La Teogonía es un poema didáctico e instructivo del siglo VIII a. C., atribuido al poeta griego Hesíodo. La Teogonía, al principio, no estaba realmente escrita, más bien, era parte de una rica tradición oral que solo alcanzó la forma escrita décadas más tarde. La Teogonía traza la historia del mundo desde su creación a través de la batalla entre los Olímpicos y los Titanes hasta la ascensión de Zeus como el gobernante absoluto de todos los dioses olímpicos; con el ascenso de Zeus a la supremacía y el nacimiento de sus muchos hijos, el poema termina pero no aborda las continuas luchas entre la humanidad y los dioses. Mucho de lo que se conoce hoy sobre la mitología griega primitiva proviene de la obra de Hesíodo y de otro gran poeta griego, Homero. En conjunto,las obras de ambos serían una gran influencia en la literatura y el drama griegos posteriores, y en la mitología romana, especialmente a través de las épicas Metamorfosis de Ovidio.
Autoría
La Teogonía (del griego theogonia, que significa "las generaciones de los dioses") es un poema épico de 1.022 líneas de hexámetro que describe el nacimiento de los dioses en el panteón griego. Se cree que fue compuesto alrededor del 700 a. C. (más o menos una generación a cada extremo de esa fecha). Poco se sabe de la vida de Hesíodo, su padre emigró de Cime en Asia Menor y se estableció en Beocia, un pequeño estado en el centro de Grecia. Se asume que el poeta fue agricultor; un hecho extraído de los primeros versos de la Teogonía. También pudo haber sido un rapsodista, un recitador de poesía, de donde aprendió la técnica y el vocabulario de canciones heroicas.
Aunque hay quienes se preguntan si realmente Hesiodo escribió la Teogonía, la mayoría de los clasicistas creen que sí. Sin embargo, algunas partes de la obra pueden haber sido agregadas por poetas posteriores y además hay una similitud concreta en algunos aspectos con la literatura mesopotámica anterior. La historiadora Dorothea Wender cree que la Teogonía fue una obra anterior a Trabajos y Días, la otra obra atribuida a Hesíodo y considera que este último es un trabajo superior, ya que la Teogonía al parecer estaría sin pulir y el autor podría haber tenido dificultades con la composición escrita.
Wender critica a Hesíodo por no discutir el destronamiento de Crono y su interminable mención de "deidades sin color". Además, el Zeus de Hesíodo es demasiado invencible. No hay suspenso. "Homero obtiene más emoción de una carrera a pie que Hesíodo de una guerra a gran escala en el cielo" (18). Sin embargo, para Wender, el poema es de interés histórico. Ciertamente, la Teogonía fue influyente; el historiador Norman Cantor en su texto Antigüedad escribió que los griegos adoptaron de Hesiodo y Homero la noción de los dioses y
se desarrolló una religión griega distintiva. Esta religión fue siempre compleja y nunca consistente en todos sus detalles; aún así, su visión del hombre y del mundo se encuentra en el centro de la cultura griega. (123)
Hesíodo fue influyente en la literatura y la filosofía griegas clásicas; su historia de Prometeo, por ejemplo, inspiró a dramaturgos como Esquilo (c. 525 - c. 456 a. C.). Su estilo poético fue muy imitado, particularmente en las épocas helenística y romana - tanto en la República como en la Roma imperial - cuando las obras de Hesíodo se siguieron recitando y musicalizando. El gran escritor romano Ovidio (43 a. C. - 17 d. C.) utilizaría muchos de los temas de la Teogonía en sus Metamorfosis.
Homero contra Hesiodo
En la introducción a su traducción de la Teogonía, Wender comparó a los dioses de Homero con los de Hesíodo. Aunque los Olímpicos de Homero pueden no haber sido admirables éticamente - mentían, engañaban y robaban - aún así eran civilizados. Homero borró sus pecados al no mencionar ningún "comportamiento primitivo" en ellos. Sin embargo, Hesíodo no hizo ningún esfuerzo por "blanquear el pasado mitológico en términos de los estándares modernos, con una excepción. Zeus, el héroe del poema, cuya omnisciencia, poder y justicia se destacan en cada oportunidad " (17). Las epopeyas de Homero fueron escritas para una audiencia de clase alta, mientras que las obras de Hesíodo eran más del ámbito popular. Además, "... Hesíodo ha permitido que su mundo de dioses primitivos y fuerzas caóticas permanezca primitivo y caótico" (17).
Himno a las Musas
En las primeras líneas del poema, Hesíodo da crédito a las nueve Musas, que acudieron a él mientras cuidaba de sus ovejas, por haberle enseñado a cantar. Hablando de sí mismo en tercera persona, Hesíodo escribió:
Las Musas una vez enseñaron a Hesíodo a cantar dulces canciones, mientras pastoreaba sus corderos en el santo Helicón; las diosas olímpicas, hijas de Zeus portador de la égida, primero dirigieron estas palabras: 'Ustedes pastores rústicos, vergonzosos seres, sabemos decir muchas mentiras semejantes a verdades, pero sabemos, cuando lo deseamos, cantar verdades (23-24)
Por lo tanto, Hesíodo agrega que, si bien el hombre sabe lo suficiente para inventar mentiras convincentes, también tiene la habilidad de decir la verdad cuando es necesario. Las Musas le dieron un bastón de un laurel en flor y
soplaron una voz sagrada en mi boca para celebrar lo que vendrá y las cosas que fueron antes. (24)
Las Musas le instruyeron que hablara de aquellos que "vivirán para siempre". Hesíodo, así, rindió homenaje a los dioses con un himno a las nueve Musas que le habían contado al poeta sobre los tiempos pasados. Fue el tiempo antes de los días de Zeus cuando la tierra nació del Caos. Las Musas hablaron del ascenso de su padre Zeus al trono en el Monte Olimpo después de la derrota de su propio padre, Crono (Krónos):
Empezamos entonces, con las Musas, que deleitan con su canto el poderoso corazón del padre Zeus dentro del Olimpo, cantando en armonía el presente, el futuro y el pasado. El dulce sonido fluye de las bocas que nunca se cansan; las salas del resonante padre Zeus, brillan de alegría cuando la voz pura de las diosas se esparce. (24)
Hesíodo continúa escuchando cómo las Musas celebraban tanto a la "raza augusta de los dioses primogénitos" como a Zeus, el padre de los dioses y de los hombres. Le cuentan cómo Zeus finalmente derrotó a Crono y dividió el poder entre los otros dioses, especialmente con sus hermanos Poseidón y Hades. Hesíodo cuenta cómo Zeus se convirtió en el supremo,
porque había derrotado a su padre, Crono, por la fuerza y ahora dividido el poder entre los dioses, con justicia, le dio el rango apropiado a cada uno. (25)
El nacimiento de los dioses
Después del himno a las Musas, Hesíodo describe el nacimiento de los dioses. Pide a las Musas que "me den una dulce canción" para contar
como los dioses y la tierra surgieron al principio y los ríos y el infinito e hinchado mar y las estrellas brillantes, y el ancho cielo arriba y como los dioses repartieron sus riquezas y cómo compartieron sus honores, como ellos primero conquistaron el Olimpo y sus múltiples pliegues. (26)
Hablaron del Caos y de cómo del Caos venía el día y la noche. Del Caos vino también la Tierra (Gaia) que dio a luz al Cielo (Ouranos), así como a otros hijos, incluidos Eros (Deseo), Tártaro (Inframundo), Érebo (Oscuridad) y Nix (Noche). De Nix vendrían el Destino, Oniros (los sueños), Discordia (Eris), Lamento e Hipnos (el sueño).
Además del Destino, Hesíodo también habla de cómo Nix también dio a luz a las despiadadas Moiras,
que llevan la cuenta de los pecados de los hombres y los dioses, con una rabia terrible e incesante hasta que le dan su castigo al pecador. (30)
Sin embargo, del "matrimonio" de la Tierra y el Cielo surgió el "intrigante y retorcido Crono", enemigo de su padre. Todos los hijos de la Tierra y el Cielo, que serían conocidos como los Titanes, fueron odiados por su padre celoso desde el momento de su nacimiento. Después de que nacía cada niño, Urano escondía al bebé en las profundidades de la Tierra lejos de la luz. Sin embargo, la madre afligida tenía un plan para hacerle pagar por su malvado crimen. Una noche, cuando Urano se acercó a su esposa, apareció Crono, quien tomó una hoz de hoja larga (que le dio su madre) y castró a su padre. La sangre que goteaba dio a luz tanto a las Erinias (Furias) como a los Gigantes. Mientras que los genitales cortados fueron arrojados al mar de donde nació Afrodita, la diosa del amor.
Aparte del ascenso de Zeus y la batalla con los Titanes, gran parte del poema se dedica al nacimiento de una variedad de deidades menores, entre ellas Proto, Eucrante, Tetis, Hipótoe y Cimatolega. Hesíodo también habla del matrimonio de Taumas y la oceánide Electra, quien dio a luz a las Arpías. Hesíodo luego habla de las Gorgonas y de Medusa,
ella que sufrió dolorosamente, sus hermanas eran inmortales, siempre jóvenes pero ella era mortal y de cabellos oscuros. (32)
Según la leyenda, Medusa moriría a manos de Perseo (otro hijo de Zeus), y cuando le cortó la cabeza,
brotaron el gran Crisaor y Pegaso el caballo, que se llama así porque su nacimiento fue cerca de los manantiales de Océano. (32)
El poeta habla del "innombrable Cerbero",
quien come carne cruda, el sabueso de Hades con voz de bronce, desvergonzado, fuerte y con cincuenta cabezas. (33)
Escribió sobre la Hidra, la Quimera y el león de Nemea que serían derrotados por el héroe Hércules, el hijo de Zeus. Luego habló del nacimiento de Hécate (Hekate), hija de Asteria y nieta de los Titanes Febe y Ceo,
quien, por encima de todos es honrada por el hijo de Crono, Zeus, quien le dio dones gloriosos: una parte de la tierra y otra del mar árido. En el cielo estrellado ella tiene su lugar y los dioses inmortales la respetan mucho. (36)
Zeus y Crono
Finalmente, Hesíodo llega al nacimiento de Zeus:
...padre de dioses y hombres cuyo trueno hace temblar la ancha tierra. (38)
Rea dio a luz a continuación a Hestia, Deméter, Hera y Hades,
quien tiene su hogar debajo de la tierra, el dios cuyo corazón es despiadado, que choca ruidosamente y sacude la tierra. (38)
Sin embargo, Crono agarró a cada niño y se lo tragó, excepto por supuesto, a Zeus, quien fue sustraído por su madre para criarlo en secreto en la isla de Creta. Crono había sabido por la Tierra y el Cielo que su destino iba a ser derrocado por uno de los suyos. Él creía que nadie debería ser superior a los dioses excepto él mismo. Después de que el futuro rey de los dioses regresara de su escondite, se levantaría contra su padre y lo castraría. Wender escribió que Hesíodo no se detuvo en el ataque de Zeus a su padre, no mencionó la castración, porque no quería que el héroe del poema demostrara falta de respeto a un padre.
Atlas y Prometeo
Posteriormente, el poeta presenta a otras figuras notables de la mitología griega como la descendencia de los Titanes. Uno de estos, Atlas,
forzado por la dura necesidad sostiene el ancho cielo, apoyado en su cabeza y manos incansables, en los confines de la Tierra. (39)
A continuación, nació el "brillante" Prometeo. Sin embargo, Prometeo enfureció al poderoso padre de los dioses. Prometeo había tratado de engañar a Zeus robando una chispa de fuego para dárselo a la humanidad, pero Zeus no quería que esta tuviera el fuego. Por este engaño, el gran dios se vengaría, y Prometeo
fue atado por Zeus en crueles e irrompibles cadenas, encadenándolo alrededor un pilar, Zeus se levantó y puso sobre él un águila de alas largas, que vino y se comió su hígado inmortal. Pero el hígado crecía cada noche, hasta completar la cantidad que el pájaro de alas largas había comido durante el día. (40)
Hércules, hijo de Alcmena y Zeus, liberaría después a Prometeo de sus cadenas.
La primera mujer
En otro episodio importante, aunque misógino, se crea una mujer joven. Aunque no tiene nombre, Atenea la vistió con túnicas plateadas y de ella
viene toda la raza de las mujeres, la mortífera raza femenina y la tribu de esposas que conviven con hombres mortales y les hacen daño, ninguna ayuda les prestan a ellos en la horrible pobreza pero están lo suficientemente dispuestas a compartir con ellos en la riqueza. (42)
Posteriormente, la mitología griega habla de Pandora, la esposa de Epimeteo, quien abre la caja de Pandora, un acto que trajo el mal al mundo. Sin embargo, Pandora, por su nombre, no se menciona hasta la obra posterior de Hesíodo, Trabajos y Días. Hesíodo escribió que la mujer era mala para el hombre porque conspira pero si un hombre evita el matrimonio y las dificultades que trae, será miserable en su vejez porque no habrá nadie que lo cuide; y sus parientes se dividirán sus propiedades a su muerte. Sin embargo, un hombre casado con una buena esposa puede volverse tanto bueno como malo, pero vive toda su vida en un dolor eterno.
La batalla con los Titanes
Hace mucho tiempo, un celoso y envidioso Urano había atado a tres de sus hijos, los Gigantes Coto, Giges y Briareo, y
los hizo vivir bajo la tierra ancha y allí sufrieron, viviendo subterráneamente, en lo más lejos, en el borde de la gran tierra; ellos lloraron durante muchos años, con gran dolor en el corazón. (43)
Sin embargo, Zeus pudo liberarlos y se produjo una batalla entre los dioses olímpicos, ayudados por los Gigantes y algunos Titanes. La guerra entre los dioses del Olimpo y los Titanes duraría diez años.
Se unieron en odiosa batalla todos ellos, tanto hombres como mujeres. Dioses, Titanes y esos a quien engendró Crono y aquellos a quienes Zeus había sacado a la luz desde el Érebo. (45)
La batalla continuó hasta
Zeus ya no contuvo más su rabia, ahora con su corazón llenó de furia, y mostró todo el rango de su fuerza. (45)
Los Titanes fueron derrotados y enviados al Tártaro en las profundidades de la tierra. Los gigantes que Zeus había liberado y luchado junto a los Olímpicos fueron recompensados por su lealtad.
Los hijos de Zeus
El resto del poema se ocupa de Zeus y el nacimiento de sus muchos hijos. Su primera esposa fue Metis, con quien dio a luz a Atenea. Con Leto, engendró a los gemelos Apolo y Artemisa, la cazadora. De Hera, su hermana, nacieron Hebe, Ares e Ilitía. De Hera, "sin el acto del amor" nació el cojeante dios Hefesto. De Mnemósine vinieron las nueve Musas: Clío, Euterpe, Talía, Melpómene, Terpsícore, Erató, Polimnia, Urania y Calíope. Después de mencionar los muchos hijos e hijas de la descendencia de Zeus, Hesíodo termina su poema diciendo:
Estas son las diosas que yacían con los hombres y les dieron hijos que eran como los dioses. Ahora canten mujeres, Musas, las de dulce voz, hijas olímpicas de Zeus portador de la égida. (57)