Fuego griego

Definición

Mark Cartwright
por , traducido por Rosa Baranda
Publicado el 14 noviembre 2017
Disponible en otros idiomas: inglés, francés, griego, portugués, serbio, turco
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Greek Fire (by Unknown Artist, Public Domain)
Fuego griego
Unknown Artist (Public Domain)

El fuego griego era un arma incendiaria utilizada por primera vez por los bizantinos en 678 d.C. Este napalm de la guerra de la Antigüedad era un líquido altamente inflamable compuesto con ingredientes secretos y utilizado tanto en bombas incendiarias catapultadas como esparcido a presión para lanzar llamas sobre los barcos y las fortificaciones enemigas. También se usaba en posiciones defensivas. El fuego griego se convirtió en el arma más devastadora de la cristiandad durante más de siete siglos y garantizó la resistencia de Constantinopla frente a cualquier atacante. El emperador Romanos II (que reinó de 959-963 d.C.) sabía lo valioso que era y declaró que había tres cosas que jamás debían caer en manos del enemigo: los ropajes imperiales bizantinos, ninguna princesa y el fuego griego. La historia demostraría que las dos primeras acabaron en alguna ocasión con gobernantes extranjeros, pero nunca la última.

Una fórmula secreta

La invención del fuego griego se atribuye a un griego cristiano llamado Kallinikos (o Callinico) que huyó a Constantinopla desde la Siria dominada por los musulmanes en 668 d.C. Tanto romanos como griegos habían usado líquidos inflamables en la batalla, pero nunca se había inventado nada remotamente igual de letal que el fuego griego. Los componentes exactos eran un secreto bien guardado y hace tiempo que se perdió la fórmula, pero se sabe que uno de los ingredientes clave es el éter o la nafta, probablemente procedente de la región de Crimea. Entre los demás ingredientes se encuentra la cal, el sulfuro, la resina y el nitrato de potasio. Algunos expertos han sugerido también la pólvora. El proceso de elaboración del líquido era muy peligroso, dada su volatilidad. Destilar el elemento de petróleo también requería una tecnología compleja para la época. La receta de fuego griego, que solo conocían unos pocos selectos, era un secreto de estado celosamente guardado que los emperadores pasaban a sus sucesores. Gracias a estas precauciones, la fórmula secreta permaneció únicamente en manos bizantinas durante siete siglos.

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EL FUEGO GRIEGO INCENDIABA BARCOS INSTANTÁNEAMENTE Y NO HABÍA MANERA DE APAGAR LAS LLAMAS PORQUE EL AGUA NO SURTÍA EFECTO ALGUNO.

Usos en la batalla

El fuego griego se usó por primera vez en los enfrentamientos navales en los que se disparaban chorros del líquido ardiendo bajo presión sobre los barcos enemigos. Los barcos que solían transportar fuego griego eran del tipo dromon, una embarcación rápida que también se podía impulsar a remo. El diseño exacto del arma de disparo se desconoce, excepto por que estaba hecho de tubos de bronce e incluía un sifón y una boquilla abatible. El aparato debía de ser complejo; un ejército búlgaro capturó una vez uno de ellos junto con el combustible necesario, pero no logró llegar a utilizarlo. Un manuscrito iluminado del siglo XII d.C., el Skylitzes Matriensis, contiene una ilustración de uno de los barcos de Miguel II (que reinó de 820-829 d.C.) disparando fuego griego de un tubo largo a un barco de Tomás el Eslavo durante el asedio de Constantinopla en 821-822 d.C. En 2006 d.C. John Haldon construyó una réplica a tamaño natural basándose en partes reconstruidas y en petróleo de Crimea. El proyecto fue un éxito, y lograron disparar llamas intensas a 10-15 metros de distancia capaces de incinerar cualquier cosa en segundos.

El efecto dramático del fuego griego y el método de rociado, según el historiador bizantino del siglo VI Teófanes, "causaba auténtico pavor en los enemigos" (Bagnall, 2984). Prácticamente cualquier cosa que tocara el líquido se incendiaba inmediatamente: la jarcia, las velas, los hombres e incluso el casco. Lo peor era que no había manera de apagar las llamas, ya que el agua no surtía efecto alguno. Una cualidad peculiar que hacía que el arma fuera aún más chocante era que ardía especialmente bien en el agua. No había mucho que hacer para defenderse de ello: se intentaron métodos como cubrir el barco con pieles mojadas, mantener una distancia de seguridad o atacar durante las tormentas, pero nada de ello tuvo gran efecto.

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Los griegos empezaron a arrojar el fuego por todas partes y los rusos, al ver las llamas se arrojaban por la borda, ya que preferían ahogarse en el agua a morir quemados.

(Liutprand de Cremona, Antapodosis, describiendo una batalla bizantina en 941 d.C.)

Victorias vitales

Esta arma casi mágica fue muy necesaria durante la segunda mitad del siglo VII d.C. El mundo árabe estaba haciéndose con grandes pedazos del Mediterráneo cristiano y su flota parecía invencible. Los musulmanes conquistaron Sicilia, Tarso, grandes áreas de África del Norte e incluso la poderosa fortaleza de Rodas. Después pusieron la vista en el corazón mismo del Imperio bizantino: la propia Constantinopla. Los barcos árabes formaron tres flotas, capturaron una isla frente a la capital y después se asentaron y asediaron la ciudad durante cuatro largos años. Los bizantinos necesitaban un milagro de Dios, que parecía haberlos olvidado. Y, sin duda, encontraron lo que necesitaban en el fuego griego. Al salir a enfrentarse a la flota árabe con sus barcos que escupían llamas, consiguieron aplastar al enemigo. Volvieron a repetir el truco contra otra flota árabe unas décadas más tarde en 718 d.C., esta vez tras sufrir un bloqueo de un año.

Resulta imposible exagerar la importancia del fuego griego en la historia bizantina. (J. J. Norwich, 176)

Greek Fire Grenades
Granadas de fuego griego
Badseed (CC BY-SA)

Una y otra vez los gobernantes bizantinos usaron el fuego griego con efectos devastadores en la guerra naval, de entre los que destacan Romanos I (que reinó de 919-944 d.C.) en 941 d.C. y Constantino IX (que reinó de 1042-1055 d.C.) un siglo más tarde, ambos contra flotas rusas atacantes. Juan I Tzimisces (que reinó de 969-976 d.C.) usó el fuego griego en un ataque por tierra en 972 d.C. cuando se abrió camino a Preslavia, la capital búlgara que habían capturado los rusos, y así pudo liberar al rey búlgaro. En 988-9 d.C. Basilio II (que reinó de 976-1025 d.C.) combinó el fuego griego con su magnífico ejército de vikingos para formar una fuerza devastadora, la Guardia varega, y aplastar por completo la rebelión del usurpador Bardas Focas. Los éxitos militares del Imperio bizantino y en particular la convicción de que Constantinopla era "la ciudad protegida por Dios", se debían por tanto en gran medida a la invención letal de Kallinikos.

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Adaptaciones y declive

Con el tiempo se alcanzó todo el potencial del fuego griego al adaptarlo para su uso en guerra por tierra. Se crearon bombas portátiles para poder disparar las llamas tanto desde una fortificación como contra ella. Otras innovaciones consistieron en llenar granadas de arcilla con el líquido o empapar fardos de tela y catapultarlos contra las filas enemigas. Sin embargo, su uso más devastador siguió siendo en la guerra naval, donde también se usó en barcos flamígeros no tripulados enviados con el viento a favor al centro de la flota enemiga, una táctica confirmada en el asedio de Constantinopla de 1204 d.C. Por razones desconocidas, el uso del fuego griego no está documentado desde la cuarta cruzada (1202-1204 d.C.) en adelante, pero durante muchos siglos fue el arma más importante de la guerra mundial y un elemento crucial de la defensa del Imperio bizantino.

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Sobre el traductor

Rosa Baranda
Traductora de inglés y francés a español. Muy interesada en la historia, especialmente en la antigua Grecia y Egipto. Actualmente trabaja escribiendo subtítulos para clases en línea y traduciendo textos de historia y filosofía, entre otras cosas.

Sobre el autor

Mark Cartwright
Mark es un autor, investigador, historiador y editor de tiempo completo. Se interesa, en especial, por el arte y la arquitectura, así como por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones de World History Encyclopedia.

Cita este trabajo

Estilo APA

Cartwright, M. (2017, noviembre 14). Fuego griego [Greek Fire]. (R. Baranda, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-16532/fuego-griego/

Estilo Chicago

Cartwright, Mark. "Fuego griego." Traducido por Rosa Baranda. World History Encyclopedia. Última modificación noviembre 14, 2017. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-16532/fuego-griego/.

Estilo MLA

Cartwright, Mark. "Fuego griego." Traducido por Rosa Baranda. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 14 nov 2017. Web. 20 nov 2024.

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