Las creencias religiosas de los mayas se basan en la noción de que prácticamente todo en el mundo contiene k'uh o es sagrado. "K'uh" y "k'uhul" son términos similares usados para explicar la espiritualidad de todas las cosas inanimadas y animadas que describen la fuerza vital más divina de la existencia. La creencia maya establece la creación y la santidad de los seres humanos, de la tierra y de todas las cosas sagradas. Esta divina santidad también se puede traducir en los mitos de la creación.
El mito de la creación de los mayas
Antes de explicar los mitos de la creación de los mayas, es importante entender la diferencia entre dos fuentes en las que se basaron las historias sobre la creación de los mayas: el Popol Vuh y los Libros del Chilam Balam. El Popol Vuh se asocia con el altiplano maya, lo que hoy es Guatemala, y contiene textos sobre la creación humana, las profecías, los mitos y las historias tradicionales. Los Libros del Chilam Balam se suelen asociar con las tierras bajas mayas de la zona de Yucatán, México. Hay varios libros del Chilam Balam que reciben su nombre de la zona en la que fueron escritos. Los libros más famosos e influyentes son los libros de Chumayel, Tizimín, Maní, Kaua, Ixil, Tusik y el Códice Pérez. Los libros son escritos por un sacerdote jaguar, traducción literal de «Chilam Balam». Estos libros datan de la época de la colonia española, alrededor del 1500, y hay una clara influencia del colonialismo español en las historias de la creación del Chilam Balam.
Para los mayas, la creación de la tierra fue un acto de Huracán, el Dios del viento y del cielo. El cielo y la tierra se conectaron y no dejaron lugar para que creciera ningún ser ni vegetal. Para hacer espacio, se plantó un ceibo, que echó raíces en todos los niveles del mundo inferior y cuyas ramas crecieron en el mundo superior. El tronco del árbol creció para dejar lugar en la tierra para los animales, las plantas y los humanos. Según la creencia maya, los animales y las plantas existían antes que los humanos. Los dioses no estaban satisfechos solo con los animales porque estos no podían hablar para honrarlos. A partir de allí, se crearon los humanos para honrar a los dioses.
Las múltiples épocas de los mayas
Según los textos de los mayas, hasta ahora ha habido tres creaciones. Dos de esas creaciones han terminado o, en otras palabras, las criaturas han sido destruidas. Hay muchas variaciones de las tres creaciones; algunas han recibido influencias del cristianismo, aunque los acontecimientos básicos se detallan en la siguiente explicación del Popol Vuh del altiplano maya.
Hechos de barro
La primera creación fue de las personas hechas de barro. Los humanos de barro no eran los más productivos, ya que muchos no eran capaces de pensar como los humanos contemporáneos y, según los textos sagrados mayas, estos individuos «hablaban pero no pensaban». No se podían mover porque estaban hechos de barro y, técnicamente, no eran mortales. Los dioses no estaban felices con su primera creación, así que destruyeron a los humanos de barro con agua.
Hechos de madera
Para la segunda creación, las deidades hicieron a los hombres de madera y a las mujeres de caña. Podían funcionar como humanos pero no tenían alma ni honraban a los dioses. Además, eran inmortales: cuando morían, resucitaban al cabo de tres días. La destrucción de los hombres árbol y de las mujeres de caña fue causada por una inundación de agua hirviendo. Se cree que los pocos que pueden haber sobrevivido este apocalipsis se han convertido en los monos que existen hoy en día.
Hechos de maíz
La tercera creación vio el nacimiento de los humanos modernos. Estos humanos fueron hechos con masa de maíz blanco y amarillo y con la sangre de los dioses. Los primeros humanos fueron cuatro hombres y cuatro mujeres, a quienes los dioses consideraban demasiado sabios. Las deidades mayas creían que estos humanos inteligentes eran una amenaza a su autoridad y estuvieron a punto de destruirlos también. Sin embargo, Corazón del cielo (también conocido como Huracán, aunque en la historia de la creación es el Corazón del paraíso, Corazón de la tierra o Corazón del cielo) les nubló las mentes y los ojos para que se volvieran menos sabios.
Los distintos grupos mayas creían en una variedad de mitos de la creación. Lo más importante para entender la creencia religiosa maya es que el tiempo y la creación de los humanos se consideran cíclicos. Esto significa que algunos mayas creían que los humanos contemporáneos serían destruidos y que era inminente otra creación. Sin embargo, esto no necesariamente lleva a las ideas populares de que los mayas creían en el «fin del mundo». La creencia en el fin de la humanidad no equivale al fin del mundo; es el fin de una era y quizás el comienzo de una nueva época de los dioses.
Los dioses destruían las distintas versiones de los «humanos» porque o bien no podían o no querían adorar a sus creadores, lo cual es fundamental para los dioses. No podían permitirse tener creaciones que fueran indignos e incapaces de proveer sustento a los dioses.
Principales dioses y diosas mayas
Típicamente, los dioses mayas eran fluidos y tenían personalidades diversas, lo cual a veces hacía que fuera difícil distinguir a un dios de otro. Sin embargo, se debe tener en cuenta que aunque las deidades mayas son numerosas, los dioses más consecuentes a veces se metamorfoseaban con los dioses menos notorios y compartían características de ambos. No es de sorprender que la incorporación de la conectividad en la cultura maya también se aplique a sus deidades, algunas incluso tienen atributos de personalidad conflictivos.
La multiplicidad de las personalidades de las deidades se profundiza por su apariencia. Muchos dioses son una amalgama de humano y un animal particular. También se asocian con diferentes direcciones cardinales y la importancia individual de un dios puede depender del contexto histórico. Esta fluidez es precisamente el motivo por el que los académicos se refieren a algunas deidades mayas con las letras del alfabeto latino.
Itzam Ná y Ix Chebel Yax
Itzam Ná es el dios de la creación. No se sabe mucho acerca de él y lo mismo se puede decir de su contraparte, Ix Chebel Yax. Itzam Ná se suele describir como un anciano de ojos rasgados y nariz larga, e incluso, en ocasiones, como una iguana. Ix Chebel Yax era la esposa de Itzam Ná y también se la describía como una iguana. Tanto ella como Itzam Ná se consideraba que estaban entre los dioses de mayor jerarquía. La ortografía de sus nombres puede variar, como la de muchos nombres mayas.
Huracán
Huracán, otro dios maya importante, se suele conocer como Corazón del cielo, Corazón del paraíso o Corazón de la tierra. Aunque no hay muchas pruebas directas sobre el hecho de que Huracán fuera el dios creador supremo, el Popol Vuh deja entrever, en una de sus oraciones, que Huracán es un «dador de vida». La misma oración también se refiere a Huracán como el Corazón del paraíso y de la tierra, lo que también sugiere su importancia como creador. Debido a la fluidez de los dioses mayas, no es imprescindible hacer una distinción absolutamente clara entre los dioses creadores. No obstante, Huracán se suele asociar con los quichés de Guatemala. Los quichés creían que Huracán formó la tierra y la creó para los humanos. También creó a las personas con masa de maíz y es el señor del fuego, de las tormentas y del viento.
K'inich Ajaw
K'inich Ajaw, a veces conocido como Dios G o Kinich Ahau, es el «Señor del ojo del sol». Se suele representar a K'inich Ajaw como elevándose o naciendo en el este y envejeciendo conforme baja el sol. Esta feroz deidad solar luego se vuelve un jaguar y se convierte en un consejero de guerra en el mundo inferior. Las deidades solares son adoradas y temidas al mismo tiempo, porque aunque ofrecen las propiedades de vida del sol, en ocasiones pueden proporcionar demasiado sol y causar sequías.
Hun H'unahpu
El dios del maíz, Hun H'unahpu, es quizás también el más importante de los seres celestiales. También conocido como el dios E, Hun H'unahpu es considerado el creador de los humanos modernos por los mayas yucatecos de las tierras bajas, debido a que su maíz y su sangre hicieron posible la humanidad. Es un símbolo de vida y fertilidad y se lo representa como un hombre joven de pelo largo.
Chak
Chack, la aparente contraparte de K'inich Ajaw, es el dios de la lluvia o dios B. Chack es parte humano y parte reptil y se lo suele mostrar con un rayo, una serpiente o un hacha. Este dios temible suele aparecer en pinturas con color azul y con bigotes con forma de serpiente saliendo de su cara. Los mayas creen que Chak vivía en cuevas en las que creaba los rayos, los truenos y las nubes. Chak también era temido y adorado. Trajo las lluvias necesarias para el pueblo, pero también producía inundaciones, rayos amenazantes y se comportaba como una tormenta salvaje. También exigía sacrificios de sangre como pago por las lluvias que brindaba.
K'awil
El dios K o K'awil era el guardián del cetro. Fundamentalmente es el protector del linaje real y también es conocido por estar relacionado con los rayos. Se lo suele representar con una perforación de una antorcha humeante o una espeluznante hoja de hacha. Además de las perforaciones aterradoras, también tiene una serpiente en un pie y un hocico levantado en el otro. Se le atribuye el descubrimiento de la cocoa y del maíz luego de atacar a una montaña con uno de sus rayos.
Kisim
Kisim o el dios A es conocido como el «flatulento». No deje que el nombre chistoso lo engañe. Esta deidad es un dios terrorífico de la muerte y el deterioro. Se lo ha representado como un verdadero esqueleto o zombi en descomposición. A veces, Kisim aparece acompañado por un búho. En la creencia maya, los búhos son mensajeros del mundo inferior.
Ix Chel
La diosa O Ix Chel es la diosa de los arcoíris. Aunque los arcoíris pueden simbolizar la benevolencia en la cultura occidental, no se debe confundir a Ix Chel con un dios de la benevolencia. De hecho, los mayas creían que los arcoíris eran la «flatulencia de los demonios» y que traían mala suerte y enfermedades. Ix Chel también representa estas cosas debido a su asociación con los arcoíris. En su forma típica, Ix Chel es una anciana deteriorada, con colmillos y garras. Sin embargo, de conformidad con la dualidad de los seres mayas, Ix Chel también tiene una forma más benévola. Ocasionalmente representa la fertilidad y el nacimiento, y en estos contextos, aparece como joven y hermosa.
Los héroes gemelos
Finalmente, la leyenda de los héroes gemelos comprende las aventuras de dos hermanos, Xbalanque y Hunahpu, en el mundo inferior. La leyenda, documentada en el Popol Vuh, comienza con la concepción de los dioses hermanos. El padre de los gemelos era el dios Hun H'unahpu. Hun H'unahpu y su hermano fueron seducidos y llevados al mundo inferior para ser sacrificados mediante la decapitación. Sin embargo, como Hun H'unahpu era inmortal, su cabeza decapitada sobrevivió y se convirtió en una fruta de un árbol. La cabeza de fruta de Hun H'unahpu cayó en manos de la diosa Xquic, que terminó dando a luz a Xbalanque y a Hunahpu, los héroes gemelos.
Los gemelos se enfrentaron a muchos desafíos, pero la historia más épica es de su viaje a Xibalba, el mundo inferior maya.
Los gemelos fueron convocados al mundo inferior luego de jugar a un juego de pelota estridente y ruidoso sobre las cabezas de los señores de Xibalba. Los señores desafiaron a los gemelos muchas veces, pero con ingenio y astucia, fueron capaces de superar a los señores de Xibalba. Xbalanque y Hunahpu se cansaron de los interminables desafíos y se las ingeniaron para escapar del mundo inferior. Se disfrazaron como viajeros y distrajeron a los dioses del mundo inferior con trucos y juegos. Los señores estaban tan impresionados con el truco de revivir a una persona luego de haber sido sacrificada que les pidieron que los sacrificaran y los revivieran a ellos. Sin embargo, en vez de revivir a los dioses, los gemelos los dejaron muertos e hicieron del mundo inferior un lugar para los miserables. Los héroes gemelos y los señores de Xibalba ahora residen en el cielo de la noche como estrellas. Se cree que los dioses siguieron los juicios de los héroes gemelos luego de su muerte y que hicieron su camino hacia el paraíso o el mundo superior.
Hay muchos otros seres celestiales, pero los que se mencionan anteriormente son los que aparecen con mayor frecuencia. Pueden aparecer en muchas formas y su multiplicidad es un pilar de los ideales de conexión de la religión maya.
El cielo, el infierno y los puntos cardinales
En contra de las ideas occidentales contemporáneas del cielo y de la tierra, los mayas creían en distintos niveles de estos reinos. Hay tres zonas principales para distinguir entre uno y otro. Los mayas entendían los niveles sobrenaturales no como el cielo y la tierra, sino como el mundo superior, el mundo intermedio y el mundo inferior.
El mundo superior está compuesto por trece niveles, el mundo inferior tiene un nivel y el mundo inferior tiene nueve niveles. Se cree que el ceibo crece en todos los reinos, desde el nivel más alto del mundo superior hasta el nivel más bajo del mundo inferior. El árbol del ceibo es crucial para entender la importancia de los puntos cardinales en el mundo maya.
Las deidades maya, en particular, están vinculadas a los puntos cardinales. A pesar de que estamos familiarizados con los cuatro puntos cardinales, los mayas entendían que había cinco elementos: los cuatro puntos cardinales y el centro. Probablemente, el punto cardinal más significativo para los mayas es el este. El este es por donde sale el sol y se asocia con el nacimiento, debido a que los mayas creían que el sol nace todos los días por el este.
Estos principios también eran parte de la vida diaria maya. Las casas se diseñaban para reflejar los puntos cardinales y el árbol del ceibo. Los mayas incluso construyeron chimeneas en el centro de sus hogares para representar el árbol del ceibo como centro de los puntos cardinales.
Rituales mayas
Los mayas participaban en varios rituales religiosos. No todos estaban relacionados con el sacrificio humano, aunque el sacrificio era una práctica común en las ceremonias religiosas. En contra de la creencia popular, el sacrificio ritual no se limitaba a la espantosa muerte de un pobre cautivo. Aunque en el mundo maya ocurría en algunas ocasiones, era relativamente inusual. Por lejos, el sacrificio ritual más común era el derramamiento de sangre.
Derramamiento de sangre
El derramamiento de sangre es precisamente eso: derramar sangre como práctica de un sacrificio. En el caso de los mayas, el derramamiento de sangre estaba limitado al linaje real. Los dioses demandaban sangre porque en la creación inicial, los dioses derramaron su sangre para dar vida a la humanidad. Además, aunque no era tan habitual, se practicaba el derramamiento de sangre para comunicarse con los ancestros.
La práctica del derramamiento de sangre marcó fechas significativas en el mundo maya. En ocasiones, la realeza que participaba en la práctica podía pasar días haciendo rituales de purificación a los efectos de prepararse para el derramamiento de sangre. Se esperaba que tanto los hombres como las mujeres de linajes reales participaran en estos rituales. Los reyes y las reinas mayas participaban en varias formas de derramamiento de sangre, incluso hacían herramientas sagradas para llevar a cabo el ritual. La sangre se solía sacar de distintas partes del cuerpo con herramientas especializadas diseñadas para producir más sangre y quizás más dolor también. Las herramientas solían estar hechas de espinas de rayas y adornadas con diferentes glifos para mostrar su significado religioso. Una instancia de sacrificio aterradora señalada por Rubalcaba describía cómo las mujeres, generalmente las mujeres de la realeza, usaban una cuerda con espinas para perforarse la lengua y derramar sangre sobre los íconos mayas. Los hombres, por otra parte, hacían lo mismo, aunque en el pene y no en la lengua.
La práctica del derramamiento de sangre usualmente servía para conmemorar y santificar acontecimientos importantes tales como nacimientos, ascendencias al trono y aniversarios. Por otro lado, el sacrificio humano se reservaba para los acontecimientos mayas más relevantes.
Sacrificios humanos
Mientras que las guerras solían responder a motivos que no eran religiosos, cuando efectivamente había una guerra, la religión terminaba involucrada. A menudo, los chamanes o los sacerdotes ayudaban a planear estrategias de guerra. Un sacerdote de guerra se denominaba nacom. Era frecuente que los mayas combinaran aspectos de guerra y de religión: típicamente, esta combinación se manifestaba en la toma de prisioneros para el sacrificio.
Los sacrificios eran importantes para mantener a los dioses satisfechos y también eran fundamentales para asegurar la victoria militar. Cuando un rey o una reina ascendían al trono o se capturaba a un prisionero político, conmemoraban el acontecimiento que cambiaba la vida con un sacrificio humano. Frecuentemente, estos prisioneros eran de la realeza o de la elite de un estado enemigo. Los miembros de la realeza con mayor jerarquía se conservaban con el único propósito de recrear acontecimientos del Popol Vuh.
Los sacrificios se llevaban a cabo de muchas maneras, pero había tres métodos que eran los más comunes. El primer método era a través de la decapitación. El siguiente método era el método popular de quitar el corazón de la persona viva. El último, el más popular, era arrojar a una persona viva a un cenote, o pozo natural, como ofrenda a los dioses.
Otras ofrendas y rituales
Aunque el ritual más extendido asociado con los antiguos mayas es la práctica del sacrificio, también realizaban otros tipos de rituales. No todas las ofrendas mayas eran tan sangrientas y espantosas. Aunque puede que no parezcan muy lógicas para los occidentales, las ofrendas alternativas proporcionan formas de comunicarse y satisfacer a los dioses interesantes.
Un medio de comunicación con los dioses bastante sorprendente y pasado por alto implicaba bajar a los niños a los cenotes. Se colocaba a los niños en los pozos para que les hablaran a los dioses. Luego de unas horas en el pozo, se sacaba a los niños de allí para que el mensaje de las deidades se pudiera escuchar. Por supuesto que los mayas también participaban en la ofrenda a los dioses de objetos preciosos como el jade, el oro, las máscaras, las conchas, los huesos humanos tallados y las herramientas ceremoniales o sagradas.
Otro ritual religioso y motivo de celebración era el matrimonio. Los matrimonios mayas solían ser matrimonios arreglados dentro de la misma clase social. La edad al momento del matrimonio variaba, pero los expertos estiman que la edad para el matrimonio estaba relacionada con el crecimiento y el decrecimiento de la población. Cuando la población maya disminuía, los jóvenes se casaban más jóvenes. Las parejas se formaban cuando eran muy pequeños, a veces incluso cuando eran niños.
Los sacerdotes celebraban los matrimonios en el hogar de la novia. Los sacerdotes quemaban un incienso para propiciar un matrimonio fortuito y luego se hacía un banquete o cualquier otro tipo de celebración. Si el esposo o la esposa consideraban que el matrimonio no era exitoso, la pareja se podía «divorciar». No hay un ritual conocido para el divorcio, pero es curioso que el divorcio fuera algo aceptado.
La danza también es otro ritual pasado por alto. Los rituales de danza se llevaban a cabo para comunicarse con los dioses. Las danzas se solían hacer con disfraces lujosos que representaban los rostros de las divinidades. Con frecuencia, los mayas usaban o incluían adornos tales como báculos, lanzas, cascabeles, cetros e incluso serpientes vivas como ayuda para la danza. Los mayas creían que al vestirse y actuar como dioses, se verían invadidos por el espíritu del dios y por lo tanto, serían capaces de comunicarse con él o con ella.
Los antiguos mayas conservaban una religión compleja. Los dioses multifacéticos y los rituales persisten hasta hoy en la cultura maya, por muy sincretizados que estén. Sus ideas sobre la creación, el sacrificio, lo sagrado y la multiplicidad son fundamentales para entender la religión maya.