Horus

Definición

Joshua J. Mark
por , traducido por Rosa Baranda
Publicado el 16 marzo 2016
Disponible en otros idiomas: inglés, francés
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Horus Bird Statuette (by A.K., Copyright)
Estatuilla de pájaro de Horus
A.K. (Copyright)

Horus es el nombre de un dios celeste de la mitología del antiguo Egipto que designa principalmente a dos deidades: Horus el Mayor, (u Horus el Grande), el último de los primeros cinco dioses originales, y Horus el Joven, hijo de Osiris e Isis.

Según el historiador Jimmy Dunn, "Horus es la más importante de las deidades aviares" que adopta muchas formas diferentes y se representa de tantas maneras diferentes en las inscripciones que "resulta casi imposible distinguir al "verdadero" Horus. Horus es principalmente un término general para un gran número de deidades halcón" (2). Aunque sin duda esto es cierto, el nombre de Horus normalmente se usa para designar a los dos dioses mencionados anteriormente: el más joven de las primeras cinco deidades o el hijo de Osiris e Isis que derrotó a su tío Set y restauró el orden.

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El nombre de Horus es la versión latina del egipcio Hor, que significa "el Distante", en referencia a su papel como dios del cielo. Horus el Mayor, hermano de Osiris, Isis, Set y Neftis también se conoce como Horus el Grande o Harwer y Haroeris en egipcio. El hijo de Osiris e Isis se conoce como el Horus niño (Hor pa khered) que se transformó en el dios griego Harpócrates tras la conquista de Egipto de Alejandro Magno en 331 a.C. "Harpócrates" también significa "Horus niño", pero esta deidad era diferente al Horus egipcio. Harpócrates era el dios griego del silencio y la confidencialidad, el que guardaba los secretos, cuyas estatuas siempre suelen presentarlo como un niño alado con un dedo en los labios.

Horus el Menor, por otra parte, era un poderoso dios del cielo asociado principalmente con el sol, pero también con la luna. Era el protector de la realeza egipcia, el vengador de las ofensas, el defensor del orden, el unificador de las dos tierras y, de acuerdo a sus batallas con Set, un dios de la guerra que los gobernantes de Egipto invocaban regularmente antes de la batalla y al que alababan después de esta. Con el tiempo, se combinó con el dios sol Ra para formar una nueva deidad, Ra-Horajty, dios del sol que surcaba los cielos durante el día y se representaba como un hombre con cabeza de halcón con la corona doble del Alto y el Bajo Egipto. Sus símbolos eran el Ojo de Horus, uno de los símbolos egipcios más conocidos, y el halcón.

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A HORUS SE LE ENCARGÓ EL CIELO Y, ESPECÍFICAMENTE, EL SOL.

Horus el Mayor

Horus el Mayor es uno de los dioses más antiguos de Egipto, nacido de la unión de Geb (la tierra) y Nut (el cielo) poco después de la creación del mundo. Su hermano mayor Osiris recibió la responsabilidad de gobernar la tierra junto con Isis, mientras que a Horus se le encargó el cielo y, específicamente, el sol. En otra versión de la historia, Horus es hijo de Hathor, y en otras ella es su esposa; otras veces, Hathor es su madre, su hija y su esposa. La experta Geraldine Pinch apunta que "una de las imágenes divinas más antiguas de Egipto es la de un halcón en una barcaza" que representa a Horus en la barcaza del sol surcando los cielos (142). Horus también se presenta como el dios creador y un protector benevolente.

Hay muchos dioses halcones (conocidos como las deidades aviares) en la religión egipcia que con el tiempo acabaron siendo absorbidos por el dios conocido como Horus. Algunos, tales como Dunanwi del Alto Egipto, se remontan muy atrás en la historia, mientras que otros, como por ejemplo Montu, fueron populares más tarde. Los estudiosos han puesto en tela de juicio la pronta asociación de Horus con Dunanwi, pero no hay duda de que este se combinaría después con el dios como Horus-Anubis. Dunanwi era un dios local del nomo XVIII (provincia) del Alto Egipto, mientras que a Horus se lo adoraba por todo el país. Cabe la posibilidad de que, al igual que Inanna en Mesopotamia, la figura de Horus empezara como un dios local a la manera de Dunanwi, pero parece más probable que Horus se realizara por completo a principios del desarrollo religioso de Egipto.

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El egiptólogo Richard H. Wilkinson comenta que "Horus fue una de las primeras deidades egipcias. Su nombre aparece ya a principios del período dinástico y es probable que algunas deidades halcón primitivas, como la que aparece reteniendo a los "habitantes de las marismas" en la Paleta de Narmer, representen a ese mismo dios" (200). Los gobernantes del período predinástico de Egipto (en torno a 6000-3150 a.C.) se conocían como los "seguidores de Horus", lo que atestigua un punto de veneración aún más antiguo en la historia de Egipto.

En su papel de Distante, realiza la misma tarea que la Diosa Distante, una función asociada con Hathor (y varias otras deidades femeninas) que se aleja de Ra y regresa, trayendo consigo la transformación. El sol y la luna se consideraban los ojos de Horus mientras vigilaba a la gente durante el día y por la noche, pero también podía acercarse a ella en caso de problemas o dudas. Se lo imaginaban como un halcón que podía volar lejos de Ra y regresar con información vital y, al mismo tiempo, también podía ir rápidamente a reconfortar a aquellos que lo necesitaban.

A partir del Período arcaico (en torno a 3150 - en torno a 2613 a.C.), Horus estuvo asociado con el rey de Egipto (aunque los gobernantes posteriores se asociaron con Horus el Joven). La historiadora Margaret Bunson escribe que "el serej, el más antiguo de los símbolos del rey, representaba a un halcón posado". Como resultado, la devoción a Horus se extendió por todo Egipto, pero las formas, las tradiciones y los rituales en su honor variaban de un lugar a otro" (116). Esta variación dio lugar a varios epítetos y roles diferentes para esta deidad, y con el tiempo llevó a su transformación de Horus el Mayor al hijo de Osiris e Isis.

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Horus el Joven y el mito de Osiris

A veces se menciona al Horus joven emparentado con el mayor, pero no tardó en eclipsarlo y asumir muchas de sus características. Para la época de la Dinastía ptolemaica (323-30 a.C.), la última dinastía que gobernó Egipto, el Horus mayor se había sustituido por completo con el joven. Las estatuas de Horus niño del período ptolemaico lo muestran como un joven con un dedo en los labios, puede que en representación de la época en la que tuvo que permanecer callado, escondiéndose de su tío Set, cuando era niño. En su forma joven "llegó a representar una promesa de los dioses de hacerse cargo de la humanidad que sufría", ya que él mismo había sufrido de niño y sabía lo que era ser frágil y estar rodeado de peligros (Pinch, 147). Fue este aspecto de Horus el que se convertiría en el Harpócrates griego al que Plutarco llamó el "segundo hijo de Isis" y que se haría popular en el mundo romano. El culto de Isis era el culto misterioso más popular de Roma y tuvo una gran influencia en el desarrollo del cristianismo; Harpócrates era el hijo divino representado en el arte de la antigua Roma con su madre.

Isis Figurine
Estatuilla de Isis
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

La historia de Horus proviene del mito de Osiris, que era uno de los más populares en el antiguo Egipto y dio lugar al culto de Isis. La historia empieza poco después de la creación del mundo cuando Osiris e Isis gobernaban sobre el paraíso que habían creado. Cuando los hombres y las mujeres nacieron de las lágrimas de Atum (Ra), eran incivilizados y bárbaros. Osiris les dio la cultura, las celebraciones religiosas para honrar a los dioses y el arte de la agricultura. En aquella época hombres y mujeres eran todos iguales gracias a los dones que Isis les había otorgado a todos. La comida era abundante y no había necesidades ni deseos no satisfechos.

El hermano de Osiris, Set, sintió celos de él y su envidia se convirtió en odio cuando Set descubrió que su esposa, Neftis, se había transformado para aparecer como Isis y había seducido a Osiris. Sin embargo, Set no estaba enfadado con Neftis, sino que centró su venganza en su hermano, "el hermoso", que había supuesto una tentación demasiado fuerte para Neftis, que no se pudo resistir. Set engañó a Osiris para que se tumbara en un féretro que había hecho con las medidas específicas de su hermano y, una vez dentro, Osiris cerró la tapa de golpe y arrojó el ataúd al Nilo.

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El ataúd flotó río abajo y acabó encajado en un tamarisco en las costas de Biblos, donde el rey y la reina quedaron admirados de la belleza del árbol y de su dulce aroma y lo cortaron para hacer un pilar para su palacio. Mientras esto ocurría, Set usurpó el gobierno de Osiris y reinó sobre el país con Neftis. Desatendió los dones que Osiris e Isis habían otorgado a la humanidad, y el país sufrió sequías y hambrunas. Isis sabía que tenía que traer a Osiris de vuelta de donde fuera que lo había mandado Set, así que salió en su busca. Al final consiguió encontrarlo dentro del pilar en Biblos, les pidió a los reyes que la dejaran llevárselo y regresó con él a Egipto.

Divine Family from Ancient Egypt
Familia divina del antiguo Egipto
Osama Shukir Muhammed Amin (Copyright)

Osiris estaba muerto pero Isis sabía que podía devolverlo a la vida. Le pidió a su hermana Neftis que vigilara el cuerpo y lo protegiera de Set mientras iba a buscar hierbas para las pociones. Mientras tanto, Set se enteró de que su hermano había regresado y salió en su busca. Encontró a Neftis y la engañó para que le dijera dónde estaba escondido el cuerpo. Después despedazó a Osiris y arrojó los trozos por todo el país y al Nilo. Cuando Isis regresó, se horrorizó al no encontrar el cuerpo de su marido. Neftis le contó que Set la había engañado y le dijo lo que había hecho con Osiris.

Las dos hermanas salieron en busca de los trozos del cuerpo y volvieron a juntarlas. Un pez se había comido su pene, así que estaba incompleto, pero aun así Isis logró devolverlo a la vida. Isis usó su magia y sus pociones y, en algunas versiones de la historia, Neftis la ayudó. Osiris revivió, pero ya no podía gobernar sobre los vivos porque ya no estaba entero; tendría que descender al inframundo y reinar allí como Señor de los muertos. Sin embargo, antes de que se marchara, Isis se transformó en un milano, un halcón, y voló en torno a su cuerpo, extrajo la semilla del cuerpo de Osiris y se quedó embarazada de un hijo: Horus. Osiris se marchó al inframundo e Isis se escondió en la región del Delta para protegerse a sí misma y a su hijo de Set.

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Horus e Isis

Isis tuvo un embarazo difícil y un parto extremadamente largo y dio a luz a Horus sola en las marismas del delta. Se escondió junto con su hijo de Set y sus demonios entre los matorrales y solo salía por la noche a buscar comida acompañada de una guardia de siete escorpiones que había recibido de la diosa Serket. Serket (y en algunas versiones de la historia Neit) vigilaba a Horus mientras Isis estaba fuera. Isis, Serket y Neit cuidaron de Horus y lo educaron en el exilio hasta que creció y fue suficientemente fuerte como para enfrentarse a su tío por el reino de su padre.

La historia de las batallas entre Horus y Set tiene muchas versiones diferentes, pero la más conocida proviene de un manuscrito de la Dinastía XX (1090-1077 a.C.), La disputa de Horus y Set, que describe su enfrentamiento como un juicio legal frente a la Enéada, un tribunal de nueve dioses poderosos. En esta versión de la historia, Horus presenta una queja sobre Set, que es uno de los nueve jueces, según la cual Set se ha apoderado ilegítimamente del trono de Osiris, que también es otro de los nueve jueces.

El tribunal tiene que decidir entre Horus y Set, y la mayoría de los dioses elige a Horus, pero Ra, el dios supremo, dice que Horus es demasiado joven e inexperto y que Set está en mejor posición para gobernar. Horus y Set tienen que completar una serie de batallas para demostrar quién es más indicado para gobernar. En el transcurso de estas batallas, Horus pierde un ojo y Set es castrado (o por lo menos resulta gravemente herido), pero Horus gana todas las veces.

Set Defeated by Horus
Set derrotado por Horus
momo (CC BY)

Estos enfrentamientos duran ochenta años y Ra sigue negando que Horus sea el indicado para el trono. Mientras tanto, el país sufre bajo el gobierno de Set e Isis está desesperada por hacer algo que le ayude a su hijo y al pueblo. Se transforma en una joven hermosa y se sienta frente al palacio de Set, donde comienza a llorar. Cuando Set sale y la ve, le pregunta el porqué de su pena y ella le cuenta que un hombre malvado, el propio hermano de su marido, lo ha matado y se ha apoderado de su tierra. Y, lo que es más, quiere matar a su único hijo y la ha exiliado a las marismas donde su única compañía son los escorpiones.

Set se indigna por la historia que le cuenta la mujer y declara que hay que castigar a ese hombre. Le jura que él mismo irá a buscar a ese hombre, lo expulsará de las tierras y devolverá a la mujer y a su hijo al lugar que les corresponde. Entonces, Isis se deshace de su disfraz y se revela a sí misma y a los demás dioses, testigos de lo ocurrido. Set se ha condenado a sí mismo por su propio decreto y Ra admite, junto con los demás dioses, que Horus debería ser el rey. Después expulsan a Set al desierto más allá de las fronteras de Egipto mientras Horus asciende al trono de su padre con su madre y su tía Neftis como consortes.

En otra versión de la historia, el juicio dura 80 años hasta que los dioses, frustrados, le piden consejo a la sabia Neit, mediadora en las disputas, que elige a Horus. Sugiere que le otorguen a Set el gobierno de las regiones desérticas mientras Horus gobierna el fértil valle del Nilo. Como consuelo, propone que también le entreguen dos diosas extranjeras como esposas: la diosa guerrera Anat, de Siria, y Astarté, la reina del cielo, de Fenicia. Esta versión de la historia explica cómo se asoció Set con la gente de otros países, así como con las regiones desérticas.

Set and Horus Blessing Ramesses II
Set y Horus bendiciendo a Ramsés II
Dennis Jarvis (CC BY-SA)

Horus y el rey

Tras vencer a Set y restablecer el orden, Horus pasó a conocerse como Horu-Sema-Tawy, el unificador de las dos tierras. Volvió a restablecer las políticas de sus padres, rejuveneció el país y gobernó sabiamente. Por esa razón los reyes de Egipto, desde la Dinastía I en adelante, se asociaban con Horus y elegían un "Nombre de Horus" para gobernar en su coronación. Osiris había sido el primer rey de Egipto que había establecido el orden y después había pasado al inframundo, mientras que Horus era el rey que había restablecido ese orden después de que Set lo trastocara y había sacado a Egipto del caos para devolverle la armonía.

Por tanto, los reyes de Egipto se identificaban con Horus en vida y con Osiris en la muerte. Durante su reinado, eran la manifestación física de Horus bajo la protección de Isis (una desviación destacable de esta costumbre es el rey Peribsen, sexto rey de la Dinastía II, que se identificó claramente con Set). Ramsés II invocó célebremente la protección de Isis y Horus en su Poema del Pentauro tras la batalla de Qadesh en 1274 a.C., al igual que lo hicieron muchos otros reyes y faraones de Egipto. Wilkinson escribe:

Horus estaba asociado directamente con la realeza de Egipto tanto en forma de halcón como como hijo de Isis. Desde principios del período dinástico el nombre del rey se escribía en un artilugio rectangular conocido como serej, que representaba al halcón Horus posado en un estilizado recinto palaciego y que parece indicar que el rey era el mediador entre los reinos celestial y terrenal, si no el propio dios manifiesto dentro del palacio como el rey mismo. A este "Nombre de Horus" del monarca se fueron añadiendo más tarde otros títulos, incluido "Horus dorado", un nombre en el que se representa un halcón divino sobre un signo jeroglífico para "oro". (201)

Como el rey de Egipto era la "gran casa" que protegía a su pueblo, todos los ciudadanos de Egipto estaban bajo la protección de Horus. Este dios se adoraba de muchas maneras diferentes y en muchos lugares diferentes. Wilkinson apunta que "Horus se adoraba junto a otras deidades en muchos templos egipcios y se sabe de lugares importantes de su culto de una punta a la otra del país" (203). Su importancia como protector de las dos tierras y guardián del orden lo convirtieron en una representación del concepto de equilibrio que tanto valoraban los egipcios.

Adoración de Horus

A Horus se lo adoraba de la misma manera que a cualquiera de los demás dioses: se construían templos a modo de casas para el dios y su estatua se ponía en el santuario interior adonde solo podía entrar el sacerdote jefe. El clero del culto de Horus era siempre masculino, ya que se asociaban con Horus y reivindicaban la protección de su "madre", Isis. Los sacerdotes ayudantes se encargaban del templo que, como todos los demás, estaba construido para reflejar la otra vida en el Campo de los Juncos. La laguna reflectante del templo era el Lago de los Lirios que las almas de los justos cruzaban con ayuda del barquero divino, Hraf-hef (el que mira tras de sí). El templo era el palacio de la otra vida y el hogar del dios y el patio, decorado con flores, era su jardín.

Ra-Horakhty Stela
Estela de Ra-Horajty
Osama Shukir Muhammed Amin (Copyright)

La gente de Egipto iba al patio para pedir ayuda o recibir limosnas, dar donaciones o interpretar sus sueños. También visitaba el templo para pedir consejo, para interpretar augurios, para recibir asistencia médica, consejos matrimoniales y protección de los malos espíritus o los fantasmas. Los lugares de culto de Horus, tal y como indicaba Wilkinson, son demasiados como para enumerarlos todos, pero los centros más importantes estaban en Khem, en la región del delta donde se ocultó Horus de niño; en Pe, donde Horus perdió el ojo en su batalla contra Set; y en Behdet (estos dos últimos lugares también están en el delta). En el Alto Egipto se lo adoraba junto a Hathor y el hijo de ambos, Harsomptus, en Edfú y en Kom Ombos. Edfú celebraba la Coronación del Halcón Sagrado anualmente, "en la que un halcón de verdad se elegía para representar al dios como rey de todo Egipto, uniendo así al antiguo dios halcón con su forma de Horus hijo de Osiris y con el rey" (Wilkinson, 202). Esta ceremonia, al igual que otros festivales reales, tenía que ver con el empoderamiento del rey y el rejuvenecimiento de su reinado, pero no era tan importante como el festival Heb Sed. También se adoraba a Horus en Abu Simbel mediante las estatuas, y el pueblo llevaba regularmente inscripciones y amuletos para atraer su protección.

Los cuatro hijos de Horus

Esta protección se extendía a lo largo de la vida y más allá de la muerte. Horus estaba asociado con la otra vida a través de sus Cuatro hijos que protegían los órganos vitales del difunto. Estos cuatro dioses representaban los cuatro puntos cardinales, y cada uno de ellos estaba presidido por una diosa que lo protegía. Los cuatro hijos de Horus eran:

  • Duamutef: un dios chacal que protegía el estómago, representaba el este y estaba protegido por Neit.
  • Hapy: un dios babuino que protegía los pulmones, representaba el norte y estaba protegido por Neftis.
  • Amset: un dios con forma humana que protegía el hígado, representaba el sur y estaba protegido por Isis.
  • Qebehsenuf: un dios halcón que protegía los intestinos, representaba el oeste y estaba protegido por Serket.

Estos órganos se guardaban en vasos canopes, cuya tapa a veces tenía la forma de su dios protector. El ejemplo más famoso de estos protectores canopes es el artefacto de alabastro de la tumba de Tutankamón en el que están labradas Isis, Neit, Neftis y Serket. Los cuatro dioses protectores se representaban como hombres momificados con sus respectivas cabezas de chacal, babuino, humano y halcón. Estos se veían como manifestaciones de Horus que era un amigo de los muertos. Horus se invocaba en los funerales para pedir protección y orientación para aquellos que habían fallecido y para los vivos que se quedaban atrás.

Canopic Jars
Vasos canopes
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

La controversia de Horus y Jesús

El culto de Horus en Egipto, como ya se ha dicho, ya era ancestral para cuando se popularizó el mito de Osiris, y ese mito elevó el culto de Osiris, Isis y Horus a nivel nacional. El culto de Isis se hizo tan popular que la adoración de la diosa viajó a través del comercio hasta Grecia y después a Roma, donde se convirtió en el mayor desafío para la nueva religión del cristianismo en los siglos III-V. Horus viajó con ella en su aspecto de niño e influyó en la iconografía cristiana de la Virgen María y el Cristo infante.

No cabe duda de que la adoración de Isis tuvo influencia en los albores del cristianismo a través de los conceptos del dios que muere y resucita que regresa de entre los muertos y le lleva la vida a la gente, de la vida eterna a través de la dedicación a ese dios, de la imagen de la virgen madre con el niño e incluso en el color rojo y las características del diablo cristiano. Sin embargo, esto no quiere decir que el cristianismo sea sencillamente el culto de Isis presentado de una manera diferente, ni que Horus sea el prototipo del Cristo resucitado.

Isis Nursing Horus
Isis amamantando a Horus
Georges Perrot and Charles Chipiez (1883) (Public Domain)

No obstante, el libro The Pagan Christ (El cristo pagano) de Tom Harpur (2004) afirma precisamente eso y ha dado lugar a la llamada controversia de Horus-Jesús, también conocida como la controversia del hijo de Dios. Harpur afirma que el cristianismo se inventó completamente a partir de la mitología egipcia y que Jesucristo no es más que una nueva interpretación de Horus. Para respaldar esta afirmación, Harpur cita "expertos" en el tema como Godfrey Higgins, Gerald Massey y Alvin Boyd Kuhn, todos ellos escritores de los siglos XVIII, XIX y XX, ninguno de los cuales era estudioso de la Biblia o egiptólogo. Higgins era un magistrado inglés que creía que todas las religiones provenían de la ciudad perdida de la Atlántida; Massey, que se autodenominaba egiptólogo, era un espiritualista inglés que estudiaba las inscripciones disponibles en el Museo Británico; Kuhn era un escritor que publicó sus propios libros cuyo interés principal era promover su teoría del mito de cristo, que básicamente era una reescritura del trabajo realizado por Higgins y Massey.

Harpur presenta a estos "expertos" como si hubiesen descubierto algo milagroso y desconocido, cuando, en realidad, sus observaciones suelen ser interpretaciones inexactas de obras anteriores (como por ejemplo las de Epicteto y Marco Aurelio) o teorías tremendamente especulativas presentadas como si fueran ideas brillantes. El motivo del dios que muere y revive había existido durante miles de años antes de que el apóstol Pablo empezara su tarea apostólica en torno a 42-62 d.C., y el concepto de la vida eterna a través de la dedicación personal a un dios estaba también muy bien establecido. El libro de Harpur presenta varios problemas serios para cualquier lector que conozca la Biblia, el cristianismo y la mitología e historia egipcias, pero su problema más grave es la afirmación de que Horus y Jesús comparten "similitudes sorprendentes".

Esta afirmación, que resulta obviamente falsa para cualquiera que conozca la historia de ambas figuras, se ha convertido en lo más conocido del libro. Por desgracia, muchos lectores que no conocen las historias originales entienden las afirmaciones de Harpur como legítimas, cuando no lo son. Por citar tan solo algunos ejemplos, Harpur afirma que tanto Horus como Jesús nacieron en una cueva: esto es falso ya que Horus nació en las marismas del delta del Nilo y Jesús en un establo. Ambos nacimientos fueron anunciados por un ángel: también es falso ya que el concepto de ángel, como mensajero de Dios, no existe en las creencias egipcias. Horus y Jesús ambos fueron tentados en el desierto: es falso, ya que Horus se enfrentó a Set en muchas regiones diferentes, incluido el desierto árido, mientras que las historias de los evangelios dejan claro que Jesús fue tentado en el desierto. Tanto Horus como Jesús recibieron la visita de tres hombres sabios: es falso porque Horus no recibió la visita de ningún hombre sabio, mientras que, en el caso de Jesús (detalle aún más perjudicial para la supuesta erudición de Harpur), la Biblia nunca menciona a "tres hombres sabios"; tan solo hay referencias a "hombres sabios" que trajeron tres tipos de regalos. Horus y Jesús ambos devolvieron a los muertos a la vida: también es falso, ya que Horus no tuvo nada que ver con la resurrección de Osiris ni ninguna otra persona o dios.

Horus Relief
Bajorrelieve de Horus
Osama Shukir Muhammed Amin (Copyright)

Además, las creencias religiosas egipcias habrían rechazado el concepto de una persona muerta que regresara a la vida. Incluso Osiris, el gran dios y primer rey de Egipto, no pudo regresar a su lugar en la tierra tras la muerte; tuvo que tomar su lugar entre los muertos, donde pertenecía. El concepto egipcio de la vida terrenal era que tan solo era una parte de un viaje eterno mucho más largo, y nadie habría sido bienvenido de vuelta una vez había partido hacia la otra vida. Aparte de eso, ningún egipcio habría querido regresar. La otra vida egipcia era una imagen reflejada de la vida terrenal excepto que no había decepción, pérdida ni muerte. Cualquier persona u objeto que se había quedado atrás en la tierra se volvería a encontrar en el Campo de los Juncos, ya fueran los seres queridos, las mascotas o incluso un árbol favorito.

Horus el redentor

Todas las demás afirmaciones de Harpur son igual de insostenibles debido a una investigación muy pobre y su confianza en fuentes que no son fiables. Ni Horus ni Jesús se benefician de esta pobre comparación de sus vidas. El concepto de Horus como redentor estaba bien establecido en Egipto, pero eso no quiere decir que ese concepto sea exclusivamente suyo ni que no hubiera otros "redentores" entre la época en que Horus era popular y el desarrollo del cristianismo. Horus era un redentor de la salud y los seres humanos en su forma terrenal; no de almas que necesitaban de la salvación del pecado y del castigo eterno. Horus niño era uno de los llamados "dioses niños" del antiguo Egipto que aparecía en la forma conocida como Shed, salvador, pero era un salvador de los problemas terrenales, no los eternos. Geraldine Pinch escribe:

Aparecía en las estelas de finales del Imperio Nuevo vestido como un príncipe que había vencido a animales peligrosos con su arco o espada curvada. Estas eran las antecesoras de un tipo de estela mágica conocida como cipo. En estos cipos, aparece un Horus niño desnudo aplastando cocodrilos y estrujando otras criaturas peligrosas, tales como serpientes, leones y antílopes. Cuando los griegos vieron tales objetos, identificaron a Horus niño/Harpócrates con el Heracles (Hércules) infante que estrangulo a dos serpientes que lo atacaron en la cuna. (147)

Además, Horus, mediante sus cuatro hijos, cuidaba de los muertos y era su amigo, pero principalmente era un dios de los vivos. Era el dios distante que se podía acercar en momentos de necesidad, un amigo de confianza, un hermano cariñoso, el protector y el guía en los peligros de la vida. Comparte estas cualidades y características con deidades de otras culturas de todo el mundo desde la Antigüedad hasta el presente, pero para los egipcios era totalmente único porque era el suyo; tal y como ha sido siempre con cualquier dios de cualquier creencia.

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Sobre el traductor

Rosa Baranda
Traductora de inglés y francés a español. Muy interesada en la historia, especialmente en la antigua Grecia y Egipto. Actualmente trabaja escribiendo subtítulos para clases en línea y traduciendo textos de historia y filosofía, entre otras cosas.

Sobre el autor

Joshua J. Mark
Joshua J. Mark no sólo es cofundador de World History Encyclopedia, sino también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.

Cita este trabajo

Estilo APA

Mark, J. J. (2016, marzo 16). Horus [Horus]. (R. Baranda, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-11203/horus/

Estilo Chicago

Mark, Joshua J.. "Horus." Traducido por Rosa Baranda. World History Encyclopedia. Última modificación marzo 16, 2016. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-11203/horus/.

Estilo MLA

Mark, Joshua J.. "Horus." Traducido por Rosa Baranda. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 16 mar 2016. Web. 20 nov 2024.

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