Corea, situada en una gran península de la costa oriental de Asia, lleva habitada desde el neolítico. El primer estado político reconocible fue el Gojoseon en la segunda mitad del primer milenio a.C. A partir del siglo I a.C. hasta el siglo VII d.C., en el periodo de los Tres Reinos, la península estuvo dominada por los reinos de Baekje, Goguryeo y Silla, junto con la Confederación Gaya.
Silla, con una importante ayuda de China, acabaría conquistando el resto de los estados coreanos y formaría el Reino unificado de Silla, que gobernaría hasta el 935 d.C. A partir del siglo X d.C., la península estuvo gobernada por el reino Goryeo, hasta que las invasiones mongolas pusieron fin a la independencia de Corea en el siglo XIII d.C.
Se mantuvieron las estrechas relaciones culturales y políticas con China, aunque habría importantes periodos de conflicto entre ambas áreas. Japón era otra de las naciones con las que comerciaban, y también jugó su parte en el intercambio cultural coreano. La antigua Corea le ha proporcionado a la cultura mundial muchas cosas únicas, incluida la invención de los caracteres móviles de metal de la imprenta, la increíble cerámica celadón, las exquisitas coronas de oro de Silla, el observatorio astronómico más antiguo de Asia, figurillas budistas de bronce dorado, pagodas de piedra, hanji, el papel más preciado del mundo, y el sistema de calefacción por suelo radiante, ondol.
Corea en la prehistoria
La península de Corea fue poblada por primera vez en torno a 10.000 a.C., o incluso antes, por gente que vivía de la caza, la pesca y la recolección. Los asentamientos más antiguos conocidos datan de en torno a 6.000 a.C. Todavía se mantienen en pie más de 200.000 estructuras megalíticas del segundo milenio a.C. Los dólmenes se construían de una sola piedra enorme y probablemente se usaban para marcar las tumbas. Otros tipos de enterramientos adoptan la forma de cistas en las que se enterraba al difunto con bienes preciosos como joyas de amazonita.
Las viviendas de la época eran normalmente subterráneas con un techo sujeto por palos y con un hogar en el centro. Los pueblos solían encontrarse en las laderas de las colinas y a veces estaban cercados con una valla de madera. Los descubrimientos arqueológicos incluyen joyas hechas de piedra, hueso y conchas; hachas de piedra tallada; morteros de piedra; arados, hoces y azadas de piedra y puntas de flecha de obsidiana y pizarra. La cerámica primitiva, especialmente los cuencos marrones planos con grabados decorativos, muestra un vínculo cultural con las comunidades de la provincia de Liaoning y la península de Liaodong en China. La cerámica neolítica y los objetos de obsidiana también son indicativos de un comercio marítimo primitivo con Japón.
La agricultura se empezó a practicar a partir del segundo milenio d.C. y ayudó a la introducción del cultivo de arroz desde China para el 700 a.C. La Edad de Bronce de Corea abarca el mismo periodo que la cultura del metal traída de Manchuria. La presencia de bienes finos de bronce como espadas, campanas y espejos en ciertas tumbas a lo largo del río Taedong indica una cultura con una élite tribal. Otros objetos comunes de bronce son dagas finas, puntas de flecha, hebillas y hachas en forma de abanico. La Edad del Hierro de Corea comenzó en el siglo III a.C., tal y como demuestran los hallazgos funerarios de la época en Gyeongju. Fue durante este periodo cuando se formó el primer estado, Gojoseon.
Gojoseon
Gojoseon, según a mitología coreana tal y como se cuenta en el Samguk yusa ("Recuerdos de los Tres Reinos") del siglo XIII d.C., fue fundado en 2333 a.C. por Dangun Wanggeom (alias Tangun), que era hijo del dios Hwanung y una osa transformada en una mujer. Los restos arqueológicos sugieren que el estado se formó mediante la alianza de varias ciudades fortificadas pequeñas en torno a las cuencas del río Daedong y Liao puede que hacia el siglo VII a.C., pero más seguramente a partir del siglo IV a.C. Aunque se menciona en los Registros del gran historiador de en torno al 100 a.C. escritos por el historiador chino Sima Quian, los historiadores modernos siguen debatiendo si se puede describir Gojoseon como un estado realmente o no, cuándo existió realmente, dónde estaba la capital y qué territorios se encontraban exactamente bajo su control.
Gojoseon prosperó gracias a las mejoras agrícolas (como las herramientas de hierro provenientes de China) y una abundancia de recursos naturales como oro, plata, cobre, estaño y zinc. Fue en esta época cuando se inventó el ondol, el famoso sistema de calefacción de suelo radiante, y también se produjeron los primeros ejemplos de gres gris coreana. Sin embargo, los ataques del estado vecino de Yan fueron debilitando Gojoseon en torno al 300 a.C. y el estado cayó en una larga decadencia. Gojoseon terminó colapsando en el siglo II a.C. y su sucesor, Wiman Joseon, tampoco duró demasiado porque en 108 a.C. fue conquistado por la dinastía Han de China (206 a.C. - 220 d.C.). Los Han estaban interesados en los recursos naturales como la sal y el hierro, y dividieron el norte de Corea en cuatro comandancias administradas directamente por su gobierno central.
Los territorios de Gojoseon se convertirían más adelante en Goguryeo (Koguryo), mientras que la parte meridional de Corea en esta época, que se suele describir como el periodo previo a los Tres reinos, se dividió en los tres Han de Byeonhan, Mahan y Jinhan (que no están relacionados con los Han de China), que se convertirían en los tres estados de Baekje (Paekche), Gaya (Kaya) y Silla en el periodo siguiente de los Tres reinos. Estos reinos se beneficiaron de la cultura sofisticada que trajeron los refugiados del estado colapsado de Gojoseon y del derrotado Wiman Joseon.
El periodo de los Tres Reinos
Los cuatro estados del periodo de los Tres Reinos (57 a.C. - 668 d.C.) eran rivales constantes, por lo que continuamente formaban alianzas cambiantes, entre ellos y con las potencias regionales de China y Japón. Según una tradición basada en el Samguk sagi del siglo XII d.C. ("Historia de los Tres Reinos"), esto ocurrió a partir del siglo I a.C., pero los historiadores modernos prefieren los siglos II o III d.C., o incluso más tarde, como una fecha más acertada para hablar de estados con gobiernos más centralizados.
Goguryeo, cuya capital estaba en Pyongyang, prosperó especialmente en el siglo V d.C. durante el reinado de Gwanggaeto el grande (391 - 413), que estuvo a la altura de su otro título, "gran expansor de dominios" y le permitió a Goguryeo dominar el norte de Corea, la mayor parte de Manchuria y parte de la Mongolia interior. Mientras tanto, Silla, cuya capital estaba en Geumseong (Gyeongju) prosperó bajo el mandato del rey Beopheung (de 514 a 540), que alcanzó un grado mucho mayor de centralización y prosperó en la costa este gracias a las innovaciones agrícolas como los arados tirados por bueyes y los sistemas de regadío. Gaya, atrapado entre estos dos vecinos más poderosos al sur de la península, nunca llegó a desarrollarse como un reino centralizado pleno. Silla capturó la ciudad-estado gobernante de Gaya, Geumwan Gaya (Bon-Gaya) en 532 d.C. y el estado colapsó por completo en unas pocas décadas. A Baekje le había ido bien a finales del siglo IV a.C. con el rey Geunchogo y había establecido su capital en Hanseong (el moderno Gwangju). La alianza formada con Silla entre 433 y 553 d.C. trajo cierta estabilidad, pero en 554, en una batalla en la fortaleza de Gwansanseong (la moderna Okcheon), Baekje intentó reclamar el territorio que había perdido en una invasión de Silla, así que su ejército de 30.000 soldados fue derrotado y el rey Seong de Baekje fue asesinado.
El sistema de gobierno de los Tres Reinos era básicamente el mismo que se mantendría a lo largo de la historia de la antigua Corea. Un monarca gobernaba con la ayuda de altos funcionarios elegidos de entre la aristocracia terrateniente. Los funcionarios elegidos por el gobierno administraban las provincias con la ayuda de los líderes locales. La mayoría de la población eran campesinos con tierras, y el Estado cobraba un impuesto que normalmente se pagaba en especie. El estado también podía obligar a los ciudadanos a luchar en el ejército o trabajar en proyectos gubernamentales como construir fortificaciones. En la parte más baja de la escala social estaban los esclavos, que normalmente eran prisioneros de guerra o gente con muchas deudas, y los criminales, que estaban obligados a trabajar en las tierras de la aristocracia. La sociedad estaba dividida en estratos sociales rígidos, cuyo mejor ejemplo era el sistema de rango óseo de Silla, que se basaba en el nacimiento y dictaba cuáles eran las posibilidades de empleo de cada uno, sus obligaciones tributarias e incluso la ropa que podía llevar o los utensilios que podía usar.
Todas las luchas internas entre los estados coreanos se acabaron solucionando por la intervención externa de China. Goguryeo había conseguido repeler tres invasiones de la China Sui en el siglo VII d.C. y después la Dinastía Tang (618 a 907 d.C.) intentó invadir en 644 d.C., pero el gran general Yang Manchun volvió a conseguir la victoria para los coreanos. Goguryeo había aunado fuerzas con Baekje y había conseguido invadir el territorio de Silla dos años antes, pero los Tang no habían terminado con sus planes para Corea y se decidieron por Silla como un aliado temporal para derrotar a los otros dos estados coreanos. En 660 d.C. un ejército de Silla de 50.000 soldados liderados por el general Kim Yu-sin y una armada de 130.000 marineros enviada por el emperador Tang Gaozong demostró ser más que suficiente para aplastar a Baekje y su rey, Uija, fue llevado a China. Después, en 667 d.C., Pyongyang cayó y al año siguiente el rey de Goguryeo, Bojang, también fue hecho prisionero y transportado a China junto con 200.000 de sus súbditos. Sin embargo, Silla no tenía ninguna intención de convertirse en un estado vasallo de China, y derrotó al resto del ejército Tang en las batallas en Maesosong (675 d.C.) y Kibolpo (676 d.C.). Después, Silla se hizo con el control de toda Corea en 668 d.C. y formó un nuevo estado: el reino unificado de Silla.
Reino unificado de Silla
El reino unificado de Silla (668-935 d.C.) fue la primera dinastía en gobernar la península coreana al completo. En aquella época había un estado al norte, Balhae (Parhae), pero la mayor parte de su territorio estaba en Manchuria, por lo que la mayoría de historiadores no lo consideran un estado coreano propiamente dicho.
Ahora el estado entero estaba dividido en nueve provincias (tres en cada uno de los antiguos reinos) y cinco capitales secundarias. Geumseong siguió siendo la capital principal, entonces conocida como Seorabeol, que se benefició de un extenso programa de reconstrucción, palacios de ocio y templos, y con el tiempo acabaría presumiendo de tener una población de unas 900.000 personas. Se creó toda una serie de regiones administrativas, prefecturas y condados incluso llegando hasta el nivel de los pueblos. Para consolidar el reino, la gente que causaba problemas y las élites gobernantes de los antiguos reinos fueron reubicados a la fuerza, y los líderes de los pueblos se vieron obligados a enviar a sus hijos mayores a trabajar en la administración de la capital o el ejército. El reino prosperó gracias a una industria agrícola próspera, cuya producción se potenció gracias a extensos proyectos de regadío, y el comercio por todo el Mar de la China oriental. La ausencia prolongada de guerras también dio lugar a que las artes y las ciencias se desarrollaran como nunca antes.
El declive del estado empezó poco a poco a partir del siglo VIII d.C. en gran medida a causa de la rigidez de la estructura de clases, que todavía se basaba en el sistema del rango óseo, la clasificación social estricta de los derechos y las obligaciones. Por un lado, la falta de oportunidad de subir de posición creó un estancamiento de ideas e innovación, y por el otro la aristocracia también empezó a molestarse con el poder del rey. En el otro extremo de la escala social, el campesinado se empezó a molestar cada vez más por los incesantes impuestos que se recaudaban. Además, los aristócratas locales con tierras se volvieron más difíciles de controlar desde la capital. El estado se estaba desbaratando desde dentro.
Dos individuos en especial les causarían muchos problemas a los reyes de Silla. Uno de ellos, Gyeon Hwon, un líder de los campesinos, se aprovechó del descontento político de 892 y formó un resurgimiento del antiguo reino de Baekje en el suroeste. Mientras tanto, un monje aristócrata budista, Gung Ye, declaró el nuevo estado de Goguryeo en el norte en 901, conocido posteriormente como Goguryeo tardío. Después vino otra complicada lucha por el control de la península al igual que pasara en el periodo de los Tres Reinos, y de hecho este periodo se suele conocer como el periodo tardío de los Tres Reinos. Kyon Hwon atacó Geumseong en 927 d.C., mientras que la tiranía fanática e impopular de Gung Ye lo llevó a su muerte a manos de su pueblo. Tras él, el gobierno recayó en su primer ministro, el hábil Wang Geon, en 918 d.C., que atacó Baekje tardío, que estaba sumido en luchas de poder, y más tarde Silla. El último rey de Silla, Gyeonsun, se rindió en 935 d.C. y dejó que Wang Geon volviera a unificar el país pero con un nuevo nombre: la dinastía Goryeo.
Goryeo
Goryeo (Koryo) gobernaría Corea de 918 a 1392 d.C., y es del nombre de este reino del que deriva el nombre español de la península de Corea. Wang Geon eligió la ciudad norteña de Songdo (la actual Gaeseong) como su nueva capital y se proclamó rey. Por su contribución a crear el estado nuevo, recibió el título póstuma de rey Taejo, o "Gran fundador". Este nuevo estado no estaba libre de amenazas externas, y las tribus kitán (khitan) del norte atacaron Goryeo dos veces. En 1033 d.C. fueron derrotadas finalmente, y se construyó una muralla defensiva todo a lo largo de la frontera norte de Corea.
A partir de entonces, el reino prosperó y la capital de Songdo podía presumir de tener más de 1000 tiendas. Por primera vez Corea acuñó sus propias monedas (en 996 d.C.) y los jarrones de plata unbyong (también conocidos como hwalgu) se empezaron a crear a partir de 1101 d.C.. Tenían la forma del Imperio Goryeo y estaban marcados como moneda legítima al tener grabado el sello oficial del estado. Se inventó la imprenta de caracteres móviles y se refinó el proceso de impresión anterior a base de bloques de madera. En este periodo hubo una explosión de textos budistas y un interés por documentar la historia del país; un ejemplo es el famoso Samguk sagi ("Historia de los Tres Reinos"), escrito en 1145 d.C. por Kim Pu-Sik.
La prosperidad tenía su lado malo, que resultó ser el aumento de la decadencia entre la clase gobernante, de la corrupción y el malestar social. En 1126 y 1135 estallaron rebeliones que fueron aplastadas, pero la situación acabó por ser insostenible durante el reinado del rey Uijong, al que se criticó mucho por construir ricos palacios y parques. El ejército, que no tenía mucho más que hacer y no tenía ningún estatus especial en la alta sociedad, dio un golpe en 1170. Uijong fue sustituido por su hermano Myeongjong, pero no fue más que un gobernante títere. A esto le siguieron décadas de luchas internas en todos los niveles de la sociedad Goryeo, dando lugar a más golpes, asesinatos y revueltas de esclavos. Aun así, lo peor estaba por llegar. Gengis Kan, que había unificado las tribus mongolas, había barrido China, y su hijo Ogedei Kan volvió la vista a Corea en 1231. Goryeo se vio obligado a trasladar la capital a la isla de Ganghwa al año siguiente. Mientras la clase gobernante estaba segura en la isla, el resto de la población de Goryeo tuvo que enfrentarse a seis invasiones mongolas en las siguientes tres décadas. Para 1258, el pueblo había tenido suficiente y el gobernante militar fue asesinado, se volvió a instaurar la monarquía con todos los poderes, y se firmó la paz con los mongoles. Corea no volvería a ser independiente hasta que el general Yi Seong-gye formara el nuevo estado de Joseon en 1392.
Relaciones con China y Japón
Las relaciones entre Corea y China se remontan a la mitología cuando el sabio Gija (Jizi para los chinos) y 5000 seguidores salieron de China y se establecieron en el reino de Dangun. Cuando este último decidió retirarse a meditar a la cima de una montaña, Gija fue nombrado rey de Gojoseon en 1122 a.C. Puede que este mito represente la llegada de la cultura de la Edad de Hierro a Corea.
El comercio entre ambas áreas se mantuvo durante todo este periodo. Hierro, oro, plata, bronce, ginseng, productos de cáñamo, frutos secos, muebles, papel y caballos se exportaban a China, mientras que en la otra dirección iban seda, té, especias, medicina, cerámica, libros y materiales de escritura. Probablemente fueron los refugiados que huían en el siglo IV a.C. de los conflictos del periodo de los Reinos combatientes los que llevaron la cultura china a Corea. Las pruebas arqueológicas de esta influencia cultural primitiva puede que se aprecien mejor en el uso de tumbas comunes en el área del río Daedong y la presencia frecuente de arreos para caballos también en esas tumbas. Los lazos culturales posteriores están mejor definidos, ya que Corea adoptó el sistema de escritura chino, el título real de wang, la moneda, la literatura y algunos elementos del arte. Los estudiantes y los eruditos a menudo iban a estudiar a China.
De la misma manera, las relaciones culturales y diplomáticas con Japón también empezaron a partir de la Edad de Bronce. El Wa (Wae) de Japón tenía unos lazos especialmente estrechos con la Confederación Gaya. Esta última era la cultura más avanzada y exportaba grandes cantidades de hierro, pero los expertos siguen debatiendo hasta qué punto influyó o controló un estado al otro. La cultura Baekje fue exportada a Japón, especialmente a través de profesores, eruditos y artistas, que también expandieron la cultura china, como por ejemplo los textos clásicos de Confucio. Las relaciones se mantuvieron con el sur de Japón con el reino unificado de Silla, especialmente en los periodos Nara y Heian. Goryeo también continuó con las relaciones comerciales e importó bienes japoneses, especialmente espadas y abanicos de papel.
La religión coreana
Los estados coreanos, que tradicionalmente practicaban el chamanismo, adoptaron primero el confucianismo y después el taoísmo y el budismo de China, y Corea nombró este último la religión oficial del estado a partir del siglo IV d.C. Los principios del confucianismo se seguían en la administración estatal y eran una parte esencial de los exámenes de ingreso a los puestos dentro del sistema. Sin embargo, el budismo era la fe más robusta, y se erigieron templos y monasterios por todas partes. Los templos-monasterios budistas, con sus tierras, patronazgo real y exención de impuestos, se hicieron ricos y todo el aparato religioso acabó rivalizando con el propio estado. Muchos de estos monasterios tenían incluso sus propios ejércitos reclutados de entre los monjes guerreros y la población general. El budismo lo practicaban no solamente las familias de la élite, que a menudo enviaban un hijo a estudiar al monasterio y convertirse en monje, sino también las familias de clases más bajas.
El arte coreano
Las cerámicas grises de altas temperaturas se empezaron a producir en grandes cantidades a partir del periodo de los Tres Reinos. Estas se decoraban con incisiones, aplicando piezas extra de arcilla, o recortando la cerámica para crear un efecto de rejilla. Sin embargo, las cerámicas coreanas más famosas de cualquier periodo son los celadones de color verde pálido producidos durante el periodo Goryeo. También conocidos como cerámica verde, tienen un esmaltado liso y normalmente tienen diseños incrustados (sanggam), especialmente motivos budistas como flores de loto, grullas o nubes. Los celadones se introdujeron en Corea por primera vez provenientes de China durante el siglo IX d.C., pero los alfareros coreanos adquirieron tan habilidad que empezaron a exportar sus piezas de vuelta a China e incluso hoy en día los celadones coreanos se cuentan entre las cerámicas más preciadas del mundo.
Donde mejor se aprecian las pinturas funerarias es en las tumbas del periodo Goguryeo. Más de 80 de ellas tienen cámaras pintadas en colores vivos con escenas de la vida cotidiana, retratos de los ocupantes o criaturas míticas. Estas pinturas se hacían aplicando la pintura directamente sobre la pared de piedra o sobre una base de yeso y cal.
El arte budista era popular por toda la península, y se usaba el bronce dorado para producir estatuillas expresivas de Buda, Maitreya (el futuro Buda) y los bodhisattvas. También se tallaban figuras monumentales en las paredes de roca o en peñascos. El bronce dorado también se usaba para manufacturar quemadores de incienso ricamente decorados, cajas de reliquias o coronas. Las coronas más famosas de Corea son las del reino de Silla, hechas de láminas de oro. Tienen árboles y ramas con forma de ciervo que representan un vínculo con el chamanismo. Se confeccionaba joyería de todo tipo con técnicas de orfebrería como la filigrana, el estampado, la incisión o el granulado. El jade, a menudo tallado en forma de luna creciente, también era una forma popular de decorar estos ornamentos brillantes. Otra habilidad de los orfebres coreanos desde el reino unificado de Silla era la fundición de campanas de bronce grandes (pomjong) que se usaban en los templos budistas para anunciar los servicios.
La arquitectura coreana
Los restos arquitectónicos coreanos que mejor se conservan del periodo prehistórico son estructuras megalíticas, murallas de fortificación y tumbas recubiertas de piedra. Las estructuras en forma de mesa de la isla de Ganghwa, que datan de en torno al 1000 a.C., la Edad de Bronce coreana, son ejemplos magníficos de los dólmenes de la antigua Corea. También se pueden encontrar menhires (piedras verticales) por toda Corea, que no tienen nada que ver con un contexto funerario y que puede que se usaran como hitos.
Por desgracia, no quedan demasiados edificios públicos de la antigua Corea anteriores al siglo XVI d.C. Por lo tanto, donde mejor se puede apreciar la arquitectura de la antigua Corea es en las pinturas funerarias y en las estructuras que quedan todavía, tales como la pagoda de piedra del templo Mieruksa de Baekje en Iksan, que tiene seis de los 7-9 pisos originales. Las pagodas de piedra son la única contribución coreana a la arquitectura budista, de las cuales encontramos otros dos excelentes ejemplos en las pagodas de Dabotap y Seokgatap, en el templo Bulguksa del siglo VIII cerca de Gyeongju.
Los túmulos de grandes dimensiones son típicos del periodo de los Tres Reinos. Estos son armazones cubiertos de tierra con cámaras interiores forradas de piedra o ladrillo para el difunto, normalmente con un pasadizo horizontal de entrada (excepto las tumbas de Silla, que no tienen puntos de acceso). Uno de los más grandes se encuentra en la antigua capital de Goguryeo, Gungnae (la moderna Tonggou), que se cree que es la tumba del rey Gwanggaeto el Grande (que reinó de 391 a 412 d.C.). Tiene 75 metros de largo y cuenta con bloques de 3 x 5 metros.
Una de las estructuras de piedra más impresionantes del periodo de Silla unificada es el templo budista de la Gruta Seokguram, al este de Gyeongju. Construido entre 751 y 774 d.C., cuenta con una cámara interior abovedada dentro de la cual hay un enorme buda sentado. Otra estructura interesante de Silla es el observatorio Cheomsongdae de mediados del siglo VII. Con 9 metros de altura, funcionaba como un reloj de sol, pero también cuenta con una ventana orientada al sur que captaba los rayos de sol sobre el suelo del interior cada equinoccio. Es el observatorio más antiguo de Asia oriental que se conserva.
Nos podemos hacer una buena idea del estilo arquitectónico coreano para las casas grandes y los palacios gracias al Salón de la vida eterna (Muryangsujeon) en el templo del siglo XIII de Buseok en Yongju. Es una de las estructuras de madera más antiguas de toda Corea. Los tejados de los edificios coreanos, tal y como se puede apreciar en el Salón de la vida eterna, normalmente son altos para que la lluvia se drene con facilidad y lo suficientemente robustos como para soportar el peso de la nieve en invierno. También son altos para permitir que corra el aire en los meses más cálidos. Los antiguos tejados estaban compuestos de vigas de madera y luego alicatados (giwa) sobre una capa de tierra que proveía un aislamiento extra. Los tejados eran cóncavos por cuestiones estéticas, y los aleros se curvan ligeramente hacia arriba (cheoma). Esta curvatura permite que entre más luz solar en invierno dentro del edificio y a la vez también provee algo más de sombra en verano.
Las paredes interiores de los edificios tradicionales coreanos (hanok) estaban hechas de madera y papel, y a menudo funcionaban como puertas corredizas (changhoji). Los suelos de las habitaciones podían ser de dos tipos: de madera y ligeramente elevados para mantener la habitación fresca en los meses cálidos (el sistema maru) o podían usar el sistema ondol de calefacción por el suelo necesario en los meses de invierno. Este último, hecho de piedra con una cubierta de papel encerado, tenía un sistema de conductos por los que corría aire caliente que salía del hogar principal de la casa. Las puertas y las ventanas externas se hacían usando rejillas de madera entrelazadas (changsal), a menudo decoradas con intricados diseños de celosía (kkotsal). La casa se dividía en áreas con funciones específicas, y normalmente contaba con un patio o jardín interior.
Por último, la topografía que rodeaba los edificios era algo importante a tener en cuenta, por lo que los arquitectos se esforzaban por introducir sus diseños de una manera armoniosa en el entorno natural (pungsu) y aprovechar las vistas (andae). El mejor sitio para construir una casa era un lugar que tuviera montañas en la parte trasera para bloquear el viento y que mirara a una llanura amplia con un río para dotarla de energía positiva o gi.
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