La cultura chimú, o también llamado el reino de Chimor, surgió en la costa norte de Perú entre los siglos XII y XV de nuestra era. Con su capital en Chan Chan, los chimú fueron la cultura más grande y próspera del Período Intermedio Tardío y el segundo mayor imperio en la historia de los Andes antiguos. Su arquitectura, su enfoque del gobierno regional y su arte tambiénllegarían a influir a sus sucesores más famosos, los incas.
Visión histórica general
El dirigente fundador tradicional de los chimú fue Taycanamo, que se creía que había nacido de un huevo de oro y que había llegado desde el océano. Otros gobernadores notables incluyen a Guacricaur, que expandió hacia los valles de Moche, Santa y Zaña. Con el tiempo, los chimú extendieron su territorio incluso más al sur y en el 1375, bajo el mando de Nancinpinco, conquistaron a la cultura lambayeque (sicán) absorbiendo algunas de sus prácticas culturales e ideas artísticas. El valle La Leche también cayó bajo el control Chimú, por lo que, en su época de esplendor durante el reinado de Minchanzaman, para el 1400, el área de influencia chimú abarcaba 1.300 km a lo largo de la costa norte del Perú.
La prosperidad inicial de los chimú fue en gran parte debida a destreza agrícola, ya que construyeron extensos sistemas de irrigación usando canales. Más tarde, sus exitosas campañas militares y su política de exigir tributos aseguraron que llegaran a ser el poder regional dominante. Chan Chan llegó a convertirse en la capital de otros centros administrativos, tales como Farfán, Manchan, El Milagro, Quebrado Katuay, y el lugar donde se encuentra la fortaleza de Paramonga. Esta dominación tocó a su fin con el ascenso de los incas quienes, conducidos por Tupac Yupanqui, capturaron al undécimo gobernante chimú conocido como Minchanzaman en el año 1470. Luego de eso, el reino chimú se convirtió un estado vasallo del Imperio inca, que mantuvo preso permanentemente al rey chimú en Cuzco para asegurar el cumplimiento del nuevo orden. Los incas también asimilaron algunos aspectos de la cultura chimú, como la herencia de título de sus gobernadores, si bien no sus propiedades; la política de permitir a los gobernantes conquistados una cierta autonomía; la idea de tener agrupamientos de artistas extranjeros trabajando para el estado, y ciertas características del arte chimú. Los incas también mantenían registros de la cultura chimú, y gracias a estos, tenemos, si bien de manera escasa, información sobre sus reyes y sus principales dioses. Entre estos útlimos encontramos al dios creador Ai Apaec, el dios del mar Ni, y, quizás la deidad más importante del panteón chimú, la diosa lunar Si.
Chan Chan
La ciudad capital de los chimú era Chan Chan (conocida como Chimor por sus habitadores originales) que, construida en la boca del río Moche, cubría alrededor de 20 km cuadrados y tenía una población de más de 40.000 personas en su punto álgido. La ciudad llegó a ser el centro de una vasta red de comercio y tributo, y en ella vivían como mínimo 26.000 artesanos y artesanas, a menudo llevados allí a la fuerza desde las ciudades conquistadas para producir bienes de gran calidad en masa de un amplio rango de materiales preciosos.
La arquitectura chimú se caracteriza por sus monumentales construcciones de ladrillos de adobe. A lo largo de los siglos contruyeron diez palacios o complejos reales con un diseño rectangular, cada uno con murallas dobles exteriores de 10 m de alto, interiores laberínticos, y una sola entrada. De especial mención son las habitaciones de audiencia en forma de U que controlaban el acceso a los almacenes. Las murallas de los conjuntos, construidas para restringir el acceso de los plebeyos, estaban decoradas por dentro con diseños en relieve llamativos, normalmente de formas geométricas repetidas, animales y vida marina, especialmente peces. Los patrones labrados puede que fueran una imitación de los de los adornos textiles de pared. Los chimú construyeron complejos de adobe similares en otros lugares, como por ejemplo los nueve de Manchan y los seis de Farfán.
Las estructuras funcionales dentro de cada complejo incluyen edificios administrativos y almacenes y plataformas mortuorias a las que se accedía mediante rampas que contenían líderes momificados. Con el tiempo, los palacios nuevos se fueron haciendo más grandes (el mayor cubre un área de 220,000 metros cuadrados) y en ellos había más espacio dedicado al almacenamiento, indicativo de que la política de los chimú de extraer tributo de los territorios conquistados. Chan Chan también se expandió en general con más residencias para administradores y artesanos, donde estos últimos vivían en modestas viviendas bahareque con techos empinados y una sola chimenea. La ciudad tenía además un extenso sistema de irrigación que combinaba canales, embalses poco profundos y pozos.
Arte chimú
Influido por las culturas wari y moche, el reino chimú continuaría y expandiría los temas artísticos que han llegado a ser característicos del arte andino desde entonces. La cerámica chimú se caracteriza por los artículos de cerámica negra o roja hechos en moldes con decoración esculpida, a los que se le daba un acabado muy pulido. La forma más común es la jarra bulbosa de doble vertedero. Las telas tienen colores naturales y los más preciados tienen una decoración de plumas exóticas donde estas están cosidas en hileras sobre algodón y teñidas para crear diferentes diseños. Los motivos populares incluyen figuras de brazos abiertos con tocados (que probablemente representaban a la clase gobernante) y serpientes "arcoíris" de dos cabezas. Los textiles también podían decorarse añadiendo metales preciosos, y se conserva una túnica con 7.000 cuadrados de oro pequeños cosidos individualmente en la tela.
Las conchas spondylus talladas y con incrustaciones, traídas de Ecuador, eran otro medio popular para el arte chimú con incrustaciones en forma de diamante, que creaban piezas de joyería llamativas. También se podían hacer bienes preciosos usando oro, plata y ámbar importado y esmeraldas de Colombia. Muchos ejemplos de esculturas de madera se han recuperado de dos estructuras piramidales a las afueras de Chan Chan (Huaca el Dragón y Huaca Tacaynamo). La mayoría de estas figuras representan miembros de procesiones funerarias.
Finalmente, es interesante indicar que los gobernantes chimús eran coleccionistas de arte de otras culturas y sus palacios estaban llenos de nichos en los que colocaban objetos y estatuas para exhibirlos. Los propios artistas de Chan Chan tenían tal reputación que los incas obligaron a miles de ellos a mudarse, junto con sus piezas mejores piezas, a su capital en Cuzco, lo cual también era un método efectivo para controlar la producción de bienes preciosos y así limitar los recursos para financiar una rebelión.