Prometeo encadenado

Definición

Donald L. Wasson
por , traducido por Jorge A. Vergara
Publicado el 02 febrero 2018
Disponible en otros idiomas: inglés, persa
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Prometheus (by Patrick Rasenberg, CC BY-NC-SA)
Prometeo
Patrick Rasenberg (CC BY-NC-SA)

El dramaturgo griego Esquilo (c. 525 - c. 456 a.C.) es considerado uno de los dramaturgos más trágicos de su generación. A menudo se le denomina el "padre de la tragedia griega". Anterior a Sófocles y Eurípides, fue el más popular e influyente de todas las tragedias de su época. Esquilo fue autor de más de 90 obras; tanto tragedias como sátiros. Desafortunadamente, aparte de algunos fragmentos, solo seis obras completas han sobrevivido. Entre sus obras restantes más famosas se encuentran Los persas, Los Siete contra Tebas y Agamenón, parte de la trilogía de Orestíada. Una séptima obra superviviente Prometeo encadenado es objeto de ciertas disputas. Como parte de una trilogía junto con Prometeo liberado y Prometeo portador del fuego, fue escrita alrededor de la época de la muerte de Esquilo; sin embargo, algunos eruditos afirman que en realidad fue escrita por alguien más, posiblemente su hijo Euforión.

Esquilo, el padre de la tragedia griega

Esquilo nació en una familia aristocrática en el 520 a.C., cerca de Atenas, en la ciudad de Eleusis. Aunque interpretó y compuso algunas de sus obras en Sicilia, viviría toda su vida en Atenas. Poco se sabe de su esposa y familia; sin embargo, sus dos hijos, Euforión y Eveón eran dramaturgos. Según el clasicista E. Hamilton, era profundamente religioso pero algo radical, dejando a un lado los adornos de la religión griega tradicional. Los dioses en sus obras se ven como sombras, "cuestionando cómo un dios puede ser considerado justo cuando a la gente se le permite sufrir" (193). Por ejemplo, en Prometeo encadenado, Zeus es retratado como un tirano. Esto era exactamente lo contrario al Zeus de Hesíodo, donde es representado como un dios de justicia. Políticamente, Esquilo era un fuerte partidario de la democracia ateniense y un amante de la libertad y la justicia. Luchó contra los persas en Maratón en 490 a.C. y en Salamina en 480 a.C. No fue hasta principios de la década de 490 que comenzó a escribir, participando en su primera competencia en 499 a.C. Terminó obteniendo un total de 13 victorias absolutas, superado solo por Sófocles. Continuaría escribiendo hasta su muerte.

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Aeschylus
Esquilo
Carole Raddato (CC BY-SA)

Al igual que sus contemporáneos, sus obras se compusieron a menudo para competiciones en diversos rituales y festivales; también se presentaron en teatros al aire libre. El propósito de estas tragedias era no solo entretener sino también educar al ciudadano griego, explorar un problema político, social o ético. Junto con un coro de cantantes para explicar la acción, hubo actores que llevaban máscaras y disfraces. Al igual que con Prometeo encadenado de Esquilo y Edipo el rey de Sófocles, generalmente el público era muy consciente de la historia detrás de la obra.

De acuerdo con el traductor y editor, D. Grene, Esquilo jugó un papel importante en "desarrollar la tragedia hasta su pináculo de sofisticación dramática y poder moral" (2). Antes de Esquilo, el diálogo de una obra se veía obstaculizado por un solo actor. Con la introducción de un segundo actor, se dio más libertad a la construcción de la trama. Asimismo, la complejidad y la sutileza de las obras aumentaron. A diferencia de Sófocles y otros, Esquilo diseñó trajes, entrenó a sus coros, e incluso pudo haber actuado en algunas de sus propias obras.

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Personajes principales y el mito

El elenco de personajes de Prometo encadenado no es muy extenso:

El foco de la obra es la batalla entre el poder supremo de Zeus y la obstinada resolución de Prometeo.
  • El Titán Prometeo,
  • Hefesto,
  • Océano,
  • Ío,
  • Hermes,
  • Fuerza,
  • Violencia (no verbal),
  • y, por supuesto, el coro.

Habla de la difícil situación del dios griego Prometeo, hijo de la diosa Temis. El foco de la obra es la batalla entre el poder supremo de Zeus y la obstinada resolución de Prometeo. Prometeo tenía un defecto fatal y, por esto, sería atormentado: amaba a los humanos, y para salvarlos de la ira de Zeus, robó el fuego, incurriendo en la venganza del dios olímpico. Así que, en un ataque de ira, Zeus ordenó a Prometeo ser encadenado a un precipicio remoto donde un águila vendría cada noche a comer su hígado. A lo largo de la obra, habla con el coro sobre su difícil situación, argumentando por qué le había dado fuego a la humanidad. Él declara que a través de su don de profecía ve un futuro que traerá la caída de Zeus. Al final de la obra, Prometeo es visitado por el mensajero de los dioses, Hermes, quien le pregunta sobre el futuro que ha previsto y el destino de Zeus. Algo arrogante, Prometeo se niega a decir y, en el cierre de la obra, es víctima de la ira de Zeus.

El argumento

La obra comienza en un peñasco desolado en las montañas del Cáucaso. Un secuaz de Zeus, la Fuerza, habla a Hefesto, el dios del fuego: "Es tu trabajo, ahora, Hefesto, llevar a cabo los mandamientos que el Padre te dio, clavar este malhechor a las rocas escarpadas en cadenas inquebrantables de cadenas adamantinas" (Grene, 173). Pero Hefesto se niega y dice que no tiene el corazón para hacerlo, se disculpa con Prometeo, y le advierte que no oirá ni verá a nadie y lo quemarán los rayos del sol. Añade que nada de lo que se diga cambiará las cosas, porque "... la mente de Zeus es difícil de suavizar con la oración, y cada gobernante es duro con su gobierno nuevo" (174).

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Prometheus & Atlas
Prometeo y Atlas
Karl-Ludwig G. Poggemann (CC BY)

La Fuerza se burla de Prometeo, diciendo que los dioses cometieron un error cuando lo llamaron "Prudente". Le pregunta qué tipo de ayuda pueden ofrecer sus mortales para salvarlo ahora. Sin embargo, Prometeo se mantiene firme defendiendo lo que había hecho por la humanidad, diciendo que soportará lo que el destino le ha dado. Solo, habla en voz alta de su obsequio de fuego a la humanidad:

Cavé la fuente secreta del fuego que llenó el tallo del hinojo, que cuando se reveló se convirtió en el maestro de cada oficio para los hombres, un gran recurso. (178)

Este fue el crimen por el cual está siendo castigado. Hablando al coro, se lamenta, preguntándose por qué no había sido arrojado al Hades. Atado al risco, ahora es el juguete de los vientos. Sus enemigos podrán reírse de su sufrimiento. Sin embargo, grita que Zeus es salvaje y mantiene la justicia de acuerdo a sus propios estándares. Sin embargo, en el fondo, Prometeo sabe que Zeus un día será quebrantado y vendrá a él.

El coro amonesta a Prometeo, diciendo que habla con demasiada libertad. Continúan, le piden a Prometeo que cuente la historia detrás del castigo de Zeus: ¿por qué debe ser castigado "tan cruelmente con tal deshonra"? El Titán habla de cómo había seguido el consejo de su madre y ayudó a Zeus a derrocar a sus compañeros Titanes; sin embargo, después de ascender al trono, Zeus otorgó a cada dios "varios privilegios" pero a la humanidad no dio nada, con la intención de borrarlos.

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Rescaté a los hombres de la destrucción que los habría llevado a la casa de Hades y por lo tanto soy torturado en esta roca. (183)

Había sentido lástima por los mortales, pero no encontró nada para sí mismo. El líder del coro responde que su propio corazón ahora estaba dolido. Montado en un monstruo marino, el dios Océano mira la difícil situación de Prometeo, contando cómo compartía los dolores del dios y se preguntaba cómo podría ser de ayuda. Con cierta actitud defensiva, Prometeo se pregunta si estaba allí para mirar su desgracia u ofrecer piedad. Océano le ruega que guarde silencio, porque si sigue hablando, Zeus escuchará y traerá más dolor. Él le ruega que "...renuncie a su estado de ánimo enojado y busque formas de liberarse de estos problemas." (187) Océano dice que hará una súplica a Zeus para liberar a Prometeo de su tormento, pero Prometeo responde y le dice que no se moleste. Agrega que solo porque tiene mala suerte no quiere que nadie más la tenga. Dice que su corazón ya estaba dolorido. Prometeo relata la difícil situación de su hermano Atlas, que sostiene la tierra sobre sus hombros. Le dice a Océano que soportará el dolor que Zeus le ha dado hasta que la "mente de Zeus se aliviará de la ira." Le advierte a Océano que tenga cuidado y que hablar con Zeus sería inútil. Con eso, Océano se retira.

Prometeo se dirige al coro y habla de su bondad hacia los mortales. Los había encontrado sin sentido y los había hecho inteligentes, "maestros de sus propias mentes." Tenían ojos pero no veían ningún propósito; tenían oídos pero no podían oír. Hablando al coro se jacta de que todas las artes humanas provenían de él.

Prometheus Creating Man
Prometeo creando al hombre
Carole Raddato (CC BY-NC-SA)

Con cuernos como un buey en la cabeza, llega Ío. Le pregunta a Prometeo si puede oír la voz de la chica de un cuerno. Prometeo la saluda y relata cómo el deseo de Zeus por ella le hizo convertirla en una vaca para evitar la ira de su esposa, Hera. Ahora está atormentada por un tábano interminable enviado por Hera para castigarla. Ella le pregunta por qué está siendo castigado. Él responde que ya terminó de contar esa historia. En pocas palabras, él es el dador de fuego para el hombre. En lugar de hablar de su propio dilema, le pregunta sobre su difícil situación. Ella responde:

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¿Por qué no me lanzo a uno de este peñasco para golpear el suelo y encontrar la liberación de todos mis problemas? (202)

Prometeo le informa que será liberado de su propio problema cuando Zeus caiga del poder. Ío le pregunta cómo sucederá esto. Prometeo responde que Zeus hará un matrimonio del que se arrepentirá. Su esposa (no será Hera) tendrá un hijo que será más poderoso que su padre. Y, esta persona será un descendiente de Ío. Prometeo le da instrucciones: ella debe ir a Egipto donde Zeus restaurará su mente y la tocará con una mano que "no te brindará temor." En las generaciones futuras, un descendiente de ese niño derrocará a su padre, Zeus. Al coro, Prometeo habla:

Sin embargo, este Zeus, por toda su arrogancia, será humilde, tal es el encuentro que planea, una unión que lo expulsará de su poder y de su trono... (209)

Después de que Ío se retira, Prometeo declara en voz alta que solo él puede decirle a Zeus cómo evitar su destino. Prometeo no estaría solo por mucho tiempo. Se le une el mensajero de los dioses, Hermes. Zeus se ha enterado de la profecía, pero cuando Hermes pregunta, Prometeo se niega a hablar de ella. Hermes le dice a Prometeo que su actitud es lo que lo llevó a su condición actual. Prometeo dice que no hay nada que Zeus puede hacer para cambiar de opinión hasta que "estos grilletes atroces se han soltado". Hermes informa a Prometeo de la maldición de Zeus sobre él: que un águila venga cada noche a comer su hígado. Hermes añade que el orgulloso Prometeo debe prestar atención a la advertencia y no culpar a Zeus, sino a sí mismo por lo que el futuro puede traer. Cuando Hermes se va, hay truenos y relámpagos en el fondo. Prometeo termina la obra diciendo:

Tal es la tormenta que viene contra mí claramente de Zeus para obrar sus sufrimientos . Oh Santa Madre, oh Cielo que dando vueltas trae luz a todos, ves cuán injustamente sufro. (216)

Legado

Pocos dudarían de que Esquilo tuviera un profundo efecto en la tragedia griega como forma de arte. Fue el trágico más influyente e innovador de su generación. Antes de él, las obras eran limitadas; con solo un actor y el coro, la interacción entre los personajes era imposible. Esto limitaba la conversación, con un actor hablando solo al coro. Con la adición de un segundo actor por Esquilo, la conversación entre los artistas ahora fue posible. Este importante cambio permitió un aumento de la tensión dramática y el desarrollo de la trama. Después de su muerte, su hijo, el dramaturgo Euforión, repitió muchas de sus obras. Los atenienses respetaron tanto su obra que aprobaron un decreto especial que permitía que sus obras se representaran anualmente en rituales y festivales. Según Grene, intelectuales de los siglos XVIII y XIX e. c, redescubrieron a Esquilo. Se prestó atención a su cuestionamiento religioso y a la presentación de problemas morales y políticos, sus obras son a menudo vistas como la base del drama occidental.

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Bibliografía

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Sobre el traductor

Jorge A. Vergara
Jorge es profesor de inglés independiente, estudiante de gramática y etimología inglesa. Diplomado IDELT Bridge y Asesor de Gramática Inglesa de Bridge. Actualmente estudia traducción profesional inglés-español en la Escuela Americana de Traductores e Intérpretes.

Sobre el autor

Donald L. Wasson
Donald impartió clases de Historia de la Antigüedad, de la Edad Media y de los Estados Unidos, en el Lincoln College (Normal, Illinois) y desde que comenzó a estudiar sobre Alejandro Magno, siempre ha sido y será un estudiante de historia. Le ilusióna transmitir conocimientos a sus alumnos.

Cita este trabajo

Estilo APA

Wasson, D. L. (2018, febrero 02). Prometeo encadenado [Prometheus Bound]. (J. A. Vergara, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-16758/prometeo-encadenado/

Estilo Chicago

Wasson, Donald L.. "Prometeo encadenado." Traducido por Jorge A. Vergara. World History Encyclopedia. Última modificación febrero 02, 2018. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-16758/prometeo-encadenado/.

Estilo MLA

Wasson, Donald L.. "Prometeo encadenado." Traducido por Jorge A. Vergara. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 02 feb 2018. Web. 20 nov 2024.

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