El Tajín está ubicado en la costa del este de México y fue un importante centro mesoamericano que floreció entre los años 900 y 1100 d. C. La arquitectura de la ciudad, una parte de la cultura Veracruz, también exhibe tanto influencias mayas como oaxaqueñas; el más famoso monumento en El Tajín es el espléndido templo del Clásico temprano conocido como la Pirámide de los Nichos. El sitio alberga varias pirámides importantes, plataformas monumentales y 17 juegos de pelota, lo que justifica su estatus como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Sinopsis histórica
El Tajín es un nombre más moderno derivado del dios totonaco de la lluvia o, más exactamente, de los doce ancianos o Tajín que eran considerados señores de las tormentas eléctricas y que se pensaba que vivían en las ruinas de la ciudad. El terreno fértil de los alrededores era (y todavía es) ideal para el cultivo de maíz, cacao, vainilla, y tabaco, una base ideal para mantener un centro de comercio próspero. Existe evidencia de que El Tajín se asentó por primera vez en el siglo I d. C. y la ciudad pasó por doce etapas distintas de edificación hasta el siglo XII. Los primeros siglos en el sitio muestran evidencia de la influencia de Teotihuacán tanto en la cerámica como en la arquitectura, notablemente con las primeras pirámides escalonadas. Las primeras canchas para el juego de pelota en el sitio aparecen alrededor del 500 d. C. La pirámide más antigua que se conserva se remonta a El Tajín V, durante el siglo VI d. C. La construcción de la cancha norte corresponde a El Tajín VI, desde el 600 d. C. Desde comienzos del siglo VII, El Tajín inició la conquista de los asentamientos más pequeños de los alrededores para establecerse como la potencia dominante de la zona. Para el siglo VIII fue concluida la pirámide de los nichos y fue construida la enorme plataforma elevada de la acrópolis de El Tajín Chico. El Tajín fue destruida por un incendio y abandonada hacia el 1100 d. C., o incluso antes.
Diseño y arquitectura
El núcleo del Epiclásico en El Tajín cubría unas 60 hectáreas (146 acres) y se puede dividir en dos zonas distintas: la más antigua se encuentra en el sur y la más nueva, conocida como El Tajín Chico, en la parte norte de la ciudad. La primera está construida según los puntos cardinales, tiene plataformas rectangulares y está dominada por la Pirámide de los Nichos. El Tajín Chico está más elevado que la porción más antigua de la ciudad y sus edificios están alineados a lo largo de un eje noroeste-sureste de tal manera que el conjunto está en un ángulo de 60 grados con respecto a las estructuras del antiguo Tajín. Se desconoce el motivo de este cambio de orientación pero puede ser simplemente una cuestión de limitaciones geográficas. Muchos de los edificios son del estilo Clásico de Veracruz y estaban tan muy decorados con tallas en relieve que también habrían sido profusamente pintadas. Además, El Tajín exhibe técnicas de construcción avanzadas ya que muchas estructuras tienen techos de losa de hormigón o concreto, que se habría vaciado sobre marcos de madera.
La Pirámide de los Nichos
La Pirámide de los Nichos fue construida en el siglo VIII d. C. y tiene 365 nichos cuadrados dispuestos simétricamente (cada uno de 60 centímetros de profundidad) que, junto con las pesadas tallas de volutas típicas de la arquitectura de Veracruz, crean un juego de alternancia de luz y sombra cuando el monumento recibe la luz del sol. En ese entonces, sin duda, la estructura tenía alguna conexión con el año solar. La pirámide tiene seis plataformas, 20 metros de altura en total, y cada lado tiene 26 metros de ancho. Una escalera profusamente decorada conduce a una pequeña estructura en la plataforma superior. Las balaustradas de la escalera están decoradas con diseños de volutas o meandros y el conjunto exhibe un diseño arquitectónico similar al de la Copán maya. También se debe señalar que en la base de la pirámide se descubrió una estela con la figura en relieve que representa a un gobernante en pie y es otro fuerte vínculo artístico con los mayas. Dentro de la pirámide hay una más pequeña, contemporánea con el revestimiento exterior, que originalmente estaba pintada de rojo brillante.
Tajín Chico
El Tajín Chico, construido entre los siglos IX y X d. C., era probablemente usado como una zona residencial para la aristocracia de la ciudad. Cuanto más altos son los edificios, más nuevos son, de manera tal que el edificio grande de tres plataformas en la colina noroccidental es el más reciente, como lo demuestra la presencia de fragmentos de cerámica antigua en su mampostería. Construido en el siglo X, originalmente tenía una columnata de seis columnas en su fachada oriental y se accede por una corta escalera con muros de contención. Las columnas tienen tallas en relieve que narran escenas de la vida del que, probablemente, fue el último gobernante de El Tajín: 13 Conejo. Una vez más, la decoración arquitectónica en varias estructuras del Tajín Chico a menudo evoca una influencia maya, esta vez de Uxmal.
Las canchas de juego de pelota
En El Tajín hay al menos de 17 canchas de juego de pelota, un número inusualmente alto, lo que ha llevado al historiador M. E. Miller a especular que la ciudad bien puede haber albergado grandes festivales deportivos, muy parecidos a aquellos de Olimpia en la antigua Grecia. De hecho, El Tajín parece haber sido un repositorio de caucho, que se usaba para fabricar las pelotas negras sólidas utilizadas en el juego de pelota mesoamericano. Muchas canchas estaban ubicadas intencionalmente para que las elevaciones topográficas de fondo fuesen enmarcadas por los lados inclinados cuando se miraba a lo largo de la cancha.
La cancha de pelota sur es de particular interés debido a su escultura en relieve que representa rituales, entre ellos, sacrificios humanos. Cuatro de los seis paneles en relieve (cada uno compuesto de varias losas), que datan de entre 700 y 900 d. C., tienen la figura de un enorme esqueleto elevándose desde una vasija en sus lados izquierdos. Un panel muestra a dos jugadores de pelota cortando el corazón de un tercer jugador sobre el cual hay otra figura esquelética hambrienta del alma de la víctima. Otro panel muestra un ritual guerrero con una figura central vestida como un águila de pie sobre un una persona reclinada en un sofá y flanqueada por dos músicos. Todos los paneles tienen un marco doble decorativo, una característica típica del arte de Veracruz.