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Seshat (también Sefkhet-Abwy y Seshet) es la diosa egipcia de la palabra escrita. Su nombre significa literalmente “mujer escriba”, se la representa normalmente como una mujer que lleva una piel de leopardo cubriendo su túnica y con un tocado de una estrella de siete puntas abovedado por una media luna con forma de arco.
Esta iconografía se ha interpretado como un símbolo de autoridad suprema, ya que en las leyendas y en la mitología egipcia es común que se lleve la piel de un enemigo derrotado para obtener sus poderes, las estrellas estaban estrechamente asociadas con el reino de los dioses y sus acciones, y el número siete simbolizaba la perfección y la plenitud.
La piel de leopardo, que era un depredador común, representaba su poder por encima del peligro y su protección del mismo. La media luna sobre su tocado, parecida a un arco, si se interpreta en el sentido del tiro con arco podría representar destreza y precisión o simplemente la divinidad si se toma el símbolo como representación de la luz, del mismo modo que ocurre en representaciones posteriores de santos con halos.
Entre sus responsabilidades estaban: el registro de archivos, la contabilidad, la medición, la anotación del censo, ser la patrona de las bibliotecas y de los bibliotecarios, guardiana de la Casa de la vida (biblioteca del templo, scriptorium, taller de escritores), Bibliotecaria Celestial, la señora de los constructores (patrona de la construcción), y amiga de los difuntos en el más allá. A menudo se la representa como consorte (esposa o hija) de Thot, el dios de la sabiduría, de la escritura y de varias ramas del conocimiento.
Seshat aparece por primera vez en la Dinastía II (en torno a 2890 - en torno a 2670 a.C.) del Periodo Dinástico Temprano (aproximadamente 3150 - aproximadamente 2613 a.C.) como la diosa de la escritura y de la medición que ayuda al rey en el ritual conocido como “el estiramiento de la cuerda”, el cual precedía la construcción de un edificio, normalmente un templo.
Los antiguos egipcios creían que lo que se hacía en la tierra se reflejaba en el reino celestial de los dioses. La vida diaria de un individuo era solo parte de un viaje eterno que continuaba después de la muerte. Seshat se caracterizaba de forma destacada en el concepto de la vida eterna asegurada a los escribas por sus obras. Cuando un autor creaba una historia, una inscripción o un libro en la tierra, se transfería una copia etérea a Seshat que la emplazaba en la biblioteca de los dioses; por lo tanto, los escritos mortales eran también inmortales.
También se representaba a veces a Seshat ayudando a Neftis a revivir a los difuntos en el más allá en la preparación para ser juzgados por Osiris en el Salón de la verdad. En esta función, la diosa habría ayudado a los recién llegados a reconocer los hechizos del Libro egipcio de los muertos, capacitando al alma a avanzar hacia la esperanza del paraíso.
ENTRE LAS RESPONSABILIDADES DE SESHAT ESTABAN EL REGISTRO DE ARCHIVOS, LA CONTABILIDAD, LAS MEDIDAS, LA ANOTACIÓN DEL CENSO, además de ser la patrona DE BIBLIOTECAS Y BIBLIOTECARIOS.
A diferencia de los dioses mayores de Egipto, Seshat nunca tuvo sus propios templos, cultos, ni adoración formal. Sin embargo, debido al gran valor que los egipcios daban a la escritura y la parte que ella tomaba en la construcción de templos y en el más allá, se la veneró ampliamente a través de actos comunes y rituales diarios a partir del Periodo Arcaico hasta la última dinastía que gobernó Egipto, la Dinastía ptolemaica de 323-30 a.C. Actualmente no se conoce a Seshat tanto como a muchas otras deidades del antiguo Egipto, pero en su época, estaba entre las más importantes y extensamente reconocidas del panteón egipcio.
Responsabilidades y deberes
Según un mito, el dios Thot se autocreó al comienzo de los tiempos y en su forma de ibis puso el huevo primordial de donde eclosionó la creación. También existen otras versiones del nacimiento de Thot, pero todas hacen mención de su enorme conocimiento y del gran regalo que ofreció a la humanidad, la escritura.
A Thot ya se le veneraba en el Periodo Arcaico de Egipto (alrededor de 6000 - alrededor de 3150 a.C.), en una época en que la escritura egipcia consistía en pictografías, imágenes que representan objetos concretos, antes de que se desarrollaran para acabar convirtiéndose en jeroglíficos, símbolos que representan sonidos y conceptos. En aquella época parece ser que a Thot se lo consideraba un dios de la sabiduría y el conocimiento, y así se mantuvo en el tiempo y cuando se desarrolló un sistema de escritura se le atribuyó a él.
Debido quizás a que Thot ya tenía muchas responsabilidades, los egipcios transfirieron la supervisión de la escritura a la diosa Seshat. El egiptólogo Richard H. Wilkinson señala como Seshat aparece en relieves e inscripciones en el Periodo Arcaico de Egipto como una diosa de la medición y la escritura, indicando claramente que ya era una deidad importante en aquella época:
Las representaciones muestran al rey participando en un ritual de fundación conocido como “el estiramiento de la cuerda” que tenía lugar probablemente antes de dar comienzo al trabajo de construcción de un templo o de cualquier anexo. Estas representaciones normalmente muestran al rey llevando a cabo el rito con la ayuda de Seshat, la diosa de la escritura y la medición, un aspecto mítico que reforzaba el papel central y único del rey en la construcción del templo. (Symbol & Magic, 174)
Las responsabilidades de Seshat eran muchas. Como responsable de archivos, documentaba los acontecimientos diarios, pero a partir del Imperio Medio (alrededor de 2613 - alrededor de 2181), también documentaba los botines de guerra en forma de animales y cautivos. También se mantenía al corriente del tributo que se debía o se pagaba al rey y, a partir del Imperio Nuevo (aproximadamente 1570 - aproximadamente 1069 a.C.), se la asoció estrechamente al registro de los años de reinado del faraón y a sus festivales de jubileo.
La egiptóloga Rosalie David señala como ella “escribía el nombre del rey en el árbol Persea, cada hoja representando un año de su vida destinada” (Religión y magia, 411). A lo largo de estos periodos y más tarde, su papel más importante fue siempre el de diosa de las mediciones precisas y de todas las formas de escritura. Los egipcios daban una gran importancia a la atención al detalle y esto era tan cierto, si no aún más, en la escritura como en cualquier otro aspecto de sus vidas.
La importancia de la escritura en Egipto
La palabra escrita se consideraba un arte sagrado. La denominación de los griegos de “jeroglíficos” para el sistema de escritura egipcio significa “tallas sagradas” y es una traducción del término egipcio medu-netjer, “las palabras de dios”. Thot había concedido el regalo de la escritura a la humanidad y era responsabilidad de los mortales honrar ese regalo practicando el arte tan precisamente como fuera posible. Rosalie David comenta sobre el ideal egipcio de la escritura:
El propósito principal de la escritura no era decorativo y en sus comienzos no estaba destinado al uso literario ni comercial. Su función más importante era proporcionar un medio por el que ciertos conceptos o acontecimientos pudieran llegar a existir. Los egipcios creían que si algo se perpetraba en la escritura se podría “hacerlo ocurrir” reiteradamente por medio de la magia. (Handbook,199)
Los hechizos del Libro egipcio de los muertos son los mejores ejemplos de este concepto. El Libro de los muertos es una guía a través del más allá escrita para los difuntos. Los hechizos que pronuncia el alma le ayudan a navegar por los diferentes peligros hasta llegar al paraíso perfecto del Campo de juncos. Había que saber cómo evitar a los demonios, cómo transformarse en diferentes animales y cómo dirigirse a las entidades que se encontrarían en el otro mundo y, por todo ello, los hechizos debían ser precisos para funcionar.
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El Libro de los muertos evolucionó desde los Textos de las pirámides del Imperio Antiguo, pero incluso antes de esta época, se puede observar la precisión del antiguo egipcio en las obras de escritura de las Listas de las ofrendas y en las Autobiografías de tumbas en la última parte del Periodo Arcaico de Egipto. La escritura, como señala David, podía convertir en realidad conceptos o acontecimientos, desde un decreto real hasta un relato mitológico, una ley, un ritual o una plegaria atendida, pero también sostenía y hacía permanente aquello que había abandonado la existencia.
La escritura convertía el mundo transitorio del cambio en otro perpetuo y eterno. Los difuntos no desaparecían mientras se pudieran leer sus historias en piedra; nada se perdía realmente. Las tallas sagradas de los egipcios eran tan importantes para ellos que dedicaron secciones completas de templos o complejos de templos a una institución literaria conocida como La casa de la vida.
LA ESCRITURA HACÍA PERMANENTE AQUELLO QUE HABÍA ABANDONADO LA EXISTENCIA. CONVERTÍA EL MUNDO TRANSITORIO DEL CAMBIO EN OTRO PERPETUO Y ETERNO.
La casa de la vida
La casa de la vida era una combinación de biblioteca, scriptorium, instituto de enseñanza superior, taller de escritores, centro de venta y copias de impresión, publicación y distribución. Los egipcios se referían a la institución como Per-Anj (literalmente “Casa de la vida”), y se menciona por primera vez en inscripciones a partir del Imperio Medio.
Estaban localizadas en templos o en complejos de templos y habrían estado presididos por Seshat y Thot sin importar a que dios estuviera dedicado el templo. Debido a que se pensaba que los dioses literalmente residían en sus templos, este acuerdo sería comparable a tener un huésped permanente en el hogar que cuidara de las responsabilidades que se valoraban, pero para las que simplemente no se tenía tiempo. Wilkinson señala como “en virtud de su papel en la ceremonia de la fundación (Seshat) era una parte de la construcción de cada templo” (Complete Gods,167). También ella era una parte integral del templo por medio de su supervisión de la Casa de la vida. La historiadora y egiptóloga Margaret Bunson describe su función:
En La casa de la vida se llevaban a cabo estudios ya que allí los escribas guardaban y copiaban textos médicos, astronómicos y quizá matemáticos. La institución servía de taller donde los eruditos de mayor rango de la época componían y escribían los libros sagrados. Es posible que muchos de los textos no se guardaran en el Per-Anj, pero se discutieran y debatieran allí. Los miembros del personal de la institución, todos escribas, se consideraban los hombres doctos de su época. Muchos eran sacerdotes de categoría de los diferentes templos o médicos destacados que servían a los diferentes reyes en varias facultades administrativas. (204-205)
En épocas tempranas a los escribas se les asociaba comúnmente con el dios sol Ra y en periodos posteriores con Osiris sin importar que dios residiera en un templo particular. Bunson afirma que probablemente solo las ciudades muy importantes podían mantener una Per-Anj, pero otros eruditos, entre ellos Rosalie David, cita la evidencia de que “cada ciudad considerable tenía una” (Handbook, 203). La teoría de Bunson se justifica por las estructuras conocidas que se identifican como una Per-Anj en Amarna, Edfu y Abydos, todas ciudades importantes del antiguo Egipto, pero esto no significa que no hubiera más en otros lugares; solo que estas todavía no se han identificado categóricamente.
El papel de Seshat en la Casa de la vida habría sido el mismo que en cualquier otro lugar: recibiría allí una copia de los textos escritos para la biblioteca de los dioses donde se guardaría eternamente. Rosalie David escribe:
Parece ser que la Casa de la vida tenía tanto un uso práctico como un significado profundamente religioso. Su propio nombre parece reflejar el poder de la vida, cuya existencia se creía que habitaba en los escritos de inspiración divina compuestos, copiados y a menudo almacenados allí…En un texto antiguo se afirma que los libros de la Casa de la vida no solo poseen la habilidad de renovar la vida, sino que también son capaces de proporcionar la comida y el sustento necesarios para la continuidad de la vida. (Handbook, 203-204)
Es cierto que la mayoría de los sacerdotes y escribas de la Per-Anj eran hombres, pero algunos eruditos han señalado que existen evidencias de mujeres escribas. Debido a que Seshat era una mujer escriba divina, tendría sentido que las mujeres, así como los hombres practicaran el arte de la escritura.
Mujeres escribas
Las mujeres del antiguo Egipto disfrutaban de un nivel de igualdad incomparable en el mundo antiguo. Está bien documentado que las mujeres podían ser y eran escribas ya que tenemos nombres de mujeres médicos e imágenes de mujeres en puestos religiosos importantes, como por ejemplo la Esposa del dios Amón, y ambas ocupaciones requerían saber leer y escribir. La egiptóloga Joyce Tysdesley escribe:
Aunque Seshat, la diosa de la escritura, fue la única mujer egipcia representada escribiendo, se ilustró a varias damas asociadas estrechamente al tradicional estuche de escritura de paleta y pinceles del escriba. Está verdaderamente más allá de toda duda que al menos algunas hijas del rey recibían una educación y que la posición de tutor privado de una princesa real podía ser uno de los mayores honores. (118-119)
Por ejemplo, se conoce que la mujer faraón Hatshepsut (que reinó de 1479-1458 a.C.) contrató un tutor para su hija Neferu-Ra y que la reina Nefertiti (que reinó de en torno a 1370 - en torno a 1336 a.C.) estaba alfabetizada al igual que su suegra, la reina Tiye (que reinó de 1398-1338 a.C.). A pesar de ello, cuando hablamos de la mayoría de las mujeres de Egipto, las imágenes y las inscripciones ponen en duda cuántas podían realmente leer y escribir. El egiptólogo Gay Robins explica:
En algunas escenas del Imperio Nuevo se representa a mujeres con estuches de escriba debajo de sus sillas y se ha sugerido que las mujeres estaban conmemorando su habilidad en la lectura y la escritura. Desafortunadamente, en todos los casos excepto en uno, la mujer está sentada con su marido o hijo de tal manera que colocar el estuche bajo la silla del hombre reduciría el espacio disponible, y por lo tanto pudo haberse desplazado bajo la silla de la mujer. Esto ocurre en una escena parecida en que el perro de un hombre se sitúa bajo la silla de la mujer. Por lo tanto, no se puede asegurar que el estuche de escriba perteneciera a la mujer. Si existió un grupo extenso de mujeres alfabetizadas en el antiguo Egipto, no parecen haber desarrollado ningún género literario que haya sobrevivido y sea exclusivo de ellas. (113)
Aunque lo anterior pueda ser cierto, no se puede descartar la posibilidad de que hubiera mujeres escribas que fueran responsables de obras de literatura, sea creándolas o copiándolas. La sociedad egipcia era bastante conservadora y las obras escritas normalmente se asociaron a una estructura y tema establecido a lo largo de varios periodos de historia. Incluso en el Imperio Nuevo, cuando la literatura era más cosmopolita, seguía asociada a una forma básica que realzaba los valores culturales egipcios. Argumentar que hubo pocas mujeres escribas basándose en que no había “literatura de mujeres” en el antiguo Egipto parece ser erróneo ya que la literatura de la cultura apenas podría considerarse “masculina” en ningún aspecto salvo por las inscripciones monumentales de los reyes.
En la famosa historia de Osiris y su asesinato a manos de Set, no es Osiris el héroe del relato sino su hermana-esposa Isis. Aunque el mito de la creación más conocido presenta al dios Atum de pie en el ben-ben al comienzo de los tiempos, otra historia igualmente popular de Egipto es la de la diosa Neith creando el mundo.Bastet, la diosa del hogar, de la casa, de los secretos y la salud de las mujeres, era popular tanto entre hombres como mujeres y la diosa Hathor era invocada por ambos normalmente en los festivales, fiestas y reuniones familiares.
La deidad que presidía la fabricación de la cerveza, la bebida más popular de Egipto, no era masculina sino la diosa Tenenet, y Serket era la diosa protectora y defensora principal de Isis cuando esta era una madre soltera que salvaguardaba a Horus. Seshat no es más que una de las muchas deidades femeninas veneradas en el antiguo Egipto, lo que refleja el alto grado de respeto que se daba a las mujeres y a sus habilidades en varias áreas diferentes de la vida diaria.
Seshat el cimiento
Como se ha señalado, aunque Seshat nunca tuvo un templo propio, ella era la base de los templos construidos por su papel de Señora de los constructores y por su participación en la ceremonia ritual de “el estiramiento de la cuerda” que medía las dimensiones de la estructura que se iba a levantar. La planta del templo se trazaba mediante la ceremonia del “estiramiento de la cuerda” después de haber elegido una zona de terreno apropiada. Wilkinson comenta sobre el proceso de ubicación de un templo y el papel del ritual de Seshat en este:
El rito implicaba la cuidadosa orientación del templo mediante la observación y la medición astronómica. Al parecer, esto se realizaba normalmente observando las estrellas de una constelación circumpolar del norte mediante un instrumento de madera mellada llamado merjet, y de esta manera adquirían la verdadera orientación norte-sur que se utilizaba comúnmente para el eje corto del templo. Según los textos, Seshat (o Sefkhet-Abwy), la diosa escriba de la escritura y la medición, ayudaba al rey en este ritual. (Temples, 38)
Además de establecer los cimientos del templo, Seshat también era responsable de las obras escritas que el templo producía y albergaba en su Casa de la vida; aún más, de guardar estas obras en su biblioteca eterna del reino de los dioses. Aunque Thot era el responsable del regalo inicial de la escritura, su consorte Seshat reunía cuidadosamente las obras que producía ese regalo, presidía sobre ellas en las bibliotecas terrenales y las guardaba a salvo eternamente en sus estanterías celestiales.
Ya que la escritura era un arte creativo y preservador, que daba vida a los conceptos y permitía que duraran, que otorgaba la vida eterna tanto al escritor como al tema, los antiguos egipcios consideraban a Seshat la diosa responsable de la conservación de la cultura egipcia y de la fascinación que sigue perdurando hoy en día.
Debido a mi gran interés por aprender humanidades, soy traductora voluntaria para WHE, lo que me da la oportunidad de profundizar en las olas del tiempo.
Joshua J. Mark no sólo es cofundador de World History Encyclopedia, sino también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.
Mark, J. J. (2016, noviembre 18). Seshat [Seshat].
(R. M. Barquin, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-15441/seshat/
Estilo Chicago
Mark, Joshua J.. "Seshat."
Traducido por Rosa Maria Barquin. World History Encyclopedia. Última modificación noviembre 18, 2016.
https://www.worldhistory.org/trans/es/1-15441/seshat/.
Estilo MLA
Mark, Joshua J.. "Seshat."
Traducido por Rosa Maria Barquin. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 18 nov 2016. Web. 19 dic 2024.
Licencia y derechos de autor
Escrito por Joshua J. Mark, publicado el 18 noviembre 2016. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.