Cahuachi, localizado en la costa sur del Perú, fue el lugar sagrado más importante de la civilización nazca. Los nazca florecieron entre el 200 a.C. y el 600 d.C., y Cahuachi cubría un período de tiempo similar. Este lugar, que se usaba para los festivales de cosechas, la adoración de los ancestros y los entierros, está dominado por una serie de grandes montículos ceremoniales y plazas. Estos lugares han sido una fuente rica de artefactos nazca que van desde momias hasta textiles, todos bien consevados por el clima árido.
Localización y función
En cierto punto del sur del valle de Nazca, el río Nazca corre de manera subterránea por un corto tramo, y fue en este lugar, en la orilla sur, donde se construyó Cahuachi. Aquí, la tabla de agua habría podido soportar la mayoría de las sequías y por eso era considerado un lugar sagrado o huaca por los nazca. El agua se conducía usando acueductos subterráneos y cisternas con entradas aterrazadas para irrigar el área circundante y asegurar así una reserva constante. La naturaleza sagrada del sitio queda aún más clara gracias al gran número de líneas o geoglifos en el suelo desértico circundante. En otro esfuerzo por incorporar la naturaleza a su paisaje urbano, los nazca construyeron grandes montículos en cimas de un grupo cerrado de alrededor de 40 cerros. El yacimiento estaba conectado a otro centro nazca importante, Ventilla, por un camino sagrado que cruzaba el desierto de San José.
No hay evidencias arqueológicas de una área residencial en Cahuachi, como desechos o trozos de cerámica simple, por ejemplo, y los peregrinos que acudían al lugar probablemente permanecían en tiendas durante sus breves visitas. Si bien, hay algunos edificios que probablemente se usaban como almacenes o como talleres vinculados con las actividades religiosas del sitio. La presencia de plazas sugiere reuniones regulares de un número grande de personas y el espacio más grande mide 47 x 75 metros. Estas plazas, en sectores, tienen agujeros, y los restos de postes de madera sugieren que había marquesinas grandes erigidas sobre estas zonas. El área sagrada entera está cerrada por un muro de 40 cm. de altura. Por tanto, Cahuachi era un lugar de peregrinación, adoración, y entierro, y con el tiempo se fue ampliando hasta cubrir más de 150 hectáreas.
Montículos funerarios
Los 40 túmulos ceremoniales en Cahuachi fueron construidos usando tierra y ladrillos de adobe. Las estructuras más tempranas datan de antes del 100 a.C., mientras que las más tardías fueron construidas hacia el 500 d.C., consistente con el período de tiempo de los nazca en general. Los montículos se usaban como lugares de enterramiento para grupos familiares, y cada túmulo contenía las tumbas de un grupo específico. Esta es una característica típica de los nazca: prácticas culturales compartidas pero llevadas a cabo de manera individual sin influencia alguna discernible de un poder político integrado. En muchas culturas andinas era prevalente la adoración de los ancestros, así que podemos imaginar que los peregrinos visitaban Cahuachi con ese propósito, reabriendo regularmente las tumbas para añadir nuevas momias.
El montículo más grande, conocido como el "Gran Templo", consta de seis o siete terrazas hechas de tierra colocada encima de una colina natural y por dentro tenía muros de soporte de ladrillos de adobe. Alcanza una altura de 30 metros. Además de las tumbas en su interior, también hay algunas cámaras pequeñas en las cuales se depositó un gran número de flautas de pan de arcilla, lo que indica que la música era una parte importante de las ceremonias nazca. La tumba mejor preservada está en otro montículo y se conoce como la Sala de los Postes. Contiene un altar central rodeado por columnas que sostienen un techo. Las paredes están decoradas con imagenes de flautas de pan y rostros con rayos brillantes.
Descrubrimientos arqueológicos
Aunque muchas de las tumbas de Cahuachi han sido saqueadas, algunos descubrimientos de entierros intactos han revelado momias envueltas en textiles finos. Algunas de estas momias, de hombres, mujeres y niños, muestran signos de haber sido sacrificadas. Los individuos eran gente nazca, no enemigos capturados, por ejemplo, y muestran los rasgos típicos de las culturas andinas tales como los cráneos perforados, la eliminación de la lengua para ponerla en una bolsa, el excremento en la boca, y ojos y labios cosidos usando espinas de cactus. Algunas tumbas contienen evidencias de sacrificios de animales.
Otros descubrimientos en el yacimiento incluyen cerámica, típicamente de calidad más fina que la usada cotidianamente y pintada con animales y figuras híbridas de animales-humanos, especialmente felinos, monos, aves, lagartos, y arañas con rostros humanos. Las telas se solían enterrar dentro de jarros de cerámica grandes. Las imágenes tejidas o a veces pintadas en la tela muestran temas similares a los de la decoración cerámica, junto con escenas de cosechas abundantes y agricultura. Muchas telas tienen bordes que representan calaveras humanas curiosas. Dos descubrimientos extraordinarios son una única tela que mide 7 x 60 metros y un almacén de 50 vestidos cruzados de mujer. Estos tienen imágenes de colibríes similares a los representados en los famosos geoglifos de las líneas de Nazca que cruzan el suelo desértico cercano. Por último, en una área específica de Cahuachi, quizás un taller para tejer, las excavaciones han encontrado varios instrumentos y herramientas usadas para hacer tela tales como husillos, tintes, hilos de algodón, y telares.
Abandono
Cahuachi fue abandonado a partir de mediados del siglo VI d.C., quizás debido a cambios climáticos con los que el ambiente local se volvió más árido. Puede que los terremotos también fueran un factor que contribuyera al declive del centro. Es interesante notar que aumentó el número de geoglifos creados en esa época, lo que quizás indica la necesidad urgente de obtener ayuda divina para afrontar la crisis. Los montículos fueron cubiertos sistemáticamente con tierra, por lo que el abandono de Cahuachi fue planeado y deliberado. Sin embargo, el yacimiento continuó recibiendo ofrendas votivas y entierros durante siglos, lo que indica que las gentes locales continuaron adscribiendo una naturaleza sagrada a Cahuachi mucho después de que la cultura nazca hubiera desaparecido.