La Paleta de Narmer, un grabado ceremonial del antiguo Egipto, representa al gran rey Narmer (en torno a 3150 a.C.) conquistando a sus enemigos con el apoyo y la aprobación de sus dioses. Esta pieza, que data de en torno a 3200-3000 a.C., inicialmente se pensó que era una descripción histórica precisa de la unificación de Egipto bajo Narmer, el primer rey de la Dinastía I de Egipto.
Sin embargo, las revisiones recientes de los estudiosos ahora interpretan el artefacto como una representación simbólica de este evento histórico y afirman que Narmer (también conocido como Menes) puede que unificara o no al país por la fuerza, pero que el concepto del rey como un guerrero poderoso era un valor cultural importante y por eso se representó a Narmer como un conquistador.
Los grandes reyes de Mesopotamia, especialmente los gobernantes asirios, dejaron muchas inscripciones de sus victorias militares, prisioneros tomados y ciudades destruidas, pero durante la mayor parte de la historia temprana de Egipto tales registros no existen. Los egipcios consideraban que su tierra era la más perfecta del mundo y no estaban tan interesados en la conquista como en preservar lo que tenían. Todos los primeros registros de la guerra egipcia tienen que ver con disturbios civiles, no con la conquista de otras tierras, y este sería el paradigma desde el Período Arcaico en Egipto (en torno a 3150-2613 a.C.) hasta la época del Imperio Medio (2040 -1782 a.C.) cuando los reyes de la Dinastía XII mantuvieron un ejército permanente que dirigieron en campañas militares más allá de sus fronteras.
El desarrollo profesional de la guerra
Aunque los estudiosos modernos no están de acuerdo sobre si Narmer unificó Egipto o no mediante la conquista, no hay duda de que era necesaria una fuerza militar bajo un líder fuerte para mantener unido al país. A lo largo del Período Arcaico en Egipto, hay evidencia de malestar, tal vez incluso una división del país en algún momento y guerras civiles entre facciones que luchan por el trono.
DURANTE EL PERÍODO DEL IMPERIO NUEVO, EGIPTO AMPLIÓ SU IMPERIO Y ESTABA CONSTANTEMENTE EN GUERRA. TUTMOSIS III LIDERÓ AL MENOS 17 CAMPAÑAS DIFERENTES EN 20 AÑOS.
Durante la época del Imperio Antiguo (en torno a 2613-2181 a.C.), el gobierno central dependía de los gobernadores regionales (nomarcas) para proporcionar hombres para el ejército. El nomarca reclutaría soldados en su región y se los enviaría al rey. Cada batallón llevaba estandartes con el tótem de su distrito (nomo) y su lealtad estaba con su comunidad, sus hermanos de armas y su nomarca. La eficacia de esta milicia temprana queda atestiguada por las exitosas campañas en Nubia, Siria y Palestina de los monarcas del Imperio Antiguo para asegurar las fronteras, sofocar levantamientos o apoderarse de recursos para la corona. Los soldados luchaban por el rey y su país, pero no eran un ejército egipcio unido como tal, sino más bien un grupo de unidades militares más pequeñas que luchaban por un objetivo común. Los reclutas a menudo se complementaban con mercenarios nubios que tenían el mismo grado de lealtad al rey siempre que se les pagara.
El aumento del poder de los nomarcas individuales fue uno de los factores que contribuyeron al colapso del Imperio Antiguo y al comienzo del Primer Período Intermedio de Egipto (en torno a 2181-2040 a.C.). El gobierno central de Menfis ya no era relevante, ya que los nomarcas de cada distrito asumieron el control de su propia región, construyeron templos en su propio honor en lugar del de un rey y utilizaron su milicia para sus propios fines. Quizás en un intento por recuperar parte del prestigio perdido, los reyes de Menfis trasladaron su capital a la ciudad de Heracleópolis, que tenía una ubicación más central. Sin embargo, no fueron más efectivos en la nueva ubicación que en la antigua y fueron derrocados por Mentuhotep II (en torno a 2061-2010 a.C.) de Tebas, quien dio comienzo al período del Imperio Medio de Egipto.
Es probable que Mentuhotep II dirigiera un ejército de reclutas de Tebas, pero es posible que ya hubiera movilizado una fuerza de combate profesional en su distrito. También es muy posible que hubiera un núcleo de soldados profesionales que luchaban por el rey ya en el Período Predinástico en Egipto (en torno a 6000-3150 a.C.), pero la evidencia de esto no está clara. La mayoría de los estudiosos coinciden en que fue el sucesor de Mentuhotep II, Amenemhat I (en torno a 1991-1962 a.C.) quien creó el primer ejército permanente en Egipto. Esto tendría mucho sentido porque le habría quitado el poder a los nomarcas individuales y lo habría puesto en manos del rey. El rey ahora tenía el control directo de un ejército que era leal a él y al país en su conjunto en vez de a los diferentes nomarcas y sus regiones.
Ejércitos y armas en el Imperio Antiguo
Las armas de los períodos Predinástico y Arcaico eran principalmente mazas, dagas y lanzas. En la época del Imperio Antiguo, se habían añadido el arco y la flecha, entre otras armas, como explica la historiadora Margaret Bunson:
Los soldados del Imperio Antiguo se representaban con gorros y con tótems de clan o de nomo. Usaban mazas con cabeza de madera o de piedra en forma de pera. Los arcos y las flechas eran parte del equipo estándar, con puntas de pedernal de punta cuadrada y carcaj de cuero. Se utilizaban algunos escudos, hechos de pieles, pero no de forma generalizada. La mayoría de las tropas iba descalza, vestida con faldas sencillas o desnuda. (168)
Los egipcios usaban un arco simple que era difícil de tensar, tenía un alcance corto y una precisión poco fiable. Todos los soldados pertenecían a la población campesina de clase baja y tenían poco entrenamiento. Es poco probable, aunque posible, que tuvieran experiencia con el arco en la caza. El campesinado no poseía tierras en Egipto y la caza estaba prohibida sin el consentimiento de los terratenientes de clase alta. Además, la dieta egipcia era mayoritariamente vegetariana y la caza era un deporte de la realeza. Aún así, con los arqueros disparando en masa desde una posición cercana, podrían ser armas muy efectivas. Después de una descarga o dos de flechas, los soldados se acercaban a sus oponentes usando armas de mano. La marina de guerra egipcia en ese momento se utilizaba sólo para transportar tropas, no para enfrentarse al enemigo.
En la época del Imperio Medio, las tropas portaban hachas y espadas de cobre. La larga lanza de bronce se convirtió en estándar, al igual que las armaduras de cuero sobre faldas cortas. El ejército estaba mejor organizado con "un ministro de guerra y un comandante en jefe del ejército, o un funcionario que trabajara en esa capacidad" (Bunson, 169). Estas tropas profesionales estaban altamente entrenadas y había "tropas de choque" de élite utilizadas como vanguardia. Los oficiales estaban a cargo de un número no especificado de hombres en sus unidades y reportaban a un comandante, quien luego informaba a la cadena de mando; no está claro exactamente cuáles eran las responsabilidades individuales o cómo se las conocía, pero la vida militar ofrecía una oportunidad mucho mayor en ese momento que en el pasado. El historiador Marc van de Mieroop escribe:
Aunque nuestro conocimiento sobre los militares en el Imperio Medio es muy limitado, parece que su papel en la sociedad era mucho mayor que en el Imperio Antiguo. El ejército estaba bien organizado y en la Dinastía XII contaba con un núcleo de soldados profesionales. Servían durante períodos prolongados y a menudo estaban destinados en el extranjero. El ejército les proporcionaba una oportunidad a los hombres ambiciosos para hacer carrera. La mayor parte de las tropas seguían reclutándose entre las poblaciones de las provincias y solo participaban en campañas individuales. Todavía no se sabe cuántas tropas había ni cuánto tiempo tenían que servir. (112)
El ejército del Imperio Medio alcanzó su apogeo bajo el reinado del rey guerrero Senusret III (en torno a 1878-1860 a.C.), quien fue el modelo para el posterior conquistador legendario Sesostris, que los escritores griegos hicieron famoso. Senusret III dirigió a sus hombres en campañas importantes en Nubia y Palestina, abolió la posición de nomarca, tomó un control más directo de las regiones de donde procedían sus soldados, y aseguró las fronteras de Egipto con fortificaciones con dotación de personal.
Los reyes de la Dinastía XII, como Senusret III, fueron gobernantes fuertes que contribuyeron en gran medida a la estabilidad egipcia, pero la Dinastía XIII fue más débil y no logró mantener un gobierno central eficaz. Los hicsos, un pueblo semita que emigró de Siria-Palestina, se establecieron en el Bajo Egipto en Avaris y, con el tiempo, habían acumulado suficiente riqueza para ejercer el poder político. El ascenso de los hicsos marca el comienzo del Segundo Período Intermedio en Egipto (en torno a 1782-1570 a.C.), cuando el país se dividió entre los hicsos en el norte, los egipcios en el medio y los nubios en el sur. Esta situación continuó, con los tres comprometidos en el comercio y una paz incómoda, hasta que el rey egipcio en Tebas, Seqenenra Taa (en torno a 1580 a.C.), se sintió desafiado por Apepi, el rey hicso en Avaris, y atacó. Los hicsos fueron finalmente expulsados de Egipto por Ahmose I (en torno a 1570-1544 a.C.) de Tebas y este evento marca el comienzo del Imperio Nuevo de Egipto.
El ejército egipcio durante el Segundo Período Intermedio estaba formado en gran parte por medjays, guerreros nubios que luchaban como mercenarios. Los medjays servían como exploradores, infantería ligera y, finalmente, como unidades de caballería. Antes de la llegada de los hicsos, el caballo era desconocido en Egipto y por supuesto también lo era el carro. Aunque escritores egipcios y griegos posteriores caracterizaron la época de los hicsos como una época oscura de caos y destrucción, los reyes extranjeros introdujeron una serie de innovaciones significativas en la cultura, especialmente en lo que respecta a la guerra y el armamento. La egiptóloga Barbara Watterson señala:
Los hicsos, procedentes de Asia occidental, pusieron a los egipcios en contacto con los pueblos y la cultura de esa región como nunca antes y les dieron a conocer el carro de guerra tirado por caballos; un arco compuesto de madera reforzado con tiras de tendón y cuerno, un arma más elástica y con mayor alcance que su propio arco simple; una espada en forma de cimitarra, llamada Khopesh, y una daga de bronce con una hoja estrecha fundida en una sola pieza con la espiga. Los egipcios desarrollaron esta arma hasta convertirla en una espada corta. (60)
Egipto nunca antes había sido invadido y ocupado por una potencia extranjera y los gobernantes del Imperio Nuevo (1570-1069 a.C.) querían asegurarse de que nunca más volviera a serlo. Por lo tanto, los primeros reyes de este período pusieron especial énfasis en expandir las fronteras del país para crear zonas de seguridad y, al hacerlo, dieron comienzo al verdadero imperio egipcio.
El ejército en el imperio
El período del Imperio Nuevo es el más conocido por el público moderno con algunos de los gobernantes más famosos (Hatshepsut, Tutmosis III, Seti I, Ramsés II). Fue el período en el que Egipto alcanzó su apogeo en prestigio, poder y riqueza. Van de Mieroop escribe:
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El Egipto del Imperio Nuevo era un estado imperialista: el país anexó territorios fuera de sus fronteras tradicionales y los controló para su propio beneficio. Esta política hundía sus raíces en períodos anteriores, cuando la conquista militar era una parte regular de los deberes reales, pero alcanzó su punto máximo en el Imperio Nuevo, cuando Egipto se encontraba en un estado de guerra casi permanente. (157)
El imperio del Imperio Nuevo comienza con la persecución de Ahmose I de los hicsos fuera de Egipto, a través de Palestina y hasta Siria, pero en realidad comienza con el reinado de Amenhotep I (en torno a 1541-1520 a.C.), quien expandió las fronteras del sur hasta Nubia. Tutmosis I (1520-1492 a.C.) fue más allá e hizo campaña a través de Palestina y Siria hasta Mesopotamia, hasta llegar al río Éufrates. La reina Hatshepsut (1479-1458 a.C.) envió expediciones a Nubia y Siria y organizó una misión comercial a Punt que incluía una escolta militar. Sin embargo, Tutmosis III (1458-1425 a.C.) está considerado el rey guerrero más grande de comienzos del Imperio Nuevo: conquistó Libia, se expandió a Nubia y aseguró regiones en todo el Levante. Tutmosis III, que dirigió al menos 17 campañas diferentes en 20 años, estableció el Imperio egipcio en su apogeo y, para ello, requirió un ejército profesional. Bunson escribe:
El ejército ya no era una confederación de levas de los nomos sino una fuerza militar de primera clase. El rey era el comandante en jefe, pero el visir y otra serie de unidades administrativas se encargaban de los asuntos logísticos y de reserva... El ejército estaba organizado en divisiones, tanto de carros como de infantería. Cada división contaba con aproximadamente 5.000 hombres. Estas divisiones llevaban los nombres de las principales deidades de la nación. (170)
Bajo esta nueva organización, la cadena de mando en una división, desde el peldaño más bajo hasta el más alto, era estrictamente jerárquica. En cada división había un oficial a cargo de 50 soldados que respondía frente a un oficial superior a cargo de 250 hombres. Este oficial, a su vez, dependía de un capitán que era responsable ante un comandante de tropa. Por encima del comandante de tropa estaba el supervisor de tropa, un oficial militar a cargo de una guarnición, que reportaba al supervisor de fortificación, un funcionario superior a cargo de los fuertes donde estaba estacionada la división, que reportaba a un teniente comandante. El teniente comandante informaba al general que era responsable ante el visir egipcio y el faraón.
Un aspecto importante de este nuevo ejército fue el carro tirado por caballos introducido por los hicsos. Van de Mieroop señala que "los aurigas eran combatientes entrenados y también hombres ricos, que proporcionaban su propio equipo. Recibían mayores recompensas que otros soldados y tenían un alto estatus social" (158). Los egipcios modificaron el carro de los hicsos para hacerlo más ligero, más maniobrable y más rápido. Cada carro llevaba dos hombres, un conductor y un guerrero. Llevaban una armadura de escamas en la parte superior del cuerpo y una falda ligera debajo. El conductor era un auriga altamente entrenado que controlaba el vehículo mientras el guerrero, armado con un arco, flechas y una lanza, se enfrentaba al enemigo. Las fuerzas de carros se dividían en escuadrones de 12 carros y 24 hombres con un decimotercero como comandante de escuadrón.
Fue este ejército el que expandió Egipto hasta convertirlo en un imperio y permitió los reinados opulentos de faraones como Amenhotep III (1386-1353 a.C.), bajo cuyo gobierno Egipto disfrutó de una paz y prosperidad sin precedentes. Esto no quiere decir que no hubiera conflictos durante su reinado, pero el ejército mantuvo esos disgustos lejos de las fronteras del país. Este es también el ejército, bajo el mando de Ramsés II (1279-1213 a.C.), que se enfrentó a los hititas en 1274 a.C. en la famosa batalla de Qadesh.
Ramsés II trasladó la capital de Egipto desde Tebas a una nueva ciudad que construyó en el antiguo emplazamiento de Avaris en el Bajo Egipto, Pi-Ramsés ("ciudad de Ramsés"). Como de costumbre, este faraón no escatimó gastos al prodigar su nueva capital con adornos y monumentos, templos a los dioses y hermosos edificios pero, tal y como explica el egiptólogo Toby Wilkinson, en Pi-Ramsés sucedían más cosas que avances arquitectónicos y festivales religiosos:
Si bien los escribas y poetas de la corte elogiaron Pi-Ramsés como una gran residencia real, llena de exuberancia y alegría, también había un lado más amenazador en el más ambicioso de los proyectos reales. Uno de los edificios más grandes era una enorme fábrica de fundición de bronce cuyos cientos de trabajadores pasaban sus días fabricando armamento. Los hornos de alta temperatura más modernos se calentaban mediante sopletes accionados por fuelles. Cuando el metal fundido salía, los trabajadores sudorosos lo vertían en moldes para escudos y espadas. En condiciones sucias, calurosas y peligrosas, el pueblo del faraón fabricaba las armas para su ejército. Otra gran zona de la ciudad estaba dedicada a establos, campos de ejercicio y trabajos de reparación para el cuerpo de carros del rey... En resumen, Pi-Ramsés era más un complejo militar industrial que una cúpula de placer. (314)
Ramsés II lanzó su campaña contra los hititas en Qadesh desde Pi-Ramsés, montado en su carro al frente de cuatro divisiones de 20.000 hombres. Según sus inscripciones, la batalla fue una abrumadora victoria egipcia, pero su oponente, Muwatalli II del Imperio hitita, afirmó exactamente lo mismo para su bando. Los estudiosos de hoy en día han llegado a la conclusión de que la batalla de Qadesh fue más un empate que una victoria para cualquiera de los bandos, pero Ramsés hizo inscribir y leer los detalles de su gran victoria por todo el país y el conflicto daría lugar al primer tratado de paz del mundo firmado entre el Imperio egipcio y el hitita en 1258 a.C.
La armada egipcia
Además del ejército y los carros, había una tercera rama del ejército: la marina de guerra. Como se ha señalado, en el Imperio Antiguo la armada se utilizaba principalmente para transportar infantería. Incluso en una fecha tan tardía como el Segundo Período Intermedio, Kamose utilizaba la marina simplemente como medio de transporte para llevar a sus tropas Nilo abajo para saquear Avaris. Sin embargo, en el Imperio Nuevo la marina se volvió más prestigiosa cuando los invasores extranjeros amenazaron la prosperidad de Egipto por mar.
De entre estos invasores, los que mejor documentados están, y los que fueron más decididos, son los conocidos como los pueblos del mar, un grupo misterioso que aún no ha sido identificado totalmente. Parecen haber sido una coalición de diferentes etnias que acosaron las costas del Mediterráneo entre alrededor de 1276 y 1178 a.C. y es posible que hayan desempeñado un papel importante en el colapso de la Edad del Bronce. Ramsés II, su sucesor Merenptah (1213-1203 a.C.) y Ramsés III (1186-1155 a.C.) lucharon contra los pueblos del mar durante sus reinados.
Ramsés II, que tenía una red de inteligencia muy eficiente, se enteró de la próxima invasión a tiempo para colocar su armada a lo largo de la costa en la desembocadura del Nilo. Luego colocó una pequeña flota en una posición defensiva para atraer a los barcos de los pueblos del mar a una trampa. Una vez que estuvieron en posición, soltó sus barcos, más numerosos y más grandes, por los lados y destruyó a su oponente.
Este enfrentamiento, como muchos otros de la armada egipcia, se libró en el mar con tropas terrestres. Aunque los soldados estaban entrenados para luchar en el agua, no eran marineros. Los egipcios no eran un pueblo marinero y su armada da prueba de ello. Los barcos eran a menudo increíblemente grandes, con una tripulación de unos 250 hombres. Los barcos más pequeños tenían una tripulación de 50 personas, 20 de ellas delegadas a remar, navegar, maniobrar el barco y 30 asignadas al combate. Aunque Ramsés II enfatizó su victoria en una batalla naval, en realidad fue una batalla terrestre librada en el agua. Los barcos egipcios se acercaron a los de los pueblos del mar, lo que permitió el abordaje y posterior hundimiento de los barcos enemigos; los barcos mismos no lucharon.
Lo mismo se aplica al enfrentamiento de Ramsés III con los pueblos del mar. Este incorporó el truco de su predecesor de atraerlos a una trampa y luego recurrió a la guerra de guerrillas para destruirlos. Merenptah evitó por completo un enfrentamiento marítimo y se enfrentó al enemigo en tierra en Pi-yer, donde su ejército del Imperio Nuevo masacró a más de 6.000 soldados enemigos.
El verdadero valor de la armada egipcia era la intimidación de posibles invasores y el transporte rápido de tropas terrestres. Tutmosis III utilizó la marina con buenos resultados en varias campañas y a menudo reclutaba los antiguos buques de carga para convertirlos en buques de guerra para las campañas a lo largo del Nilo. Estos barcos se equipaban con baluartes para proteger a la tripulación de los misiles y, en ocasiones, también mejoraban su maniobrabilidad.
La decadencia militar egipcia
Ramsés III fue el último faraón efectivo del Imperio Nuevo y después de su muerte los grandes éxitos militares se convirtieron cada vez más en algo del pasado. Los faraones que lo siguieron no fueron lo suficientemente fuertes para sostener el imperio y éste comenzó a desmoronarse. Un factor que contribuyó a esta decadencia fue en realidad la decisión de Ramsés II de construir Pi-Ramsés y trasladar allí su capital desde Tebas. Tebas era el emplazamiento del gran templo de Amón en Karnak y los sacerdotes de Amón, no solo allí sino en todo Egipto, eran muy poderosos. Cuando la capital se trasladó a Pi-Ramsés, los sacerdotes de Tebas descubrieron que tenían mucha más libertad que antes para acumular aún más riqueza y poder. En la época del reinado de Ramsés XI (1107-1077 a.C.), el país estaba dividido entre su gobierno de Pi-Ramsés y el de los sacerdotes de Amón en Tebas.
Esta división inicia la era conocida como el Tercer Período Intermedio de Egipto (en torno a 1069-525 a.C.). Cualquier poder que tuviera Egipto en el mar fue eclipsado por las armadas griega y fenicia de la época, que eran mucho más rápidas, estaban mejor equipadas y estaban tripuladas por marinos experimentados. Egipto entró en la llamada Edad del Hierro II en torno a 1000 a.C. cuando se comenzaron a producir herramientas y armas de hierro. Sin embargo, para forjar hierro se necesitaba carbón vegetal procedente de madera quemada y Egipto tenía pocos árboles. En 671 a.C., el país fue invadido por el rey asirio Asarhaddón quien, con su ejército profesional blandiendo armas de hierro, masacró al ejército egipcio, quemó la ciudad de Menfis y trajo cautivos reales de regreso a Nínive. En 666 a.C., su hijo Asurbanipal invadió Egipto y conquistó la tierra hasta más allá de Tebas. Una vez más, sus armas de hierro, sus armaduras de mayor calidad y sus tácticas demostraron ser superiores a las del ejército egipcio.
El Período Tardío del antiguo Egipto (525-332 a.C.) comienza después de las invasiones asirias, que está marcado por el poder menguante de los gobernantes egipcios y las guerras incesantes. La realeza egipcia luchaba entre sí por la supremacía utilizando mercenarios griegos que lucharían tan fácilmente por un bando como por otro. Con el tiempo, muchos de estos soldados griegos dejaron de luchar por completo y simplemente se establecieron con sus familias en Egipto.
El ejército egipcio ya había adquirido armas de hierro y desarrollado una caballería fuerte, pero estas innovaciones no fueron suficientes para elevarlo al nivel de eficiencia y poder que tenía antes. El hierro era muy caro porque había que importar todos los elementos necesarios.
Los persas invadieron en 525 a.C. y derrotaron a la guarnición egipcia en Pelusio, pero esto no tuvo nada que ver con un poder militar superior. El general persa Cambises II sabía de la gran veneración que tenían los egipcios por los animales en general y los gatos en particular. Ordenó a sus hombres que reunieran tantos animales como fuera posible y los llevaran ante el ejército. Además, hizo que sus soldados pintaran en sus escudos la imagen de la diosa Bastet, una de las deidades egipcias más populares. Luego marchó hacia la ciudad con los animales delante de él, declarando que arrojaría gatos por encima de las murallas si no recibía una rendición inmediata. Los egipcios, temiendo por la seguridad de los animales (y también la suya propia si ofendían a Bastet), depusieron las armas y se rindieron. Posteriormente, se dice que Cambises II arrojó gatos de un saco a la cara de los egipcios en desacato.
Alejandro Magno tomó Egipto de manos de los persas en 331 a.C. y, después de su muerte, quedó bajo el gobierno de su general Ptolomeo, quien se convirtió en Ptolomeo I de Egipto (323-283 a.C.). La Dinastía ptolemaica estuvo formada por gobernantes macedonios-griegos que emplearon las tácticas militares y el armamento de su propio país. La historia de la guerra del antiguo Egipto esencialmente termina con el Imperio Nuevo. Cualesquiera que fueran las innovaciones y avances en armamento que se lograron después de 1069 a.C., ya no importaban a gran escala para el ejército egipcio porque ya no había un gobierno central fuerte que lo apoyara.
Magíster en Historia Militar con más de 20 años de servicio militar, actualmente realizando trabajos de investigación sobre desarrollo tecnológico en buques y memoria histórica con veteranos.
Joshua J. Mark no sólo es cofundador de World History Encyclopedia, sino también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.
Mark, J. J. (2016, octubre 03). La guerra en el antiguo Egipto [Ancient Egyptian Warfare].
(R. Pedraza, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-15283/la-guerra-en-el-antiguo-egipto/
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Mark, Joshua J.. "La guerra en el antiguo Egipto."
Traducido por Rodrigo Pedraza. World History Encyclopedia. Última modificación octubre 03, 2016.
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Mark, Joshua J.. "La guerra en el antiguo Egipto."
Traducido por Rodrigo Pedraza. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 03 oct 2016. Web. 20 nov 2024.
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Escrito por Joshua J. Mark, publicado el 03 octubre 2016. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.