El pueblo huanca (también denominado wanca o wanka) ocupó las tierras altas del antiguo Perú central alrededor del lago Junín y de los ríos Mantaro, Chanchamayo y Tarma. La cultura floreció entre los períodos Horizonte Medio y Tardío (600-1532 d.C.). Residían en asentamientos fortificados en las cimas de las montañas y se especializaban principalmente en el pastoreo de llamas. Como en el caso de otras culturas del área, se prefería por lejos el pastoreo por sobre la agricultura. Fue recién en el año 1000 d.C. que se inició el cultivo intensivo de maíz, mucho después que en otras culturas contemporáneas. Este cambio en la práctica agrícola era motivado por cambios en los asentamientos y un incremento significativo en la densidad de población. Ahora concentrada en ciudades amuralladas, la ciudad capital de los huanca fue establecida en Wari Willka o Huarihuilca.
El arte y la arquitectura huanca, a través de sus diferentes asentamientos, fueron influenciados por la cercana cultura huari y el estilo Ayacucho. Los asentamientos varían en tamaño, la mayoría cuenta con menos de 50 edificios pero algunos superan los 100. Muchos edificios eran circulares y estaban dispuestos en pequeños grupos de hasta doce alrededor de un amplio patio. No hay muchas evidencias de planificación urbana, aunque algunos asentamientos fueron construidos en pares muy próximos.
Los huanca ofrecieron una tenaz resistencia al Imperio inca hasta su derrota final a manos del gran líder inca Pachacútec (quien gobernó de 1438 a 1471). Los incas mudaron las poblaciones a localidades más bajas y administraron la zona desde un centro imperial en Jaujatambo. La agricultura se organizó mejor para producir cuotas para el estado inca y se construyeron grandes edificios de almacenamiento (qollqa).
Los huanca, nunca subyugados completamente al mandato inca, frecuentemente se veían envueltos en disputas fronterizas con sus vecinos, los xauxa, y los incas describen a los huanca como continuamente enredados en disputas internas. No obstante, se convirtieron en buenos aliados de Pizarro en su conquista del Imperio inca. Los huanca también ayudaron a la Corona española a aplastar varias rebeliones en las primeras décadas del régimen colonial en Perú, especialmente la derrota de Francisco Hernández Girón entre 1553 y 1554. Su nombre perdura hoy en día en la ciudad y provincia peruanas de Huancayo que llevan su nombre, así como en el equipo de fútbol local, Deportivo Wanka.