La filosofía griega de la antigüedad es un sistema de pensamiento desarrollado por primera vez en el siglo VI a.C. que se formó en torno a la Causa primordial de los fenómenos observables. Antes del desarrollo de este sistema de la mano de Tales de Mileto (en torno a 585 a.C.) los antiguos griegos entendían que el mundo había sido creado por los dioses.
Sin negar la existencia de estos, Tales sugirió que la Causa primordial de la existencia era el agua. Esta sugerencia no hizo que lo acusaran de impiedad porque el agua, como una entidad dadora de vida que rodeaba la tierra, ya se relacionaba con los dioses en la religión griega. Los seguidores de Tales, Anaximandro (en torno a 610 a en torno a 546 a.C.) y Anaxímenes (en torno a 546 a.C.) continuaron sus estudios e investigaciones de la naturaleza de la realidad, pero sugirieron otros elementos como la Causa primordial.
Estos tres hombres iniciaron el camino investigativo conocido como la filosofía griega antigua, que fue desarrollada por los llamados filósofos presocráticos, que son los que se dedicaron a la especulación filosófica y al desarrollo de diferentes escuelas de pensamiento desde el primer intento de Tales hasta la época de Sócrates de Atenas (en torno a 470/469-399 a.C.), quien, según su estudiante más famoso, Platón (que vivió de 424/423 a 348/347 a.C.), amplió el ámbito de la filosofía para hablar no ya solo de la Causa primordial sino también de la moral del individuo y de la obligación ética de mejorar como persona por el bien propio y el de la comunidad en general. La obra de Platón inspiraría a su estudiante, Aristóteles de Stagira (384-322 a.C.) a fundar su propia escuela con su visión basada en la de Platón, pero distinta de ella significativamente.
Aristóteles llegaría a ser el tutor de Alejandro Magno (356-323 a.C.) quien, a través de su conquista de Persia, llevó los conceptos de la filosofía griega por todo oriente desde las regiones de la moderna Turquía hasta Irak e Irán, a Rusia, a India y de vuelta a Egipto donde influiría en el desarrollo de una escuela de pensamiento conocida como Neoplatonismo tal y como la formuló el filósofo Plotino (en torno a 202-274 a.C.), cuya visión, desarrollada a partir de la de Platón, de la Mente divina y la realidad superior que da forma al mundo observable influiría en el apóstol san Pablo (en torno a 5-64 a.C.) y su manera de entender e interpretar la misión y el mensaje de Jesucristo, con lo que crearía las bases del desarrollo del cristianismo.
Las obras de Aristóteles, que tendrían tanta influencia en el cristianismo como Platón, también serían clave para la formulación del pensamiento musulmán después de que el islam se estableciera en el siglo VII d.C., así como los conceptos teológicos del judaísmo. En la actualidad, la filosofía griega es la base de algunos sistemas de creencias, de valores culturales y de códigos legales de todo el mundo ya que ha contribuido en gran medida a su desarrollo.
La antigua religión griega
La religión griega de la antigüedad decía que el mundo observable y todo lo que había en él había sido creado por los dioses inmortales que se interesaban personalmente por las vidas de los seres humanos para guiarlos y protegerlos; a cambio de esto, la humanidad se lo agradecía a sus benefactores mediante las alabanzas y la adoración que con el tiempo se institucionalizaría mediante los templos, el clero y los rituales. El escritor griego Hesíodo (siglo VIII a.C.) codificó este sistema de creencias en su obra Teogonía, y el poeta griego Homero (siglo VIII a.C.) lo ilustraría de manera completa en la Ilíada y la Odisea.
Los seres humanos fueron creados, al igual que todas las plantas y animales, por los dioses del Olimpo, que regulaban las estaciones y se entendían como la Causa primordial de la existencia. Las historias ahora conocidas como mitología griega se desarrollaron para explicar varios aspectos de la vida y cómo había que entender a los dioses y adorarlos. Por tanto, en este entorno cultural, no había ninguna motivación intelectual o espiritual para ir en busca de la Causa primordial porque esta ya estaba bien establecida y definida.
El origen de la filosofía griega
Tales de Mileto era una aberración cultural que, en vez de aceptar la definición teológica de su cultura de la Causa primordial, quiso llevar a cabo su propia investigación razonada sobre el mundo natural, partiendo de lo que podía observar y remontándose hasta lo que había hecho que surgiera en un primer momento. Sin embargo, la cuestión que se han preguntado los filósofos, historiadores y científicos sociales posteriores es cuál fue la motivación de esta investigación. Los estudiosos modernos no se ponen de acuerdo en ninguna respuesta y, en general, proponen dos puntos de vista:
- Tales es un pensador original que desarrolló una forma de investigación nueva.
- Tales desarrolló su filosofía a partir de fuentes babilónicas y egipcias.
Para la época de Tales, Egipto ya tenía una relación comercial consolidada con las ciudades de Mesopotamia, incluida Babilonia, por supuesto, y tanto los mesopotámicos como los egipcios creían que el agua era el elemento base de la existencia. La historia de la creación babilónica (del Enuma Elish, puesto por escrito en torno a 1750 a.C.) cuenta la historia de la diosa Tiamat (que quiere decir mar) y su derrota a manos del dios Marduk, que crea el mundo a partir de sus restos. La historia de la creación egipcia también presenta el agua como el elemento primordial del caos del que surge la tierra; el dios Atum lo controla y se establece el orden. Después surgen los demás dioses, los animales y los seres humanos.
Hace tiempo que se sabe que la filosofía griega de la antigüedad comenzó en las colonias griegas de Jonia, a lo largo de la costa de Asia Menor, ya que los tres primeros filósofos presocráticos eran todos de la ciudad jónica de Mileto, y la escuela de Mileto es la primera escuela de pensamiento griega. La explicación que se da comúnmente para el hecho de que Tales concibiera por primera vez su filosofía es la primera opción que se citaba antes. Sin embargo, la segunda teoría realmente tiene más sentido ya que ninguna escuela de pensamiento se desarrolla de manera aislada, y no hay nada en la cultura griega del siglo VI a.C. que sugiera que se valoraba o alentaba la investigación intelectual sobre las causas de los fenómenos observables.
El estudioso G. G. M. James destaca que muchos filósofos posteriores, desde Pitágoras hasta Platón, se dice que estudiaron en Egipto y, en parte, desarrollaron allí sus filosofías. Sugiere que puede que Tales también estudiara en Egipto y estableciera esta práctica como una tradición que otros seguirían más tarde. Aunque sin duda puede que sea así, no hay ninguna documentación que respalde definitivamente esta teoría, aunque sí se sabe que Tales estudió en Babilonia. Ciertamente, habría estado expuesto a la filosofía mesopotámica y egipcia mientras estudiaba allí, lo que probablemente fue su fuente de inspiración.
Los filósofos presocráticos
Fuera como fuera que desarrolló su visión de la investigación empírica y razonada de la naturaleza de la realidad, Tales empezó un movimiento intelectual que inspiraría a otros a hacer lo mismo. Estos filósofos se conocen como presocráticos sencillamente porque son anteriores a Sócrates. Siguiendo la formulación del estudioso Forrest E. Baird, los principales filósofos presocráticos fueron:
- Tales de Mileto – en torno a 585 a.C.
- Anaximandro – en torno a 610 - en torno a 546 a.C.
- Anaxímenes – en torno a 546 a.C.
- Pitágoras – en torno a 571 - en torno a 497 a.C.
- Jenófanes de Colofón – en torno a 570 - en torno a 478 a.C.
- Heráclito – en torno a 500 a.C.
- Parménides de Elea – en torno a 485 a.C.
- Zenón de Elea – en torno a 465 a.C.
- Empédocles – en torno a 484-424 a.C.
- Anaxágoras – en torno a 500 - en torno a 428 a.C.
- Demócrito – en torno a 460 - en torno a 370 a.C.
- Leucipo – en torno al siglo V a.C.
- Protágoras – en torno a 485 - en torno a 415 a.C.
- Gorgias – en torno a 427 a.C.
- Critias – en torno a 460-403 a.C.
Los tres primeros se centraron en la Causa primordial de la existencia. Tales afirmaba que era el agua, pero Anaximandro rechazó esta idea en favor del concepto más elevado de lo ápeiron, "lo ilimitado, infinito o indefinido" (Baird, 10), que era una fuerza creadora eterna. Anaxímenes, por su parte, afirmó que el aire era la Causa primordial por la misma razón que Tales había elegido el agua: sentía que este elemento era el componente más básico de todos los demás.
Pitágoras rechazó la definición de una Causa primordial, y afirmó que los números eran la Verdad. Los números no tenían principio ni fin, igual que no lo tenían el mundo o el alma de una persona. El alma inmortal pasaba por muchas reencarnaciones, adquiría sabiduría y, aunque Pitágoras sugiere que al final se unía a un alma superior (Dios), no está claro cómo definía esta superalma. Jenófanes contesta esta cuestión con su afirmación de que solo existe un Dios que es la Causa primordial así como el gobernante del mundo. Rechazó la visión antropomórfica de los dioses olímpicos en favor de una visión monoteísta de Dios como un Espíritu puro.
Su coetáneo más joven, Heráclito, rechazó esta idea y sustituyó a "Dios" por el "Cambio". Para Heráclito, la vida era flujo; el cambio era la definición misma de "vida" y todas las cosas existían y desaparecían sencillamente por la naturaleza propia de la existencia.
Parménides combinó estas dos opiniones en su escuela eleática de pensamiento que enseñaba el Monismo, que es la creencia de que toda la realidad observable está compuesta de una sola sustancia, no creada e indestructible. Esta idea de Parménides sería desarrollada por su alumno Zenón de Elea, que creó una serie de paradojas lógicas que demostraban que la pluralidad era una ilusión de los sentidos y que, de hecho, la realidad era uniforme.
Empédocles combinó las filosofías de sus predecesores con la suya propia y afirmó que los cuatro elementos habían surgido de la lucha de las fuerzas naturales que se enfrentaban las unas a las otras, pero se mantenían gracias al amor, definido por Empédocles como una fuerza creadora y regeneradora. Anaxágoras tomó esta idea y desarrolló su concepto de cosas iguales-pero-no-iguales y de "semillas". Nada puede surgir de algo a lo que no es igual y todo está compuesto de partículas, semillas, que constituyen cada cosa en particular.
Su teoría de las "semillas" influiría en el desarrollo del concepto del átomo de Leucipo y su estudiante Demócrito, que, al investigar la "semilla" básica de todas las cosas, afirmaron que todo el universo estaba compuesto de entidades "indivisibles", conocidas como átomos. La teoría atómica inspiró la teoría de Leucipo del fatalismo porque, igual que los átomos constituían el mundo observable, su disolución y reformación dirigían el destino de las personas.
Las obras de estos filósofos, y de los muchos otros que no se mencionan aquí, alentaron el desarrollo de la profesión del Sofista: intelectuales muy cultos que, por un precio, instruían a los jóvenes de las clases altas de Grecia en estas filosofías varias como parte de su objetivo, que era enseñar el arte de la persuasión para ganar en las discusiones o los debates. Los pleitos eran comunes en la antigua Grecia, especialmente en Atenas, y las habilidades que ofrecían los sofistas estaban muy valoradas. Al igual que los filósofos anteriores habían defendido conceptos que iban en contra de lo que se aceptaba como "conocimiento general", los sofistas enseñaban el método con el que se podía hacer que "lo peor pareciera lo mejor" en una discusión.
Algunos de los sofistas más famosos fueron Protágoras, Gorgias y Critias. Protágoras es más conocido por su afirmación de que "el hombre es la medida de todas las cosas", es decir, que todo es relativo a la experiencia y la interpretación individuales. Gorgias enseñaba que lo que la gente conocía como "conocimiento" no era más que una opinión y que el verdadero conocimiento era incomprensible. Critias, un antiguo adepto de Sócrates, es más conocido por su argumento de que la religión fue creada por hombres fuertes y astutos para controlar a los débiles y los ingenuos.
Sócrates, Platón y las escuelas socráticas
Hay quienes consideran que Sócrates fue una especie de sofista, pero que enseñaba gratuitamente sin esperar nada a cambio. El propio Sócrates no escribió nada, y todo lo que se sabe de su filosofía proviene de dos de sus estudiantes, Platón y Jenofonte (430 a en torno a 354 a.C.), y de las formas que adoptó su filosofía en las escuelas fundadas posteriormente por sus otros seguidores, tales como Antístenes de Atenas (en torno a 445-365 a.C.) o Aristipo de Cirene (en torno a 435-356 a.C.) entre otros.
Sócrates se centró en la superación del carácter individual, que definía como el "alma", para vivir una vida virtuosa. Su visión central se resume en la afirmación que le atribuye Platón: "una vida sin examinar no merece ser vivida" (Apología, 38b), por lo que no se debía repetir sin más lo aprendido de los demás, sino que había que examinar las propias creencias, y cómo estas conformaban el comportamiento de cada uno, para conocerse realmente y comportarse de manera justa. Sus enseñanzas básicas se recogen en los diálogos de Platón, normalmente publicados bajo el título Los últimos días de Sócrates (Eutifrón, Apología, Critón y Fedón), que cuentan su acusación en Atenas por cargos de impiedad y de corromper a la juventud, su juicio, su tiempo en prisión y su ejecución.
Los demás diálogos de Platón, en casi todos los cuales Sócrates es el personaje principal, puede que recojan o no las verdaderas ideas de Sócrates. Incluso los contemporáneos de Platón afirmaban que el "Sócrates" que aparece en sus diálogos no tenía nada que ver con el profesor que habían conocido. Antístenes fundó la escuela cínica, que se centraba en la simplicidad en la vida, en el comportamiento como carácter, y la negación de cualquier lujo como principio fundamental, mientras que Aristipo fundó la escuela cirenaica del hedonismo, en la que el lujo y el placer eran los principales objetivos a los que aspirar. Ambos filósofos fueron estudiantes de Sócrates, al igual que Platón, pero sus filosofías tienen poco, o nada, que ver con la suya.
Independientemente de lo que pensara el Sócrates histórico, la filosofía que le atribuye Platón se basa en el concepto de un reino eterno de la Verdad (el Reino de las Formas), del que la realidad observable no es más que un reflejo. Los conceptos de Verdad, Bondad, Belleza y demás existen en este reino, y las cosas que la gente dice que son verdaderas, buenas o bonitas solo son un intento de definición, no los conceptos en sí mismos. Platón afirmaba que el entendimiento de la gente quedaba oscurecido y limitado por la aceptación de la "verdadera mentira" (también conocida como la Mentira del alma), que hacía que creyeran erróneamente sobre los aspectos más importantes de la vida humana. Para poder liberarse de esta mentira había que reconocer la existencia de un reino superior y ajustar el entendimiento propio con este reino mediante la búsqueda de la sabiduría.
Aristóteles y Plotino
Puede ser que Platón atribuyera a propósito sus propias ideas filosóficas a Sócrates para evitar correr el mismo destino que su profesor. Sócrates fue arrestado por impiedad y ejecutado en 399 a.C., lo que dispersó a sus seguidores. El propio Platón se marchó a Egipto y visitó varios lugares más antes de regresar a Atenas para fundar su Academia y empezar a escribir sus diálogos. Uno de sus estudiantes más famosos en esta escuela nueva fue Aristóteles, hijo de Nicómaco de Estagira, cerca de la frontera con Macedonia.
Aristóteles rechazó la teoría de las formas de Platón y se centró en un enfoque teleológico de la investigación filosófica en el que se llega a las primeras causas examinando las últimas fases. Aristóteles dice que alguien no intentaría entender cómo crece un árbol de una semilla observando su "cualidad de árbol", sino mirando el propio árbol, observando cómo crece, qué constituye una semilla, en qué suelo crece mejor, etc. De la misma manera, no se puede entender la humanidad pensando en cómo "debería" ser un ser humano, sino reconociendo cómo es uno mismo y pensando cómo se podría mejorar un individuo.
Aristóteles creía que el propósito total de la vida humana era la felicidad. La gente no era feliz porque confundía la riqueza material, la posición o las relaciones (todo ello cosas temporales) con la satisfacción interna, duradera, que se cultivaba desarrollando el areté, la "excelencia personal", que le permitía al individuo experimentar la eudaimonia ("estar dotado de un buen espíritu"). Una vez conseguida la eudaimonia, no se podía perder y se podía ver claramente para ayudar a los demás a lograr tal estado. Creía que la Causa primordial era una fuerza que definía como el Motor primario, que ponía todo lo demás en movimiento, pero después, una vez que las cosas estaban en movimiento, permanecían en movimiento. La Causa primordial no le interesaba tanto como entender cómo funcionaba el mundo observable y cómo se podía vivir en él de la mejor manera.
Aristóteles fue tutor de Alejandro Magno, quien extendería su filosofía, y la de sus predecesores, por todo Oriente Próximo llegando hasta la India y, al mismo tiempo, Aristóteles creó su propia escuela, el Liceo, en Atenas, donde enseñaba a sus alumnos. Investigó prácticamente todas las áreas y disciplinas del conocimiento humano a lo largo de su vida y muchos escritores posteriores lo conocían simplemente como el Maestro.
Sin embargo, no todos estos pensadores posteriores estaban de acuerdo con su filosofía, y de entre ellos Plotino fue el que tomó lo mejor del idealismo de Platón y el enfoque teleológico de Aristóteles y los combinó en una filosofía conocida como neoplatonismo que también tenía elementos del misticismo indio, egipcio y persa. Según esta filosofía, hay una Verdad definitiva, tan inmensa que la mente humana no puede comprenderla, que no fue nunca creada, que nunca se puede destruir y ni siquiera se puede nombrar. Plotino llamó a esto el nous, que se traduce como mente divina.
El propósito de la vida es despertar el alma al conocimiento de la mente divina y vivir acorde a ella. Lo que la gente llama "malvado" es a causa del apego a las cosas temporales de este mundo y las ilusiones que la gente cree que le hacen feliz. El "bien" verdadero consiste en reconocer la naturaleza temporal y en última instancia insatisfactoria del mundo material y en centrarse en la mente divina de la que surge todo bien en la vida.
Conclusión
Plotino responde a la pregunta de Tales sobre la Causa primordial con la respuesta que estaba intentando evitar, la divinidad. Al igual que los dioses de la antigua Grecia, el nous era una creencia que no podía demostrarse; solo se podía conocer a través de fenómenos observables interpretados según las creencias de cada uno. La insistencia de Plotino en la realidad del nous se vio alentada por su insatisfacción con cualquier otra respuesta. Para que cualquier cosa en el mundo fuera verdadera, tenía que haber una fuente de la Verdad, y si todo era relativo al individuo, tal y como afirmaba Protágoras, entonces la Verdad como tal no existía, solo había opiniones. Plotino, al igual que Platón, rechazó la idea de Protágoras y estableció la Mente divida como fuente no solo de la verdad sino de toda la vida y la propia consciencia.
Su pensamiento neoplatónico influiría en san Pablo y en su desarrollo de la visión cristiana. Pablo entendió el dios cristiano en unos términos muy similares a los del nous de Plotino, solo que era una deidad individual con un carácter distinto en vez de ser la nebulosa Mente divina. Las obras de Aristóteles, que se habían traducido y se conocían mejor en Oriente Próximo, influyeron en el desarrollo de la teología musulmana mientras que los eruditos judíos se inspiraron en Platón, Aristóteles y Plotino para formar su propia teología.
La filosofía griega de la antigüedad también conformaría varios valores culturales por todo el mundo, no solo inicialmente a través de las conquistas de Alejandro Magno sino a través de su diseminación de mano de escritores posteriores. Los códigos legales y los conceptos seglares de la moralidad hasta la actualidad derivan de la filosofía de los griegos, e incluso quienes nunca han leído las obras de ningún filósofo griego se han visto influidos por ellos en mayor o menor medida. Desde la indagación inicial de Tales sobre las causas primordiales hasta la compleja metafísica de Plotino, la filosofía griega encontró admiradores en busca de las mismas respuestas a las preguntas que planteaba y, al extenderse, produjo los fundamentos culturales de la civilización occidental.