El complejo fortaleza-templo de Sacsayhuamán (también Saksaywaman o Saqsawaman, que significa "águila real") se encuentra en el extremo norte de la antigua capital inca de Cuzco. Construido durante el reinado de Pachacútec (1438-1471) y sus sucesores, sus murallas enormes y bien construidas hoy en día siguen siendo un testimonio no solo del poderío inca, sino también de las habilidades de los arquitectos incas y de su enfoque para integrar las estructuras monumentales en el paisaje natural de forma armoniosa. El Sacsayhuamán se sigue utilizando hoy en día para la recreación de ceremonias de inspiración inca.
Construcción
La fortaleza fue la mayor estructura construida por los incas. Se construyó en un elevado promontorio rocoso frente al terreno pantanoso del norte, a las afueras de la capital inca de Cuzco. Los hallazgos de cerámica indican que el lugar había sido ocupado por residentes incas anteriormente. Iniciada en el reinado del gran constructor del imperio inca Pachacútec Inca Yupanqui, o quizá de su hijo Túpac Inca Yupanqui, a mediados del siglo XV, el diseño se atribuyó a cuatro arquitectos: Huallpa Rimachi, Maricanchi, Acahuana y Calla Cunchui. Las primeras estructuras se hicieron solo con barro y arcilla. Los gobernantes posteriores las sustituyeron por un magnífico trabajo en piedra que empleaba enormes bloques poligonales finamente cortados, muchos de ellos de más de 4 metros de altura y con un peso de más de 100 toneladas. Para llevar a cabo un proyecto de tal envergadura, se contrató a 20.000 trabajadores, de acuerdo con el sistema establecido por los incas de extraer bienes y mano de obra de los pueblos que conquistaban. Con un sistema de rotación, 6000 se encargaron de las tareas de cantería, mientras que los otros 4000 cavaron zanjas y pusieron los cimientos. Los muros de la fortaleza se construyeron en secciones verticales, probablemente, y cada sección era responsabilidad de un grupo étnico de trabajo.
Los incas eran maestros canteros. Extraían enormes bloques y les daban forma utilizando únicamente piedras duras y herramientas de bronce. Las marcas en los bloques de piedra indican que a la mayoría les dieron forma con golpes en vez de cortándolos. Los bloques se movían con cuerdas, troncos, palancas y rampas de tierra (en algunos bloques todavía se pueden ver marcas reveladoras), y algunas piedras todavía tienen nudos que sobresalen de ellas o hendiduras que se utilizaban para ayudar a los trabajadores a agarrarlas. El hecho de que las rocas fueran talladas en las canteras y luego trabajadas de nuevo en su destino final queda claramente indicado por los ejemplos inacabados que quedan en las canteras y en varias rutas hacia las obras. El corte fino y la colocación de los bloques en la obra eran tan precisos que no se necesitaba usar mortero. Finalmente, se obtenía una superficie acabada utilizando piedras de moler y arena.
La arqueología experimental ha demostrado que la preparación y el revestimiento de las piedras utilizadas por los incas eran mucho más rápidos de lo que se pensaba. Aun así, se habrían necesitado muchos meses para producir un solo muro. Los incas también se aseguraron de que sus bloques se entrelazaran y de que los muros estuvieran inclinados para maximizar su resistencia a los daños causados por los terremotos. El tiempo ha demostrado su eficacia, ya que 500 años de terremotos han dañado muy poco las estructuras incaicas que quedaron en perfecto estado, y el Sacsayhuamán no es una excepción.
Diseño
Si la teoría de que todo el Cuzco estaba dispuesto para formar una forma de puma cuando se ve desde arriba es correcta, entonces Sacsayhuamán era su cabeza. La fortaleza tiene tres terrazas distintas que retroceden una sobre otra. Los muros, que alcanzan una altura de 18 metros cada uno, están dispuestos en forma de zigzag y se extienden a lo largo de 540 metros, de modo que cada muro tiene hasta 40 segmentos, lo que permitía a los defensores atrapar a los atacantes en un fuego cruzado; un resultado que se obtenía también gracias a la curvatura general de toda la fachada de la fortaleza. Además, los arquitectos incas solían tratar de integrar armoniosamente sus estructuras en el paisaje natural circundante, y el contorno de Sacsayhuamán se construyó de forma similar para imitar los contornos de la cordillera que se eleva detrás de él. Esto queda especialmente evidente cuando el sol crea profundas sombras triangulares entre las terrazas en zigzag, exactamente de la misma manera que lo hace en la cordillera con sus picos y valles.
En otra consideración defensiva, solo hay una pequeña puerta en cada terraza que daba acceso a los edificios interiores y a las torres de la ladera de atrás. Los testigos oculares españoles describen una gran torre circular de cuatro o cinco pisos situada en el centro de la fortaleza y sus cimientos (junto con los de otras dos) pueden verse hoy en día. En la parte posterior del complejo, en una zona conocida como la Suchuna (tobogán), había más terrazas, patios, dependencias y un sistema de abastecimiento de agua que incluía cisternas y acueductos. Por último, hay una zona de terrazas escalonadas cortadas en la ladera del cerro del Rodadero, que se cree que fue un santuario religioso, tal vez dedicado a la diosa de la tierra Pachamama, o un mirador para que el gobernante inca viera las ceremonias o un lugar para las observaciones astronómicas.
Función
Se dice que, una vez terminada, la fortaleza tenía capacidad para al menos 1000 guerreros, pero rara vez fue necesario usarla, ya que los incas no sufrieron invasiones de estados enemigos. Probablemente, por esta razón, Sacsayhuamán fue diseñado como mucho más que una fortaleza. El complejo incluía templos, especialmente uno dedicado al dios del sol Inti, y se utilizaba como lugar para las ceremonias incas. Sacsayhuamán fue también un importante depósito inca donde se guardaban armas, armaduras, alimentos, valiosos tejidos, cerámica, herramientas metálicas y metales preciosos.
Sacsayhuamán funcionó como fortaleza durante la conquista española de Perú a partir de 1532. Los españoles, dirigidos por Francisco Pizarro, conquistaron Cuzco poco después de matar al gobernante inca Atahualpa en 1533, pero se enfrentaron a un asedio organizado y sostenido por parte de un gran ejército inca. Pizarro envió a su hermano Juan a atacar el Sacsayhuamán utilizando la caballería y luego a escalar las murallas con escaleras. La ofensiva tuvo éxito, aunque Juan murió en el proceso, y la ocupación de la fortaleza permitió a los españoles resistir el asedio.
Uso posterior
Tras el colapso del imperio después de la invasión europea, la mayoría de las piedras del Sacsayhuamán se reutilizaron en otros lugares de los edificios coloniales de Cuzco. Los españoles cubrieron las ruinas con tierra para evitar que las fuerzas incas rebeldes las usaran y el lugar recién fue redescubierto en 1934, cuando se excavó. En la actualidad, las ruinas de la fortaleza son el escenario del festival anual de recreación incaica del Inti Raymi, que se celebra en el solsticio de invierno.
