Goryeo (Koryo) gobernó Corea de 918 a 1392 d.C. El reino fue testigo de un florecimiento sin precedentes en la cultura y el arte, con desarrollos en la arquitectura, la cerámica, la impresión y la fabricación de papel. Fue invadido repetidas veces por los mongoles en el siglo XIII y después fue perdiendo su independencia y fue adquiriendo influencias culturales de sus vecinos del norte. Goryeo es el origen del nombre moderno de Corea.
La caída de Silla
El Reino Unificado de Silla (668-935) había mantenido el dominio de la península coreana durante tres siglos, pero el Estado había entrado en decadencia. La rigidez de su estructura de clases, basada en el sistema de rango óseo, suponía que pocos podían ascender por encima de su posición al nacer, con lo que las ideas y la innovación estaban estancadas. La aristocracia empezó a resentir el poder del rey, los terratenientes se resistían al control centralizado y el campesinado se fue haciendo cada vez más rebelde por los inacabables impuestos que les obligaban a pagar. El estado se estaba desbaratando desde dentro.
El periodo de agitación política que vino después se conoce como los Tres Reinos Tardíos (889-935). Gyeon Hwon, un líder campesino, aprovechó la agitación política en 892 para formar un resurgimiento del antiguo reino de Baekje en el suroeste de la península. Mientras tanto, un líder aristócrata y monje budista, Gung Ye, declaró un nuevo Estado de Goguryeo en el norte en 901, conocido como el Goguryeo tardío. Después se produjo una lucha de poder por el control de la península. Gyeon Hwon atacó, Gyeongju, la capital de Silla, en 927 d.C., mientras que la tiranía fanática e impopular de Gung Ye lo llevó a su muerte a manos de su pueblo. Tras él, el gobierno recayó en su primer ministro, el hábil Wang Geon, en 918 d.C., que atacó Baekje tardío, que estaba sumido en luchas de poder, y más tarde Silla. El último rey de Silla, Gyeonsun, se rindió en 935 y dejó que Wang Geon volviera a unificar el país pero con un nuevo nombre: Goryeo.
Una Corea unificada
Wang Geon estaba ansioso por reavivar la antigua gloria del reino de Goguryeo (Koguryo), que había prosperado en el período de los Tres Reinos (37 a.C. a 668 d.C.), y puede que por ese motivo eligiera la ciudad norteña de Songdo (la moderna Gaesong) como capital. Wang Geon se autoproclamó rey, y por su contribución a crear el estado nuevo, recibió el título póstumo de rey Taejo, o "Gran fundador". A pesar de todo, el reino de Taejo no era completamente seguro y las tribus kitán (qidan) del norte demostraron una resistencia obstinada contra las políticas expansionistas de Goryeo de finales del siglo X y principios del XI. De hecho, los kitanos contraatacaron dos veces y tomaron brevemente Songdo. En 1033 una tercera batalla concedió la victoria final a Goryeo, y se construyó una muralla defensiva a lo largo de la frontera del norte de Corea. Esta muralla resultó ser especialmente útil cuando la dinastía Jin sobrepasó los antiguos territorios kitán en el primer cuarto del siglo XII.
Gobierno y sistema de clases
El sistema de gobierno de Goryeo era muy similar al de los reinos coreanos anteriores, con un gobierno centralizado presidido por un monarca que contaba con un pequeño consejo de administradores experimentados. La administración civil estaba dominada por una aristocracia expandida aunque todavía exclusiva que gobernaba una población campesina en gran medida con algunos artesanos hábiles que producían artículos manufacturados tales como cerámicas, armas y otros objetos artísticos. En un nivel intermedio entre estas dos clases estaban los magistrados locales (a menudo grandes terratenientes con sus propios ejércitos) cuya autoridad podía ser total en los distritos donde el gobierno centralizado estaba ausente (puede que un 60% de los distritos siguieran siendo semiindependientes).
En la base de la escala social estaban los esclavos (prisioneros de guerra, deudores y criminales) que trabajaban en las tierras de los nobles o para el gobierno en proyectos de construcción, tales como fortificaciones. Había muy poca movilidad social ya que cualquier puesto de importancia, e incluso los exámenes de ingreso a estas posiciones estaban estrictamente limitados para aquellos que tenían un estatus particular decidido según su cuna. El ingreso en el sistema escolar estatal (centralizado en 992) también estaba reservado para aquellos de cierto rango social.
En Goryeo, la línea hereditaria femenina era tan importante como la masculina, lo que suponía que las mujeres recibían un trato mejor que las de otras culturas contemporáneas como la de China. A veces el marido se mudaba al hogar familiar de la esposa; las mujeres se podían divorciar y mantener custodia de sus hijos, y también podían heredar lo mismo que sus hermanos.
Un cambio importante en comparación con los regímenes anteriores era que Goryeo hizo la esclavitud hereditaria con una reforma en 1037; cualquier hijo heredaría el estatus de su madre. Muchos terratenientes se tomaron como tarea personal expandir el alcance de su edicto y clasificar como esclavos a todos los niños nacidos de padres esclavos. Eso aumentó en gran medida el número de esclavos de manera que con el tiempo el número aumentó al 30% de la población total.
Las relaciones con China
Goryeo estableció lazos estrechos con la dinastía Song de China. Los Song le pidieron a Goryeo ayuda para lidiar con los kitanos y los Jin, pero los coreanos no tenían intención de inmiscuirse en un conflicto regional más amplio. Pagaba tributos a China, pero tanto en el comercio estatal como el privado había toda clase de bienes que se movían en ambas direcciones. China exportaba seda, libros, especias, té, medicina y cerámica, mientras que Goryeo enviaba oro, plata, cobre, ginseng, porcelana, piñones y papel hanji. Otras fuentes de bienes foráneos eran Japón, que proveía espadas y abanicos, y comerciantes árabes, que traían por barco cosas como especias y mercurio. Tal era la cantidad de bienes disponibles que en el siglo XIII Songdo podía presumir de más de mil tiendas.
Los lazos culturares también eran fuertes y la literatura china era muy popular, y la administración del estado se modeló sobre el enfoque chino con un examen del servicio civil introducido en 958 que seguía los principios del confucianismo. La religión estatal era el budismo, que se había introducido desde China hacía siglos y que seguía estando respaldada por el rey. Se construyeron muchos templos y monasterios. Los templos-monasterios budistas, con sus tierras, patronazgo real y exención de impuestos, se hicieron ricos y todo el aparato religioso acabó rivalizando con el propio estado. Muchos de estos monasterios tenían incluso sus propios ejércitos reclutados de entre los monjes guerreros y la población general. El budismo se practicaba no solo entre las familias de la élite, que a menudo enviaban a un hijo a estudiar en un monasterio para convertirse en monje, sino también entre las clases bajas.
Otro ejemplo más de los lazos culturales con China es la moneda. Corea llevaba usando la moneda china desde hacía tiempo, pero empezó a acuñar su propia moneda a partir de 996. Estas monedas imitaban a las anteriores de la Dinastía Tang (618-907) y estaban hechas de hierro y cobre. Incluso la inscripción de la "moneda pesada del periodo Qianyuan" se tradujo del chino (Qianyuan zhongbao) al coreano (Konwonchungbo). La acuñación de Goryeo añadió una marca de identificación, como "reino del este" (Tongkuk) en el reverso de las monedas. Al igual que las monedas chinas, las monedas coreanas tenían un agujero central cuadrado. Una forma de pago alternativa a las monedas eran los jarrones de plata unbyong (o hwalgu), creados a partir de 1101 d.C. Estos jarrones tenían la forma del Imperio de Goryeo y estaban estampados con un sello oficial que los legitimaba como moneda en curso.
Papel, imprenta y arte
El budismo fue directamente responsable del desarrollo de la imprenta, porque la impresión xilográfica se mejoró para expandir la literatura budista y después se inventó la imprenta de caracteres móviles de metal en 1234. Una mayor calidad de la tinta y papel hanji hecho de morera acompañó estos desarrollos, y el papel más tarde se haría conocido como el mejor papel del mundo. Durante el periodo también aumentó el interés por documentar la historia del país con el famoso Samguk sagi ("Historia de los Tres Reinos"), escrito en 1145 por Gim Busik. Basado en gran medida en fuentes anteriores que ahora se han perdido, es el texto histórico más importante de la antigua Corea.
Otra contribución budista a las artes fueron los manuscritos iluminados. Estos sagyong normalmente son textos de los sutras (sermones) atribuidos a Buda, en forma de rollos doblados y en libros. Los escribas los plasmaron en papel hanji añil con tintes de colores vivos y a veces incluso con plata y oro. Los monjes budistas también pintaron frescos y tapices de seda para decorar los templos en los que los motivos más comunes eran bodhisattvas y flores acuáticas. Las pinturas no religiosas de este periodo no han sobrevivido muy bien, pero fueron populares en su época, en particular el arte especializado en pintar abanicos. Se sabe que la pintura no era solo una actividad de artistas profesionales, sino que también era un pasatiempo de aquellos que tenían tiempo y medios para ejercerlo.
Escultura de Goryeo
Los escultores de Goryeo usaban una variedad de medios incluidos el mármol, la piedra, la terracota y el metal. Las figuras de Buda como Maitreya (el Buda que venía) eran populares y algunas son enormes, como por ejemplo la de 17,4 metros (57 pies) de Paju y la de 18,4 metros (59,3 pies) de alto en el templo Kwanchok de Nonsan donde se tallaron ambas a partir de rocas naturales en el siglo XI. Muchas figuras llevan sombreros altos singulares y puede que esto represente un lazo con el chamanismo, practicado desde hacía tiempo en la antigua Corea. En la entrada de las tumbas era común poner estatuas de soldados y oficiales, de acuerdo con el modelo chino. En la segunda mitad del periodo, las esculturas pasaron a ser en general de pequeña escala hechas de bronce dorado.
Otra producción metalúrgica eran las campanas para los templos budistas. Aunque más pequeñas que las gigantescas campanas creadas por el anterior reino Unificado de Silla, las campanas de Goryeo pueden llegar a los 1,7 metros de alto y están hechas de bronce y decoradas con dragones y figuras celestiales, entre otros motivos. Una característica única es el medallón de loto forjado donde se golpea la campana. No parece que las campanas fueran muy populares entre la población local, ya que a menudo los monasterios y los templos obligaban a los lugareños a "donar" objetos de bronce para poder fundirlos y forjar campanas. También se hacían de bronce las campanas de mano, los gongs de los templos, los quemadores de incienso y los jarrones, que a veces se decoraban con incrustaciones de oro y plata de gran calidad.
La cerámica de Goryeo
Los alfareros de Goryeo producían porcelana blanca y gres sin esmaltar, pero su creación más celebrada son los jarrones celadón. Estos últimos, también conocidos como cerámica verde a causa de su color verde pálido, tienen un esmaltado liso y normalmente tienen diseños incrustados (sanggam), especialmente motivos budistas como flores de loto, grullas y nubes. Los celadones se introdujeron en Corea provenientes de China durante el siglo IX d.C., pero los alfareros coreanos adquirieron tal habilidad que empezaron a exportar sus piezas de vuelta a China e incluso hoy en día los celadones coreanos se cuentan entre las cerámicas más preciadas del mundo. Fabricaban toda clase de objetos, desde quemadores de incienso hasta tinteros y tejas, pero la pieza más distintiva es el elegante jarrón alto de cuello bulboso conocido como maebyeong.
La arquitectura de Goryeo
No ha sobrevivido ningún templo de la dinastía Goryeo, ya que estaban hechos principalmente de madera, que no suele ser un gran superviviente arqueológico. Nos podemos hacer una buena idea del estilo arquitectónico coreano gracias al Salón de la vida eterna (Muryangsujeon) en el templo del siglo XIII de Buseok en Yongju. Es una de las estructuras de madera más antiguas de toda Corea. El tejado presenta un borde doble apoyado por soportes de tres niveles. También cuenta con las uniones del tejado más complejas en la cima de las columnas, típicas de la época. Las columnas de madera se estrechan y permiten una obra abierta sin tejado. Las pagodas de piedra han sobrevivido mejor, y son eclécticas dependiendo de su ubicación. Las linternas de piedra son otro indicador del diseño arquitectónico de Goryeo, y muchas tienen forma de parejas de leones, columnas y plataformas octogonales.
La tumba mejor conservada del periodo Goryeo, cerca de Gaeseong, es la del rey Gongmin (que reinó de 1330-1374) y su esposa mongola, Noguk. Los dos túmulos de la tumba tienen balaustradas de piedra con estatuas de tigres y ovejas, que representan el yin y el yang. Dentro del túmulo hay dos cámaras de piedra decoradas con murales y constelaciones de los cielos. También se han encontrado tumbas de los siglos XI y XII en Gaeseong y están decoradas de manera similar y hay varias representaciones del zodiaco animal, al igual que en la tumba de Gongmin. Muchas tumbas de Goryeo contenían féretros de pizarra decorados con grabados de los cuatro animales que representan los puntos cardinales.
Las invasiones mongolas
Los años de paz relativa en los siglos XII y XIII permitieron que florecieran las artes, pero también tuvieron como resultado la progresiva decadencia de la élite gobernante, la corrupción y los disturbios sociales. Estallaron varias rebeliones importantes, entre las que destacan la liderada por el suegro del rey, I-Jangyeom en 1126 y otra liderada por el monje Myocheong en 1135, ambas aplastadas, pero la situación acabó por ser insostenible durante el reinado del rey Uijong (1147-1170), al que se criticó mucho por construir suntuosos palacios y parques. También estallaron conflictos entre las varias sectas del budismo y afirmaciones de que el rey favorecía a la secta kyo por sobre las demás. El ejército, sin mucho más que hacer ni un estatus en la alta sociedad, dio un golpe en 1170. Sustituyeron a Uijong con su hermano Myeongjong, pero no fue más que una marioneta del ejército. A esto le siguieron décadas de luchas internas en todos los niveles de la sociedad de Goryeo, dando lugar a más golpes, asesinatos y revueltas de esclavos.
Una nueva amenaza para Corea surgió a principios del siglo XIII, cuando las tribus mongolas, unificadas bajo Gengis Kan (Chinggis), arrasaron China y conquistaron Beijing en 1215. La crisis llegó en 1231 cuando los mongoles, para entonces a las órdenes de Ogedei Kan, invadieron Corea y forzaron a Goryeo a trasladar la capital a la isla de Kanghwa al año siguiente. Mientras la clase gobernante estaba segura en la isla, el resto de la población de Goryeo tuvo que enfrentarse a seis invasiones mongolas en las siguientes tres décadas. Para 1258, la gente estaba harta y asesinó al gobernante militar, reinstaló al rey con pleno poder y se firmó la paz con los mongoles. El precio de esta última acción fue la obligación de proveerles de barcos y materiales para las (fallidas) invasiones mongolas de Japón en 1274 y 1281. Después Corea tendría cada vez una influencia mayor de la cultura mongola, los príncipes estaban obligados a vivir como rehenes en Beijing y varios reyes se casaron con princesas mongolas. Corea tendría que esperar otro siglo para poder restablecer su independencia cuando, en 1392 d.C., el general Sionggye (Taejo) fundó el nuevo estado de Joseon.
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