Arte del antiguo Egipto

Definición

Joshua J. Mark
por , traducido por Diego Villa Caballero
Publicado el 26 mayo 2017
Disponible en otros idiomas: inglés, francés
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Sarcophagus Lid of Shepmin (by Mark Cartwright, CC BY-NC-SA)
Cubierta del sarcófago de Shepmin
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

Las obras de arte del antiguo Egipto han fascinado a la gente durante miles de años. Los primeros artistas griegos y más tarde los romanos se vieron influidos por las técnicas egipcias y su arte inspiraría a los artistas de otras culturas hasta el día de hoy. Se conocen muchos artistas de períodos posteriores, pero los de Egipto son completamente anónimos y por una razón muy interesante: su arte era funcional y creado con un propósito práctico, mientras que el arte posterior estaba destinado al placer estético. El arte funcional es un trabajo hecho por encargo, que pertenece al individuo que lo encargó, mientras que el arte creado para el placer (incluso si es por encargo) permite una mayor expresión de la visión del artista y, por lo tanto, el reconocimiento individual del artista.

Un artista griego como Fidias (490-430 a.C. aproximadamente) ciertamente entendía los propósitos prácticos de crear una estatua de Atenea o Zeus, pero su objetivo principal habría sido hacer una pieza visualmente agradable, hacer "arte" como la gente entiende esa palabra hoy, no crear una obra práctica y funcional. Todo el arte egipcio tenía una finalidad práctica: una estatua contenía el espíritu del dios o del difunto; una pintura de una tumba mostraba escenas de la vida terrenal de una persona para que su espíritu pudiera recordarlas o escenas del paraíso que uno esperaba alcanzar para saber cómo llegar allí; los amuletos y talismanes protegían a la persona de cualquier daño; las figurillas alejaban a los malos espíritus y a los fantasmas enojados; los espejos de mano, los mangos de los látigos y los gabinetes de cosméticos tenían todos una finalidad práctica y la cerámica se utilizaba para beber, comer y como medio de almacenamiento. La egiptóloga Gay Robins señala:

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Hasta donde sabemos, los antiguos egipcios no tenían una palabra que correspondiera exactamente a nuestro uso abstracto de la palabra "arte". Tenían palabras para tipos individuales de monumentos que hoy consideramos ejemplos de arte egipcio ("estatua", "estela", "tumba"), pero no hay razón para creer que estas palabras necesariamente incluyeran una dimensión estética en su significado. (12)

"EL ARTE POR EL ARTE" ERA DESCONOCIDO Y PROBABLEMENTE HABRÍA SIDO INCOMPRENSIBLE PARA UN ANTIGUO EGIPCIO QUE ENTENDÍA EL ARTE COMO ALGO FUNCIONAL POR ENCIMA DE TODO.

Aunque el arte egipcio es muy valorado hoy en día y continúa siendo un gran atractivo para los museos que lo presentan en exhibiciones, los antiguos egipcios nunca habrían pensado en su trabajo de la misma manera y ciertamente les resultaría extraño tener que ver diferentes tipos de obras exhibidas, fuera de contexto, en la sala de un museo. La estatuaria se creaba e instalaba por una razón específica y lo mismo ocurre con cualquier otro tipo de arte. El concepto de "arte por el arte" era desconocido y, además, probablemente habría sido incomprensible para un antiguo egipcio que entendía el arte como algo funcional por encima de todo.

La simetría egipcia

Esto no quiere decir que los egipcios no tuvieran sentido de la belleza estética. Incluso los jeroglíficos egipcios se escribían con la estética en mente. Una frase jeroglífica podría escribirse de izquierda a derecha o de derecha a izquierda, de arriba hacia abajo o de abajo hacia arriba. La belleza final de la obra dependía de la elección de cada uno. En pocas palabras, cualquier obra tenía que ser hermosa, pero la motivación para crearla se centraba en un objetivo práctico: la función. Aun así, el arte egipcio se sigue admirando por su belleza y esto se debe al valor que los antiguos egipcios daban a la simetría.

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El equilibrio perfecto en el arte egipcio refleja el valor cultural de ma'at (armonía), que era esencial para la civilización. Ma'at no era sólo un orden universal y social, sino la esencia misma de la creación que surgió cuando los dioses crearon el universo ordenado a partir del caos indiferenciado. El concepto de unidad, de unicidad, era este "caos", pero los dioses introdujeron la dualidad: noche y día, femenino y masculino, oscuridad y luz, y esta dualidad estaba regulada por ma'at.

Proto-Historical Statue from Egypt
Estatua protohistórica de Egipto
Osama Shukir Muhammed Amin (Copyright)

Es por esta razón que los templos, los palacios, las casas y los jardines egipcios, así como las estatuas y las pinturas, los sellos de los anillos y los amuletos se creaban con el concepto de equilibrio en mente y todos reflejan el valor de la simetría. Los egipcios creían que su tierra había sido creada a imagen del mundo de los dioses, y cuando alguien moría, iba a un paraíso que le resultaría bastante familiar. Cuando se hacía un obelisco egipcio siempre se creaba y se levantaba junto a un "gemelo" idéntico y se pensaba que estos dos obeliscos eran reflejos divinos, hechos al mismo tiempo, en la tierra de los dioses. Los patios de los templos se diseñaban con el propósito de reflejar la creación, ma'at, heka (magia) y el más allá con la misma simetría perfecta que los dioses habían iniciado con la creación. El arte reflejaba la perfección de los dioses y, al mismo tiempo, cumplía una función práctica cotidiana.

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Progresión histórica

El arte de Egipto es la historia de la élite, la clase dirigente. Durante la mayor parte de los períodos históricos de Egipto, las personas de recursos más modestos no podían permitirse el lujo de tener obras de arte para contar sus historias, y es en gran medida a través del arte egipcio que se ha llegado a conocer la historia de la civilización. Las tumbas, las pinturas sepulcrales, las inscripciones, los templos e incluso la mayor parte de la literatura están dedicados a las vidas de la clase alta, y solo al contar estas historias se revelan las de las clases bajas. Este paradigma ya estaba establecido antes de la historia escrita de la cultura. El arte comienza en el Período predinástico de Egipto (aproximadamente entre 6000-3150 a.C.) a través de dibujos rupestres y cerámicas, pero se manifiesta plenamente en el Período arcaico (aproximadamente entre 3150-2613 a.C.) en la famosa Paleta de Narmer.

La Paleta de Narmer (aproximadamente del 3150 a.C.) es una placa ceremonial de dos caras hecha de limolita, intrincadamente tallada. Presenta escenas de la unificación del Alto y el Bajo Egipto por parte del rey Narmer. La importancia de la simetría es evidente en la composición que presenta las cabezas de cuatro toros (símbolo de poder) en la parte superior de cada lado y una representación equilibrada de las figuras que cuentan la historia. Esta placa se considera una obra maestra del arte del Período dinástico temprano y muestra cuán sofisticados eran los artistas egipcios de esa época.

Narmer Palette [Two Sides]
Paleta de Narmer (dos lados)
Unknown Artist (Public Domain)

El trabajo posterior del arquitecto Imhotep (aproximadamente entre 2667-2600 a.C.) en la pirámide del faraón Zoser (del 2670 a.C. aproximadamente) refleja hasta qué punto habían avanzado las obras de arte desde la Paleta de Narmer. El complejo de la pirámide de Zoser tiene un intrincado diseño con flores de loto, plantas de papiro y símbolos dyed en la parte superior y el bajorrelieve. La pirámide en sí, por supuesto, es un testimonio de la habilidad de los egipcios para trabajar la piedra y convertirla en obras de arte monumentales.

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Durante el Imperio Antiguo de Egipto (entre 2613-2181 a.C. aproximadamente), el arte fue estandarizado por la élite y las figuras se produjeron de manera uniforme para reflejar los gustos de la capital, Menfis. La estatuaria de finales del Período arcaico y principios del Imperio Antiguo es notablemente similar, aunque otras formas de arte (la pintura y la escritura) muestran mayor sofisticación en el Imperio Antiguo. Las mayores obras de arte del Imperio Antiguo de Egipto son las pirámides y la gran esfinge de Guiza, que aún se mantienen en pie, pero se crearon monumentos más modestos con el mismo grado de precisión y belleza. De hecho, el arte y la arquitectura del Imperio Antiguo fueron muy valorados por los egipcios en épocas posteriores. Algunos gobernantes y nobles (como Jaemuaset, cuarto hijo de Ramsés II) encargaron obras específicamente en el estilo del Imperio Antiguo, incluso para el lugar de descanso eterno de sus tumbas.

En el Primer Periodo Intermedio de Egipto (2181-2040 a.C.), tras el colapso del Imperio Antiguo, los artistas pudieron expresar visiones individuales y regionales con mayor libertad. La falta de un gobierno central fuerte que encargara las obras significó que los gobernantes regionales podían solicitar piezas que fueran un reflejo de sus provincias de origen. Estas diferentes regiones también descubrieron que tenían más ingresos disponibles ya que no enviaban tantos recursos a Menfis. La existencia de un mayor poder económico a nivel local inspiró a más artistas a producir obras con su propio estilo. La producción en masa comenzó también durante el Primer Período Intermedio y esto condujo a la estandarización de las obras de arte en determinadas regiones, lo que las hizo distintivas pero de menor calidad que las del Imperio Antiguo. Este cambio se puede ver mejor en la producción de estatuillas shabtis destinadas para ajuares funerarios, que antiguamente se hacían a mano.

Shabti Dolls
Estatuillas shabtis
koopmanrob (CC BY-SA)

El arte floreció durante el Imperio Medio de Egipto (2040-1782 a.C.), que generalmente se considera el apogeo de la cultura egipcia. Durante este período comenzó la estatuaria colosal, así como el gran templo de Karnak en Tebas. El idealismo de las representaciones del Imperio Antiguo en las estatuas y pinturas fue reemplazado por representaciones realistas y las clases bajas también se encuentran representadas con mayor frecuencia que antes en el arte. El Imperio Medio dio paso al Segundo Período Intermedio de Egipto (entre 1782-1570 a.C. aproximadamente), durante el cual los hicsos ocuparon grandes áreas de la región del Delta mientras los nubios invadían desde el sur. El arte de este período producido en Tebas conserva las características del Imperio Medio, mientras que el de los nubios y los hicsos (quienes admiraban y copiaban el arte egipcio) difiere en tamaño, calidad y técnica.

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EL ARTE DEL IMPERIO NUEVO SE DEFINE POR SU ALTA CALIDAD EN VISIÓN Y TÉCNICA DEBIDO EN GRAN MEDIDA A LA INTERACCIÓN DE EGIPTO CON LAS CULTURAS VECINAS.

El Imperio Nuevo (entre 1570-1069 aproximadamente), que le siguió, es el período más conocido de la historia de Egipto y produjo algunas de las más bellas y famosas obras de arte. De esta época proceden tanto el busto de Nefertiti como la máscara mortuoria dorada de Tutankamón. El arte del Imperio Nuevo se define por su alta calidad en visión y técnica debido en gran medida a la interacción de Egipto con las culturas vecinas. Era la época del Imperio egipcio y las técnicas de trabajo del metal pertenecientes a los hititas (que por aquellos tiempos eran considerados aliados, incluso iguales) que influyeron enormemente en la producción de artefactos funerarios, armas y otras obras de arte.

Después del Imperio Nuevo, el Tercer Período Intermedio (entre 1069-525 a.C. aproximadamente) y el Período tardío del antiguo Egipto (525-332 a.C.) intentaron, con distintos grados de éxito, mantener el alto nivel del arte del Imperio Nuevo, evocando al mismo tiempo los estilos del Imperio Antiguo en un esfuerzo por recuperar grandeza en los tiempos de decadencia por los que atravesaba Egipto. La influencia persa en el período tardío fue reemplazada por los gustos griegos durante la dinastía ptolemaica (323-30 a.C.), la cual también intentó usar los estándares del Imperio Antiguo junto con las técnicas del Imperio Nuevo, y este paradigma persistió en el Egipto romano (30 a.C. - 646 d.C.) y en los días finales de la cultura egipcia.

Tipos de arte, detalles y símbolos

A lo largo de todas estas épocas, los tipos de arte fueron tan numerosos como las necesidades humanas, los recursos para realizarlos y la capacidad para pagarlos. Los egipcios adinerados poseían espejos de mano ornamentados, estuches y frascos para cosméticos, joyas, vainas decoradas para cuchillos y espadas, arcos con diseños intrincados, sandalias, muebles, carros, jardines y tumbas. Cada aspecto de estas creaciones tenía un significado simbólico. Así como el motivo del toro en la paleta de Narmer simbolizaba el poder del rey, cada imagen, diseño, ornamentación o detalle significaba algo relacionado con su dueño.

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Uno de los ejemplos más evidentes de ello es el trono dorado de Tutankamón (que reinó entre 1336-1327 a.C. aproximadamente), que representa al joven rey con su esposa Anksenamón. La pareja aparece representada en un tranquilo momento doméstico, la reina frota un ungüento en el brazo de su marido mientras él está sentado en una silla. Su estrecha relación se establece por el color de su piel, que en este caso es el mismo. Los hombres se solían representar con la piel rojiza porque pasaban más tiempo al aire libre, mientras que para las mujeres se utilizaba un color más claro, ya que eran más propensas a permanecer alejadas del sol. Esta diferencia en el tono de la piel no representaba igualdad o desigualdad, sino que era simplemente un intento de mostrar realismo.

Sin embargo, en el caso del trono de Tutankamón, la técnica se utiliza para expresar un aspecto importante de la relación de la pareja. Otras inscripciones y obras de arte dejan claro que pasaban la mayor parte del tiempo juntos y el artista lo expresa a través de sus tonos de piel compartidos; Anksenamón está tan bronceada como Tutankamón. El rojo utilizado en esta composición también representa la vitalidad y la energía de su relación. El cabello de la pareja es azul, símbolo de la fertilidad, la vida y el renacimiento, mientras que sus ropas blancas, representan la pureza. El fondo es dorado, el color de los dioses, y todos los complejos detalles, incluidas las coronas que llevan las figuras y sus colores, tienen su propio significado específico y cuentan la historia de la pareja presentada.

Tutankhamun & Ankhsenamun
Tutankamón y Anksenamón
Pataki Márta (CC BY-NC-SA)

Una espada o un estuche de cosméticos se diseñaban y creaban con este mismo objetivo: contar historias. Incluso el jardín de una casa contaba una historia: en el centro había una piscina rodeada de árboles, plantas y flores que, a su vez, estaban rodeadas por un muro y se entraba al jardín desde la casa a través de un pórtico de columnas decoradas. Todo esto habría sido dispuesto cuidadosamente para contar una historia que tuvíera significado para el propietario. Aunque los jardines egipcios desaparecieron hace mucho tiempo, se han encontrado modelos en tumbas que muestran el gran cuidado que se ponía en modelarlos con una forma narrativa.

En el caso del noble Meketra de la XI dinastía, el jardín fue diseñado para contar la historia del viaje de la vida hacia el paraíso. Las columnas del pórtico tenían forma de flores de loto, que simbolizaban su hogar en el Alto Egipto, el estanque en el centro representaba el lago de los lirios que el alma tenía que cruzar para llegar al paraíso, mientras que el muro del jardín estaba decorado con escenas del más allá. Cada vez que Meketra se sentaba en su jardín, recordaba la naturaleza de la vida como un viaje eterno y esto probablemente le daba perspectiva sobre cualquier circunstancia que pudiera ser preocupante en ese momento.

Las técnicas

Las pinturas en las paredes de Meketra habrían sido realizadas por artistas que mezclaban colores hechos a partir de minerales naturales. El negro se obtenía a partir del carbón, el rojo y el amarillo de óxidos de hierro, el azul y el verde de la azurita y la malaquita, el blanco del yeso, y así sucesivamente. Los minerales se mezclaban con material orgánico triturado hasta obtener diferentes consistencias y luego se mezclaban con una sustancia desconocida (posiblemente claras de huevo) para hacer que la mezcla fuera pegajosa y poder adherirla a una superficie. La pintura egipcia era tan duradera que muchas obras, incluso aquellas que no estaban protegidas en tumbas, han permanecido vibrantes después de más de 4.000 años.

Aunque las paredes de las casas, los jardines y los palacios solían estar decoradas con pinturas bidimensionales planas, las paredes de las tumbas, los templos y los monumentos empleaban relieves. Había altos relieves (en los que las figuras sobresalen de la pared) y bajos relieves (en los que las imágenes están talladas en la pared). Para crearlos, se alisaba la superficie de la pared con yeso que luego se lijaba. Un artista creaba una obra en miniatura y luego dibujaba líneas de cuadrícula sobre ella y esta cuadrícula luego se dibujaba en la pared. Utilizando la obra más pequeña como modelo, el artista podía replicar la imagen con las proporciones correctas sobre la pared. Primero se dibujaba la escena y luego se delineaba con pintura roja. Las correcciones necesarias se marcaban en pintura negra, y posiblemente era otro artista o un supervisor el que lo hacía, y, una vez ejecutadas, la escena se tallaba y se pintaba.

La pintura también se usaba en estatuas que estaban hechas de madera, piedra o metal. El trabajo en piedra se desarrolló por primera vez en el Periodo arcaico de Egipto y se fue volviendo cada vez más refinado a lo largo de los siglos. Un escultor trabajaba a partir de un solo bloque de piedra con un cincel de cobre, un mazo de madera y herramientas más finas para los detalles. La estatua se pulía al frotarse con un paño. La piedra para una estatua era seleccionada, como todo lo demás en el arte egipcio, para contar su propia historia. Una estatua de Osiris, por ejemplo, estaría hecha de esquisto negro para simbolizar la fertilidad y el renacimiento, ambos conceptos asociados con este dios en particular.

Egyptian Priestess Takushit
Sacerdotisa egipcia Takushit
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

Las estatuas de metal generalmente eran pequeñas y estaban hechas de cobre, bronce, plata y oro. El oro era especialmente popular para amuletos y figuras de los dioses en los santuarios, ya que se creía que estos tenían la piel dorada. Estas figuras se hacían mediante fundición o trabajo con chapa de metal sobre madera. Las estatuas de madera se tallaban a partir de diferentes trozos de árboles y luego se pegaban o se fijaban entre sí. Las estatuas de madera son raras, pero se han conservado algunas que reflejan una gran habilidad.

De la misma manera se hacían cofres para cosméticos, ataúdes, maquetas de barcos y juguetes. Las joyas se fabricaban habitualmente con la técnica conocida como esmalte alveolado o cloisonné, en la que se incrustaban tiras finas de metal en la superficie de la pieza y luego se calentaban en un horno para unirlas y crear compartimentos que luego se decoraban con joyas o escenas pintadas. Entre los mejores ejemplos de este tipo de joyería se encuentra el colgante del Imperio Medio que Senusret II (1897-1878 a.C. aproximadamente) le regaló a su hija. Esta obra está hecha de finos hilos de oro unidos a un soporte de oro macizo con incrustaciones de 372 piedras semipreciosas. Este tipo de esmaltado también se utilizaba para hacer pectorales para el rey, coronas, tocados, espadas, dagas ceremoniales y sarcófagos, entre otros objetos.

Pectoral of Senusret II
Pectoral de Senusret II
John Campana (CC BY)

Conclusión

Aunque el arte egipcio es muy admirado, también ha sido criticado por ser poco refinado. Los críticos afirman que los egipcios parecen no haber dominado la perspectiva, ya que no hay juegos de luces y sombras en las composiciones, que son siempre bidimensionales y las figuras no muestran emociones. Se argumenta que las estatuas que representan parejas no muestran emoción alguna en los rostros y lo mismo ocurre con las escenas de batalla o las estatuas de un rey o una reina.

Estas críticas no reconocen la funcionalidad del arte egipcio. Los egipcios entendían que los estados emocionales son transitorios; uno no está constantemente feliz, triste, enojado o contento durante todo el día, y mucho menos eternamente. Las obras de arte presentan personas y deidades de manera formal sin expresiones porque se pensaba que el espíritu de la persona necesitaba esa representación para poder vivir en el más allá. El nombre y la imagen de una persona tenían que sobrevivir de alguna forma en la tierra para que el alma pudiera continuar su viaje. Esta era la razón de la momificación y de los elaborados rituales funerarios egipcios: el espíritu necesitaba una especie de "faro" al cual regresar cuando visitaba la tierra para poder alimentarse en la tumba.

Egyptianized Statue of Augustus
Estatua de estilo egipcio de Augusto
Osama Shukir Muhammed Amin (Copyright)

El espíritu podría no reconocer una estatua de sí mismo que estuviera enojada o jubilosa, pero sí reconocería una con sus rasgos serios e imperturbables. La falta de emoción tiene que ver con el propósito eterno de la obra. Las estatuas se hacían para ser vistas de frente, generalmente con la espalda contra una pared, para que el alma pudiera reconocer fácilmente su antiguo yo y era el mismo caso para los dioses y diosas que se creía vivían en sus estatuas.

Para los antiguos egipcios la vida era sólo una pequeña parte de un viaje eterno y su arte refleja esta creencia. Una estatua, un estuche de cosméticos, una pintura mural o un amuleto, cualquiera que fuera la forma de la obra de arte, estaba hecha para durar más allá de la vida de su dueño y, lo que es más importante, para contar la historia de esa persona además de reflejar los valores y creencias egipcios en su conjunto. El arte egipcio ha cumplido bien este propósito, pues ha continuado contando su historia durante miles de años.

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Sobre el traductor

Diego Villa Caballero
Profesional en lenguas con estudios literarios. Profesor de castellano, escritor, traductor y entusiasta de la historia. Áreas de interés: literatura, artefactos antiguos, la historia de las religiones, la astrología, la arquitectura, la historia militar y del arte.

Sobre el autor

Joshua J. Mark
Joshua J. Mark no sólo es cofundador de World History Encyclopedia, sino también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.

Cita este trabajo

Estilo APA

Mark, J. J. (2017, mayo 26). Arte del antiguo Egipto [Ancient Egyptian Art]. (D. V. Caballero, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-16091/arte-del-antiguo-egipto/

Estilo Chicago

Mark, Joshua J.. "Arte del antiguo Egipto." Traducido por Diego Villa Caballero. World History Encyclopedia. Última modificación mayo 26, 2017. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-16091/arte-del-antiguo-egipto/.

Estilo MLA

Mark, Joshua J.. "Arte del antiguo Egipto." Traducido por Diego Villa Caballero. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 26 may 2017. Web. 20 nov 2024.

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