La cerámica coreana en la antigüedad se remonta a la prehistoria, cuando hacían artículos marrones simples decorados con incisiones geométricas. Los alfareros aprovecharían las ideas y técnicas de sus equivalentes chinos y producirían sus propias obras muy preciadas, incluidos el gres gris, la cerámica verde o celadón, el gres buncheong o la porcelana blanca. Las cerámicas son innovadoras en cuanto al diseño, y van desde quemadores de incienso de una complejidad increíble hasta la sublime simplicidad y elegancia de los jarrones maebyeong. Entre las decoraciones típicas de la cerámica coreana se cuentan plantas, flores y fauna salvaje, y esta decoración refleja la herencia religiosa del país con motivos budistas y diseños confucianos minimalistas en primer plano.
Cerámica prehistórica
La cerámica coreana primitiva del período Neolítico, especialmente los cuencos marrones con una base plana o puntiaguda, ambos con grabados decorativos, muestra un vínculo cultural con las comunidades de la provincia de Liaoning y la península de Liaodong en China. La decoración más común de este periodo son las incisiones en zigzag o en forma de peine, que le han dado el nombre a un tipo de cerámica: la cerámica de peine (jeolmun). Algunas vasijas tiene incisiones cuadradas en espiral, mientras que otras tienen decoraciones alzadas que se consiguen pellizcando la arcilla.
La cerámica coreana de la Edad de Bronce tiende a ser lisa, sin decoraciones, con paredes más gruesas, y hay una mayor variedad de formas: normalmente vaporeras, cuencos con pedestal y jarras con asas. Cuando hay decoración presente, esta normalmente cubre una menor parte del contenedor y puede que tenga forma de motivos grabados del periodo anterior o que se apliquen bandas de arcilla. Las piezas bruñidas eran o bien negras (jarrones de cuello largo) o rojas (jarrones pequeños y abultados). De nuevo, son indicativas del contacto con China.
La cerámica de la Edad de Hierro es un tipo de gres con decoraciones de pala o incisiones, especialmente el plumeado. Un formato típico de este periodo es la jarra de fondo redondo que tiene un pie pequeño y asas pequeñas distintivas en el cuello en forma de cuernos. Otra forma interesante es la copa cuadrada con pedestal que después se laquea de negro. Está claro que los alfareros se estaban haciendo más habilidosos y ambiciosos con sus diseños, estableciendo así los cimientos de las vasijas de mayor calidad que se producirían durante el período de los Tres Reinos.
Gres gris
El gres gris de alta temperatura se estuvo produciendo en los reinos de Baekje, Gaya y Silla (no queda mucha cerámica de Goguryeo), desde el siglo I a.C. hasta el siglo X d.C. Las formas típicas son la copa con pie, los cuencos de bases anchas (kobae), los jarrones de cuello largo (changgyong ho), copas redondas con tapa con una base ancha conocidas como kobae, copas con cuernos, soportes (kurut pachim) para cuencos grandes, jarrones panzudos altos (a veces con soportes calados), lámparas y copas de campana, que tienen trozos pequeños de arcilla dentro de una sección inferior hueca que suenan al moverse, y contenedores con boquilla con formas de animales, barcos, templos, guerreros a caballo o incluso casas. Estas se decoraban con incisiones, aplicando piezas extra de arcilla, o recortando la cerámica para crear un efecto de rejilla.
El gres hay que cocerlo a altas temperaturas, y sin duda esta tecnología estaba conectada con los hornos necesarios para producir hierro en la confederación de Gaya, rica en ese metal. Es probable que los alfareros de Gaya transmitieran esta innovación a Japón, donde el resultado fue la producción del famoso gres sueki (o sue). Los alfareros de Baekje también producían cerámica de baja temperatura, de un color marrón claro. Las formas más comunes son los jarrones abombados, los contenedores con pie, los trípodes y las tejas de los tejados.
A medida que el período de los Tres Reinos dio paso al periodo del reino unificado de Silla (668-935 d.C.), la cerámica coreana empezó a presentar una marcada influencia del budismo. La incineración requería la manufactura de urnas para las cenizas, y los motivos budistas abundan en la decoración estampada, tales como brotes y flores de loto y nubes. Las piezas de cerámica cotidianas se dejaban sin decorar, pero las piezas especiales presentan una mayor densidad de decoración que anteriormente y hay incluso algunas figuras humanas tales como músicos tocando el kayagum (una cítara). También está el primer vidriado de cenizas que se desarrollaría en las cerámicas celadón del periodo de Goryeo.
Celadón
La cerámica celadón (cerámica verde) producida durante la dinastía Goryeo (918-1392 d.C.) está considerada como unas de las piezas de alfarería más finas y elegantes del mundo. Se tipifican por su lustre verde pálido que recuerda al jade y por un vidriado superliso. Originario de China, el celadón no tardó en hacerse popular por toda Asia y en especial en Corea a partir del siglo IX d.C., cuando había un contacto mayor con la Dinastía Song. Puede que la asociación por el color con el jade fuera otro motivo para el éxito del celadón. El color verde se logra cociendo la arcilla en un horno de reducción de oxígeno con un vidriado que contiene un porcentaje bajo de óxido de hierro (cheolhwa). Este método dota a la pieza de un acabado extremadamente liso, aunque es típico, e incluso deseable, que tenga muchas grietas pequeñas en el vidriado.
En un primer momento, las cerámicas coreanas eran bastante burdas, pero para el siglo XII el celadón coreano era incluso más fino que el producido en China. La popularidad y la estima que se tenía por los celadones queda demostrada por su presencia en las tumbas reales coreanas. Con las invasiones mongolas de la península y la destrucción sistemática de los talleres en el siglo XIII, desgraciadamente la producción de celadones se detuvo.
Las formas más populares de celadón eran los jarrones, las jarras y los cuencos, y la forma por antonomasia era el jarrón alto con una base estrecha y un cuello abombado conocido como maebyeong. Los alfareros también producían una miríada de otros productos tales como almohadas de cerámica, jarras con forma de monje o de criaturas míticas como dragones, quemadores de incienso rematados con figuras de animales a través de cuya boca salía el humo, cajas de cosméticos, recipientes de goteado (llamados kundika, que se usaban para esparcir agua en las ceremonias budistas), e incluso tejas curvadas para los tejados se elaboraban con la misma delicadeza de los recipientes más tradicionales.
Los recipientes se decoraban con diseños de alto y bajo relieve, especialmente patrones florales con hojas y flores de loto, begonias y crisantemos, hojas de parra y pájaros como aves acuáticas. Muchos motivos, especialmente grullas y nubes, están asociados con el budismo. Los recipientes que se dejaban sin decorar a menudo tienen diseños lineales sencillos grabados, mientras que otros tienen incrustaciones más complicadas en negro, rojo, marrón o blanco, siguiendo una técnica singular de Corea conocida como sanggam. Con esta técnica, los diseños se graban en la superficie y las incrustaciones se añaden antes de aplicar una cubierta traslúcida. Algunos recipientes posteriores también tenían incrustaciones de oro. Las incrustaciones eran tan finas y el trabajo era de tan alto estándar que, en un recipiente terminado, parecen pinceladas. Añadir un color rojo oscuro para resaltar diseños o para bordes se hizo común en el periodo posterior de los celadones coreanos, y se lograba usando una bajo cubierta de cobre, el primer ejemplo de tal decoración en la cerámica mundial. Otro efecto decorativo popular consistía en añadir moldes que luego también se podían trabajar como un calado.
Cerámica buncheong
Las piezas de buncheong (punchong), una cerámica verde azulada con una cubierta blanca, son las contribuciones coreanas más prácticas al mundo de la alfarería. Se produjeron en los siglos XV y XVI d.C. durante la dinastía Joseon (1392-1910 d.C.) y en un principio eran similares a los celadones. A diferencia de otros ejemplos de cerámica coreana, el buncheong lo producían alfarerías no controladas por el Estado, de manera que las piezas se volvieron mucho más eclécticas y tuvieron la influencia de las preferencias regionales y los deseos de la gente común que encargaba su manufactura. Entre las formas típicas se encuentran los jarrones maebyeong, abultados con cuello largo, jarras cilíndricas con una única boquilla en la parte superior y botellas planas con forma de tortuga con una boquilla pequeña en un lado. Todas estas piezas tenían un uso práctico en el hogar.
Los diseños de buncheong se volvieron mucho más recargados que los de las piezas de celadón, y se usaba una mayor parte de la superficie. Los diseños se esgrafiaban en la cubierta blanca (johwa) o se tallaban en la arcilla con una herramienta afilada para después rellenarlos con la cubierta blanca y hornearlos. A veces se usaban sellos (inhwa) para aplicar una decoración geométrica sencilla (especialmente en el sureste) o se aplicaban con un pincel (kwiyal) con una bajo cubierta marrón de óxido de hierro que era especialmente popular en las provincias centrales. Por último, se podía incrustar arcilla roja o blanca en el diseño grabado (la técnica sanggam que se usaba con el celadón). Además de las formas geométricas, entre los diseños típicos había peonías (símbolo de la riqueza), aves y puntos. Las parejas de peces son especialmente comunes, porque representaban la buena suerte, la fertilidad y la felicidad.
Maksabal y Onggi
Una rama o subproducto del buncheong es el humilde cuenco maksabal, para el que se usaba la arcilla que no se consideraba lo suficientemente buena como para crear buncheong. Maksabal significa "cuenco para uso inmediato", lo que indica su baja calidad, pero a pesar de ello eran la manera en que los alfareros podían expresar su arte libremente. Otro tipo de recipiente común de naturaleza totalmente práctica eran los recipientes para almacenar y cocinar conocidos como onggi. Los que se usaban para guardar alimentos tenían tapas, y a causa de las impurezas de la arcilla de baja calidad, se formaban agujeros diminutos en los recipientes al hornearlos. Estos diminutos agujeros permitían la circulación del aire, así que los onggi se usaban para almacenar alimentos tales como la salsa de soja y la pasta de pescado. Los onggi también se solían enterrar o se usaban a modo de baño. Suelen estar decorados con claras líneas curvadas creadas por el alfarero con los pulgares cuando el esmalte todavía estaba húmedo.
Porcelana blanca
La porcelana blanca (paekcha) también se fabricaba durante la dinastía Joseon, y acabó por sustituir al buncheong en popularidad, especialmente tras la destrucción de muchos talleres de alfarería durante las invasiones japonesas a finales del siglo XVI d.C. La porcelana blanca llevaba produciéndose realmente desde el siglo IX d.C., pero fue durante este periodo cuando su manufactura se terminó de perfeccionar, de manera que era más fina y más duradera que cualquier otra cerámica coreana anterior, más blanca que antes y con un esmaltado muy liso. Un centro de producción importante era Bunwon en Gwangju, donde se han encontrado 300 hornos, pero la cerámica blanca era tan popular que las alfarerías surgieron por todo el país para satisfacer la demanda. Eran tan importante que, al final, la porcelana blanca solo la podían producir los hornos estatales, y su calidad queda atestiguada por su aparición en las listas de tributos de la China de los Ming.
Eran comunes los cuencos, las botellas biseladas, los jarrones con forma de pera, las jarras bajas y abultadas con tapas, las jarras "de Luna" (llamadas así por su forma circular), los contenedores para pinceles, las tablillas con epitafios o los goteros en forma de animales o frutas. A veces las formas se hacen asimétricas intencionadamente, cosa que se nota especialmente en las jarras de luna y que distingue a las cerámicas coreanas de las chinas o las japonesas.
Los diseños minimalistas de la porcelana blanca coreana reflejan la sencillez austera del confucianismo que seguía la clase gobernante de Joseon, aunque los ejemplos más antiguos están más abarrotados, al igual que ocurre con la cerámica blanca y azul china de la época. Entre los diseños hay flores (especialmente lotos, orquídeas y crisantemos), plantas, bambú (símbolo de la integridad porque crece recto), hierba, parras, sauces, ciruelos, aves, ciervos, dragones y nubes, y normalmente tienen incrustaciones, a la manera de los celadones. Las bajo cubiertas azules (en un principio de cobalto pero después de un sustituto más barato conocido como "azul islámico") o marrones (de óxido de hierro) son los colores que se usan normalmente para crear los diseños.
Legado
A finales del siglo XVI d.C. muchos alfareros y artistas coreanos fueron obligados a trasladarse a Japón tras la invasión japonesa de la península coreana en un conflicto que a veces se conoce como las "guerras de la cerámica". Estos artistas, a quienes ya se admiraba por su porcelana blanca, ejercerían una influencia importante en la porcelana japonesa de Satsuma. La cerámica coreana antigua sigue perviviendo hoy en día. Los talleres modernos usan métodos tradicionales y se están produciendo otra vez cerámicas de celadón, especialmente en los 16 hornos de Gangjin, donde hay un festival anual de celadón. Mientras tanto, los celadones originales en especial siguen atrayendo un gran interés entre los coleccionistas y en las casas de subastas logran alcanzar los precios más altos de toda la cerámica producida en el mundo.
This content was made possible with generous support from the British Korean Society.