Marco Coceyo Nerva fue emperador romano desde el 96 al 98 d.C., y su reino trajo estabilidad después de las turbulentas sucesiones de sus predecesores. Además, Nerva ayudó a establecer las bases para una nueva era dorada para Roma en la cual su sucesor elegido, Trajano, llevaría a buen término.
El Final de la Dinastía Flavia
El asesinato del emperador romano Domiciano (r. 81 - 96 d.C.) trajo el fin de la corta dinastía Flavia, una dinastía iniciada por su padre Vespasiano (r. 69 - 79 d.C.), en el año de los cuatro emperadores del 69 d.C. Debido a que Domiciano no dejó herederos sobrevivientes, el trono del imperio quedó vacante. Para evitar posibles disturbios, violencia o una guerra civil, era necesario un arreglo temporal o rápido, al menos hasta que un mejor candidato pudiera ser encontrado. La respuesta al problema llegó en la forma de un hombre ya enfermo y viejo incluso para estándares romanos, Nerva.
Nerva era el candidato ideal, uno que presentaba un marcado contraste contra su predecesor. Domiciano no había sido preparado para convertirse en emperador como lo había sido su hermano mayor Tito (r. 79 - 91 d.C.). Sin embargo, la muerte repentina de Tito llevó a Domiciano al trono. A pesar de que demostró ser un administrador capaz, vio el rol de emperador como uno investido de poder absoluto y el Senado fue despojado de su autoridad. Si bien no descuidó el bienestar del imperio, ejecutó o exilió a aquellos quienes se le oponían. Cerca del final de su reinado, después del fracaso de un plan para asesinarle, la paranoia se apoderó de él, causando que dependiera en gran medida de informantes. Este comportamiento paranoico desembocó en crueldad y ejecuciones, un verdadero "reinado de terror". Y también lo llevó a su muerte.
El nombramiento repentino de alguien sin vínculos con el trono causó a muchos el cuestionar el por qué se había elegido al relativamente desconocido Nerva. De acuerdo al historiador Suetonio, Nerva había "corrompido" a Domiciano en su juventud, pero esto solo era un chisme del palacio imperial. Se especuló que los conspiradores de la muerte de Domiciano se habían acercado a el, aunque había poca evidencia para respaldar estas afirmaciones. Posiblemente había aceptado el trono para salvar su propia vida porque estaba en peligro de enfrentar cargos de traición por el antiguo emperador y ser exiliado.
Nerva Asciende al Poder
El nuevo emperador nació el 8 de noviembre del 35 d.C., en la pequeña ciudad de Narnia en Umbría, 80 kilómetros al norte de Roma. Provenía de una distinguida familia romana - su padre fue un abogado adinerado, su abuelo había sido un miembro del séquito imperial en el momento del nacimiento de Nerva, su bisabuelo había sido cónsul en el 36 a.C., y su tía era la bisnieta del emperador Tiberio. Había ocupado un número de cargos oficiales bajo varios emperadores durante las dinastías Julio-Claudia y Flavia ayudando al emperador Nerón a reprimir la Conspiración de Pisón en el 65 d.C. (recibiendo honores especiales, el ornamenta triumphalia) y sirviendo como co-cónsul bajo Vespasiano y Domiciano. Debido a las piezas líricas que escribió, Nerón incluso lo reconoció como el Tíbulo de su época. Sin relación con nadie antes que él, ya sea por matrimonio o sangre, su ascensión marcaría el comienzo en lo que el historiador inglés Edward Gibbons llamó "Los Cinco Emperadores Buenos" - Nerva, Trajano, Adriano, Antonino Pío y Marco Aurelio. Sería una época de relativa paz y estabilidad; desafortunadamente, sería seguida de una de emperadores débiles e inseguridad.
Aunque el ejército sería el único en lamentar la muerte de Domiciano, el Senado romano, cansado de la tiranía de Domiciano, dio la bienvenida a Nerva, rápidamente reconociéndolo como emperador el 18 de septiembre del 96 d.C.; incluso le otorgaron el título de pater patriae o "padre de la patria". La población general también pareció darle la bienvenida, sintiendo una liberación del duro gobierno de Domiciano; sin embargo, los primeros meses de su reinado fueron turbulentos - estatuas de Domiciano fueron destruidas y los arcos ceremoniales derribados. Nerva ejecutó a muchos de los informantes de Domiciano y otorgó amnistía (también devolvió las propiedades confiscadas) a aquellos que habían sido exiliados. De acuerdo a Dion Casio "ejecutó a todos los esclavos y libertos que habían conspirado contra sus amos". Y, como era practica en todos los emperadores recién nombrados, prometió no ejecutar a ningún senador. Eventualmente, "una sensación de euforia" regresó al imperio; se había restaurado la justicia.
Oposición
Mientras que la ciudadanía y el Senado dieron la bienvenida al nuevo emperador, quedaron muchos que pasaron por alto la crueldad de Domiciano y buscaron venganza por su muerte, en particular, el ejército (más específicamente, la Guardia Pretoriana). Él les había dado el único aumento que habían recibido desde el emperador Augusto. En el 97 d.C., ocurrió un motín de la Guardia Pretoriana bajo el liderazgo de su comandante Casperio Eliano. Encarcelaron a Nerva en el palacio imperial, exigiendo la liberación bajo su custodia de Petronio y Partenio, dos de los hombres responsables de la muerte de Domiciano. Nerva se resistió, ofreciendo su propio cuello para degollar, pero este gesto fue ignorado, y los conspiradores fueron capturados y ejecutados - Petronio fue asesinado por un solo golpe de espada mientras que Partenio fue degollado después de tener sus genitales cortados y metidos en su boca. Aunque ileso, el incidente no solo dañó la autoridad de Nerva - uno no puede gobernar sin el apoyo del ejército - sino que lo dejó visiblemente conmocionado (incluso pensó en abdicar), haciéndolo cuestionar no solo su propia muerte sino también quien lo sucedería.
Sin un heredero propio (no hay evidencia de que estuviera casado), se dio cuenta que su única alternativa era la adopción, y escogió como su "hijo" a Marco Ulpio Trajano (r. 98 - 117 d.C.), gobernador de Germania Superior. La adopción tomó lugar en una ceremonia pública en octubre del 97 d.C. (Trajano no estuvo presente). Cabe señalar que Nerva había sido quien lo había nombrado gobernador de Germania Superior, y ya que Nerva conocía poco de asuntos externos y carecía de experiencia militar, el nombramiento de Trajano fue hecho no solo para proporcionar un heredero sino para asegurar las provincias del norte.
Legado
La limitada experiencia política de Nerva demostró a aquellos a su alrededor que carecía de decisión y originalidad. Aun así, a pesar de su relativo corto reinado de dieciséis meses y su tendencia de consultar al Senado sobre todas las decisiones políticas, hizo mucho para estabilizar al imperio. Dedicó un nuevo foro que había sido iniciado por Domiciano - nombrado en su honor, el Forum Nervae (Foro de Nerva). Aunque algunos afirman que sus reformas fueron solamente para ganar popularidad, reparó caminos y acueductos, construyó graneros, reparó el Coliseo después de que el Tíber se inundó, asignó tierras a los pobres, relajó el impuesto judío promulgado por Vespasiano, ordenó la reducción en el número de juegos públicos y ajustó los gastos en un intento de balancear el presupuesto.
Nerva estaba lejos de ser el típico emperador, abandonando el palacio imperial, eligiendo vivir en la antigua residencia de Vespasiano. Su adopción de Trajano le permitió vivir el resto de su vida en paz. Según los informes dijo, "No he hecho nada que me impida dejar el cargo imperial y regresar con seguridad a la vida privada". El 28 de enero del 98 d.C., Nerva murió, y por orden de Trajano fue enterrado en el Mausoleo de Augusto; un eclipse solar apareció en el día de su entierro. Su ascensión al trono y la adopción de Trajano iniciaron una serie de sucesores adoptados donde Trajano traería consigo una edad de oro en todo el imperio.