La lira era un instrumento musical de cuerda interpretado por los antiguos griegos. Probablemente fue el instrumento más importante y mejor conocido en el mundo griego. La lira estaba estrechamente relacionada con otros instrumentos de cuerda: el chelys, hecho de un caparazón de tortuga, la phorminx de cuatro cuerdas y la cítara de siete cuerdas. Apolo y Orfeo fueron los ejecutantes de la lira más conocidos.
Las liras griegas en la mitología
En la mitología griega los cuatro instrumentos a menudo se nombran indistintamente en varios mitos y generalmente se acredita a Hermes su invención. El dios mensajero construyó el instrumento a partir del caparazón de una tortuga, tripa y cañas, principalmente para ayudarle a robar 50 reses de ganado de alta calidad del rebaño sagrado de Apolo. Apolo descubrió el robo y solo fue aplacado por el ofrecimiento de Hermes de la lira. A partir de entonces, Apolo fue considerado el ejecutante de la lira por excelencia. Apolo también enseñó a ese otro gran músico mítico, Orfeo, como tocar el instrumento el cual se convertiría en su emblema. Se creía que Orfeo era tracio, lo cual ayudó a reforzar la creencia de que la lira tenía sus orígenes allí. Sin embargo, la invención de la versión de siete cuerdas de la lira se atribuye a Terpandro de Lesbos. Otras figuras míticas a menudo vistas con una lira incluyen a Eros y a las Musas.
¿Cómo se fabricaban las liras?
El instrumento de cuerda usualmente tenía dos brazos verticales fijos (pecheis) o cuernos (kerata) y una barra transversal (zygos) con clavijas de afinación (kollopes) de bronce, madera, marfil o hueso. Siete cuerdas (neurai o chordai) de igual longitud pero de diferentes espesores (usualmente fabricadas de tripa de oveja) se estiraban entre la barra transversal y un cordal fijo (chordotonon) y se tocaban rasgueando o punteando con la mano, normalmente usando un plectro hecho de madera, marfil o metal. El instrumento se tocaba sentado o de pie, se sostenía en la mano y, algunas veces, mediante una correa que se llevaba puesta sobre el hombro del ejecutante. La mayoría de los músicos que tocaban la lira eran hombres, pero algunas representaciones artísticas, las más destacadas las de bailarinas de arcilla del Palaikastro o Palekastro minoico (1420-1300 a. C.), muestran a una intérprete femenina de la lira. Ciertamente, los músicos disfrutaban de un estatus especial, como lo demuestra su atuendo distintivo de largas túnicas en el arte griego. Además, los jeroglíficos minoicos tenían un símbolo único para los músicos y una tablilla lineal B procedente de Tebas (1250-1200 a.C.) menciona a los tañedores de lira como miembros del personal de palacio micénico.
La lira se tocaba tanto sola o como acompañamiento del canto o de la poesía lírica en todo tipo de ocasiones, tales como banquetes oficiales, symposia (fiestas privadas para beber), ceremonias religiosas, funerales y en las competencias musicales tales como aquellas celebradas en los grandes festivales de Panatenea, Pythia y Karneia.
Las liras en el arte griego
Las liras griegas frecuentemente se presentan en todas las formas de arte griego y los ejemplos más antiguos se remontan a mediados de la Edad del Bronce (hacia el 2000 a.C.) en las civilizaciones cicládica y minoica. En Acrotiri de Tera (Santorini), un fresco muestra una lira triangular pequeña ejecutada por un mono azul. En Cnosos de Creta una pequeña lira de alabastro está decorada con una cabeza de cisne en cada brazo del instrumento. Poco después, a lo largo del Egeo en el siglo XIV a.C., aparecen las liras con brazos en forma de S y están frecuentemente decoradas con aves acuáticas. Las liras también se usaron como motivos decorativos en la cerámica minoica tardía. Un sarcófago de Hagia Triada ilustra una lira de siete cuerdas, una pintura mural procedente de la micénica Pilo tiene una lira de cinco cuerdas y una crátera, krater, de Tirinto muestra una de tres cuerdas. Subsisten fragmentos de liras de marfil decoradas provenientes de Micenas. Las liras aparecen, frecuentemente, en la cerámica griega tardía (cerámica geométrica, de figuras rojas y negras) desde el siglo VIII a.C. Curiosamente, todos los intérpretes de lira representados en el arte griego son diestros.
Se conserva una caja de resonancia de tortuga del siglo V a.C., así como clavijas de afinación del siglo VI a.C. Varias figuras talladas de los brazos de liras se han preservado, en particular un joven de marfil con incrustaciones de Samos (c. VII a.C.) y una mujer con esfinge y cisne de alrededor del 600 a.C. Se conservan liras completas del período helenístico, siendo un ejemplo notable la lira de bronce del naufragio de Anticitera.
La importancia de las liras en la cultura griega
La música y, particularmente, la ejecución de la lira era una parte integral de la educación griega. Incluso las figuras míticas disfrutaban de los beneficios de una educación musical; por ejemplo, Aquiles fue enseñado a tocar la lira por el sabio centauro Quirón. Platón solo consideraba a la lira o a la cítara como instrumentos adecuados para la educación musical.
Varias ciudades-estado griegas (poleis) también usaban una representación de la lira en sus monedas. Por ejemplo, el estatero de plata de Calinda en Caria (600-550 a.C.) tenía una lira de concha de tortuga en su reverso. Considerando su asociación con Apolo, no es de sorprender que la dracma de plata de Delos en el siglo VI a.C. tenía una lira en su reverso. Las monedas de Cos de los siglos II y I a.C. llevaban la cabeza de Apolo en el anverso y una lira de cinco cuerdas en el reverso. En el mismo período, las monedas de Tespias, donde había un templo dedicado a Apolo y otro a las Musas, llevaban una lira de tres cuerdas en sus reversos.