El muro de Adriano (conocido en la antigüedad como Vallum Hadriani o Vallum Aelian) es una obra fronteriza defensiva al norte de Britania que data desde 122 EC. El muro corría de costa a costa con una longitud de 73 millas terrestres (120 km). Aunque comúnmente se piensa que fue construido para marcar la línea fronteriza entre Britania y Escocia, no es así; nadie sabe la real motivación detrás de su construcción, pero no traza un perímetro entre los dos países.
Si bien el muro simplemente marcaba la frontera norte del Imperio romano en la Britania de ese tiempo, hay teorías referentes al propósito del gran proyecto de construcción, desde limitar la inmigración, controlar el contrabando, hasta mantener a la población indígena al norte del muro. El muro se mantuvo en uso hasta que fue abandonado al inicio del siglo 5 EC.
Propósito
La efectividad militar del muro ha sido cuestionada por muchos eruditos a través de los años a causa de su longitud y la localización de las fortificaciones a lo largo de la ruta. El argumento dice que, de realmente haberse levantado como una barrera defensiva, habría sido construido de forma diferente y en otra ubicación. Al respecto, los profesores Scarre y Fagan escriben,
Arqueólogos e historiadores han debatido largamente sobre si el Muro de Adriano fue una barrera militar eficaz… Cualquiera sea su efectividad militar, sin embargo, es claro que fue un poderoso símbolo de la potencia militar romana. El biógrafo de Adriano remarca que el emperador construyó el muro para separar a los romanos de los bárbaros. De la misma manera, los emperadores chinos construyeron La Gran Muralla para separar China de los bárbaros de las estepas al norte. En ambos casos, adicionalmente a cualquier función militar, estas barreras físicas sirvieron, a los ojos de sus constructores, para reforzar la división conceptual de lo civilizado y lo no civilizado. Fueron parte de la ideología del imperio. (Ancient Civilizations, 313)
Esta parece ser la mejor explicación del motivo subyacente detrás de la construcción del Muro de Adriano. Los romanos habían estado lidiando con levantamientos en Britania desde su conquista de la región. Aunque el primer contacto de Roma con Britania fue a través de las expediciones que hizo Julio César ahí en 55/54 AEC, Roma no empezó ninguna conquista sistemática hasta el año 43 EC bajo el emperador Claudio (r. 41-54 EC).
La revuelta de Boudicca reina de los Icenos en 60/61 EC resultó en la masacre de muchos ciudadanos romanos y la destrucción de ciudades principales (entre ellos Londinium, Londres moderna) y, de acuerdo con el historiador Tacitus (56-117 EC), demostró plenamente las formas bárbaras de los britanos a los ojos de la mentalidad romana.
Las fuerzas de Boudicca fueron derrotadas en la Batalla de Watling Street por el general Gaius Suetonius Paulinus en 61 EC. En la Batalla del Monte Graupius, en la región que hoy es Escocia, el general romano Gnaeus Julius Agricola ganó una decisiva victoria sobre los Caledonios a mando de Calgacus en 83 EC. Ambas intervenciones, así como el levantamiento en el norte en 119 EC (reprimidas por el gobernador romano y el general Quintus Pompeius Falco), comprobaron que los romanos estuvieron a la altura para manejar a la población indígena de Britania.
La sugerencia que el Muro de Adriano, por tanto, fue construído para contener o de alguna manera controlar a la gente del norte no parece ser tan probable como que fue construído como una muestra de fuerza. La política exterior de Adriano fue consistentemente "paz a través de la fuerza" y el muro hubiera sido una impresionante ilustración de ese principio. De la misma forma que Julio César construyó su famoso puente a través del Rin en 55 AEC simplemente para mostrar que él, y por ende Roma, podía ir a cualquier lugar y hacer cualquier cosa. Adriano quizá construyó su muro por precisamente el mismo propósito.
Origen y Construcción
Adriano (nacido Publius Aelius Hadrianus, 76-138 EC, r. 117-138 EC) fue uno de los emperadores con mayor involucración activa en la historia del Imperio romano. Adriano visitó casi cada provincia del imperio durante su reinado y personalmente inspeccionó y aprobó cada lugar que quería usar para sus proyectos. Llega a Britania en 122 EC y fue alojado en el norte por el gobernador Falco con quien habría recorrido toda la región del muro, cuya construcción, posiblemente, ya había comenzado.
Los proyectos de edificaciones de Adriano, especialmente en Grecia, son legendarios y su inclinación por ambiciosos monumentos se ejemplifica en su homónimo muro. Esta obra fue iniciada en piedra (a diferencia de otras fortificaciones que fueron empezadas en madera) en el este y avanzó hacia el oeste a través de un terreno irregular para crear un reflejo impresionante del poder de Roma.
Originalmente el muro tenía 9.7 pies de ancho (3 metros) y 16-20 pies de alto (seis metros) al este del Río Irthing, todo construido en piedra , y 20 pies de ancho (6 metros) por 11 pies de alto (3.5 metros) al oeste del río, hecho de piedra y césped, extendiéndose 73 millas (120k) a través de toda la extensión del territorio. Este ambicioso proyecto de construcción fue completado en seis años por las legiones romanas estacionadas en Britania. Los planes de construcción del muro estuvieron listos antes de la visita de Adriano a Britania en 122 EC y, quizá, la construcción ya se había iniciado antes de la fecha asignada como la inicial , probablemente ya en el año 118 EC.
Fortificaciones defensivas
Habían entre 14-17 fortificaciones a lo largo del muro y un Vallum (zanja hecha a propósito como defensa) que corría paralelamente al muro. El Vallum medía 20 pies (6 metros) de ancho por 10 pies (3 metros) de profundidad, flanqueado por grandes elevaciones de tierra prensada. Es esta estructura del sitio la que ha dado origen a la interpretación tradicional del muro como una obra construida para repeler la invasión desde el norte. Estas fortificaciones fueron guarnecidas con tropas romanas y ha sido establecido que estos soldados interactuaron en escaramuzas con nativos en la frontera. El erudito Nigel Rodgers comenta al respecto:
Cerca de 15,000 auxiliares fueron desplegados a lo largo o alrededor del muro. La mayoría no estaba distribuida uniformemente sobre éste, sino concentrada en campos para 500 o 1,000 hombres, como el del fuerte Housesteads, de los que salían para lidiar con los intrusos. El muro no era una hermética frontera pero controlaba el tráfico e impresionaba a los nativos. Fuertes como High Rochester, 30 millas (48 km) al norte , se constituían puestos de avanzada, mientras que se podían convocar sólidos refuerzos desde la fortaleza legionaria en York al sur.(177)
Claramente, entonces, había un aspecto defensivo en el muro, pero ese no parece haber sido su propósito principal. La construcción del Vallum ni siquiera parece haberse construido con fines defensivos. Los eruditos Lesley y Roy A. Adkins señalan que el Vallum "probablemente sirvió como un marcador de límites, manteniendo alejados a los civiles" (98). Esta afirmación está en consonancia con el creciente consenso académico de que el muro fue concebido más como un gesto simbólico, una declaración imponente del poder de Roma, que una línea de defensa o un medio para limitar realmente la inmigración ilegal.
El Muro de Adriano y el Muro de Antonino
El Vallum fue construido después de la construcción del muro y los fuertes como lo demuestra su desviación respecto a las ruinas existentes y la clara indicación de calzadas a través de la zanja a intervalos que corresponden a los sitios de fortificación establecidos. Cuando el Muro de Antonino se construyó más al norte (c. 142 EC por el emperador Antonino Pío), el Vallum pareciera haber sido parcialmente rellenado para facilitar el paso. El Muro de Antonino se construyó después de que el Muro de Adriano fuera abandonado como puesto de avanzada y se colocó más al norte en la actual Escocia, entre el Firth of Forth y el Firth of Clyde.
El Muro de Antonino se construyó quizá para cumplir el mismo propósito que el Muro de Adriano, pero se cree que funcionó de manera más pragmática que la construcción que la precedió. Se cree que el Muro de Adriano fue enlucido y blanqueado para que como un faro brillante, simbolice el poder de Roma, y sea visible a grandes distancias. El Muro de Antonino no sugiere esta misma grandeza ni, a pesar de las numerosas fortificaciones a lo largo de su recorrido, la misma intención en el diseño y la construcción.
El emperador Marco Aurelio (r.161-180 EC) hizo retroceder a las legiones romanas desde el Muro de Antonino al Muro de Adriano bajo su reinado y fortificó las guarniciones en su esfuerzo por mantener los límites fronterizos del Imperio. El gran monumento de Adriano al poder de Roma podría haber continuado en su función hasta el 540 EC cuando las legiones dejaron Britania. La actividad alrededor y a lo largo del muro parece haberse mantenido como lo ha demostrado la evidencia arqueológica, pero no se observa una presencia estable de Roma después del 410 EC ni en el muro, ni a través de toda Britania.
Conclusión
Seguidamente a la retirada romana, los habitantes locales tomaron grandes porciones del muro para edificaciones de uso personal pero las ruinas del muro parecen haber sido utilizadas por las fuerzas de los Britanos que la aprovisionaron. En los siglos 6 y 7 EC, piedras del muro fueron usadas en lugares tan lejanos como el Reino de Northumbria y algunas aparecen en la Abadia de Monkwearmouth-Jarrow. El muro continuó siendo desmantelado para su uso en otros proyectos en los siglos que siguieron. Inmensas secciones fueron removidas para proveer de pavimento a los senderos fangosos de las tropas britanas que se dirigían al norte para reprimir el Levantamiento Jacovita de 1745 EC.
El Muro de Adriano podría haber desaparecido totalmente si no fuera por los esfuerzos de un hombre, el anticuario John Clayton (1792-1890 EC) quien, en 1834 EC, comenzó a comprar las tierras alrededor del muro en un esfuerzo por preservarlas. Las excavaciones de Clayton y su entusiasmo por el lugar, mantuvieron intacto los restos del Muro de Adriano y, en 1987 EC, fue declarado Sitio Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Hoy en día está bajo el cuidado de la comisión English Heritage y también en gran parte, por voluntarios que reconocen su inmensa importancia histórica.