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Dracón fue un aristócrata que, en la Atenas del siglo VII a.C., recibió el encargo de redactar un nuevo cuerpo de leyes. No hay ninguna pista concreta sobre su vida y su biografía en general, y lo único cierto es que, como aristócrata y hombre culto, estaba en el lugar adecuado en el momento correcto para aprovechar su oportunidad y legislar. En los inicios del sistema jurídico ateniense, Dracón redactó el primer código de leyes escrito de la ciudad, con el objetivo de reducir las decisiones arbitrarias de castigo y las enemistades sangrientas entre las partes. Sin embargo, en última instancia, las leyes ayudaron y legitimaron el poder político de la aristocracia y les permitieron consolidar su control sobre la tierra y los pobres. Estas leyes, famosas por su dureza, fueron finalmente sustituidas por Solón, en 594 a.C.
Antecedentes históricos
Tras la creación de las ciudades-estado (πόλις - κράτος, polis - kratos) en Grecia, alrededor del siglo VIII a.C., los soberanos de las grandes ciudades, como Atenas, empezaron a perder poder. El rey, para mantener el poder y la seguridad en su ciudad, empezó a compartir la tierra con varios nobles que, en primer lugar, habían sido miembros de su consejo de guerra. Más tarde, estos nobles crearon la falange hoplita (οπλιτική φάλαγγα, oplitiki falagga). La falange no era sólo un grupo militar de hombres, sino que se fue convirtiendo gradualmente en un cuerpo político y acabó por obtener el poder del rey. Así nació una aristocracia. En Atenas, los aristócratas controlaban la tierra y tenían la mayoría de los privilegios, los derechos políticos y, por supuesto, el dinero de la polis. La ley estaba en sus manos y sólo se redactaba para sus propios fines y desde su propia perspectiva. La mayoría de los atenienses tenían que vivir en relativa pobreza y, bajo este régimen, los simples obreros y campesinos no tenían más remedio que dejarse gobernar por los aristócratas. Poco a poco, los atenienses se encontraron en una ciudad en la que muy pocos ostentaban el poder político, el dinero, la tierra y, lo más importante, el control de la ley (no escrita).
LAS LEYES DE DRACÓN ERAN CONOCIDAS POR SU CRUELDAD Y SU PARCIALIDAD HACIA LOS RICOS TERRATENIENTES FRENTE A LOS QUE SE ENCONTRABAN EN DEUDA.
La justicia no siempre ha sido impartida por jueces actuando conforme a una ley escrita o derecho consuetudinario aplicable por igual a todos. En los inicios de Atenas, la justicia no consistía en aplicar una norma escrita a cualquier situación o litigio. No existían guías de sentencia explícitamente escritas ni precedentes judiciales a los que recurrir. Más bien, las propias víctimas eran las responsables de exigir retribución o compensación por cualquier delito. Si la víctima había fallecido, se dejaba a la familia tomar venganza o reclamar una indemnización. Estas enemistades sangrientas podían durar generaciones, ya que las familias trataban de vengar una pérdida, rara vez admitían la culpa y siempre buscaban la absolución. (Salowey & Northen Magill).
El inicio de un sistema jurídico
A medida que el tiempo avanzaba, los diferentes grupos de ciudadanos se reunieron para estudiar cómo prevenir transgresiones o castigar a delincuentes de otras zonas y evitar así guerras prolongadas basadas en enemistades sangrientas. Se convocaban asambleas populares con este fin en los casos en que la acción afectaba a la comunidad en su conjunto. Con el paso de los años, los líderes de la aristocracia ateniense empezaron a dictar sus sentencias. Este sistema no estaba exento de problemas, ya que estos "jefes" eran a menudo receptores de sobornos.
Además, según Aristóteles, el préstamo en la antigua Atenas estaba permitido y, como garantía o depósito de seguridad, se "permitía que alguien pudiera pedir prestado a otro con una garantía de su propiedad y su libertad personal" (la Constitución de los atenienses, 1306b 22-25, 1307a 7). Así pues, el problema fundamental no era sólo quién tenía la tierra o el poder político, sino que muchos pequeños propietarios se fueron endeudando poco a poco y empezaron a perder sus tierras, acabando como siervos de los ricos. El mayor problema era que no había leyes escritas al respecto y los pobres no tenían la posibilidad de presentarse ante un tribunal donde sólo juzgaban los aristócratas y no había ninguna ley escrita que los protegiera.
Alrededor del año 632 a.C., un aristócrata y antiguo ganador en los Juegos Olímpicos, llamado Cilón (Κύλων), intentó vencer al partido aristocrático que gobernaba Atenas y convertirse en tirano único. Cilón, en realidad, estaba tratando de utilizar la voluntad de los atenienses para un cambio: es decir, un cambio en contra de los aristócratas que tenían la tierra y el poder político en Atenas, en ese momento en particular. El intento de convertirse en tirano, al final, no prosperó y sus seguidores fueron masacrados por los aristócratas y Cilón huyó con su suegro, Taégenes (Θεαγένη), el Tirano de Mégara (Mέγαρα). Si profundizamos un poco más en el tema, lo que realmente pretendía Cilón era aprovechar el impulso de los pobres (en su mayoría campesinos y pequeños propietarios) que habían perdido sus tierras a manos de los ricos terratenientes, principalmente por las deudas y por el hecho de que en aquella época no se había escrito ninguna ley en Atenas. Por lo tanto, las tierras estaban en manos de unos pocos aristócratas y la justicia no aparecía por ninguna parte.
Si conjuntamos los dos hechos anteriores, la rebelión de Cilón y la reacción de los campesinos/pequeños propietarios ante todo esto, llegamos a la conclusión de que por fin había que escribir leyes. En efecto, los aristócratas convocaron a Dracón (Δράκων) para que redactara el Primer Código de Leyes de Atenas. Esto ocurrió en 621/620 a.C. El texto real de las leyes sólo fue conservado por Aristóteles en su libro la Constitución de los atenienses.
Las leyes de Dracón
Las leyes de Dracón eran conocidas por su crueldad y su inclinación hacia los ricos terratenientes frente a los deudores. Su serie de castigos drásticos (el origen del término "draconiano") para una variedad de delitos, de hecho no estuvieron en vigor durante mucho tiempo y ciertamente no tuvieron éxito en su objetivo. Este código rudimentario, del cual solo conocemos las disposiciones relacionadas con el homicidio, se dice que fue escrito en sangre según la tradición y el mito, debido a su percibida crueldad. He aquí algunos ejemplos citados en la Constitución de los atenienses (traducidos por el autor según las Inscriptiones Greacae 1 115):
...los derechos políticos (en Atenas) sólo pueden pertenecer a los que llevan armas. Estos derechos corresponden especialmente a los señores de rango inferior, mientras que para que alguien sea elegido general o jefe de caballería (ίππαρχος, ipparxos) debe poseer una fortuna superior a 100 mnes y tener una esposa ateniense legítima e hijos mayores de 10 años.
Quien mate a otro ateniense, sin propósito o por accidente, debe ser desterrado de Atenas para siempre. Si el asesino pide disculpas a la familia del asesinado y la familia acepta las disculpas, entonces el asesino puede quedarse en Atenas.
Un pariente de una víctima de asesinato, puede cazar y detener al asesino, y así entregarlo a las autoridades donde será juzgado. Si un pariente mata al asesino no podrá entrar en el Foro ateniense ("αγορά", ágora), ni participar en competencias, ni pisar lugares sagrados...
El fin del código de Dracón
El código de Dracón fue considerado más tarde como intolerablemente duro, sobre todo en lo que se refiere a castigar con la muerte los delitos triviales; probablemente tampoco fue satisfactorio para los gobernantes contemporáneos, ya que Solón, que era el arconte en 594 a.C., derogó más tarde el código de Dracón y publicó nuevas leyes en las que solo conservó los estatutos de homicidio. La crueldad detrás de las leyes puede haber sido la única forma de conservar el poder dentro del partido aristocrático, así como de evitar enemistades sangrientas que podrían durar generaciones. Además, los aristócratas encontraron una forma de asegurarse la tierra arrebatándosela legítimamente a los pobres según las leyes escritas, aparte de su poder político real. Bajo el código de Dracón, los gobernantes estaban en el poder de acuerdo con la ley y, según ellos, la justicia.
Es un abogado mexicano que cuenta con experiencia en traducción jurídica y académica. En su labor profesional se ha dedicado mayormente al servicio público, en donde se ha especializado en diversos temas de derecho, gobierno, cultura y derechos humanos.
Profesor de historia, del antigüo y moderno idioma Griego, así como de Latín. Soy el Director Ejecutivo / Director de Tecnología del Alphaomega Private Institute en Nicosia, Chipre.
Loizides, A. (2015, junio 12). El código de Dracón [Draco's Law Code].
(J. Araiza, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-13788/el-codigo-de-dracon/
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Loizides, Antonios. "El código de Dracón."
Traducido por Jair Araiza. World History Encyclopedia. Última modificación junio 12, 2015.
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Loizides, Antonios. "El código de Dracón."
Traducido por Jair Araiza. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 12 jun 2015. Web. 21 dic 2024.
Licencia y derechos de autor
Escrito por Antonios Loizides, publicado el 12 junio 2015. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.