Sísifo es un personaje de la mitología griega. Fue rey de Corinto y se hizo célebre por sus artimañas generales y por engañar a la muerte en dos ocasiones. Al final obtuvo su merecido cuando Zeus le impuso el castigo eterno de hacer rodar una roca por una colina en las profundidades del Hades.
Sísifo fue el fundador de los Juegos Ístmicos y el abuelo de Belerofonte. Hoy en día se lo recuerda más como un símbolo conmovedor de la locura de aquellos que pretenden jugar con el orden natural de las cosas y evitar el triste pero ineludible destino de la mortalidad de la humanidad. El adjetivo "sisífico" denota una tarea que nunca se puede completar.
Sísifo engaña a la muerte
En la mitología griega, la historia de Sísifo tiene múltiples versiones, a menudo contradictorias, con agregados que se sumaron a lo largo del tiempo, de modo que el único elemento de certeza es su terrible castigo. Era el hijo de Eolo, descrito por Homero como un humano que gobierna los vientos. A Sísifo se le atribuye ser el fundador y primer rey de Corinto. Se ganó la infamia por sus artimañas y su perversa inteligencia, pero su mayor hazaña fue engañar a la muerte y al propio Hades, no una sino dos veces, haciendo honor a la descripción que Homero hace de él como "el más astuto de los hombres" (Ilíada, 6:153). En la primera oportunidad, el rey, tras morir y descender al Hades, consiguió con audacia capturar a Tánatos, la personificación de la Muerte, y encadenarlo para que ningún humano muriera a partir de entonces. Solo la intervención de Ares resolvió la crisis, y la Muerte fue liberada para seguir con su trabajo natural.
La segunda oportunidad resultó más exitosa. Tras morir por segunda vez y encontrarse de nuevo en el sombrío inframundo, Sísifo convenció a Hades para que lo dejara salir de nuevo al luminoso reino de los vivos. El rey se las había ingeniado para que su esposa no presentara las ofrendas y sacrificios habituales a la muerte de su marido. Apuntando a la bondad de la esposa de Hades, Perséfone, el rey le rogó que si lo liberaba podría instruir a su esposa para que llevara a cabo los rituales adecuados y todo estaría bien. Al ser liberado, Sísifo, naturalmente, no intentó volver al Hades, sino que vivió hasta una edad avanzada, en gran parte gracias a que la Muerte ya no quería acercarse a él tras su experiencia anterior de haber sido encadenada.
¿Cómo castigó Zeus a Sísifo?
Cuando el rey volvió a morir, esta vez no tuvo escapatoria, ya que el propio Zeus intervino. El rey de los dioses se aseguró de que los humanos no se vieran alentados por las hazañas del embaucador Sísifo. Su destino tendría que ser largo y tedioso. En la Odisea de Homero, el héroe Odiseo desciende al Hades y, al encontrarse con muchos héroes caídos, ve a Sísifo y su castigo eterno:
Entonces presencié la tortura de Sísifo, mientras luchaba con una enorme roca con ambas manos. Apoyándose y empujando con las manos y los pies, empujaba la roca cuesta arriba hasta la cima. Pero cada vez que estaba a punto de hacerla caer sobre la cima, su peso la hacía retroceder, y una vez más la roca rodaba hacia la llanura. Así que una vez más tuvo que luchar con la cosa y empujarla hacia arriba, mientras el sudor brotaba de sus miembros y el polvo se elevaba por encima de su cabeza. (Odisea, Libro 11:593)
Autólico y otras asociaciones
En otro cuento, Sísifo utilizó su astucia para atrapar finalmente a Autólico, el abuelo de Odiseo y ladrón infame. Con astucia, Sísifo ató unas tablillas de plomo a las patas de su propio rebaño, y así, cuando Autólico las robó, Sísifo pudo seguir las huellas y atrapar al ladrón con las manos en la masa. Todas las tablillas tenían inscritas las palabras "Autólico las robó".
Sísifo fue también el fundador de los famosos juegos ístmicos de Corinto, que se celebraban cada dos años en honor a Poseidón, y que eran uno de los cuatro grandes juegos panhelénicos que incluían los Juegos Olímpicos. A Sísifo le sucedió como rey de Corinto su hijo Glauco (que fue despedazado por sus propios caballos carnívoros) y luego su nieto Belerofonte, cuyo caballo alado Pegaso se convirtió en símbolo de la ciudad y en un elemento de las monedas corintias.
¿Cómo se representa a Sísifo en el arte?
El inframundo era un tema relativamente raro para los pintores de cerámica griegos, pero hay una docena de vasijas del siglo VI a.C. que muestran a Sísifo. En un ánfora ateniense de figuras negras, fechada hacia el año 510 a.C. y conservada en el Museo Británico, se representa una escena del castigo de Sísifo. El embaucador empuja un enorme peñasco por una pendiente con sus brazos y una rodilla mientras Hades, Perséfone y Hermes lo observan. Otro ejemplo es un ánfora de figuras negras de las Staatliche Antikensammlungen de Múnich que data del año 530 a.C. y que muestra de nuevo a Perséfone mirando mientras Sísifo lleva su roca, esta vez, inusualmente pintada en blanco. El mito del empujador de rocas vuelve a ser popular durante el siglo IV a.C., cuando se muestra en el interior de varias copas con figuras rojas y aparece en una serie de vasijas con figuras rojas de fecha similar que muestran múltiples figuras del Inframundo. En uno de estos últimos ejemplos, Sísifo tiene el castigo adicional de ser azotado por una de las Furias que lleva una piel de pantera.
En la escultura, Sísifo aparece en una metopa de arenisca del año 540 a.C. procedente del Heraion de la Foce del Sele, cerca de Paestum. Aquí, el desventurado embaucador no solo tiene que hacer rodar su piedra por una colina de aspecto muy empinado, sino que al mismo tiempo es atacado por detrás por un demonio alado.