Las Saturnales era un festival romano dedicado al dios agrícola Saturno que se celebraba entre el 17 y el 23 de diciembre de cada año durante el solsticio de invierno. Se origina en arcaicos rituales agrícolas, estas festividades romanas llegaron a incluir rondas en las que se daban obsequios, y también la inversión de los roles sociales; de modo que se convirtió en una de las celebraciones más populares del calendario y, sin duda, la más alegre. Algunas de sus características y su fecha, con el paso del tiempo las saturnales terminaron por extenderse hacia el final de diciembre, sugieren una fuerte influencia en la celebración cristiana de la Navidad.
Saturno
La figura central de las Saturnales y el dios que dio su nombre a la fiesta fue Saturno (en latín Saturnus), que es una figura misteriosa en la religión romana. Las representaciones del dios que sobreviven en el arte lo muestran con un velo y blandiendo una hoz o un cuchillo de podar, lo que sugiere una estrecha relación con la agricultura y especialmente con el cultivo de las semillas o los granos. Tiene vínculos con deidades indígenas italianas y siendo quizás también una versión del dios griego Crono, se le consideraba una deidad primordial que había enseñado a la humanidad importantes habilidades agrícolas. Se pensaba que había gobernado cuando el mundo disfrutaba de una Edad de Oro de prosperidad y felicidad, de ahí vendría el carácter frívolo en general de su festival.
El festival
A pesar de la afirmación de Tito Livio de que el festival comenzó a principios del siglo V AEC, hay pruebas de que comenzó mucho antes. Las Saturnales disfrutaron de una gran longevidad que fue descrita en la obra del mismo nombre del siglo V EC de Macrobio, quien las seleccionó como el escenario para su diálogo, donde los protagonistas muestran cierta nostalgia por una época en la que los rituales paganos de Roma eran más prominentes, antes la creciente influencia del cristianismo.
Comenzando como una fiesta de un día, las Saturnales eventualmente se expandieron para cubrir una semana durante la República tardía. Augusto, más modesto, redujo las festividades a tres días, pero su sucesor Calígula las aumentó a cinco días, y parece que, en la práctica, la gente del común celebró los siete días completos de todos modos, a pesar de los decretos oficiales.
Las Saturnales estaban presididas por un rey, elegido especialmente para la ocasión, conocido con el nombre de Saturnalicius princeps o "líder de las Saturnales". A veces se le conocía como el 'señor de la anarquía ', ya que era seleccionado entre los miembros más humildes de una casa y se le otorgaba el derecho de realizar travesuras libremente. Era un período festivo en el que las personas se daban regalos entre sí. Los esclavos tenían las libertades de las que disfrutaban los ciudadanos comunes y podían jugar, emborracharse en público y dejar a un lado el manto de decoro que debían tener en cualquier otra época del año. Los ciudadanos usaban ropas más informales (synthesis) en lugar de la toga habitual, y había rondas de banquetes, juegos y fiesta para todos. Estos eventos convirtieron a las Saturnales en la fiesta romana más alegre del calendario; de hecho Catulo llegó a describirla como "el mejor de los tiempos".
La peculiaridad de las Saturnales no consistía simplemente en relajarse, sino en la inversión de los roles y las convenciones sociales ordinarias, por ejemplo, los amos usaban el pilleus sombrero de los esclavos libertos, y atendían a sus esclavos (o al menos comían juntos en la misma habitación) a quienes se les permitía hacer lo que quisieran e incluso mostrar un toque de insolencia. Este elemento del festival era quizás una válvula de escape diseñada para liberar las presiones sociales acumuladas durante el año dentro de las estrictas convenciones sociales de la sociedad romana.
El final de las celebraciones era marcado por la compra y entrega de velas, bagatelas como higos en gelatina, y especialmente figuritas de terracota o sigilla que se vendían en un mercado especial, la sigillaria. Esta feria daba nombre al último día de las festividades, y era tradicional que la gente diera dinero a quienes dependían de ellos para que pudieran comprar los productos baratos que allí se ofrecían.
El templo de Saturno
El punto central del festival fue el templo dedicado a Saturno en la esquina noroeste del foro de Roma. El primer santuario al dios fue el Ara Saturni. Que fue reemplazado por un templo en el 497 AEC construido por el dictador Tito Tacio. Esta estructura fue reemplazada en el siglo IV EC por el templo de Saturno, de ocho majestuosas columnas las cuales todavía se encuentran en el sitio. Además de su función religiosa, durante la República el templo también albergó el tesoro público (aerarium), papel que mantuvo, aunque con funciones más limitadas, durante el período imperial.
Dentro del templo se encontraba una estatua de culto del dios Saturno, que se convirtió en el centro de atención durante las Saturnales cuando sus pies se liberaban simbólicamente de los lazos de lana que lo ataban durante el resto del año, otra manifestación de los cambios de roles en las celebraciones. Este acto ha llevado a que Saturno se asocie con la liberación, sin duda una característica destacable de las Saturnales, cuando las sofocantes convenciones sociales romanas eran arrojadas a los vientos invernales, aunque fuera solo por una semana.