Batalla de Accio

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Joshua J. Mark
por , traducido por Diego Villa Caballero
Publicado el 18 noviembre 2019
Disponible en otros idiomas: inglés, francés, portugués
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Ancient Naval Battle (by The Creative Assembly, Copyright)
Batalla naval antigua
The Creative Assembly (Copyright)

La batalla de Accio (2 de septiembre del 31 a.C., librada en el mar Jónico frente a Accio, Grecia) fue el enfrentamiento decisivo en la guerra civil librada entre Octaviano (63 a.C. -14 d.C., más tarde conocido como Augusto, que reinó de 27 a.C. - 14 d.C.) y las fuerzas de Marco Antonio (83-30 a.C.) y Cleopatra VII de Egipto (en torno a 69 - 30 a.C.). La batalla fue la culminación de más de diez años de rivalidad entre Octaviano y Marco Antonio tras el asesinato de Julio César en el 44 a.C. y la posterior alianza que resultó entre Octaviano, Marco Antonio y Marco Emilio Lépido (89-12 a.C.) conocida como el Segundo Triunvirato (43-36 a.C.), formado para perseguir y derrotar a los asesinos de César, lo cual hicieron en la batalla de Filipos (42 a.C.).

Después de Filipos, el Segundo Triunvirato gobernó diferentes regiones de la República romana, pero la sospecha mutua y el resentimiento entre los tres hombres dieron como resultado su fractura en el 36 a.C. cuando Octaviano exilió a Lépido y la alianza llegó a su fin en el 33 a.C. cuando Marco Antonio se negó a participar. La batalla de Accio fue la conclusión de una enemistad entre Octaviano y Marco Antonio que comenzó poco después de la formación del Segundo Triunvirato. Tras perder la batalla, Marco Antonio y Cleopatra se suicidaron al año siguiente y Octaviano se convirtió en el primer emperador romano en el año 27 a.C.

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Por tanto, Accio se cita tradicionalmente como la batalla crucial que dio origen al Imperio romano. Los historiadores del último siglo se han inclinado cada vez más hacia la opinión de que el uso efectivo de la propaganda por parte de Octaviano hizo que la batalla fuera inevitable, cuyo resultado favorable lo impulsó al poder. Sin embargo, las fuerzas ocultas que impulsaron a los distintos actores del conflicto a reunirse en Accio se habían puesto en marcha mucho antes.

César, Cleopatra y el Segundo Triunvirato

Julio César, Marco Licinio Craso (en torno a 115-53 a.C.) y Pompeyo el Grande (en torno a 106-48 a.C.) formaron el Primer Triunvirato (60-53 a.C.) que esencialmente dividía los territorios de Roma entre ellos. Roma se había convertido en una superpotencia mediterránea después de la primera guerra púnica (264-241 a.C.) y desde entonces había ido expandiendo constantemente su alcance. César y Pompeyo eran los dos principales generales de la época y Craso era el hombre más rico de Roma. Craso, queriendo ser igual a estos dos en asuntos militares, dirigió un ejército contra los partos en el 53 a.C., pero fue asesinado y sus fuerzas se dispersaron en la batalla de Carras.

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Sin Craso para mediar entre ellos, la rivalidad de César y Pompeyo estalló en una guerra civil (49-45 a.C.). César persiguió a Pompeyo hasta Egipto, donde Pompeyo pensó que encontraría aliados, pero fue asesinado por orden de Ptolomeo XIII (en torno a 62/61-47 a.C., hermano menor de Cleopatra VII que en ese momento estaba en el exilio), quien pensó que César estaría agradecido por sus esfuerzos.

OCTAVIANO CONCLUYÓ QUE UN HIJO REAL DE CÉSAR PODRÍA, MÁS ADELANTE, EJERCER EL DERECHO A GOBERNAR.

César restableció a Cleopatra VII como reina después de que ella le pidiera ayuda en persona y Ptolomeo XIII fuera asesinado en el 47 a.C. César y Cleopatra se convirtieron en amantes (a pesar de que él estaba casado con Calpurnia) y ella dio a luz a su hijo Cesarión en el 47 a.C. César llevó a Cleopatra y a Cesarión a Roma en el 46 a.C., declarándola abiertamente como su consorte y a Cesarión como su hijo, lo que molestó a muchos miembros del Senado romano que acusaron a Cleopatra de hechizar a César.

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Entre los que tenían más motivos para despreciar y desconfiar de Cleopatra estaba el sobrino nieto de César, Octaviano, a quien César había elegido como su heredero en el 44 a.C. Octaviano concluyó que un hijo real de César podría, más adelante, ejercer el derecho a gobernar. Cuando César fue asesinado en el 44 a.C., Cleopatra y su hijo huyeron a Egipto. Octaviano se unió a Marco Antonio y a Lépido en el Segundo Triunvirato en su persecución de Casio (en torno a 85-42 a.C.) y a Bruto (en torno a 85-42 a.C.) hasta la muerte en Filipos.

Posteriormente, Octaviano regresó a Roma mientras Marco Antonio fue a Tarso en Cilicia, donde le ordenó a Cleopatra que compareciera para responder por los cargos de haber ayudado a Bruto y Casio. El célebre encuentro entre Cleopatra y Marco Antonio ocurrió en 41 a.C., a las puertas de Tarso, adonde Cleopatra llegó lujosamente a bordo de su barcaza en el río Cydnus. Los dos se convirtieron rápidamente en amantes y Antonio permaneció en el este.

La discordia del Segundo Triunvirato

También en el 41 a.C., el hermano menor de Marco Antonio, Lucio Antonio, se rebeló contra Octaviano y fue neutralizado. En respuesta, Marco Antonio se puso del lado de Sexto Pompeyo (67-35 a.C.), quien era hijo de Pompeyo el Grande y que había continuado la guerra con César después de la muerte de su padre en el 48 a.C. Desde el asesinato de César, Sexto Pompeyo había estado dirigiendo una flota de barcos piratas fuera de Sicilia que interfería con el suministro de alimentos de Roma. El apoyo de Marco Antonio a Sexto llevó al bloqueo de la ciudad de Brundisium (actual Bríndisi) y Octaviano marchó para liberarla pero, en lugar de luchar contra Marco Antonio, hizo las paces con él ofreciéndole en matrimonio a su hermana Octavia.

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Marco Antonio rompió su acuerdo con Sexto, y este fue derrotado y asesinado en el 35 a.C. en un esfuerzo conjunto entre Octaviano, su brillante general Marco Vipsanio Agripa (64-12 a.C.) y Lépido; fue una victoria debida casi en su totalidad a las habilidades de Agripa. Lépido eligió reclamar la victoria para sí mismo y se apresuró a agregar Sicilia a sus posesiones. Octaviano se opuso firmemente a este movimiento, quien luego exilió a Lépido del Segundo Triunvirato y lo envió de regreso a África, donde había estado gobernando.

Division of the Second Triumvirate
División del Segundo Triunvirato
ColdEl (CC BY-SA)

Octaviano y Marco Antonio eran ahora los dos poderes en Roma con facciones que los respaldaban. Antonio decidió ampliar el territorio y el prestigio de Roma en el oriente sometiendo a Partia, región que eligió debido a la derrota anterior de Craso. Sin embargo, su campaña estuvo mal gestionada y fue derrotado en el 36 a.C. con una pérdida de 30.000 hombres. La campaña fallida de Marco Antonio dañó su reputación mientras elevaba la de Octaviano, quien, en el 34 a.C., dirigió una serie de campañas brillantemente exitosas para asegurar las fronteras del noreste de Italia.

Marco Antonio nuevamente fracasó en un intento de conquistar Armenia y en Roma perdió más apoyo, al repudiar a su esposa Octavia, para casarse con Cleopatra y declarar a Cesarión "Rey de Reyes". También nombró a sus hijos con Cleopatra gobernantes de Siria, Asia Menor, Cirenaica, Armenia y Partia, ejerciendo un poder que ni siquiera tenía sobre la mayoría de esas regiones. Octaviano rompió el contacto con Antonio, quien escribió al Senado diciendo que no aceptaría la reelección como triunviro y el Segundo Triunvirato terminó en el 33 a.C.

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La guerra de propaganda de Octaviano

Octaviano no podía declararla la guerra a Marco Antonio directamente porque este todavía contaba con un apoyo significativo en Roma. Se enteró de que Marco Antonio había puesto su testamento al cuidado de las vírgenes vestales y se presentó en el templo de Vesta exigiéndolo. Las vírgenes vestales se negaron a entregárselo, pero admitieron que si él quería tomarlo, poco podían hacer para detenerlo. Octaviano tomó el testamento y se lo leyó al Senado y luego a la asamblea del pueblo.

Augustus, Bronze Head from Euboea
Augusto, cabeza de bronce de Eubea
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

El testamento (del cual muchos historiadores han argumentado que realmente era una falsificación) dejaba claras las intenciones de Marco Antonio de dejar sus vastas propiedades, reales o imaginarias, a los hijos de Cleopatra y también elevaba la posición de Cesarión al enfatizar que era el hijo del gran Julio César. Octaviano manipuló la situación para centrar la imaginación de la gente en Cleopatra, quien fue retratada como la malvada seductora de dos de los más grandes generales de Roma. Se le dio a entender a la gente que, si a Marco Antonio se le permitía ganar poder, entregaría Roma a Cleopatra y trasladaría la sede del poder romano a Alejandría. El académico J.F.C. Fuller, en una cita del historiador M.P. Charlesworth, describe los efectos de la guerra de propaganda de Octaviano:

Por lo tanto, se desató contra Cleopatra uno de los estallidos de odio más terribles de la historia. Ninguna acusación era demasiado vil para ser lanzada contra ella y los cargos que se le imputaron han resonado en todo el mundo desde entonces y, a veces, se han tomado ingenuamente como hechos. Esa maldita egipcia era una hechicera que había embrujado a Antonio con drogas, una libertina que se había vendido a los placeres del poder; que este y aquel habían sido sus amantes; que el presunto hijo de César era bastardo de padre desconocido. También que era adoradora de dioses-bestias, reina de eunucos tan repugnantes como lo era ella, una borracha y una ramera; más adelante sería tildada de envenenadora, traidora y cobarde. Esta propaganda fue extremadamente efectiva. (219)

Octaviano cambió el rumbo de la opinión pública contra Marco Antonio a través de Cleopatra sin acusar directamente a Antonio de ningún crimen o fechoría. El Senado privó a Antonio de sus poderes como triunviro y cónsul, invocando la seguridad nacional ya que claramente estaba bajo el hechizo de Cleopatra, y para evitar ofender a cualquiera de sus partidarios declaró la guerra a Cleopatra mientras elevaba a Octaviano como el posible salvador del reino. El plan de Octaviano funcionó mejor de lo que podría haber imaginado, ya que todos los planes de guerra estaban dirigidos a Cleopatra e indirectamente se sugirió que esto se hacía para salvar a Marco Antonio de sus garras. Octaviano sabía que Marco Antonio no dejaría a Cleopatra y ciertamente sabía que nunca aceptaría una posición subordinada en la Roma de Octaviano; por lo tanto se condenaría a sí mismo al defender a Cleopatra y se convertiría así en enemigo del estado.

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Preludio de la batalla

Marco Antonio y Cleopatra movilizaron su ejército y prepararon su flota en Éfeso (en la actual Turquía), y pasaron allí el invierno entre el 33 y el 32 a.C. Cleopatra acordó mantener al ejército alimentado con suministros de Egipto y contribuyó sustancialmente al tesoro de guerra con 20.000 talentos. Los oficiales de Marco Antonio entendieron la estrategia de Octaviano y le instaron a distanciarse de Cleopatra enviándola de regreso a Egipto para poder entablar negociaciones con Octaviano, pero él se negó.

Cleopatra VII
Cleopatra VII
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

Hizo trasladar su puesto de mando a Samos en Grecia e hizo que su ejército y su flota fueran transportados a Atenas, donde él y Cleopatra se unieron a ellos en la primavera del 32 a.C. Se le instó nuevamente a separarse de Cleopatra, pero se negó. Como señala Fuller, "a estas alturas [distanciarse de Cleopatra] era claramente imposible, ya que sin su apoyo moral y financiero no podía librar la guerra” (220). Desde Atenas, las fuerzas de Marco Antonio y Cleopatra se dirigieron al norte y acamparon en Accio en el Mar Jónico en agosto del 32 a.C. Fuller describe cómo se constituyeron los contingentes de Marco Antonio:

El ejército constaba de diecinueve legiones, en total de 60.000 a 63.000 hombres, excluyendo la armada ligera, que probablemente contaba con 10.000 hombres, así como quizás 12.000 a caballo, y la flota sumaba ocho escuadrones, cada uno de sesenta barcos, incluido un escuadrón de Cleopatra, dirigido por su buque insignia el Antonia. (220)

El ejército pasó el invierno en Accio entre el 32-31 a.C. con suministros traídos desde Egipto a través de una ruta de transporte fuertemente vigilada que recorría la costa del Peloponeso a través de Modona y Léucade. Mientras tanto, Octaviano había movilizado sus fuerzas compuestas por 80.000 infantes, 12.000 de unidades de caballería, 3000 arqueros y más de 400 barcos. Su flota estaba conformada por liburnas ligeras y maniobrables, generalmente utilizadas para patrullaje o comercio, estaban equipadas con arietes en la proa y catapultas para desplegar un dispositivo conocido como harpax, un arpón de madera revestido de hierro con un gancho en un extremo y una cuerda en el otro unido a un molinete el cual se disparaba a un barco enemigo y luego la cuerda se giraba con fuerza, acercando el barco del oponente para ser abordado. Agripa comandaba la flota mientras que Octaviano supervisaba el ejército.

ANTONIO Y CLEOPATRA ESTABAN AHORA ENTRE Octaviano EN TIERRA Y AGRIPA EN EL MAR Y TENÍAN QUE ACTUAR O morir de HAMBRE.

Agripa sorprendió a Marco Antonio y Cleopatra apareciendo a principios del 31 a.C., mientras sus ejércitos aún estaban en los cuarteles de invierno; se apoderó de Modona, cortó los suministros y se apoderó de los barcos y los hombres. Mientras tanto, Octaviano colocó sus fuerzas terrestres cinco millas al norte de Accio y fortificó su campamento. Agripa avanzó a lo largo de la costa y tomó Léucade, cortando todos los suministros que venían de Egipto y que estaban destinados a las fuerzas de Marco Antonio, y nuevamente se apoderó de barcos y tripulaciones. Antonio y Cleopatra se encontraban ahora entre Octaviano en tierra y Agripa en el mar y tenían que actuar o morir de hambre. Su plan parece que consistía en desplegar la flota para luchar y ganar pero, en caso de no lograrlo, romperían la línea de barcos de Agripa y huirían hacia Egipto; con este fin ordenaron que las velas se mantuvieran listas en los barcos y también colocaron los cofres de guerra en el más rápido de los transportes de Cleopatra.

La batalla de Accio

El 2 de septiembre del 31 a.C., Marco Antonio y Cleopatra trasladaron su flota al mar Jónico con la estrategia de que el viento, que cruzaba el mar hacia los barcos de Agripa, los desviaría hacia el sur lejos de su campamento fortificado el cual podrían atacar las fuerzas terrestres de Marco Antonio, ya que se quedarían sin el apoyo de la flota. Sin embargo, Octaviano había escuchado informes de desertores del ejército de Marco Antonio que decían que Antonio y Cleopatra no tenían intención de luchar y esperaban romper la línea para escapar a Egipto. Por lo tanto, Agripa desplegó la flota en caso de cualquier eventualidad, aunque sabía que una persecución de barcos a toda vela sería inútil, y su posición en tres formaciones anuló la esperanza de Marco Antonio de que el viento ayudara significativamente a su causa.

Battle of Actium 31 BCE
Batalla de Accio en 31 a.C.
Future Perfect at Sunrise (CC BY-SA)

Alrededor del mediodía, con ambas flotas enfrentadas en el mar, el viento cruzó con fuerza y Antonio lanzó sus barcos hacia los de Agripa, con la esperanza de girar por el flanco izquierdo y romper la línea. Las liburnas pertenecientes a Agripa, más pequeñas y rápidas, superaron en maniobra a los grandes y lentos quinqueremes de Marco Antonio, siendo estos buques de guerra romanos más pesados, además el uso del harpax por parte de Agripa hundió rápidamente 15 de los barcos de Antonio. El buque insignia de Marco Antonio fue alcanzado y apresado por un harpax, lo que provocó una lucha cuerpo a cuerpo. Los barcos de Agripa embistieron repetidamente a los quinqueremes más grandes, hundiéndolos o al menos neutralizándolos, mientras que los barcos de Marco Antonio básicamente se convirtieron en fortalezas flotantes estáticas que arrojaban piedras y disparaban flechas pero eran incapaces de detener los ataques de los barcos más pequeños cuyos arietes desgarraron sus remos y perforaron sus cascos.

En algún momento, tres de los escuadrones de Marco Antonio abandonaron la lucha y regresaron a Accio y otros dos se rindieron poco después. Antonio le indicó a Cleopatra que huyera con el Antonia y los cofres de guerra, pero Cleopatra le dio la espalda al enfrentamiento, izó velas y se dirigió a mar abierto con su flota. El historiador Dión Casio describe la batalla después de la partida de Cleopatra:

Los hombres [de Octaviano] dañaron las secciones inferiores de los barcos en todas partes, aplastaron los remos, rompieron los timones y subieron a las cubiertas, agarraron a algunos de los enemigos y los derribaron, empujaron a otros, incluso lucharon contra varios de ellos... y los hombres de Marco Antonio hicieron retroceder a sus asaltantes con ganchos, los derribaron con hachas, les arrojaron piedras y pesados proyectiles preparados precisamente para este propósito, hicieron retroceder a los que intentaban trepar y lucharon con los que se pusieron a su alcance. Un testigo ocular de lo ocurrido podría haber comparado esto con ciudades amuralladas o islas, muchas en número y muy juntas, asediadas por el mar. (L.33)

El buque insignia de Marco Antonio estaba totalmente enredado en una maraña de otras embarcaciones, además se encontraba retenido por el harpax, así que escapó hacia otro barco y junto a 40 barcos más, navegó detrás de Cleopatra, abordando el Antonia cuando le fue posible. Se dice que quedó tan destrozado por la derrota que no pudo encarar a Cleopatra. Envió un mensaje a Canidio Craso para que retirara las fuerzas terrestres, retrocediera hacia Asia y esperara nuevas órdenes allí. La flota de Agripa mantuvo sus posiciones en el mar durante la noche del 2 de septiembre y aceptó la rendición de los barcos restantes de Marco Antonio a la mañana siguiente, la mayoría de los cuales estaban tan dañados que fueron incendiados y las tripulaciones fueron absorbidas por las fuerzas de Agripa.

Conclusión

De regreso en Alejandría, Cleopatra planeó su próxima jugada. Al darse cuenta de que no podría conservar Alejandría frente a Octaviano, sugirió que partieran hacia España, donde podrían apoderarse de las minas de plata y formar un nuevo ejército. Sin embargo, Antonio estaba completamente desmoralizado por su derrota, a tal punto que ni siquiera respondió a la pregunta de Canidio Craso sobre qué se debía hacer con las legiones en Asia y parece que lo único que hizo fue beber.

Octaviano llegó a las afueras de Alejandría en julio del 30 a.C., y esta amenaza inmediata sacó a Marco Antonio de su depresión. Movilizó sus fuerzas y atacó las fuerzas de avanzada de Octaviano, ganando la batalla. Sin embargo, en la mañana del 1 de agosto del 30 a.C., la mayoría de sus tropas habían desertado, reconociendo que estaban luchando en el bando perdedor. Más tarde ese mismo día, al enterarse de que Cleopatra estaba muerta, Antonio se apuñaló y pidió que lo llevaran al lugar donde estaba su cuerpo. Sin embargo, el rumor era falso y Marco Antonio vivió sólo lo suficiente para morir en los brazos de Cleopatra en la ciudadela donde ella se había refugiado. Luego, Octaviano entró en aquella ciudad donde le presentó a Cleopatra sus términos, los cuales no tuvo más remedio que aceptar. Pidió y se le concedió tiempo para poner sus asuntos en orden, pero antes que ser llevada por Octaviano a Roma como premio del triunfo romano, Cleopatra prefirió suicidarse el 30 de agosto del 30 a.C.

Cleopatra's Death
Muerte de Cleopatra
Reginald Arthur (Public Domain)

Octaviano concedió el deseo de Marco Antonio y Cleopatra de que fueran enterrados juntos y luego ordenó la ejecución de Cesarión. Los tres hijos de Cleopatra con Antonio (Ptolomeo, Cleopatra Selene II y Alejandro) fueron llevados a Roma, donde marcharon en la procesión del triunfo de Octaviano detrás de una efigie de su madre colocada descansando en un sofá rodeada de lujo egipcio. Posteriormente fueron criados por la primera esposa de Marco Antonio, Octavia.

Octaviano fue aclamado como el salvador de Roma y mejoró su reputación al hacerse cargo personalmente de Egipto y su suministro de cereales para alimentar a los romanos. Para atraer a los antiguos súbditos de Cleopatra, aceptó los ritos, honores y títulos de un faraón ptolemaico, aunque no tenía interés alguno en nada de ello. En enero del 27 a.C., consciente de lo peligroso que había sido para su tío abuelo Julio parecer demasiado ambicioso, declaró que la crisis de Roma había pasado y renunció humildemente a sus poderes sólo para que el Senado los restaurara junto con el título de Augusto, "el ilustre". Octaviano aceptó agradecido este gesto, convirtiéndose en César Augusto, el primer emperador del Imperio romano.

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Sobre el traductor

Diego Villa Caballero
Profesional en lenguas con estudios literarios. Profesor de castellano, escritor, traductor y entusiasta de la historia. Áreas de interés: literatura, artefactos antiguos, la historia de las religiones, la astrología, la arquitectura, la historia militar y del arte.

Sobre el autor

Joshua J. Mark
Joshua J. Mark no sólo es cofundador de World History Encyclopedia, sino también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.

Cita este trabajo

Estilo APA

Mark, J. J. (2019, noviembre 18). Batalla de Accio [Battle of Actium]. (D. V. Caballero, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-10408/batalla-de-accio/

Estilo Chicago

Mark, Joshua J.. "Batalla de Accio." Traducido por Diego Villa Caballero. World History Encyclopedia. Última modificación noviembre 18, 2019. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-10408/batalla-de-accio/.

Estilo MLA

Mark, Joshua J.. "Batalla de Accio." Traducido por Diego Villa Caballero. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 18 nov 2019. Web. 20 nov 2024.

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