El pecio de Uluburun es un barco naufragado de la Edad del Bronce descubierto en la costa de Kas, Turquía. El barco, que probablemente era originario de Fenicia/Canaán, data de entre 1330 y 1300 a.C. y llevaba un cargamento entero de mercancías, puede que de un puerto de la región del sur de la antigua Licia de camino a la Grecia continental. Los arqueólogos marinos han realizado exploraciones durante once temporadas desde 1984 y han acumulado 17 toneladas de artefactos; un verdadero tesoro de artefactos e información sobre el comercio y el intercambio cultural a través del Mediterráneo en la Edad del Bronce.
Datación
Las técnicas de datación por radiocarbono y la presencia de tipos de cerámica identificables sitúan la fecha del hundimiento en algún momento de finales del siglo XIV a.C., probablemente entre 1330 y 1300 a.C. Por desgracia, gran parte del barco en sí no se ha conservado, pero partes de la quilla y en entablado, además de la cantidad total de los bienes encontrados han ayudado a crear una reconstrucción del tamaño del barco. Se estima que el pecio de Uluburun era una nave de unos 15 metros de largo y 5 metros de ancho capaz de transportar hasta 20 toneladas de carga. El casco y la quilla estaban hechos de cedro libanés con juntas de roble.
Cargamento
Gracias a la profundidad del naufragio (44-61 metros), no había sido saqueado antes de las excavaciones arqueológicas realizadas por el Instituto de Arqueología Náutica de la Universidad A&M de Texas. Sin embargo, una consecuencia de la profundidad fue que los submarinistas disponían de un tiempo limitado para explorar el pecio, por lo que hicieron falta 22.400 inmersiones para sacar más de 17 toneladas de artefactos. Una dificultad añadida era la desintegración del barco hundido a lo largo de una pendiente pronunciada, que hizo que el cargamento se desperdigara por unos 250 metros cuadrados.
El cargamento principal del barco eran materias primas. El artículo más grande eran 348 lingotes de cobre que en total sumaban 10 toneladas de peso. Estos tenían forma de "piel de buey" y bollo, común en el Mediterráneo de la Edad de Bronce. El análisis de isótopos de plomo ha revelado que los lingotes eran de cobre puro, procedentes de Chipre. Estos lingotes estaban dispuestos en cuatro hileras a lo largo de la bodega del barco en una disposición de espinapez para minimizar su movimiento en altamar.
El siguiente cargamento más abundante eran 120 lingotes de estaño puro (también en forma de "piel de buey" o de bollo) que pesaban más de una tonelada en total. El análisis ha demostrado que en un principio estos lingotes eran de las minas de los montes Tauro en Turquía y de una fuente en Afganistán o alrededores. No obstante, el hecho de que muchos de ellos estuvieran cortados en cuatro piezas sugiere que no se habían sacado directamente de las minas, sino que ya se habían comercializado en algún otro lugar. Había unas 150 jarras cananeas de resina de terebinto (trementina), el descubrimiento más abundante de la historia. El análisis del polen dentro de la resina indica que procedía de Israel.
En nueve pithos chipriotas (grandes vasijas de almacenamiento) había cuidadosamente almacenados artículos de cerámica chipriota, aceite de oliva o granadas. Había cierta cantidad de lingotes de disco de vidrio, puede que más de 175, que pesaban un total de 350 kilos, aunque la mayoría estaban erosionados. El vidrio era de cuatro colores: azul oscuro, turquesa, morado y amarillo, y sin duda estaba destinado para cortarse en cuentas o usarse como incrustaciones para joyería a modo de una imitación más barata de materiales más preciosos como lapislázuli, turquesa, amatista y ámbar. También había unas 70.000 cuentas de vidrio y fayenza. Por último, en cuanto a los materiales pesados, había alrededor de una tonelada de lastre en el barco.
Entre las mercancías del barco, muy abundantes, se han encontrado 24 troncos de ébano, marfil en forma de un solo colmillo de elefante y 14 dientes de hipopótamo y artículos manufacturados en marfil. Había muchas piezas de joyería fabricada en oro, plata, bronce, estaño, fayenza y vidrio. También había figuritas, contenedores y armas de los mismos materiales. Los artículos de madera no se han conservado bien, pero quedan los restos de cajas de buena calidad. Entre los artículos más exóticos encontrados a bordo hay ámbar báltico, una espada italiana, tres jarras de cáscara de huevo de avestruz, y sellos de cilindro de Mesopotamia. Entre los productos perecederos, aparte de los ya mencionados, se sabe que el barco también transportaba especias (comino, sumac), hierbas (cilantro, salvia), condimentos (alazor), aceitunas, almendras, uvas, higos, grano, conchas de Murex y oropimente, un mineral amarillo usado para hacer tintes.
En conjunto, el cargamento del Uluburun era obviamente de gran valor y estaba destinado para consumo de la élite de la sociedad que fuera a la que se dirigía. De hecho, la clase de bienes encontrados a bordo recuerdan mucho a otros inventarios de regalos intercambiados por los gobernantes de Egipto y Asia occidental.
También hay que recordar que algunos de los artefactos del pecio, como por ejemplo los artículos de marfil y las joyas, puede que pertenecieran a la tripulación del Uluburun y que no estuvieran destinados al comercio. Además, no es sorprendente que muchos de los artefactos excavados estén relacionados con el funcionamiento del barco, tales como artilugios de cocina, lámparas, herramientas de pesca y joyas de oro o plata usadas a modo de pago. El descubrimiento de cuatro balanzas y las pesas que las acompañan sugerirían que había cuatro mercaderes fenicios o cananeos a bordo. La presencia una única espada fenicia con un mango de incrustaciones de ébano y marfil, así como de un juego de pesos de mayor calidad, con formas de animales, sugiere que uno de ellos era más importante, o puede que fuera incluso el capitán. Los productos micénicos, en especial los sellos y las hachas dobles, así como parejas de efectos personales de la Grecia continental, sugieren que al menos dos personas a bordo eran de Micenas.
Ruta de navegación
Las técnicas de construcción del barco, el análisis de la cerámica que probablemente usaba la tripulación y la presencia de 24 anclajes de piedra de tipo sirio-palestino o chipriota indican firmemente que el puerto de origen del barco estaba en Levante, posiblemente en Tell Abu Hawa, la moderna Haifa en Israel. Este puerto estuvo especialmente activo en el comercio en ese período de tiempo en cuestión, y los descubrimientos del lugar son sorprendentemente similares a los descubrimientos de Uluburun.
En general, los estudiosos están de acuerdo en que el barco se dirigía hacia el oeste antes de hundirse, por lo que probablemente acababa de salir de puerto en Licia (en la actual Turquía). El hecho de que la cerámica sea principalmente chipriota, y que solo haya unos pocos artículos del Egeo, se ha entendido como un indicio firme de que el Uluburun estaba saliendo de Licia cuando se hundió en vez de llegando. El análisis químico de la arcilla usada en gran parte de la cerámica de a bordo indica que puede que el barco hubiera zarpado de un puerto del sur que daba servicio a Ugarit, al igual que su similitud de las piezas encontradas en los almacenes de Minet-el Beida.
Aun así, hay que recordar que cualquier afirmación categórica acerca de las escalas del barco antes o después del naufragio que se base únicamente en su cargamento debe contrastarse con el hecho de que en el Mediterráneo de la Edad del Bronce los productos de Chipre, Egipto, Anatolia y el Levante se comerciaban y transportaban por toda la región, y también se almacenaban en grandes cantidades para su reventa en mercados cosmopolitas como por ejemplo en Chipre. Sin embargo, el hecho de que gran parte de la cerámica chipriota de a bordo sea de muchos tipos diferentes podría sugerir que el barco no había partido directamente de Chipre, donde podía haber recogido un cargamento más homogéneo directamente de los centros de fabricación, sino que acababa de salir de un puerto en el que había almacenados productos procedentes de varios lugares.
Puede que el destino final de Uluburun fuera la Grecia continental si es que realmente había dos micénicos de la élite a bordo, una característica típica del comercio en la Antigüedad por la que había ciertas personas que seguían el cargamento para asegurarse de que llegaba a buen puerto o que servían como mensajeras para la familia real que enviaba el cargamento. La carga del barco es importante dado el período y o bien habría enriquecido al receptor o bien habría sido una fuente importante de prestigio en el caso de que el barco de Uluburun hubiese sido una embajada diplomática con regalos de un gobernante a otro. No se puede sino especular sobre las consecuencias económicas y políticas de que tan valioso cargamento no llegara a su destino.
Probablemente nunca se descubra la causa del hundimiento, pero como el pecio se encuentra cerca de un promontorio rocoso, sería razonable suponer que un viento inesperado empujó al barco hacia las rocas e hizo que se hundiera. La presencia de armas a bordo recuerda que el comercio marítimo tenía que convivir con la amenaza de la piratería, pero parece que en este caso probablemente fue la naturaleza la que selló el destino de la nave. Fue una tragedia para la tripulación del barco y para los ricos comerciantes que habían pagado por el cargamento, pero, gracias a esto, arqueólogos e historiadores han adquirido un conocimiento inestimable de las interacciones de la región en la Antigüedad. El pecio de Uluburun es uno de esos escasos sucesos de la arqueología en la que se encuentra una cápsula temporal inalterada que, en este caso, nos proporciona una ventana fascinante al comercio marítimo de la Edad del Bronce y a los que se dedicaban a él.