Minerva era la diosa romana de la sabiduría, la medicina, el comercio, las artesanías la poesía y las artes en general y, posteriormente, de la guerra. En muchos aspectos es similar a la diosa griega Atenea, tenía templos importantes dedicados a ella en Roma y era la patrona del festival de Quinquatras.
En un principio, Minerva era una diosa italiana de las artesanías estrechamente relacionada con la diosa griega Atenea. Sin embargo, los estudiosos están de acuerdo en que Minerva era una diosa indígena, procedente de la Menrva de los etruscos, y en que su nombre deriva de meminisse, que significa "recordar". Estaba considerada como hija de Júpiter, de cuya cabeza nació, y en un principio se la adoró en Roma como parte de la Tríada capitolina junto con Juno y Júpiter. Según las leyendas, el gran héroe griego Eneas, que logró escapar de Troya, llevó una estatua del culto de la diosa a Roma. Ubicada dentro del templo de Vesta, se creía que la ciudad se mantendría a salvo de peligro siempre y cuando la estatua estuviera a buen recaudo. Al igual que Atenea, la diosa era conocida por su castidad, y en una célebre ocasión, rechazó los avances amorosos de Marte, el dios de la guerra.
Minerva es la protagonista de una de las historias más famosas de las Metamorfosis de Ovidio. En el mito, una joven lidia llamada Aracne presume con insensatez de que su habilidad para tejer es incluso superior a la de Minerva. A la gran diosa no le hace gracia oír tal afirmación, así que reta a la insolente Aracne a una competición. Ambas mujeres se sientan en sus telares y empiezan a crear un tapiz que sea mejor que el de su rival. En la obra maestra de Minerva estaban todos los grandes dioses y la propia Minerva está en el centro, ganando la competición y con Poseidón a punto de convertirse en patrón de Atenas. En un detalle aún más inquietante para Aracne, en los bordes del tapiz están representados todos los mortales que habían osado retar a los dioses y habían fracasado. Por su parte, la obra, algo menos piadosa, de Aracne, muestra a varios de los dioses adoptando formas diferentes para seducir a los mortales ingenuos. El tapiz es sin duda una excelente obra de arte, pero, como cabría esperar, Minerva se declara a sí misma la ganadora y castiga a Aracne por su osadía: la golpea tres veces en la cabeza y la transforma en una araña. Esta es una más de las historias con moraleja tan comunes en la mitología griega y romana de la imprudencia de que un mortal se considere igual a los propios dioses.
El lugar de culto más importante de Minerva puede que fuera en el Aventino, donde se construyó un santuario en 263 o 262 a.C. Este aspecto de Minerva en particular, el Aventino, era de origen griego, y el lugar también era el emplazamiento de un gremio de escritores y actores y un centro importante de artesanos. La diosa también tenía un santuario en el monte Celio, una de las siete colinas de Roma.
Con el tiempo, Minerva fue cobrando importancia en el panteón romano y se acabó convirtiendo en la figura más importante del festival de Quinquatras, que anteriormente había estado dedicado a Marte. Este festival de cinco días comenzaba el 19 de marzo y marcaba el comienzo de la temporada de campañas del ejército romano. La diosa también se asoció con la victoria, tal y como ilustra la consagración de Pompeyo de un templo a la diosa tras sus campañas en oriente. El emperador Domiciano también afirmó que la diosa era su protectora especial y encargó construirle un templo en el foro de Nerva de Roma en la segunda mitad del siglo I d.C.
Una de las representaciones artísticas más importantes de Minerva es una estatua de 3 metros de alto de la diosa que hoy en día se encuentra en los Museos Capitolinos de Roma. Data del siglo II a.C. y es una figura de pie vestida con quitón y cinturón, una égida con una representación de Medusa, con un escudo en la mano izquierda y un casco corintio echado hacia atrás. La estatua, que debe gran parte de su composición a la colosal estatua criselefantina de Ateneas que esculpió Fidias para el Partenón en el siglo V a.C. presenta a la diosa en su aspecto familiar de guerrera noble e intrépida.