rechazar a los troyanos y no les persiguiera hasta las murallas de Troya.

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Ambrosian Iliad
Ilíada ambrosiana
Unknown (Public Domain)

Patroclo dirigió entonces el contraataque de los griegos, obligando a los troyanos a retirarse e incluso dando muerte al gran héroe troyano Sarpedón. Inflamado por su éxito, el joven héroe no tuvo en cuenta el consejo de Aquiles y precipitadamente continuó la lucha hacia Troya. Sin embargo, en ese momento, Apolo intervino de parte de los troyanos golpeando el casco y la armadura de Patroclo, rompió su lanza y golpeó la protección de su brazo. Indefenso, Patroclo fue apuñalado por Euforbo, tras lo cual Héctor intervino para dar el golpe mortal clavándole su lanza sin piedad.

La nueva armadura de Aquiles

Cuando Aquiles se enteró de la muerte de su gran amigo Patroclo, quedó abrumado de dolor y rabia, jurando venganza contra los troyanos y en particular contra Héctor. Después de mostrar su dolor, Aquiles decidió finalmente entrar de nuevo en la batalla. Fue una decisión que sellaría el destino de Troya.

Resplandeciente en su brillante armadura, Aquiles, todavía ciego de rabia, derrotó a los troyanos, como era de esperar.

Pero antes de entrar en combate, Aquiles necesitaba una armadura nueva, que le fue proporcionada por su madre divina Tetis, que hizo que Hefesto, el maestro artesano del Olimpo, le hiciera la más magnífica nunca vista. Utilizando bronce, estaño, plata y oro, el dios produjo para el héroe una enorme coraza, que mostraba una miríada de escenas terrestres y todas las constelaciones, y también un casco resplandeciente, con una cresta de oro. Resplandeciente en su brillante armadura, Aquiles, todavía ciego de rabia, derrotó, como era de esperar, a los troyanos, que huyeron presas del pánico tras la seguridad de las murallas de su ciudad.

Héctor vs. Aquiles

Sólo Héctor permaneció fuera de las murallas, pero a la vista de la embestida del terrible Aquiles también perdió los nervios y corrió a lugar seguro. Sin embargo, Aquiles persiguió al príncipe troyano por tres veces alrededor de las murallas de la ciudad. Alcanzándole finalmente, Aquiles mató a su presa clavando su lanza en la garganta de Héctor. A continuación le despojó de su armadura y, atándole por los tobillos a su carro, Aquiles lo arrastró hasta el campamento griego, a la vista de Príamo, que lo observaba desde lo alto de las fortificaciones de la ciudad. Fue una acción sorprendentemente deshonrosa y contra las antiguas reglas de la lucha.

Achilles Fighting Hektor
Aquiles luchando contra Héctor
Trustees of the British Museum (Copyright)

Una vez vengada la muerte de Patroclo, Aquiles organizó las ceremonias fúnebres en honor de su amigo caído. Mientras tanto, Príamo entró disfrazado en el campamento griego y pidió a Aquiles que le devolviera el cuerpo de su hijo, para darle la sepultura adecuada. Reticente al principio, Aquiles hizo caso finalmente de la emotiva súplica del anciano y aceptó devolverle el cuerpo. Aquí finaliza la Ilíada, pero a la guerra aún le quedaban varios giros del destino.

El caballo de Troya y la victoria

La guerra tuvo aún varios episodios emocionantes, incluyendo las luchas de Aquiles contra el rey etíope Memnón y la amazona Pentesilea, a quienes dio muerte, y que habían acudido en ayuda de los troyanos. Se dice incluso que Aquiles se enamoró de la bella amazona justo en el momento de matarla con su lanza. El propio Aquiles se encontró con su destino y fue muerto por una flecha disparada por Paris y guiada por Apolo, que se clavó en su único punto débil, el talón. Ulises y Áyax se disputaron la magnífica armadura del héroe y Áyax se volvió loco al perder su premio. Masacrando un rebaño de ovejas que tomó por griegos, cayó sobre su espada en un confuso e inútil suicidio. Filoctetes vengó la muerte de Aquiles hiriendo fatalmente a Paris con el legendario arco de Hércules. Finalmente, Ulises logró incluso entrar disfrazado en la ciudad y robar la sagrada estatua del Paladio de Atenea.

Troya fue saqueada y su población masacrada o esclavizada

La acción final y decisiva fue, sin embargo, la idea del caballo de madera. Ulises, inspirado por Atenea, ideó la estratagema para introducir un grupo de hombres al interior de las murallas. En primer lugar, los griegos zarparon al atardecer dejando a los troyanos una misteriosa ofrenda, consistente en un caballo de madera gigantesco, que en realidad escondía un grupo de guerreros en su interior. Para asegurarse de que los troyanos introducían el caballo en la ciudad, se eligió a Sinón para que se quedara atrás y explicara a los troyanos un cuento chino sobre que los griegos habían abandonado la lucha dejando un bonito regalo. Los troyanos llevaron al caballo al interior de las murallas pero, mientras celebraban su victoria emborrachándose, los griegos saltaron fuera del caballo, abrieron las puertas de la ciudad al ejército griego, que estaba de regreso, y la ciudad fue saqueada y su población masacrada o esclavizada. Helena fue llevada de vuelta a Argos y, de entre los héroes troyanos, solamente Eneas escapó, para establecer finalmente un nuevo hogar en Italia.

Sin embargo, la victoria tuvo su precio. Debido a la devastación sin piedad de la ciudad y su gente y, aún peor, los inaceptables actos sacrílegos, como la violación de Casandra, los dioses castigaron a los griegos enviándoles tormentas para hacer naufragar sus naves, y aquellos que finalmente pudieron regresar tuvieron que sufrir un viaje de vuelta largo y penoso. Incluso algunos de los griegos que lograron llegar a su tierra, lo hicieron solamente para sufrir ulteriores desastres e infortunios.

The Trojan Horse
El caballo de Troya
Tetraktyas (CC BY-SA)

Guerra de Troya: arte y literatura

Troya y la Guerra de Troya se convirtieron en un mito esencial de la literatura griega y romana, revisitado en numerosas ocasiones por escritores en obras como el Agamenón de Esquilo, Las troyanas de Eurípides y la Eneida de Virgilio. También en la decoración de cerámica y escultura, los artistas fueron cautivados por la Guerra de Troya. Escenas como el Juicio de Paris, Aquiles luchando contra Héctor, Aquiles jugando a los dados con Áyax, y Áyax cayendo sobre su espada, fueron solamente algunas de la miríada de escenas de esta historia que aparecerían una y otra vez en el arte a lo largo de los siglos. Quizás aún más importante, la Guerra de Troya vino a representar la lucha de los griegos contra las potencias extranjeras, explicando historias de un tiempo en que los hombres eran mejores, más capaces y más honorables.

Troya en la arqueología

Ha habido mucho debate académico acerca de si la Troya mítica existió en realidad y, en tal caso, si el sitio arqueológico descubierto en Anatolia, que reveló la existencia de una ciudad que había prosperado a lo largo de milenios de ocupación, se refería a la misma ciudad; sin embargo, en la actualidad es aceptado casi universalmente que la ciudad que las excavaciones han revelado es la ciudad de la Ilíada de Homero.

De las diversas ciudades construidas una sobre otra, Troya VI (ca. 1750-1300 a.C.) es la candidata más probable para ser la ciudad asediada de la Guerra de Troya de Homero. Las imponentes murallas con varias torres concuerdan con la descripción de Homero de la ‘Troya fortificada’. La ciudad inferior cubre unos impresionantes 270.000 m², protegidos por una zanja tallada en la roca, y sugiere una gran ciudad como la Troya de la tradición.

Troya VI fue parcialmente destruida, aunque el motivo exacto es desconocido, salvo algunas evidencias de incendio. Resulta enigmático que se hayan encontrado en el sitio puntas de flecha de bronce, puntas de lanza y hondas, incluso algunas incrustadas en las murallas, lo que sugiere algún tipo de conflicto. Las fechas de estas (ca. 1250 a.C.) y de la destrucción del sitio se corresponden con las fechas de Heródoto para la Guerra de Troya. Los conflictos a lo largo de los siglos entre las civilizaciones micénica e hitita son muy probables, siendo la expansión colonial y el control de las lucrativas rutas comerciales los principales motivos. Sin embargo, no parece probable que dichos conflictos hayan alcanzado la escala de la guerra de Homero, aunque en su conjunto pudieran muy bien haber sido el origen de la historia épica de la Guerra de Troya que ha mantenido su fascinación durante siglos.

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Preguntas y respuestas

¿La Guerra de Troya fue una guerra real?

La historia de la Guerra de Troya procede de la mitología y la literatura griegas, pero puede estar basada en conflictos reales entre micénicos e hititas durante la Edad de Bronce.

¿Cómo empezó la guerra de Troya?

La guerra de Troya comenzó porque el príncipe troyano Paris secuestró a Helena, esposa de Menelao, el rey de Esparta. Menelao convenció a su hermano Agamenón para que formara una alianza de ciudades griegas para navegar hacia Troya y recuperar a Helena.

¿Quiénes lucharon en la Guerra de Troya?

Muchos héroes lucharon en la Guerra de Troya. En el bando griego estaban Agamenón, Aquiles, Odiseo y Áyax. Los troyanos tenían a Paris y a Héctor. Los dioses del Olimpo también participaron, algunos en cada bando.

¿Quién ganó la Guerra de Troya?

La alianza de ciudades griegas ganó la Guerra de Troya al entrar en la ciudad de Troya y saquear sus tesoros.

¿Cómo ganaron los griegos la Guerra de Troya?

Los griegos ganaron la Guerra de Troya fingiendo que abandonaban Troya, pero dejando atrás un gigantesco caballo de madera. Los troyanos pensaron que se trataba de un regalo para los dioses, por lo que introdujeron el caballo en la ciudad. El caballo contenía muchos héroes griegos que se bajaron y abrieron las puertas de la ciudad para dejar entrar al ejército griego y destruir la ciudad.

Sobre el traductor

Antonio Elduque
Soy doctor en Química y trabajo en el sector biomédico. También licenciado en Humanidades, especialmente aficionado a la Historia. Me gusta traducir porque obliga a una lectura lenta y cuidadosa, buscando el sentido del texto más que el significado de las palabras.

Sobre el autor

Mark Cartwright
Mark es un autor, investigador, historiador y editor de tiempo completo. Se interesa, en especial, por el arte y la arquitectura, así como por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones de World History Encyclopedia.

Cita este trabajo

Estilo APA

Cartwright, M. (2018, marzo 22). Guerra de Troya [Trojan War]. (A. Elduque, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-10357/guerra-de-troya/

Estilo Chicago

Cartwright, Mark. "Guerra de Troya." Traducido por Antonio Elduque. World History Encyclopedia. Última modificación marzo 22, 2018. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-10357/guerra-de-troya/.

Estilo MLA

Cartwright, Mark. "Guerra de Troya." Traducido por Antonio Elduque. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 22 mar 2018. Web. 20 nov 2024.

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