La Liga del Peloponeso (c. 550 AEC - c. 366 AEC) fue una confederación suelta de ciudades-Estado griegas dirigidas por Esparta. La Liga fue la asociación política más antigua y duradera del mundo griego antiguo. Para Esparta, la Liga le otorgó protección contra los levantamientos dentro de sus propias fronteras y eventualmente aseguró su dominio en la región y más tarde, después de la victoria en la Guerra del Peloponeso en el 404 AEC, en toda Grecia. Luego, al enfrentarse a una Tebas desenfrenada y su brillante general Epaminondas, Esparta fue derrotada en la batalla de Leuctra en el 371 AEC. Sin su líder dominante, la Liga se disolvió poco después.
Membresía y Responsabilidades
El nombre de la Liga deriva de la ubicación geográfica de sus estados miembros en el Peloponeso, al sur de Grecia. Los propios griegos se referían a la asociación como "los lacedemonios y sus aliados". A diferencia de otras confederaciones como la contemporánea Liga de Delos, la Liga del Peloponeso no tenía un único acuerdo vinculante entre los miembros, sino que era una colección de ciudades-Estado (poleis), cada una de las cuales había negociado sus propios términos con la dominante Esparta. En este sentido, la Liga no era una liga en sí, ya que cuando no se participaba en una guerra conjunta, las ciudades-Estado eran libres de guerrear entre ellas. Sin embargo, las características comunes de esta vaga asociación era el requisito de que los miembros juraran tener "amigos y enemigos" comunes, prometer ayuda recíproca y seguir la ambición militar de su líder (hegemon) Esparta. Solo en caso de una obligación religiosa (e.g. la necesidad de realizar un festival religioso en particular) podrían los miembros rechazar la participación.
La Liga comenzó en el c. 550 AEC, de acuerdo a Plutarco, para que Esparta pudiera protegerse contra un posible levantamiento de los ilotas (los trabajadores agrícolas semi-libres de Esparta) y de su rival regional Argos, en el norte del Peloponeso. El primer miembro fue Tegea que, después de recibir el ataque espartano, se vio obligada a formar una alianza. En el 510 AEC, la Liga abarcaba todo el Peloponeso y, bajo el liderazgo de Cleómenes I, se extendió incluso más para incluir a ciudades como Mégara y partes del Ática. En el c. 494 AEC, Argos fue derrotada (pero nunca se convirtió en miembro) y, según Tucídides (Historia de la Guerra del Peloponeso, 2.9), durante los siguientes 50 años aproximadamente, la membresía de la Liga se extendió aún más para incluir ciudades en Fócida y Beocia.
Tucídides en su Historia de la Guerra del Peloponeso describe el funcionamiento de la Liga. Los miembros enviaban delegados a reuniones en la que cada ciudad tenía un voto. Esta asamblea era dirigida por un éforo y las decisiones sobre asuntos como campañas militares y nuevas membresías se tomaban por mayoría. Curiosamente, la propia Esparta no votaba porque su posición ya había sido votada por la asamblea espartana. Al mismo tiempo, había una disposición de que Esparta nunca tendría que actuar en contra de sus propios intereses. A diferencia de la Liga de Delos, donde Atenas obligaba a cada miembro a pagar un tributo bajo cualquier circunstancia, los miembros de la Liga del Peloponeso solo tenían que contribuir militarmente cuando era necesario. El número exacto de tropas demandadas de cada ciudad era decidido por Esparta. Sin embargo, durante los peligrosos tiempos de la Guerra del Peloponeso (431 AEC - 404 AEC) contra Atenas y sus aliados, Esparta llegó a imponer un gobernador militar (harmost) a sus aliados.
Las Guerras del Peloponeso y de Corinto
Además de tener el ejército más grande y formidable, el dominio de Esparta sobre la Liga del Peloponeso estuvo asegurado por el hecho de que la fuerza militar de la Liga siempre estuvo dirigida por un espartano, ya sea uno de los dos reyes espartanos o un comandante espartano de alto rango. También, Esparta interfería directamente en los asuntos internos de los estados miembros, a menudo promoviendo el gobierno de una oligarquía favorable a la política espartana. Después de la victoria en la Guerra del Peloponeso contra Atenas en el 404 AEC y la consiguiente adición de nuevos aliados del Egeo, Esparta mantuvo un control aún más estricto sobre los estados miembros y los harmosts se dejaron en su lugar.
En el 404 AEC, cansada del creciente sentido de importancia de Elis, Esparta marchó contra su antigua aliada y puso a la ciudad-Estado en su lugar en el 400 AEC. Las continuas ambiciones espartanas en el centro y norte de Grecia, Asia Menor y Sicilia arrastraron una vez más a la ciudad y la Liga a otro conflicto prolongado, la Guerra de Corinto. Esto enfrentó a la Liga contra Atenas, Tebas, Corinto y Persia desde el 396 al 387 AEC. El resultado del conflicto fue la "Paz del Rey (o Paz de Antálcidas), donde Esparta cedió su imperio al control persa, pero se dejó que Esparta dominara Grecia.
Derrota frente a Tebas y Disolución
La política espartana de interferir en el gobierno de los miembros de la Liga continuó con el duro tratamiento de Mantinea en el 385 AEC, dividiendo sus aldeas, y con la guerra contra Fliunte entre el 381 - 379 AEC. Desde el 382 AEC, el tributo de la Liga fue requerido en dinero, no solo en armas y hombres, ya que Esparta se volvió cada vez más ambiciosa. Sin embargo, Esparta se sobrepasó al intentar aplastar a su rival Tebas. El éxito inicial de establecer una guarnición en Tebas entre el 379 y 376 AEC solo resultó en antagonizar a los tebanos. Esparta perdió la batalla de Tegira en el 375 AEC ante Tebas, ahora una potencia en ascenso y a punto de entrar en su fase más gloriosa de la historia. Los espartanos luego perdieron la aún más crucial batalla de Leuctra en el 371 AEC contra el brillante general tebano Epaminondas. A partir de entonces, la Liga declinó y, con los tratados formados entre Corinto, Fliunte y Tebas, la Liga del Peloponeso fue, en efecto, disuelta para el c. 366 AEC.