Las Cartas de Amarna son un conjunto de correspondencia del siglo XIV a. C. que intercambiaron los gobernantes del antiguo Oriente Próximo y Egipto. Son, quizás, los ejemplos más antiguos de diplomacia internacional. Sus temas más comunes son las negociaciones de matrimonios diplomáticos, las manifestaciones de amistad y el intercambio de materiales. El nombre “Cartas de Amarna“ deriva del lugar donde se hallaron las tablillas: la antigua ciudad de Ajetatón (construida por orden del faraón Akenatón), pero que hoy en día es conocida como Tell el-Amarna, en Egipto.
Las primeras cartas se encontraron en 1887 y se remontan al siglo XIV a. C. Constituyen el primer sistema diplomático internacional conocido en la actualidad, es decir, contienen normas, convenciones e instituciones responsables de la comunicación y la negociación. Aunque a principios del tercer milenio a. C. ya había otra forma de relación, era simplemente una comunicación escrita directa entre Mesopotamia y Siria. Con el tiempo, esta comunicación añadió algunas normas basadas en la necesidad e hizo que se desarrollaran los mecanismos diplomáticos, que culminarían en el sistema de Amarna. Así, la diplomacia se creó como una herramienta en el proceso de creación de un imperio.
Aunque la forma más simple de comunicación entre estados ya existía, fue el sistema diplomático de Amarna el que expandió las relaciones por todo el Oriente Próximo, estableciendo por primera vez términos de igualdad entre las grandes potencias (Babilonia, Hatti, Egipto, Mitanni, Asiria). Las Cartas de Amarna muestran que los grandes reyes del mundo antiguo tenían tanto responsabilidades como privilegios que se mantenían con poder y respeto. Por lo tanto, el sistema de Amarna otorgó una noción de paz y estabilidad, aunque no siempre real, por más de dos siglos.
Las tablillas cubren los reinados de los gobernantes Amenhotep III, Akenatón y posiblemente Semenejkara o Tutankamón, de la XVIII dinastía de Egipto. Sin embargo, el sistema se siguió usando durante aproximadamente cien años después del fin del período de Amarna.
Los investigadores R. Cohen y R. Westbrook comentan sobre la importancia del estudio de las Cartas de Amarna. Creen que las personas de hoy en día deberían prestarles más atención debido a que estas tablillas son el primer sistema diplomático conocido. Observando los mecanismos usados en el pasado se puede aprender sobre de los diferentes tipos de relaciones y cómo cambiaron y se modificaron con el paso del tiempo. Esto significa que se puede aprender más de los contactos entre civilizaciones distantes, lo que confirma que el aislamiento no era parte de la vida antigua. La percepción que se tiene del pasado remoto puede mejorar drásticamente con el entendimiento de la sofisticación de las relaciones internacionales en este período.
La estructura de las cartas
Existen 382 tablillas conocidas, ordenadas cronológicamente y geográficamente con el acrónimo “EA", por J. A. Knudtzon, en 1907. Sin embargo, cuando Knudtzon organizó las tablillas, en “Die El-Amarna-Tafeln", solo se conocían 358 de ellas, por lo que las otras 24 tablillas fueron analizadas en 1970 por Anson F. Rainey, con la excepción de EA 80-82.
Algunas de estas tablillas (32) no son cartas sino, probablemente, material de capacitación para escribas. Las propias cartas fueron organizadas por Jean Nougayrol en dos grupos: lettre d'envoi (lo que se enviaba) y lettre d'injonction (para hacer solicitudes). La mayor parte de esta correspondencia es una combinación de los dos tipos, esto es, las cartas nombran los regalos enviados y solicitan algo a cambio.
La mayoría de las cartas eran recibidas por los egipcios, y solo unas pocas las escribió el faraón. No sé sabe por qué estaban juntas, pero quizás nunca se enviaron o eran copias archivadas. Por otra parte, además de las cartas para capacitar, hay otras dos subdivisiones: las internacionales (que los gobernantes egipcios intercambiaban entre las grandes potencias de Oriente Próximo y los reinos independientes) y las administrativas (entre la región sirio-palestina, principalmente vasallos egipcios).
Fines de capacitación
Debido al estado actual de la investigación no se conoce mucho acerca de estas 32 tablillas de capacitación. Tienen varios temas tales como mitos y epopeyas (EA 356-59 y, probablemente, EA340 y EA 375), un silabario (EA348, 350, 379), textos léxicos (EA 351-54, 373), listas de dioses (EA374), un relato de origen hurrita (EA341), una lista de palabras egipcias escritas en transcripción cuneiforme con equivalencias babilónicas (EA368) y hay una tablilla que quizás sea un amuleto (EA355). De acuerdo a William Moran, el resto (EA 342-47, 349, 260-61, 372, 376-77, 380-81) están muy fragmentadas y sus contenidos aún no se han determinado.
Correspondencia internacional
Las cartas de este grupo se pueden dividir en las que intercambiaban las grandes potencias y las que canjeaban los reinos independientes.
- Reinos independientes: hay solo dos lugares en esta categoría, que son Arzawa (EA 31-32) y Alasiya (EA 33-40). Arzawa se ubicaba en la costa meridional de Anatolia. La alianza con Egipto se hizo por la vía del matrimonio diplomático. Alasiya estaba en Chipre y se conocía como una fuente de cobre.
- Grandes potencias: eran un grupo exclusivo en el que los reinos recibían el mismo trato. Eran los territorios más influyentes y prósperos. Egipto solo entró a este grupo después de las campañas de Tutmosis III. Los otros eran Babilonia, Hatti, Mitanni y Asiria. Al ser equivalentes, tenían una relación “fraternal” y debían utilizar un modelo específico cuando se escribían entre ellos. Al principio, tenían que identificar al remitente y al destinatario de la carta, para luego comunicar sus deseos para el otro, tal y como se muestra en el ejemplo a continuación:
Di a Nibmuareya, el rey de Egipto, mi hermano, mi yerno, a quien amo y quien me ama: así habla Tushratta, Gran Rey, el rey de Mitanni, tu suegro, quien te ama, tu hermano. Todo va bien para mí. Que todo vaya bien para ti. Para Tey, tu madre, para tu casa, que todo vaya bien. Para Taduhepa, mi hija, tu esposa, para el resto de tus esposas, para tus hijos, para tus nobles, para tus carros, para tus caballos, para tus tropas, para tu país y para todo lo que te pertenezca, ¡que todo vaya bien, muy bien! (EA27).
El resto de la carta era menos estereotípica, tenía solicitudes o enumeraba los artículos que se enviaban. Pero, como se ha dicho, con frecuencia presentaban tanto solicitudes como obsequios. Los tópicos más comunes eran las negociaciones de matrimonio diplomático, las declaraciones de amistad y los materiales intercambiados.
Correspondencia con los vasallos
Durante el reinado de Tutmosis III, el ejército egipcio llegó tan lejos como hasta el Éufrates, y estableció un imperio en Canaán. Estos territorios se convirtieron en vasallos de Egipto, por ejemplo, los amorreos (EA60-67, 156-71), Biblos (EA 68-138, 362, 139-40), Damasco (EA 194-97) y Kadesh o Jadesh (EA 189-190).
Los vasallos egipcios se referían al faraón como “mi señor” y o “mi sol” y usualmente comenzaban las cartas con un patrón similar al del ejemplo a continuación:
Di al rey, mi señor, el Sol: Mensaje de Rib-Hadda, su sirviente. Caigo a los pies de mi señor 7 veces y 7 veces (EA85).
Los vasallos, en teoría, deben obedecer a sus señores y, aunque los vasallos egipcios afirmaban y declaraban constantemente su lealtad al faraón, algunos de ellos fueron traidores, por negociar con los hititas, como lo hicieron Kadesh Jadesh y los amorreos. Otros como Biblos y Damasco fueron auténticamente leales a Egipto pero fueron reprimidos por los traidores.
Las cartas hoy en día
Como se señaló antes, actualmente hay 382 tablillas conocidas, no obstante, no se encontraron al mismo tiempo, lo que significa que diversos grupos de arqueólogos y universidades han descubierto varios fragmentos. Así, por lo tanto, las tablillas hoy en día están esparcidas en todo el mundo. Se pueden ver en museos como el Museo Vorderasiatisches (Berlín), el Museo Británico (Londres), el Louvre (París) y el Museo Egipcio (El Cairo).
En 1992 William Moran tradujo las 350 cartas al inglés por primera vez. Gracias a su libro, The Amarna Letters, los investigadores de todo el mundo las pueden examinar con facilidad, ya que, hasta ese momento, solo estaba disponible la versión en escritura cuneiforme. En 2014 se publicó una nueva edición de las cartas, a cargo de Anson F. Rainey y editada por William M. Schniedewind y Zipora Cochavi-Rainey. El libro, The el-Amarna Correspondence, tiene traducciones, transcripciones en cuneiforme y comentarios sobre las cartas.