Agesilao II (c. 445 - 359 AEC) fue un rey espartano que obtuvo victorias en Anatolia y en la Guerra de Corinto pero quien finalmente traería la derrota total a su ciudad a través de sus políticas contra Tebas. Cuando Esparta perdió la crucial batalla de Leuctra en el 371 AEC, puso fin al dominio del Peloponeso que la ciudad había mantenido por largo tiempo. Agesilao fue uno de los reyes más duraderos y poderosos en la historia espartana y, gracias a su amistad con el historiador Jenofonte, su reinado es uno de los mejor documentados. También es sujeto de una de las biografías de las Vidas Paralelas de Plutarco.
Vida Temprana y Carrera
Agesilao era el hijo de Arquidamo II, y así, un miembro de la línea europóntida de reyes espartanos. Agis II, el medio hermano de Agesilao, era el heredero al trono, por lo tanto, este último recibió la educación militar tradicional (agogé) de un ciudadano varón común. Plutarco nos informa que Agesilao nació con una pierna coja pero que esto no impidió su entrenamiento. En el 400 AEC, cuando el hijo de Agis, Leotíquidas, fue pasado de alto seguido de los rumores de que su padre fue en realidad el general ateniense Alcibíades, Agesilao fue hecho rey inesperadamente; un evento facilitado por el poderoso general Lisandro, su amante (erastés) cuando era joven.
Utilizando el patrocinio como medio para garantizar la lealtad de la élite espartana, Agesilao también logró disminuir la influencia de los segundos reyes espartanos de línea agíada con quienes cogobernaba. A pesar de su creciente poder, el rey ganaría una reputación duradera por su estilo de vida simple y su autodisciplina, porque como Plutarco dijo, 'sería difícil encontrar un soldado que durmiera en una cama más dura que la del rey' (38). Agesilao también fue conocido por su piedad y el hecho de que fue uno de los pocos gobernantes griegos que hizo campaña en el extranjero sin influirse por costumbres extranjeras y fiel a las tradiciones espartanas.
Campañas Contra Persia
El primer papel militar destacado de Agesilao fue una expedición en Anatolia donde fue asignado la tarea de liberar las ciudades griegas del dominio persa. Esta era la primera vez en la que un rey espartano había liderado un ejército en Asia, y la primera ocasión en que un rey había comandado ambas fuerzas navales y terrestres. Antes de partir, Agesilao quería hacer un sacrificio religioso en Áulide, tal como había hecho Agamenón antes de la Guerra de Troya, pero fue rechazado por los tebanos, archienemigos de Esparta. Este incidente añadiría más combustible al odio de por vida de Agesilao hacia Tebas.
Las victorias contra los sátrapas persas Farnabazo y Tisafernes, especialmente en la Batalla de Sardes en el 395 AEC, fueron interrumpidas cuando Agesilao fue llamado de regreso a Grecia para defender los intereses espartanos. Quizás esto fue bueno debido a que Esparta había sufrido una grave derrota naval en la Batalla de Cnido. La flota persa había sido comandada por Conón, mientras que los espartanos estaban liderados por el incompetente Pisandro, quien probablemente sólo recibió el mando porque era pariente de Agesilao.
Campañas contra Corinto y Tebas
Durante la Guerra de Corinto, Agesilao ganó, aunque a gran costo, la Batalla de Coronea en el 394 AEC contra una coalición liderada por Tebas, que incluía tropas de Atenas y Corinto. Los dos ejércitos, en una competencia que Jenofonte, un testigo, describió como "bastante diferente a cualquier otra en nuestro tiempo" (4.3.15), chocaron y el flanco derecho de ambos lados derrotó al flanco izquierdo opositor. Entonces, los hoplitas espartanos y tebanos se enfrentaron en una sangrienta batalla en la que Agesilao fue herido varias veces. Con la batalla ganada, el rey espartano perdonó las vidas de un grupo de soldados enemigos que habían buscado refugio en un templo, montó un monumento a la victoria y dedicó una décima parte del botín a Delfos.
Más victorias llegaron entre el 391 y 388 AEC en el área alrededor de Corinto y Acarnania, donde Agesilao demolió las fortificaciones de Corinto y devastó los campos, arrancando todos los árboles que su ejército encontró. Sin embargo, los tebanos y sus aliados fueron finalmente derrotados, no por una fuerza terrestre, sino por la flota financiada por Persia liderada por el almirante espartano Antálcidas. Fue él quien estableció la Paz del Rey (también conocida como Paz de Antálcidas) que garantizaba cierto nivel de autonomía política a las ciudades-Estado derrotadas.
Controversialmente, Agesilao ignoró los términos del tratado de paz y estableció oligarquías pro-espartanas en Mantinea, Olinto y Fliunte. Después, el rey espartano respaldó la ocupación de Tebas en el 382 AEC y el establecimiento de una guarnición por Fébidas, la cual irritó enormemente a los tebanos. Esta acción y la polémica absolución de Esfodrias, quien había sido acusado de intentar tomar el puerto ateniense El Pireo y quien resultó ser el padre del amante del hijo de Agesilao, indignó a muchas ciudades griegas, y otra coalición anti-espartana fue formada, esta vez con el respaldo financiero de Persia. Más batallas siguieron y Agesilao ganó algunas victorias en Beocia en el 378 y 377 AEC, pero la poderosa Esparta estaba perdiendo el control de su propia coalición, la Liga del Peloponeso, y Tebas estaba a punto de entrar en su periodo más dominante de la historia.
En una conferencia de paz en el 371 AEC, Agesilao molestó al líder tebano Epaminondas cuando se negó aceptar que este último representaba a toda Beocia y no solo Tebas. La guerra siguió y Esparta fue derrotada en la Batalla de Leuctra en el 371 AEC, cuando Epaminondas y su brillante general Pelópidas conmocionaron al mundo griego. De acuerdo a Jenofonte, Agesilao no estaba en la batalla ya que sufrió una recaída de su pierna que originalmente lo había apartado de la Batalla de Tegira (que Esparta también perdió) cuando un vaso sanguíneo estalló en su pierna sana. En su lugar, en Leuctra, las fuerzas espartanas estaban dirigidas por el otro rey espartano Cleómbroto. Como consecuencia de la derrota, Esparta perdió la región de Mesenia en el Peloponeso y comenzó un constante declive del que la ciudad ya nunca se recuperaría.
Carrera Después de Leuctra
Mientras que los historiadores han culpado a las políticas agresivas y el odio irracional de Agesilao por el declive de Esparta, el rey no fue impopular en casa y continuó ocupando el alto cargo hasta bien entrados sus ochenta, defendiendo la ciudad de ataques tebanos en el 370 y 362 AEC. En el entretiempo, había luchado para Ariobarzanes, el sátrapa persa en Anatolia, en el 364 AEC, y había realizado un servicio similar para Nectanebo III en Egipto entre el 361 y 359 AEC. Ambas posiciones trajeron victorias y ayudaron a incrementar el empobrecido tesoro espartano. Durante el regreso a casa de Egipto, Agesilao murió en Cirenaica en Libia en el 359 AEC; su cuerpo fue embalsamado en cera y llevado a Esparta para el entierro.
Agesilao fue un político talentoso y el hombre más poderoso de Grecia durante gran parte de su gobierno, pero quizás su carácter ambiguo y retrato en la historia es mejor resumido por Plutarco: "era demasiado generoso para no dar crédito a sus enemigos si estaban en lo correcto, pero no se atrevía a condenar a sus amigos si estaban en lo equivocado" (28). El espartano había sido un líder carismático, había obtenido más poder político que la mayor parte de sus predecesores, y había sido un comandante efectivo pero tal vez tuvo la mala suerte de haber sido rey en un tiempo en el que Esparta sufría de una población declinante y malestar creciente en su clase agrícola servil ilota. Estos dos factores combinados con el alza de una Tebas agresiva, que intentaba crear su propio imperio, significó que Agesilao vio el fin de la poderosa Esparta como uno de los estados superpotencia de Grecia.