Arthashastra

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Definición

Joshua J. Mark
por , traducido por Waldo Reboredo Arroyo
Publicado el 23 junio 2020
Disponible en otros idiomas: inglés
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Mauryan Ringstone (by World Imaging, CC BY-NC-SA)
Piedra anular maurya
World Imaging (CC BY-NC-SA)

La obra denominada Arthashastra es un tratado indio acerca de política, economía, estrategia militar, la función del estado y la organización social, atribuido al filósofo y primer ministro Kautilia, también conocido por el nombre de Chanakia Visnugupta, quien vivió entre los años 350 y 275 a.C. Kautilia resultó un elemento clave en el establecimiento del reino del gran rey Chadragupta Maurya, fundador del Imperio maurya, cuya existencia se extendió desde el 322 hasta el 185 a.C., y lo gobernó entre el 321 y el 297 a.C.

Se piensa que Kautilia escribió el Arthashastra como una especie de manual dirigido a instruir a Chandragupta en la manera de dirigir un reino e infundirle seguridad para actuar de modo directo en el manejo de cuestiones políticas, sin atender a consideraciones éticas. El nombre de la obra proviene de las palabras sánscritas artha, objetivo, meta, y shastra, tratado, libro; el propósito del escrito era impartir al monarca amplios conocimientos sobre la administración del estado y facultarlo para gobernar con efectividad. Así, el título se ha traducido como La ciencia de la política, la ciencia de la economía política, y la ciencia de obtener beneficios materiales; esta última debido a que el hinduismo concibe que artha es uno de los objetivos fundamentales de los seres humanos en su búsqueda de riquezas y estatus social.

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En el Arthashastra están presentes conceptos esenciales tanto del hinduismo como del pragmatismo de la escuela filosófica charvaka, que rechaza todo tipo de elemento sobrenatural intrínseco de la fe, en favor de una visión totalmente materialista del universo y de la existencia humana. Charvaka afirmaba que la verdad solo podía establecerse mediante la observación directa del fenómeno bajo análisis, y en consecuencia promovía un enfoque práctico de la vida, que incluía la acción lógica fundamentada en la razón, como respuesta a las circunstancias. El Arthashastra se adhiere a esta línea en el tratamiento de temas como el del momento y la forma adecuada en que un monarca debía asesinar a sus rivales o a los miembros de su familia, el de caracterizar como enemigos a otros estados que contienden con el propio por los mismos recursos y poder, y el de la mejor manera de neutralizarlos con efectividad.

artha se refiere a la búsqueda de bienes terrenales, el éxito personal, la estabilidad y el estatus social.

La obra se conoció a través de referencias que aparecían en otros tratados posteriores, y se consideró perdida hasta que en 1905 el especialista en sánscrito Rudrapatna Shamasastry, quien vivió entre 1868 y 1944, descubrió una copia que publicó en 1909 y más adelante tradujo al inglés, la cual se imprimió en 1915. Desde entonces el Arthashastra ha gozado de fama internacional como uno de los más importantes tratados de política que se hayan escrito, a menudo comparado con El príncipe, publicado en 1532 por el afamado filósofo político renacentista italiano Nicolás Maquiavelo (1469-1527).

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El Arthashastra, compuesto unos 1500 años antes que El príncipe, continúa estudiándose en la actualidad debido a que presenta una explicación racional del arte de gobernar, y una efectiva defensa del concepto de estado como una entidad orgánica que requiere de un líder fuerte, cuyo deber y propósito más importante para servirlo de manera óptima es realizar el bien del pueblo.

Autoría, origen e influencias

Si bien la obra se atribuye a Kautilia, la certeza de tal aseveración ha resultado cuestionada. El texto alude a tres autores: Chanakia, Kautilia y Vishnugupta, que según algunos eruditos son tres individuos independientes, mientras otros consideran que constituyen una única persona. Esta última versión propone que su apellido era Kautilia o Chanakia y que Vishnugupta era su nombre de pila. Entre los estudiosos existe consenso acerca de la autenticidad de la afirmación, quienes acotan que aunque cada nombre aparece por separado en distintos lugares, en uno de los libros se esclarece que los tres se refieren a la misma persona.

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Kautilya
Kautilia
Unknown (CC BY-NC-SA)

Se piensa que, al menos en parte, los conceptos que se expresan en el Arthashastra derivan de textos más antiguos que con posterioridad se extraviaron. La hipótesis se fundamenta en la referencia que otros escritos como el Mahābhārata hacen a los arthasastras (en plural). Sin embargo, no se ha llegado a un acuerdo sobre este planteamiento, puesto que no hay forma de comparar la obra existente con los textos que se supone le precedieron. Además, según se ha mencionado, artha es un concepto que no solo se refiere a política, estrategia militar, economía, cría de animales, matrimonio, o a alguno de los temas que se tratan en los quince libros del Arthashastra. Artha se refiere a la búsqueda de bienes terrenales, el éxito personal, la estabilidad, y el estatus social. Por lo tanto los arthashastras que se piensa que lo antecedieron podían haber tratado cualquier cantidad de materias relacionadas con esos objetivos, incluida la política, pero no existe razón alguna para concluir que la obra que ha perdurado sea solo una revisión de piezas anteriores.

Chanakia concentró sus energías en preparar a chandragupta para ser rey y el arthashastra puede considerarse como el manual con el que se adiestró a chandragupta.

La influencia más directa que se identifica en la composición del Arthashastra es la de la escuela filosófica charvaka, desarrollada alrededor del 600 a.C., atribuida al reformista religioso de nombre Brhaspati, sabio que no guarda relación con el Dharma Shastra. La visión charvaka rechazaba todo tipo de escritura y autoridad religiosa y se centraba en la importancia del empleo de la percepción individual para el establecimiento de la verdad. Negaba la existencia de todo lo que no pudiera percibirse mediante los sentidos y promulgaba la búsqueda del placer como el mayor de los bienes alcanzables en la vida. Esta filosofía, aunque nunca llegó a evolucionar hasta convertirse en una escuela formal, ejerció considerable influencia en la definición de un panorama intelectual cargado de pragmatismo y del propósito de ofrecer respuestas objetivas y racionales a cualquier fenómeno, de manera por completo independiente de las concepciones sobrenaturales del pensamiento religioso. El clima resultante permitió que se desarrollara el tipo de enfoque que se expresa en el Arthashastra, si bien por lo común se acepta que tal perspectiva haya sido específica de Kautilia, o Chanakia, como parte de su esfuerzo para forjar un imperio panindio dirigido por un monarca firme, del tipo en que esperaba que se convirtiera Chandragupta a través de sus enseñanzas.

El panorama político, Chanakia y Chandragupta

En el siglo IV a.C. el paisaje político de la India lo componían diversos reinos y organizaciones políticas independientes, que luchaban entre sí con el propósito de conquistar recursos y poder. El más poderoso era el reino de Magadha que, ubicado en el este, fue conducido a la supremacía por su rey Bimbisara, quien lo gobernó entre los años 543 y 492 a.C. Bimbisara expandió los territorios bajo su dominio hasta ocupar las zonas centrales y norte del país, cuyo control mantuvieron sus sucesores hasta la llegada de Alejandro Magno en 326 a.C.

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En esa época el rey de Magadha era Dhanananda, o Dhana Nanda, quien reinó desde el 329 hasta el 322 o 321 a.C., a quien los griegos macedonios conocían como Xandrames o Agrames. El historiador romano Curcio, que vivió en el siglo I d.C., describe el legendario poderío militar de Dhanananda, que incluía un ejército de 200.000 soldados de infantería y 20.000 jinetes, entre otros efectivos.

Alexander the Great & Bucephalus Mosaic
Mosaico de Alejandro Magno y Bucéfalo
Ruthven (Public Domain)

Los relatos acerca de la aplastante fortaleza de los ejércitos de Dhanananda contribuyeron a que los soldados de Alejandro se amotinaran, lo forzaran a abandonar la conquista de la India, y regresara a Mesopotamia. Sin embargo, para entonces Alejandro había desestabilizado la región a causa de su invasión, de la conquista de varias tribus y reinos hostiles, y de la confrontación sostenida en la batalla del río Hidaspes en el 326 a.C. con el rey Poros de Paurava (que reinó desde alrededor de 326 a en torno a 315 a.C.).

Se dice que Poros le comentó a Alejandro que le resultaría fácil conquistar Magadha, aduciendo que el pueblo lo apoyaría en su empeño a causa de la impopularidad de Dhanananda. Con independencia de lo que Poros pueda haber dicho, la arrogancia y desdén con que Dhanananda dominaba a la población constituye un hecho bien establecido. No obstante, nadie impugnó su reinado hasta que cometió el error de insultar durante una ceremonia de caridad al brahmín Chanakia, quien, identificado por el investigador Chirag Patel como uno de los consejeros del rey, más tarde juró vengarse.

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Chanakia se aproximó a Pabbata, hijo de Dhanananda, y lo incitó a que depusiera a su padre, pero además se interesó en un joven de nombre Chandragupta, de imprecisa filiación noble o plebeya, que Patel describe como «un peón huérfano de diez años de edad» (7). Para probar sus temples entregó a cada uno un amuleto para que se lo ciñeran al cuello con un hilo de lana. Entonces Chanakia le pidió a Pabbata que entrara a la recámara de Chandragupta mientras estuviera dormido y le trajera el amuleto sin romper el hilo de lana. Pabbata fracasó en el intento, por lo que después Chanakia le pidió a Chandragupta que hiciera lo mismo durante el sueño de Pabbata.

Sin vacilar, Chandragupta le cortó la cabeza a Pabbata y le entregó a su maestro el amuleto. Con esta acción Chandragupta demostró ser el candidato ideal concebido por Chanakia para ocupar el trono: alguien que entendiera lo que se requería hacer, y fuera capaz de llevarlo a efecto. Chanakia concentró entonces sus energías en preparar a Chandragupta para su ascenso a la monarquía, razón por la cual puede considerarse el Arathashtra como su manual de aprendizaje. Una vez que Chanakia se sintió satisfecho con el grado de preparación de Chandragupta, montaron entre ambos una ofensiva contra Dhanananda, lo depusieron, lo mataron, y Chandragupta accedió al trono.

Relief of Chandragupta Maurya &
Chandragupta Maurya, relieve
Avantiputra7 (CC BY-SA)

Acerca del rol y las responsabilidades del rey

El núcleo central de las secciones del Arthashastra dedicadas a la política se concentra en el ejercicio de reinar y en la forma en que debe comportarse el soberano. Define a un monarca genuino como alguien capaz de subordinar sus deseos y ambiciones al bien de su pueblo:

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En la felicidad de sus súbditos yace la felicidad del rey, en su bienestar halla su propio bienestar. No solo tomará en consideración lo que le resulta gratificante, sino que asumirá como beneficioso para él todo aquello que satisfaga a sus súbditos. (Arthashastra, 1.19.34)

Esto no significa que el monarca no deba dirigir, ni que deba sujetar sus decisiones a tipo alguno de consentimiento de la mayoría, sino más bien que las políticas de un rey deben reflejar interés por hacer el mayor bien que puedan al conjunto más amplio de sus súbditos. La preservación y desarrollo de este bien se componía de siete elementos vitales:

  • El rey: que sirve al pueblo
  • Los ministros y consejeros: quienes sirven al rey
  • Las tierras de cultivo y el campo: que proveen recursos
  • Las fortalezas: que protegen los recursos y afianzan el control
  • La tesorería: que mantiene el gobierno y fomenta la expansión
  • Los militares: quienes defienden el estado y lo expanden
  • Los aliados: enemigos potenciales que pueden convertirse en amigos para lograr objetivos comunes

Un rey débil, como Dhanananda, priorizará sus propios deseos y se comportará con egoísmo en pos de gratificar su estima personal. Resulta muy probable que esta clase de rey ignore los sabios consejos de sus ministros si contradicen su visión personal, haga pobre uso de las tierras agrícolas y de la tesorería, solo atribuya importancia a las fortalezas y a los militares en tiempos de crisis, y descuide las alianzas a menos que lisonjeen su ego. Por el contrario, un monarca pleno de sabiduría será capaz de reconocer que se le ha otorgado la gran responsabilidad del cuidado de sus súbditos, y de aceptar juiciosos consejos; asimismo, aprovechará al máximo los demás elementos del estado. Cortejará a los aliados con independencia de lo que su persona sienta hacia ellos, y construirá fortalezas, no solo como puestos de avanzada para impedir invasiones, sino como extensiones del territorio del rey y como símbolo de su gran poder.

la paz es preferible a la guerra, asevera el texto, debido a que los tiempos de paz son productivos y conducen a la abundancia.

La guerra como política

La fuerza y autoridad del rey se consideran los aspectos más importantes de su imagen pública, la cual alcanza su máxima expresión en el concepto de la guerra como extensión del poder político. El Arthashastra sugiere que el rey conduzca guerras de expansión cuando la economía sea fuerte y la nación próspera, de modo que posea una reserva de recursos durante los períodos económicos más pobres. La tesorería debe mantenerse en todo momento en un nivel confortable y no deben lanzarse campañas militares, sea cual fuere la provocación, si no resulta permisible una larga confrontación. La paz es preferible a la guerra, asevera el texto, debido a que los tiempos de paz son productivos y conducen a la abundancia, mientras las guerras son destructivas y drenan recursos. No obstante, la guerra es una realidad de la vida, por lo que el autor define tres tipos de guerra en las que el rey debe intervenir, y al propio tiempo actuar con cautela:

  • Guerra abierta: participación militar total en batallas
  • Guerra encubierta: confrontación a través de maniobras políticas
  • Guerra silenciosa: ataques personales y económicos que incluyen el espionaje y el asesinato

Kautilia enfatiza la importancia del espionaje en todos estos tipos de guerra debido a que la información constituye poder, y mientras más se conozca de las motivaciones, fuerzas, y debilidades del enemigo, más sólida será la posición del monarca. El gobernante debe introducir espías incluso en las profesiones más comunes, de manera que se insinúen con facilidad en todos los niveles de la estructura social del enemigo, con el objetivo de conocer de él tanto como sea posible.

Los comerciantes que viajaban con sus mercancías entre las distintas regiones se consideraban buenos prospectos de informantes, así como los grupos de comediantes, prostitutas, bailarines, cocineros, sirvientes y otros de las clases más bajas, que ofrecían distintos servicios. Las mujeres se aquilataban como espías muy hábiles, porque según Kautilia, eran capaces de extraer revelaciones de sus amantes con una naturalidad tal que nadie podía sospechar de la existencia de motivos ulteriores, así como por su sagacidad para sembrar discordias entre los miembros de las cortes extranjeras, al fingir afecto primero por uno y después por otro de los cortesanos. En la exposición que realiza Kautilia sobre las mujeres espías, impresiona la descripción de las ocupaciones que el género femenino podía desarrollar en su época, entre las cuales se incluían la de servir como guardaespaldas del rey, trabajar como agricultoras, ser dueñas de haciendas, y laborar como artesanas independientes.

Mauryan Empire
Imperio maurya
Keeby101 (CC BY-NC-SA)

Economía y sociedad

La economía se basaba en la agricultura, como era el caso en la mayoría, si no en todas, las civilizaciones de la antigüedad. Por esto Kautilia subraya la importancia de la existencia de una robusta iniciativa agrícola dirigida a obtener abundantes cosechas que contribuyeran a llenar las arcas del estado. Por su parte, los impuestos, además de ser equitativos, debían resultar comprensibles para todos los súbditos del rey. El estado era propietario y operador de algunos negocios, mientras otros eran privados; pero ambos estaban sujetos a las mismas leyes tributarias. Nadie, escribe Kautilia, debe considerarse por encima o más allá de la ley, tanto en lo relativo a los impuestos como a cualquier otro aspecto de la sociedad, puesto que se trata de desarrollar en las gentes total confianza en la justicia, la protección y el amparo ofrecidos por la ley.

Este paradigma se identifica con claridad en la ley del Arthashastra que estipula la proporcionalidad entre castigo y delito; una excesiva lenidad no resultaría disuasiva, mientras por el contrario, demasiada dureza sería interpretada como una injusticia. El castigo, por lo tanto, debía administrarse de conformidad con leyes y costumbres bien definidas e institucionalizadas, de manera que se comprendiera como una justa consecuencia de efectuar acciones que desafiaban la ley, y existiera un claro conocimiento de lo que debía esperarse por infringirla. La ley civil se expone en el Libro III del texto, mientras el Libro IV enuncia la ley penal. Cualquier infracción tipificada en la ley penal sería incoada por el estado en calidad de demandante, puesto que este tipo de delito se consideraba una injusticia perpetrada contra el propio estado y en consecuencia, contra todo el pueblo. De esta forma, correspondía a los funcionarios estatales actuar como parte fiscal.

Las costumbres sociales que se mencionan se adhieren a las tradiciones hindúes, pero el Arthashastra se introduce con cierta profundidad en estipular la manera en que debía funcionar el matrimonio. Según la tradición hindú los padres de una joven convenían el casamiento con un joven aceptable de la misma casta que prometiera un futuro despejado y estabilidad financiera. Kautilia, en los libros II, III y IV establece que la muchacha debía estar en libertad de escoger a quien quisiera, siempre que respetara los derechos de propiedad de sus progenitores. Si el matrimonio era aprobado o concertado por los padres, la hija podía extraer de su casa todo lo que había recibido de ellos; de lo contrario, no podía apropiarse de nada. Se consideraba que las parejas más afortunadas eran las que se casaban por amor y gozaban de la aprobación de los padres de ambos, en cuyo caso recibían de sus procreadores la máxima cantidad de derechos, presentes, y propiedades.

El texto también estipula que el trabajo de cada quien debía corresponderse con su casta (varna):

  • Varna brahmán: la casta superior, maestros, sacerdotes, intelectuales
  • Varna kshatriya: guerreros, policías, protectores, guardianas, y el rey
  • Varna vaishia: mercaderes, agricultores, banqueros, dependientes
  • Varna shudrá: la casta inferior, sirvientes, trabajadores, obreros no calificados

Las castas no se incorporaron en los códigos legales hasta su inclusión en el tratado Manusmriti, las Leyes de Manú, en el siglo II a.C., pero desde mucho antes formaban parte de las costumbres. Se pensaba que la adherencia al sistema varna promovía el propósito de alcanzar lo que se definía como a «objetivos humanos».

  • Artha: adquisición de riquezas materiales, prosecución de una carrera, vida hogareña
  • Kama: placeres de los sentidos, amor, sexualidad
  • Moksha: autorrealización, liberación, iluminación

El correcto comportamiento de un rey fuerte y justo aseguraba la estabilidad necesaria para que sus súbditos pudieran luchar por estos objetivos, dentro de lo regimentado por sus respectivas castas. A lo largo de toda la extensión del Arthashastra se aclara que el único responsable del funcionamiento satisfactorio del reino es el rey, de manera que es el monarca quien tiene que disponer de la voluntad y de la capacidad de proseguir el curso de acción que fuera necesario para alcanzar la estabilidad y el éxito del estado, con independencia de cuán cuestionable o desagradable le resultara.

Conclusión

Se piensa que el Arthashastra le allanó el camino del éxito a Chandragupta, así como a su nieto Aśoka el Grande, quien reinó entre el 268 y el 232 a.C. Durante un tiempo se pensó que la obra se había extraviado, puesto que hasta que Shamasastry la descubrió en 1905 solo se conocía de su existencia a través de referencias mencionadas en trabajos posteriores. En 1909 el propio Shamasastry publicó el escrito y más adelante lo tradujo al inglés, versión que se imprimió en 1915 con una favorable recepción del público de todo el mundo. Desde entonces se reconoce como uno de los más importantes tratados de filosofía política sobre el arte de gobernar. Los académicos Margaret y James Suttley comentan:

El objetivo del Artha resulta evidente. Se proponía establecer una relación tanto social como económica entre los distintos grupos que conforman el estado, y entre el estado y sus vecinos. Al principio era común lograr este ideal de manera pacífica, pero las ambiciones de los príncipes y las demandas de la economía, en particular las que dependían del comercio de ultramar, condujeron a emprender guerras dirigidas a proteger las rutas mercantiles y a expandir territorios con el objetivo de proveer nuevas fuentes de alimentación y de materia prima. (19)

Podría decirse que el impacto central de la obra se inspiraba en el episodio, genuino o legendario, en que Chanakia envía a Chandragupta a apoderarse del amuleto que pendía de un hilo de lana en torno al cuello de Pabbata. Al cercenar la cabeza del príncipe para lograr su objetivo, Chandragupta validó ante su mentor su voluntad de hacer lo que se requiriera para triunfar.

El concepto del gobernante definido como una persona que entiende lo que debe hacerse y que posee la voluntad de hacerlo sin importar cuán desagradable o cuestionable resulte desde el punto de vista moral, formaría más adelante la base de la obra de Maquiavelo El príncipe, que en mayor o menor grado sustanciaría ulteriores tratados europeos acerca de la manera de administrar el gobierno. En la actualidad el Arthashastra, El príncipe y otros tratados sobre política se estudian de conjunto tanto en cursos universitarios sobre ciencias políticas, como por cualquiera que desee conocer los principios de funcionamiento del estado, y el rol que debe jugar un verdadero líder en la atención y desarrollo del pueblo, que deposita su confianza en que su gobierno cumpla con las promesas que ha efectuado.

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Sobre el traductor

Waldo Reboredo Arroyo
Interesado en el estudio de las migraciones, costumbres, las artes y religiones de distintas culturas; descubrimientos geográficos y científicos. Vive en La Habana. En la actualidad traduce y edita libros y artículos para la web.

Sobre el autor

Joshua J. Mark
Joshua J. Mark no sólo es cofundador de World History Encyclopedia, sino también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.

Cita este trabajo

Estilo APA

Mark, J. J. (2020, junio 23). Arthashastra [Arthashastra]. (W. R. Arroyo, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-12635/arthashastra/

Estilo Chicago

Mark, Joshua J.. "Arthashastra." Traducido por Waldo Reboredo Arroyo. World History Encyclopedia. Última modificación junio 23, 2020. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-12635/arthashastra/.

Estilo MLA

Mark, Joshua J.. "Arthashastra." Traducido por Waldo Reboredo Arroyo. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 23 jun 2020. Web. 25 dic 2024.

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