La cultura Nok, que recibe su nombre de un asentamiento, floreció en África occidental, en la región de la moderna Nigeria durante la Edad del Hierro entre los siglos V a.C. y II d.C. La cultura Nok, famosa por sus distintivas esculturas de terracota de cabezas y figuras humanas, es la primera de África occidental que se sabe que produjo tales piezas de arte y puede que también fuera la primera cultura subsahariana en perfeccionar la tecnología de la fundición de hierro.
Cultura de la Edad del Hierro
Asentada al este del río Níger y al norte del río Benue en lo que hoy en día es el norte y el centro de Nigeria, la cultura Nok recibe su nombre del pueblo en el que se descubrieron los primeros artefactos. En su gran mayoría eran fragmentos de esculturas enterradas bajo unos 8 metros (26 pies) de arena y tierra, que salieron a la luz las excavaciones de minas de latón en la primera mitad del siglo XX d.C. La cultura Nok prosperó gracias a la tecnología de fundición de hierro que le permitió manufacturar herramientas de hierro. La cultura Nok proporciona el ejemplo más antiguo de tecnología de fundición de hierro en el África subsahariana, que puede que fuera proveniente de Cartago en el norte o puede que Nubia, al este, teniendo en cuenta la formidable barrera que supone el desierto del Sáhara. Incluso puede que fuera una invención indígena, pero, por desgracia, hay muy pocas pruebas que respalden ninguna de las tres teorías por encima de las otras dos. Independientemente de donde vinieran las ideas, le permitió a la cultura Nok saltar directamente de la Edad de Piedra a la Edad de Hierro y saltarse la Edad de Bronce típica del desarrollo de otros lugares.
Ya solo en Taruga, a unos 55 kilómetros al sur de Abuya, se descubrieron los restos de unos 13 hornos de fundición. Usaban herramientas duraderas de hierro, tales como azadas, hachas y cuchillos para potenciar la eficiencia agrícola. Los granjeros Nok cultivaban cereales como el sorgo y verduras como las calabazas (que también representaron en terracota). Las excavaciones en Taruga revelaron el asentamiento Nok más antiguo conocido, que estuvo habitado entre los siglos IV y II a.C. según la datación de radiocarbono del carbón encontrado en los hornos de hierro. A pesar de la llegada de la tecnología del hierro, todavía se seguían usando herramientas de piedra, especialmente entre las más grandes, cosa que sugiere que el metal siempre fue una comodidad escasa. Las viviendas Nok eran cabañas de bajareque, que no se han conservado, pero los cimientos de muchas eran círculos de piedras, que se mantienen in situ. Hoy en día todavía se sigue excavando y estudiando la región, y estos trabajos han conseguido remontar las fechas del período Nok puede que hasta 900 a.C.
La cultura Nok se extendió por Nigeria central y puede que llegara a abarcar un área de 78.000 kilómetros cuadrados (30.000 millas cuadradas), aproximadamente el área de Portugal. Sin embargo, hay diferencias regionales tanto en los tipos de herramientas como en la alfarería fabricada en cada enclave Nok. Igualmente, los descubrimientos de puntas de hierro de flechas y de lanzas sugieren que la vida no siempre era tranquila entre los Nok y con las tribus rivales. Se desconoce el motivo por el que la cultura Nok entró en decadencia en torno a 200 d.C., pero hay evidencias de ello en la notable disminución de la producción de cerámica. Los culpables habituales puede que fueran la sobreexplotación de los recursos naturales, un período de cambios climáticos adversos, las guerras civiles y la llegada de reinos rivales, o una combinación de todas estas causas.
Escultura y alfarería Nok
La cultura Nok produjo esculturas de cabezas y figuras humanas y animales en terracota, y la más antigua de estas se produjo en el África subsahariana. Las cabezas de terracota de tamaño casi natural solían ser parte de una figura más completa, pero por lo general el resto se ha perdido. De hecho, muchas de estas figuras sufrieron daños al ser descubiertas, y el agua también las había desplazado, por lo que resulta difícil establecer el contexto original.
Cuando se cuece una figura de terracota en un horno, los gases y el vapor de agua que se acumulan y se expanden dentro pueden hacer que la figura se raje o se rompa por completo. Una solución es crear agujeros de ventilación en la figura, y esto es lo que hicieron los alfareros Nok, pero con estilo artístico. Los ojos, la boca, la nariz y las orejas todos tenían orificios de aspecto natural, de manera que el efecto estético global no se veía disminuido. A diferencia de las esculturas más grandes, las figuritas pequeñas son sólidas.
Las figuras se tallaban para darles rasgos y una decoración lineal, aparentemente cuando la arcilla se había endurecido parcialmente, pero antes de la cocción. Muchas figuras completas están sentadas o de pie sobre una base que representa una olla dada la vuelta. Una postura común es la de la figura sentada con un brazo sobre una rodilla levantada (como la célebre figura del Pensador de Rodin). Varias de las figuras portan armas, pero la mayoría parece representar a participantes de rituales, ya que a veces llevan una ropa específica y casi siempre llevan joyas con muchas cuentas y colgantes, que no es probable que se llevaran a diario. Las figuras masculinas suelen lucir una barba corta y cuadrada con bigotes curiosos que solo crecen en las comisuras de la boca. También hay varias figuras que no son ni humanas ni animales, sino una imaginativa mezcla de ambos. Por ejemplo, hay seres humanos con picos, colas y patas de pájaro, y la cabeza de un elefante con unos ojos y una frente muy humanos.
Entre la cerámica Nok se pueden encontrar cuencos llanos con fondo plano, decorados en la parte interior con líneas profundas, aunque estas marcas puede que se hicieran para poder usar el cuenco a modo de rallador. El análisis químico de la arcilla de todas las piezas Nok muestra que procede de la misma fuente (aún desconocida), lo cual sugiere que puede que esta industria estuviera centralizada y bajo el control real.
Legado
El arte y la cultura Nok en general bien pudo haber influido en las culturas posteriores de las zonas boscosas del río Níger, en particular la igbo-ukwu (en su apogeo en el siglo IX d.C.) y la ife (siglos XI-XV d.C.). Ciertamente, el descubrimiento de las obras de arte producidas por la cultura Nok sentó un precedente útil para disipar cualquier duda persistente de que las obras de las culturas posteriores no fueran realmente de los africanos indígenas. A medida que la arqueología va aumentando nuestro conocimiento lenta y metódicamente y expande los períodos de tiempo de las culturas clave de África occidental, puede que los lazos tentativos que se crean hoy en día se puedan establecer más firmemente.