Confesión negativa

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Joshua J. Mark
por , traducido por Rosa Baranda
Publicado el 27 abril 2017
Disponible en otros idiomas: inglés, francés
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Papyrus of Ani (by Cesar Ojeda, CC BY-NC-ND)
Papiro de Ani
Cesar Ojeda (CC BY-NC-ND)

La confesión negativa, también conocida como la Declaración de inocencia, es una lista de 42 pecados que el alma del difunto puede decir honestamente que no ha cometido cuando se presenta a juicio en la otra vida. El alma recitaba esta lista en presencia de los dioses, que juzgaban si era verdadera o no a la hora de decidir el destino de cada alma.

La lista más famosa proviene del Papiro de Ani, un texto del Libro de los muertos, preparada para el sacerdote Ani de Tebas (en torno a 1250 a.C.) y que se contaba entre los bienes funerarios encontrados en su tumba. Cuenta con varios capítulos del Libro de los muertos, pero no todos. Estas omisiones no son un error, ni tampoco es que se hayan perdido secciones del manuscrito, sino que es el resultado de la práctica común de crear un texto funerario específico para que lo use una persona concreta tras la muerte. La confesión negativa incluida en este texto sigue este mismo paradigma ya que se escribió para Ani y nadie más.

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A pesar de que el Libro de los muertos se suele describir como "la Biblia del antiguo Egipto", o un macabro "libro de lo oculto", en realidad no es ninguna de estas dos cosas; es un texto funerario que facilita las instrucciones necesarias para el alma en la otra vida. La traducción real de su título es El libro de la salida al día. Como los egipcios creían que el alma era eterna y que la vida en la tierra no era más que un aspecto breve del viaje eterno, era vital que el alma tuviera algún tipo de guía para poder manejarse en el siguiente episodio de la vida.

Se entendía que, en la tierra, si alguien no sabía a dónde iba, no podía llegar al destino deseado. Los egipcios, siempre prácticos, creían que necesitarían una guía para la otra vida, al igual que en la tierra. El libro de los muertos egipcio constituye esa guía y se componía para todo aquel que pudiera permitírselo. Los pobres tenían que arreglárselas sin el texto, o con una versión rudimentaria, pero cualquiera que pudiera pagarlo contrataba a un escriba para crear su guía personalizada.

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LA CONFESIÓN ES IMPORTANTE PARA LOS EGIPTÓLOGOS MODERNOS A LA HORA DE ENTENDER LOS VALORES CULTURALES EGIPCIOS DURANTE EL IMPERIO NUEVO.

La confesión negativa aparece en el Encantamiento 125, que es probablemente el más conocido porque incluye una viñeta de acompañamiento en la que se pesa el corazón en la balanza contra la pluma blanca de Ma'at. Aunque el encantamiento no describe el juicio en el Salón de las Dos Verdades, la imagen está ahí para ilustrar lo que podía esperarse el alma una vez llegaba allí, mientras que el texto le proporcionaba al alma lo que tenía que decir y cómo tenía que comportarse. La confesión es importante para los egiptólogos modernos a la hora de entender los valores culturales del antiguo Egipto en la época del Imperio Nuevo (en torno a 1570-1069 a.C.), pero, en la época en la que se escribió, se habría considerado necesario para que el alma pudiera superar el juicio ante Osiris y el tribunal divino.

Se cree que la confesión se desarrolló a partir de un ritual de iniciación para el sacerdocio. Se dice que los sacerdotes tenían que recitar algún tipo de lista formularia para demostrar que eran ritualmente puros y dignos de su vocación. Aunque hay cierta evidencia que respalda esta afirmación, la confesión negativa tal y se ve parece haberse desarrollado durante el Imperio Nuevo de Egipto, cuando el culto de Osiris se integró totalmente en la cultura egipcia, como una manera de que el difunto justificara su valía para entrar al paraíso en la otra vida.

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El juicio en la otra vida

Los textos funerarios se llevaban escribiendo desde la época del Imperio Antiguo (en torno a 2613-2181 a.C.), cuando se escribían Los textos de las Pirámides en las paredes de las tumbas. Los textos de los sarcófagos llegaron después, en la época del Primer Período Intermedio (2181-2040 a.C.), y en la época del Imperio Nuevo estos textos se desarrollaron para convertirse en el Libro de los muertos. El propósito de estos textos era orientar y tranquilizar al alma del difunto una vez se despertaba en la tumba tras el funeral. El alma no estaría acostumbrada al mundo fuera de su cuerpo y necesitaría que le recordaran quién había sido, qué había hecho y que tenía que hacer ahora.

En la mayoría de las representaciones, Anubis acompañaba al alma desde la tumba hasta el juicio ante Osiris, Thot y los 42 jueces. Las representaciones de este proceso muestran a las almas en fila, acompañadas por varias deidades como Qebhet, Neftis, Isis y Serket, mientras esperan su turno para la audiencia con Osiris y su balanza de oro. Cuando le llegaba el turno a cada uno, se tenía que presentar frente a los dioses y recitar la Confesión Negativa, donde cada confesión iba dirigida a un juez específico, y después entregarles el corazón para que lo pesaran. El corazón físico siempre se dejaba en el cuerpo durante el embalsamamiento y el proceso de momificación precisamente por este motivo. Pensaban que el corazón albergaba la personalidad, el carácter y el intelecto, y había que entregárselo a los dioses en la otra vida para el juicio.

Weighing the Heart, Book of the Dead
El pesaje del corazón, Libro de los muertos
Jon Bodsworth (Public Domain)

En ese momento se pesaba el corazón de la persona en la balanza contra la pluma blanca de la verdad; si el corazón era más ligero que la pluma, la persona procedía hacia el paraíso. Si no lo era, entonces arrojaban el corazón al suelo donde lo devoraba el monstruo Amut, y el alma dejaba de existir. Antes de este juicio final y el castigo o la recompensa correspondientes, Osiris, Thot y Anubis consultaban con los 42 jueces. Y ahí es donde a lo mejor se hacían concesiones. Los 42 jueces representaban los aspectos espirituales de los 42 nomos o distritos del antiguo Egipto y se cree que cada una de las confesiones trataba de una clase de pecado específico que se encontraba especialmente ofensivo en cada nomo. Si los jueces sentían que el alma había sido en general virtuosa, recomendaban que se dejase proseguir al alma.

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Los detalles sobre lo que ocurría después varían de una era a otra. En algunos periodos, el alma habría tenido que sortear ciertos peligros y trampas para llegar al paraíso, mientras que en otros podía caminar sin más hasta el Lago de los Lirios tras el juicio y, tras un último descanso, iba directamente al paraíso. Una vez allí, el alma disfrutaría de la eternidad en un mundo que reflejaba perfectamente la vida en la tierra. Todo lo que se creía perdido se recuperaba y las almas vivirían en paz juntas y con los dioses, disfrutando de todos los mejores aspectos de la vida para siempre. Sin embargo, antes de poder llegar al paraíso, los dioses tenían que aceptar la Confesión Negativa, y eso significaba que había que poder hacerla sinceramente.

Las diferentes confesiones

No existe una confesión negativa estándar. La confesión del Papiro de Ani es la más conocida simplemente porque el texto es muy famoso y se reproduce a menudo. Tal y como se ha dicho, los escribas componían un texto a medida de la persona en concreto, y aunque el número estándar eran 42 confesiones, los pecados enumerados varían de una lista a otra. Por ejemplo, en el Papiro de Ani, la confesión número 15 es "no soy un hombre de mentiras", mientras que en otra lista es "no he ordenado la muerte de nadie", y en otro es "no he sido traicionero en los negocios". Un oficial militar no podría decir honestamente que "no he ordenado matar", así como podrían un juez o un rey, por lo que ese "pecado" se dejaba fuera de la confesión.

EL ALMA RECIBÍA UNA LISTA QUE PODÍA RECITAR HONESTAMENTE FRENTE A LOS DIOSES EN VEZ DE HABER UNA ENUMERACIÓN ESTÁNDAR DE PECADOS PARA TODO EL MUNDO.

Era más una cuestión de no condenarse a sí mismo por hablar en falso que inclinar la balanza en favor propio, por así decir. El corazón se pesaba en la balanza igualmente, y cualquier mentira se descubriría. Así que el corazón tenía que proporcionar una lista que pudiera recitar honestamente frente a los dioses en vez de una lista estándar de los pecados que recitase todo el mundo.

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Aun así, hay pecados estándares en todas las listas, tales como "no he robado", "no he calumniado", "no he causado dolor", y otras afirmaciones parecidas. También se cree que estas afirmaciones conllevaban estipulaciones tácitas en muchos casos. La confesión 10 en algunos de los textos dice "no he hecho que nadie llore", pero es una afirmación muy difícil de hacer dado que a menudo una persona no tiene ni idea del efecto de sus acciones en otros.

Por tanto, se cree que el significado intencionado de la afirmación era "no he hecho llorar a nadie intencionadamente". Y lo mismo se podría decir de una afirmación como "no he hecho que nadie sufra", por la misma razón. El objetivo de la confesión era poder afirmar honestamente la inocencia propia en acciones que eran contrarias al principio de ma'at, y por tanto no importaba cuáles eran los pecados específicos; había que poder decir que se era inocente de haber cuestionado intencionadamente el principio gobernante de la armonía y el equilibrio de la vida.

La confesión negativa de Ani

Ma'at era el valor cultural central del antiguo Egipto que le permitía al universo funcionar como lo hacía. Al hacer la confesión, el alma estaba diciendo que había seguido ese principio y que cualquier falta era inintencionada. En la siguiente confesión, Ani se dirige a cada uno de los 42 jueces con la esperanza de que reconocieran sus intenciones en vida, incluso si no siempre había elegido la acción correcta en el momento correcto. Supuestamente, la persona no tenía que considerar los "pecados de omisión", sino solo los "pecados de comisión", que se cometían intencionadamente.

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Negative Confession, Papyrus of Ani
Confesión negativa, Papiro de Ani
Cesar Ojeda (CC BY-NC-ND)

A continuación, se presenta la versión en español de la traducción de E. A. Wallis del Libro de los muertos. Cada confesión va precedida de un dirigido a un juez específico y la región de la que provenía. Sin embargo, algunas de estas regiones, no están en la tierra sino en el más allá. Hraf-haf, por ejemplo, a quien se saluda en 12º lugar, es el barquero divino del más allá.

Por consiguiente, en el caso de Ani, los 42 nomos no están representados al completo (de hecho, algunos se mencionan dos veces), pero el número estándar de 42 se mantiene. Antes de empezar la Confesión, el alma saludaría a Osiris, afirmaría que sabía los nombres de los 42 jueces y proclamaría su inocencia en cuanto a cualquier fechoría, para después acabar con la afirmación "No he aprendido lo que no es". Eso quiere decir que la persona nunca perdió la fe ni creyó lo contrario a la verdad de ma'at y la voluntad de los dioses.

1. Oh Usek-nemmit, que vienes de Anu, no he cometido pecado.

2. Oh Hept-khet, que vienes de Kher-aha, no he cometido robo con violencia.

3. Oh Fenti, que vienes de Khemenu, no he robado.

4. Oh Am-khaibit, que vienes de Qernet, no he asesinado mujeres ni niños.

5. Oh Neha-her, que vienes de Rasta, no he robado grano.

6. Oh Ruruti, que vienes del cielo, no he malversado ofrendas.

7. Oh Arfi-em-khet, que vienes de Suat, no he robado la propiedad de Dios.

8. Oh Neba, que vienes y vas, no he dicho mentiras.

9. Oh, Set-qesu, que vienes de Hensu, no me he llevado comida.

10. Oh Utu-nesert, que vienes de Het-ka-Ptah, no he dicho maldiciones.

11. Oh Querrti, que vienes de Amentet, no he cometido adulterio.

12. Oh Hraf-haf, que vienes de tu caverna, no he hecho llorar a nadie.

13. Oh Basti, que vienes de Bast, no me he comido el corazón.

14. Oh Ta-reitu, que vienes de la noche, no he atacado a ningún hombre.

15. Oh Unem-snef, que vienes de la cámara de ejecución, no soy un hombre de engaños.

16. Oh Unem-besek, que provienes de Mabit, no he robado tierra cultivada.

17. Oh Neb-Maat, que vienes de Maati, no he escuchado conversaciones ajenas.

18. Oh Tenemiu, que vienes de Bast, no he calumniado a nadie.

19. Oh Sertiu, que vienes de Anu, no me he enfadado sin razón.

20. Oh Tutu, que vienes de Ati, no he corrompido a la esposa de nadie.

21. Oh Uaumenti, que vienes de la cámara Khebt, no he corrompido a las esposas de otros hombres.

22. Oh Maa-antuf, que vienes de Per-Menu, no me he corrompido.

23. Oh Her-uru, que vienes de Nehatu, no he aterrorizado a nadie.

24. Oh Khemiu, que vienes de Kaui, no he transgredido la ley.

25. Oh Shet-kheru, que vienes de Urit, no me he enfadado.

26. Oh Nekheru, que vienes de Heqat, no he hecho oídos sordos a la verdad.

27. Oh Kenemti, que vienes de Kenmet, no he blasfemado.

28. Oh An-hetep-f, que vienes de Sau, no soy un hombre violento.

29. Oh Sera-kheru, que vienes de Unaset, no he provocado conflictos.

30. Oh Neb-heru, que vienes de Netcheft, no he actuado con excesiva prisa.

31. Oh Sekhriu, que vienes de Uten, no me he inmiscuido en los asuntos de los demás.

32. Oh Neb-haui, que vienes de Sauti, no he multiplicado mis palabras a la hora de hablar.

33. Oh Nefer-Tem, que vienes de Het-ka-Ptah, no he hecho mal a nadie, no he hecho mal.

34. Oh Tem-Sepu, que vienes de Tetu, no he hecho brujería contra el rey.

35. Oh Ari-em-ab-f, que vienes de Tebu, nunca he detenido el flujo del agua de ningún vecino.

36. Oh Ahi, que vienes de Nu, nunca he levantado la voz.

37. Oh Uatch-rekhit, que vienes de Sau, no he maldecido a Dios.

38. Oh Neheb-ka, que vienes de tu caverna, no he actuado con arrogancia.

39. Oh Neheb-nefert, que vienes de tu caverna, no he robado el pan de los dioses.

40. Oh Tcheser-tep, que vienes de tu templo, no me he llevado los pastelillos khenfu de los espíritus de los muertos.

41. Oh An-af, que vienes de Maati, no he robado el pan de ningún niño, ni tratado con desdén al dios de mi ciudad.

42. Oh Hetch-abhu, que vienes de Ta-she, no he matado el rebaño del dios.

Comentario

Como ya se ha mencionado, muchas de estas confesiones llevaban implícita la intención; es decir, en una confesión como "nunca he levantado la voz", puede que el confesor hubiese levantado la voz en alguna ocasión, pero no a causa de una ira injustificada. Lo mismo se podría decir de "no he multiplicado mis palabras al hablar", que no se refiere necesariamente a la verborrea sino a la hipocresía. Lo que dice Ani es que no ha intentado ocultar el verdadero significado de lo que decía mediante juegos de palabas. Esta consideración también debería aplicarse a afirmaciones como la confesión 14 ("no he atacado a ningún hombre"), en el sentido de que la defensa propia estaría justificada.

Las afirmaciones como la 13 y la 22 ("no he comido el corazón" y "no me he corrompido") se refieren a la pureza ritual en el sentido de que no ha participado en ninguna actividad proscrita por los dioses. Sin embargo, la número 13 también se podría entender como una afirmación de que no ha ocultado sus verdaderos sentimientos y ha hecho parecer ser alguien que no eran. La número 22 a veces se traduce como "no me he corrompido, no me he acostado con ningún hombre", al igual que la número 11, que trata del adulterio, a veces añade esa misma frase.

Estas frases se han citado a veces como una condena de la homosexualidad en el antiguo Egipto, pero tales afirmaciones ignoran la atención central que pone la Confesión Negativa en la persona individual. Podría ser que tener relaciones sexuales con un hombre estuviera mal en el caso de Ani pero no para otro hombre. La embriaguez estaba aceptada en el antiguo Egipto, al igual que el sexo antes del matrimonio, pero solo con ciertas condiciones: podías emborracharte todo lo que quisieras durante un festival o una fiesta, pero no en el trabajo, y podías tener todo el sexo que quisieras antes del matrimonio, pero no con alguien que ya estuviera casado. Esto puede que también fuera así en el caso de las relaciones homosexuales. En ningún sitio de la literatura egipcia o los textos religiosos se condena la homosexualidad.

Los egipcios valoraban la individualidad. Los ritos mortuorios y la visión de la otra vida se predicaban sobre este concepto. Las inscripciones funerarias, los monumentos, las autobiografías y hasta la Gran Pirámide eran todos expresiones de la vida del individuo en concreto y de sus logros. La Confesión Negativa seguía ese mismo modelo y se componía según el carácter, el estilo de vida y la vocación de cada persona. Era de esperar que cada persona que se lo merecía pudiera justificarse en la otra vida y que se reconociera esa justificación, independientemente de las faltas personales, para que pudiera continuar su viaje hasta el paraíso.

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Sobre el traductor

Rosa Baranda
Traductora de inglés y francés a español. Muy interesada en la historia, especialmente en la antigua Grecia y Egipto. Actualmente trabaja escribiendo subtítulos para clases en línea y traduciendo textos de historia y filosofía, entre otras cosas.

Sobre el autor

Joshua J. Mark
Joshua J. Mark no sólo es cofundador de World History Encyclopedia, sino también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.

Cita este trabajo

Estilo APA

Mark, J. J. (2017, abril 27). Confesión negativa [The Negative Confession]. (R. Baranda, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-15944/confesion-negativa/

Estilo Chicago

Mark, Joshua J.. "Confesión negativa." Traducido por Rosa Baranda. World History Encyclopedia. Última modificación abril 27, 2017. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-15944/confesion-negativa/.

Estilo MLA

Mark, Joshua J.. "Confesión negativa." Traducido por Rosa Baranda. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 27 abr 2017. Web. 21 dic 2024.

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