La guerra en la antigua Grecia

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Mark Cartwright
por , traducido por Rodrigo Pedraza
Publicado el 27 marzo 2018
Disponible en otros idiomas: inglés, francés
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Gods Fighting Giants, Delphi (by Mark Cartwright, CC BY-NC-SA)
Los dioses luchando contra los gigantes, Delfos
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

En el mundo griego de la Antigüedad, la guerra se veía como un mal necesario de la condición humana. Ya se trate de pequeñas escaramuzas fronterizas entre ciudades-estado vecinas, prolongados asedios a ciudades, guerras civiles o batallas a gran escala entre bloques de alianzas múltiples en tierra y mar, las enormes recompensas de la guerra podían superar los costos en material y vidas. Si bien hubo largos períodos de paz y muchos ejemplos de alianzas amistosas, los poderosos motivos de la expansión territorial, el botín de guerra, la venganza, el honor y la defensa de la libertad aseguraron que durante los períodos Arcaico y Clásico los griegos participaran regularmente en la guerra tanto en su territorio como en el extranjero.

Rivalidades entre la ciudades-estado

A partir de bandas armadas dirigidas por un líder guerrero surgieron las milicias urbanas, compuestas por soldados a tiempo parcial, que proporcionaban su propio equipo y tal vez incluían a todos los ciudadanos de la ciudad-estado o polis. Esta comenzaron a alejar la guerra del control de los individuos y pasó a estar bajo el control del estado. Las asambleas o grupos de ciudadanos de élite dictaminaban la guerra y los generales (strategoi) pasaron a ser responsables de sus acciones y a menudose se elegían para períodos fijos u operaciones militares específicas.

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En las primeras etapas de la guerra griega en el período Arcaico, el entrenamiento era desordenado e incluso las armas podían ser improvisadas, si bien a los soldados se les pagaba, aunque solo fuera para que pudieran satisfacer sus necesidades básicas. No había uniformes ni insignias y tan pronto como terminara el conflicto los soldados regresarían a sus granjas. Para el siglo V a.C., la destreza militar de Esparta proporcionó un modelo a seguir para todos los demás estados. Con su ejército profesional y bien entrenado, vestido con capas rojas y escudos adornados con la letra lambda (la "l" de los lacedemonios), los espartanos demostraron lo que se podía lograr con el profesionalismo en la guerra.

Greek Hoplites [Artist's Impression]
Hoplitas griegos [impresión artística]
The Creative Assembly (Copyright)

LA GUERRA PASÓ DE BATALLAS PUNTUALES LIBRADAS EN UNAS POCAS HORAS A CONFLICTOS PROLONGADOS QUE PODÍAN DURAR AÑOS.

Muchos estados como Atenas, Argos, Tebas y Siracusa comenzaron a mantener una pequeña fuerza profesional (logades o epilektoi) que se podía nutrir de la base ciudadana principal de ser necesario. Los ejércitos se volvieron más cosmopolitas con la inclusión de extranjeros residentes, esclavos, mercenarios y aliados vecinos (ya fuera de forma voluntaria o por obligación en el caso de los perioikoi de Esparta). La guerra pasó de batallas puntuales libradas en unas pocas horas a conflictos prolongados que podían durar años, de entre los cuales los más importantes fueron las guerras persas (primera mitad del siglo V a.C.), las guerras del Peloponeso (459-446 y 431-404 a.C.) y las guerras corintias (394-386 a.C.).

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La falange hoplita

El pilar de cualquier ejército griego era el hoplita. Su panoplia completa consistía en una lanza larga, una espada corta y un escudo circular de bronce y, si podía permitírselo, estaba protegido además por un casco de bronce (con acolchado interior para mayor comodidad), un peto de bronce, grebas para las piernas y finalmente protectores de tobillos. Los combates eran cuerpo a cuerpo, sangrientos y letales. Este tipo de guerra era la oportunidad perfecta para que el guerrero griego mostrara su virilidad (andreia) y excelencia (aretē) y los generales lideraran desde el frente y con el ejemplo.

Para proporcionar una mayor movilidad en la batalla, los hoplitas llegaron a usar armaduras más ligeras, como un corsé de cuero o lino laminado (spolades) y un casco abierto (pilos). El guerrero peltasta, armado con jabalinas cortas y con una armadura más ligera que el hoplita, se convirtió en una amenaza móvil y peligrosa para los hoplitas que se movían más lentamente. Otras tropas con armas más ligeras (psiloi) también llegaron a desafiar el dominio hoplita del campo de batalla. Los lanzadores de jabalina (akonistai), los arqueros (toxotoi) y los honderos (sphendonētai) que usaban piedras y balas de plomo podían acosar al enemigo con ataques y retiradas. También se desplegaba caballería (hippeis), pero debido a los altos costos y el difícil terreno de Grecia, solo en cantidades limitadas; por ejemplo, Atenas, que poseía la mayor fuerza de caballería durante las guerras del Peloponeso, tenía solo 1.000 tropas montadas. Las ofensivas de caballería decisivas y devastadoras tendrían que esperar a la llegada de los macedonios liderados por Filipo y Alejandro a mediados del siglo IV a.C.

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LA FALANGE ERA UNA LÍNEA DE SOLDADOS HOPLITAS BIEN ARMADOS Y BIEN protegidos, que GENERALMENTE constaba de 8 A 12 HOMBRES QUE ATACABAN COMO UN GRUPO COMPACTO.

Los ejércitos también se estructuraron más, dividiéndose en unidades separadas con jerarquías de mando. Los lochoi eran la unidad básica de la falange: una línea de soldados hoplitas bien armados y bien protegidos, que normalmente constaba de ocho a doce hombres que atacaban como un grupo compacto. En Atenas, el lochos estaba dirigido por un capitán (lochagos) y estos se combinaban para formar uno de los diez regimientos (taxeis), cada uno dirigido por un taxiarchos. Los ejércitos de Corinto, Argos y Megara aplicaron también una organización similar. En la Esparta del siglo V a.C., el elemento básico era el enomotiai (pelotón) de 32 hombres. Cuatro de estos pelotones formaban una pentekostys (compañía) de 128 hombres, y cuatro de estas formaban un lochos (regimiento) de 512 hombres. Un ejército espartano normalmente constaba de cinco lochoi con unidades separadas de milicias no ciudadanas: perioikoi. Las unidades también podían dividirse por edad o especialidad en armamento y a medida que la guerra se fue volviendo más estratégica, estas unidades empezaron a operar de manera más independiente, respondiendo a toques de trompeta u otras señales similares en mitad de la batalla.

La guerra por mar: el trirreme

Algunos estados como Atenas, Egina, Corinto y Rodas acumularon flotas de buques de guerra, más comúnmente el trirreme, que podrían permitir a estos estados forjar asociaciones comerciales lucrativas, colocar tropas en territorio extranjero y lograr así establecer y proteger colonias. Incluso podrían bloquear puertos enemigos y lanzar desembarcos anfibios. La flota más grande estaba en Atenas, que logró acumular hasta 200 trirremes en su apogeo y que permitió a la ciudad construir y mantener un imperio en todo el Mediterráneo.

Greek Trireme in Battle
Trirreme griego en batalla
The Creative Assembly (Copyright)

El trirreme era un barco ligero de madera, muy maniobrable y equipado con un ariete de bronce en la proa que podía inutilizar los barcos enemigos. Con 35 metros de largo y 5 metros de manga, unos 170 remeros (thetes procedentes de las clases más pobres) sentados en tres niveles podían impulsar el barco a una velocidad de 9 nudos. A bordo también había pequeños contingentes de hoplitas y arqueros, pero la táctica principal en la guerra naval era embestir, no abordar. Los comandantes capaces disponían sus flotas en un frente largo de modo que al enemigo le resultara difícil pasar por detrás (periplous) y se aseguraban de que sus barcos estuvieran lo suficientemente cerca para evitar que el enemigo atravesara una brecha (diekplous). Quizás la batalla naval más famosa fue Salamina en 480 a.C., cuando los atenienses obtuvieron la victoria contra la flota invasora de Jerjes.

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Sin embargo, el trirreme tenía la desventaja de que no había espacio para dormir, por lo que los barcos debían atracar en dique seco todas las noches, lo que también evitaba que la madera se humedeciera. También eran increíblemente caros de producir y mantener; de hecho, el trirreme era indicativo de que ahora la guerra se había convertido en una costosa preocupación del Estado, incluso si se obligaba a los ciudadanos ricos a financiar la mayor parte de los gastos.

Estrategias de batalla

En realidad, la primera estrategia se desarrollaba antes de que se produjera el combate. La religión y los rituales eran características importantes de la vida griega y antes de embarcarse en una campaña había que determinar la voluntad de los dioses. Esto se hacía mediante la consulta de oráculos como el de Apolo en Delfos y mediante sacrificios de animales (sphagia) donde un adivino profesional (manteis) leía presagios (ta hiera), especialmente del hígado de la víctima, y cualquier señal desfavorable ciertamente podría retrasar la batalla. Además, al menos para algunos estados como Esparta, los conflictos podían prohibirse en determinadas ocasiones, como festivales religiosos, así como en todos los estados durante los grandes juegos panhelénicos (especialmente los de Olimpia).

Spartan Warriors
Guerreros espartanos
The Creative Assembly (Copyright)

Una vez realizados todos estos rituales, la lucha podía comenzar, pero incluso entonces era normal esperar pacientemente a que el enemigo se reuniera en una llanura cercana adecuada. Se cantaban canciones (el paian, un himno a Apolo) y ambos bandos avanzaban para encontrarse. Sin embargo, este enfoque caballeroso dio paso con el tiempo a disposiciones de batalla más sutiles donde la sorpresa y la estrategia pasaron a primer plano. Es más, los conflictos también se volvieron más diversos en el período Clásico con asedios y emboscadas y las luchas urbanas se volvieron más comunes, por ejemplo en Soligea en 425 a.C., cuando los hoplitas atenienses y corintios lucharon casa por casa.

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Las estrategias y el engaño, los "ladrones de la guerra" (klemmata) como los llamaban los griegos, eran empleados por los comandantes más capaces y atrevidos. La estrategia más exitosa en el antiguo campo de batalla consistía en utilizar hoplitas en una formación apretada llamada falange. Cada hombre se protegía a sí mismo y parcialmente a su vecino con su gran escudo circular que llevaba en el brazo izquierdo. Moviéndose al unísono, la falange podía empujar y atacar al enemigo minimizando al mismo tiempo la exposición de cada hombre. La falange, que normalmente tenía entre ocho y doce hombres y proporcionaba el máximo frente posible para minimizar el riesgo de ser flanqueada, se convirtió en una característica habitual de los ejércitos mejor entrenados, en particular los espartanos. Las Termópilas en 480 a.C. y Platea en 479 a.C. fueron batallas en las que la falange de hoplitas demostró ser devastadoramente efectiva.

Greek Phalanx
La falange griega
CA (Copyright)

En la batalla de Leuctra en 371 a.C., el general tebano Epaminondas reforzó en gran medida el flanco izquierdo de su falange aumentando el número hasta 50 hombres, lo que significó que podía aplastar el flanco derecho de la falange espartana enemiga, una táctica que utilizó nuevamente con gran éxito en Mantineia en 362 a.C. Epaminondas también mezcló tropas armadas más ligeras y caballería para trabajar en los flancos de su falange y hostigar al enemigo. Los hoplitas respondieron a estos desarrollos tácticos con nuevas formaciones como el cuadrado defensivo (plaision), utilizado con gran efecto (y no solo en defensa) por el general espartano Brásidas en 423 a.C. contra los lincestas y nuevamente por los atenienses en Sicilia en 413 a.C. Sin embargo, la era de los hoplitas fuertemente armados, cuidadosamente ordenados en dos filas y atacándose entre sí en una batalla fija había terminado. La guerra más móvil y con múltiples armas se convirtió ahora en la norma. La caballería y los soldados que podían lanzar misiles tal vez no ganaran las batallas directamente, pero podían afectar dramáticamente el resultado de una batalla y sin ellos los hoplitas podrían quedar irremediablemente expuestos.

Guerra de asedio

LOS ASEDIOS POR LO GENERAL ERAn ASUNTOS DE LARGA DURACIÓN Y LA ESTRATEGIA PRINCIPAL consistía en matar de hambre al ENEMIGO PARA QUE SE SOMETIERA.

Desde una etapa temprana, la mayoría de las ciudades-estado griegas tenían una acrópolis fortificada (Esparta y Elis eran excepciones notables) para proteger los edificios religiosos y cívicos más importantes y proporcionar refugio contra ataques. Sin embargo, a medida que la guerra se volvió más móvil y se alejó de la tradicional batalla hoplita, las ciudades buscaron proteger los diferentes barrios con muros de fortificación. En respuesta al mayor riesgo de ataques, surgieron torres de vigilancia independientes en los alrededores e incluso fuertes y murallas fronterizas. Muchas poleis también construyeron fortificaciones para crear un corredor protector entre la ciudad y su puerto, de las cuales las más famosas son los Muros Largos que abarcaban los 7 km entre Atenas y El Pireo.

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Los asedios solían ser asuntos prolongados y la estrategia principal consistía en matar de hambre al enemigo hasta someterlo. Las estrategias ofensivas que utilizaban arietes y rampas resultaban en gran medida infructuosas. Sin embargo, a partir del siglo IV a.C. las innovaciones técnicas dieron a los atacantes más ventajas. Las torres de asedio con ruedas, utilizadas por primera vez por los cartagineses y copiadas por Dionisio I de Siracusa contra Motia en 397 a.C., la artillería arrojadiza (gastraphetes), los aparatos para lanzar piedras (lithoboloi) e incluso los lanzallamas (en Delión en 424 a.C.) iniciaron una tendencia de los comandantes a ser más agresivos en la guerra de asedio. Sin embargo, no fue hasta la llegada de la artillería de torsión a partir del año 340 a.C., que podía impulsar piedras de 15 kg a más de 300 metros, que se pudieron empezar a derribar las murallas de las ciudades. Naturalmente, los defensores respondieron a estas nuevas armas con paredes más gruesas y fuertes con superficies convexas para desviar mejor los misiles.

Siege Warfare
Guerra de asedio
The Creative Assembly (Copyright)

Logística: carga y suministros

La corta duración de los conflictos en el mundo griego se debía a menudo a la mala logística de abastecimiento y mantenimiento del ejército en el campo. Por lo general, se esperaba que los soldados proporcionaran sus propias raciones (el pescado seco y las gachas de cebada eran los más comunes) y el estándar para Atenas era el equivalente a tres días. La mayoría de los hoplitas habrían estado acompañados por un esclavo que actuaba como encargado de equipaje (skeuophoroi) que llevaba las raciones en una cesta (gylion) junto con ropa de cama y una olla para cocinar. Los esclavos también actuaban como asistentes de los heridos, ya que solo el ejército espartano tenía un oficial médico dedicado (iatroi). Los combates solían tener lugar en verano, por lo que rara vez se necesitaban tiendas de campaña e incluso se podía saquear comida si los combates se desarrollaban en territorio enemigo. Hacia el final del período Clásico, los ejércitos podían reabastecerse por barco y transportar equipos más grandes utilizando carros y mulas que quedaban bajo la responsabilidad de hombres demasiado mayores para luchar.

El botín de la victoria

El botín de guerra, aunque no siempre era el motivo principal del conflicto, ciertamente era un beneficio muy necesario para el vencedor, ya que le permitía pagar a sus tropas y justificar los gastos de la campaña militar. El botín podía venir en forma de territorio, dinero, materiales preciosos, armas y armaduras. Los perdedores, si no eran ejecutados, a menudo se vendían como esclavos, el destino normal de las mujeres y los niños del bando perdedor. Era típico que el 10% del botín (un dekaten) se dedicara en agradecimiento a los dioses en uno de los grandes santuarios religiosos como Delfos u Olimpia. Estos sitios se convirtieron en verdaderas tesorerías y, en la práctica, en museos de armas y armaduras. También se convirtieron en un objetivo demasiado tentador para líderes más inescrupulosos en épocas posteriores, pero aún así la mayoría del material militar que nos ha llegado proviene de excavaciones arqueológicas en estos sitios.

Bronze Chalcidian Helmet
Yelmo de bronce calcídico
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

Después de la victoria debían realizarse rituales importantes que incluían la recuperación de los muertos y la colocación de un trofeo de la victoria (de tropaion, que significa punto de inflexión en el conflicto) en el lugar exacto del campo de batalla donde se había asegurado la victoria. El trofeo podía tener la forma de armas y armaduras capturadas o una imagen de Zeus; en ocasiones también se erigían monumentos a los caídos. También podían celebrarse discursos, festivales, sacrificios e incluso juegos tras una victoria en el campo.

Conclusión

La guerra griega, por lo tanto, evolucionó desde pequeños grupos de comunidades locales que luchaban por territorio local hasta batallas masivas entre contrapartes multialiadas. La guerra se volvió más profesional, más innovadora y más mortífera, y alcanzó su cénit con los líderes macedonios Filipo II y Alejandro Magno. Aprendiendo de las estrategias e innovaciones armamentísticas griegas anteriores, emplearon mejores armas de mano, como la larga lanza sarissa, utilizaron mejor artillería, reunieron con éxito diversas unidades de tropas con diferentes armas, explotaron plenamente la caballería y respaldaron todo esto con una logística muy superior para dominar el campo de batalla no solo en Grecia sino en vastas zonas de Asia y marcar el patrón de la guerra durante la época helenística y romana.

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Sobre el traductor

Rodrigo Pedraza
Magíster en Historia Militar con más de 20 años de servicio militar, actualmente realizando trabajos de investigación sobre desarrollo tecnológico en buques y memoria histórica con veteranos.

Sobre el autor

Mark Cartwright
Mark es un autor, investigador, historiador y editor de tiempo completo. Se interesa, en especial, por el arte y la arquitectura, así como por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones de World History Encyclopedia.

Cita este trabajo

Estilo APA

Cartwright, M. (2018, marzo 27). La guerra en la antigua Grecia [Ancient Greek Warfare]. (R. Pedraza, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-11769/la-guerra-en-la-antigua-grecia/

Estilo Chicago

Cartwright, Mark. "La guerra en la antigua Grecia." Traducido por Rodrigo Pedraza. World History Encyclopedia. Última modificación marzo 27, 2018. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-11769/la-guerra-en-la-antigua-grecia/.

Estilo MLA

Cartwright, Mark. "La guerra en la antigua Grecia." Traducido por Rodrigo Pedraza. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 27 mar 2018. Web. 20 nov 2024.

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