Inti era el dios Inca del sol y era considerado como todopoderoso, pero también un dios benevolente y capaz de gran generosidad. Sin embargo, Inti se podía enojar y demostrar su disgusto a través de eclipses solares que necesitaban sacrificios para lograr de vuelta el buen favor del dios. Los gobernadores incas se consideraban a sí mismos descendientes directos de Inti, el patrón del imperio y de las conquistas militares.
Relaciones y papel de Inti
Inti era el sol, que en la mitología Inca fue creado por la deidad suprema inca, Viracocha, desde una isla en el lago Titicaca. Aunque Viracocha era de mayor estatus, usualmente permanecía en el segundo lugar de asuntos mundanos y permitía a intermediarios como Inti gobernar el mundo realmente. Inti estaba casado con la diosa de la luna Quilla. El primer líder inca y fundador de la civilización, Manoc Cápac (antes llamado Ayar Manco), se cree que fue instruido por Inti o que en realidad era su hijo, junto con otros antepasados originales de los incas, como Mama Coya (también conocida como Mama Ocllo), que también se describe como esposa de Inti en algunas versiones del mito. De esta forma los gobernadores Inca sucesivos podían reivindicar su linaje divino y dar énfasis a su rol como intermediarios entre los dioses y la gente ordinaria. Manco Capac incluso vestía un traje de hojas de oro para impresionar al pueblo con su familia divina. Sin embargo, no fue hasta Wiracoqa Inca (c. 1425) o el noveno gobernador inca, Pachacuti Inca Yupanqui (1438-1471) que el culto de Inti realmente llegó a establecerse en las prácticas culturales de los incas. Con la expansión del Imperio inca, el culto del sol fue incorporado en las religiones de los pueblos conquistados y usado como propaganda imperial de la que se valía el Inca sobre la gente bajo el correcto uso divino del gobierno.
La Coricancha
El templo de la Coricancha ("Casa del Sol") y el recinto sagrado de Sacsahuaman en la capital inca del Cuzco estaban dedicadas a Inti y probablemente construidas en el reino de Pachacuti. Fue aquí que la figura más antigua de la religión Inca, el Gran Sacerdote del Sol (Villac Umu), presidía en torno a los ritos en honor a Inti, asistido por acllas (o acyllyaconas), jóvenes sacerdotisas vírgenes. También había ceremonias al sol llevadas a cabo por sacerdotes varones y mujeres en los sitios sagrados a lo largo del imperio. Quizás el más famoso ejemplo está en Machu Picchu, en donde un típico intihuatana o "poste de enganche del sol" está situado en el punto más alto del recinto sagrado usado durante los solsticios, para conectar simbólicamente el sol a la tierra usando una cuerda especial. El intihuatana también se usaba para observaciones astronómicas regulares del sol y posiblemente de otros cuerpos celestes. Otros templos importantes estaban en Pisac (noreste de Cuzco), Ingapirca (hoy en Ecuador), y en la isla del Sol en el lago Titicaca donde los dirigentes incas visitaban una vez al año en peregrinación.
Inti Raymi
Inti era especialmente adorado durante el festival del Inti Raymi durante el solsticio de invierno en junio, y duraba varios días. Uno de los sacrificios más comunes a Inti era el de llamas blancas, pero también se le dedicaban ofrendas de comida, otros ganados e incluso áreas de cultivo. También había sacrificios humanos (incluyendo el de niños) en ocasiones de ceremonias especiales o en tiempo de crisis particulares como terremotos o en muertes en la familia real. Tales ceremonias estaban diseñadas para asegurar la sucesión continua del Imperio inca, su gente y sus cosechas. Una historia curiosa es cuando un águila fue atacada por buitres y cayó de los cielos durante una ceremonia en honor a Inti en 1526, lo que se pensó que predecía el colapso del Imperio inca. Fue, de hecho, alrededor de este tiempo que los primeros signos de la mortal viruela traída por los conquistadores españoles del Viejo Mundo comenzaron a aparecer entre la población Inca, y sería en menos de una década antes que la capital Inca cayera en manos españolas.
Representaciones en el arte
A menudo Inti no era representado en el arte inca, pero cuando lo era, estaba representado usualmente como una estatua de oro, un disco solar o una máscara dorada. El oro se asociaba particularmente con el dios, como también la creencia de que ese metal precioso era el sudor del sol. La estatua más sagrada de Inti se conservaba en su santuario en Cuzco. El interior del templo era una maravilla en sí misma, al estar forrada con 700 paneles de medio metro de oro batido, mientras que por fuera se representaba una escena en vida real de un campo de maíz con llamas y pastores, todos hechos de oro y plata. La estatua representaba a Inti como un niño pequeño sentado, llamado Punchao (Día o Sol de Medio Día). De su cabeza y espalda brillaban los rayos del sol, vestía una venda real y tenía serpientes y leones saliendo de su cuerpo. El estómago de la estatua estaba hueco y se usaba para almacenar las cenizas de los órganos vitales de los reyes incas anteriores. Cada día esta estatua se llevaba afuera, al aire libre, y se llevaba de vuelta al santuario cada noche. La estatua se llevó a otro lugar por seguridad, cuando los españoles llegaron hacia el 1530, pero desapareció sin dejar rastro, probablemente por haber sido fundida como otros muchos artefactos incas.
Las máscaras de Inti solían estar hechas de oro finamente batido y también tenían los rayos del sol brotando de la cabeza del dios en un diseño común en las máscaras de deidades preincaicas. Estos rayos solían cortarse en un dramático zig-zag y a veces terminaban en un pequeño rostro o figura humana. La más famosa de estas máscaras se exponía en el templo de Coricancha, en Cuzco.
Los adoradores del dios y la vasta mayoría del arte hecho en su nombre desaparecieron desde hace tiempo, pero Inti vive en muchas culturas sudamericanas de hoy en día. El festival de Inti Raymi ha sido revivido como un gran festival anual en Cuzco, muchas banderas nacionales portan una imagen de él en la forma de un sol flamante, y la moneda del Perú en los 1980s fue llamada el inti, e incluso ahora se lo refiere con su nuevo nombe, el sol.