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Sir William Wallace (en torno a 1270-1305) fue un caballero escocés y un héroe nacional que luchó para independizar a Escocia de Inglaterra. Wallace llevó a los escoceses a una espectacular victoria contra una fuerza mayor de ingleses en la batalla del puente de Stirling en septiembre de 1297.
El rey inglés Eduardo I de Inglaterra (que reinó de 1272 a 1307) tenía la intención de vengarse y de conquistar Escocia, pero la victoria que consiguió en Falkirk contra Wallace en 1298 no fue suficiente para dominar a los escoceses. Wallace fue capturado en Glasgow y juzgado por traición en Londres en 1305. Como era de esperar, lo hallaron culpable y le dieron la peor sentencia posible: ser ahorcado, arrastrado y descuartizado. Entonces William Wallace se convirtió en un mártir, la definición de un patriota heroico, y el tema de miles de leyendas, baladas y poemas. No vivió para verlo, pero Escocia si logró independizarse bajo el mando de Roberto I de Escocia (que reinó de 1306 a 1329).
William Wallace nació en el seno de una familia de terratenientes en el sudoeste de Escocia alrededor del año 1270. Su padre fue un caballero, un noble menor, y vasallo de James Stewart, el quinto gran senescal de Escocia. Se dice que nació en Elderslie cerca de Paisley en Renfrenwshire o en Elderslie en Ayrshire. Por lo general a Wallace se lo retrataba de plebeyo en las fuentes medievales posteriores, o incluso de ladrón o forajido en las biografías posteriores a su muerte, pero es probable que eso se deba a que los escritores escoceses deseaban mostrarlo como a un “hombre del pueblo” y los escritores ingleses como a un enemigo innoble. Técnicamente, Wallace era un forajido para los ingleses porque su familia no había firmado su nombre en la “Ragman Rolls”, lista compilada en el verano de 1296 en la que aparecen todos los arrendatarios escoceses que habían jurado lealtad a la corona inglesa. Hasta donde sabemos, William Wallace nunca se casó ni tuvo hijos.
Eduardo I y la Gran Causa
El primer ataque notorio de William Wallace fue en Lanark, Escocia, en 1297, cuando mataron al comisario inglés.
Conocido por su temperamento y la confianza que se tenía, Eduardo I de Inglaterra tenía el apodo de “el Zanquilargo”, a causa de su altura: más de 1.90 m (6 pies y 2 pulgadas), una estatura bastante inusual para el periodo histórico. El rey inglés ya estaba curtido en campañas militares. Había participado en la novena cruzada (1271-1272), ayudado a derrotar a los barones ingleses rebeldes que habían complotado contra su padre y ganado fama luchando en Gales. Fue entonces cuando Eduardo puso a Escocia en la mira. El preludio a las acciones militares de Eduardo fue la expulsión de todos los judíos de su reino en 1287 para confiscar sus propiedades, lo que incrementó los fondos para la guerra. Luego, hacia finales de 1290, el rey inglés tuvo una oportunidad imperdible: una crisis de sucesión en Escocia.
Le pidieron a Eduardo que decidiera quién sucedería a Alejandro III de Escocia (que reinó entre 1249 y 1286). Alejandro había muerto sin tener hijos y la única opción que quedaba era su nieta, Margarita, también conocida como “la doncella de Noruega” (nacida en 1283). Lamentablemente, Margarita murió durante el viaje a Escocia en septiembre de 1290. El linaje real de Canmore había llegado a su fin y los nobles escoceses se peleaban por el trono. Como no podían tomar una decisión, le pidieron a Eduardo que eligiera al mejor candidato, pero en noviembre de 1292 el rey inglés no hizo más que elegir para el trono a alguien que pudiera manipular: Juan de Baliol (que reinó entre 1292 y 1296). La regencia de Baliol resultó ser tan débil e ineficiente que los nobles empezaron a unirse a la familia de los Bruce como alternativa, la que en ese entonces era liderada por Robert Bruce (nacido en 1210), abuelo de su homónimo más conocido.
La balada Los actos y proezas de Sir William Wallace, caballero de Elderslie fue la inspiración para la película Corazón valiente (Braveheart).
La rebelión estaba a punto de estallar a causa no solo de la incompetencia de Juan de Baliol, sino también por los desmedidos impuestos que Eduardo había forzado sobre los escoceses con el fin de financiar su campaña militar en Francia, donde Gascuña estaba en serios problemas. En 1295, las ambiciones de Eduardo sufrieron un duro golpe cuando Escocia se alió formalmente con Francia, primer movimiento en lo que se conoció como la Alianza antigua (Auld Alliance), y Baliol se sintió con seguridad para renunciar su lealtad al trono inglés. La familia rival, los Bruce, no apoyaron la rebelión ni la decisión de Baliol.
Para retomar el control de Escocia, Eduardo lideró un ejército en persona y se dirigió hacia Berwick en marzo de 1296 donde masacró a 11.060 de los residentes del pueblo, según lo relatado por el cronista Walter de Guisborough en el siglo xiv. Eduardo contó con el apoyo de los Bruce, y derrotaron a Baliol en la batalla de Dunbar en abril de 1296; el rey escocés se rindió, le quitaron la corona y lo mantuvieron cautivo en la Torre de Londres. Se eligió a tres barones ingleses para que reinaran Escocia; Eduardo incluso robó la Piedra de Scone (también conocida como la Piedra del Destino), que era un símbolo de la monarquía escocesa, y la reubicó en la abadía de Westminster. La monarquía escocesa había llegado a su fin, o por lo menos eso pensó Eduardo. Fue durante ese caótico estado de guerra, rebelión y de un trono vacío cuando William Wallace apareció por primera vez.
Primeras campañas militares
En mayo de 1297, La primera incursión importante de Wallace fue en Lanark, Escocia, donde atacó con unos treinta hombres. Se dice en leyendas posteriores que la incursión fue en venganza por el ataque que sufrió la amante de Wallace, Marion, y por el asesinato de un grupo de nobles escoceses a manos de soldados ingleses. El comisario inglés en Lanark, William Heselrig, murió en el ataque. Hubo otras incursiones exitosas en Scone y en varias de las guarniciones inglesas entre los ríos Forth y Tay antes de que Wallace y sus hombres se retiraran a la seguridad de las Tierras Altas.
La batalla del Puente de Stirling
En septiembre de 1297, tomó lugar el triunfo más importante de William Wallace cuando derrotó a un ejército inglés en la batalla del puente de Stirling, cerca del castillo de Stirling, en Escocia central. El Earl de Surrey, John de Warenne, lideraba el ejército inglés, que incluía por lo menos trescientas unidades de caballería pesada y era mucho más numeroso que las fuerzas escocesas. Wallace lideraba las fuerzas escocesas junto a sir Andrew Moray de Bothwell (también conocido como Andrew Murray) que estaba lidearndo una rebelión por separado en el norte de Escocia. Durante las típicas negociaciones preliminares a la batalla, la leyenda cuenta que William declaró lo siguiente ante los representativos ingleses:
Regresad y decid a vuestro pueblo que no hemos venido en favor de la paz, sino que estamos listos para luchar, cobrar venganza y liberar a nuestro reino.
(Jones, p. 345)
Tomando ventaja del angosto puente que cruzaba el río Forth, que bloqueaba en parte el avance del ejército enemigo, Wallace atacó la vanguardia inglesa cuando se halló aislada al llegar al otro lado del río. Empujados de vuelta hacia el puente, la estructura colapsó bajo el peso de los hombres y muchos se ahogaron en el río, hundidos por el peso de las armaduras. Otros registros sobre la batalla indican que los escoceses destruyeron el puente a propósito o que fueron los ingleses para evitar que los escoceses los siguieran hasta la otra orilla. Más allá de los detalles, no había duda del resultado: una rotunda victoria escocesa. Más de cien caballeros ingleses murieron en la batalla, incluido sir Hugh de Cressingham, el tesorero de Eduardo en Escocia, a quien despedazaron en el puente de Stirling. La leyenda cuenta que se utilizó la piel de Cressingham para confeccionar sporrans y cinturones para sostener las espadas de los vencedores.
Luego, Wallace lideró incursiones en el norte de Inglaterra, atacó Northumberland y Cumberland, y montó asedios en los castillos de Alnwick y Carlisle. En 1297, Wallace confiaba tanto en el control que poseía sobre su reino que él y Moray escribieron les cartas a los comerciantes de Lübeck y de Hamburgo para informarles de que era seguro reanudar el comercio internacional con Escocia. En marzo de 1298, nombraron a Wallace caballero, probablemente de la mano de Roberto de Bruce, Earl de Carrick y el futuro rey de escocia. Además, se nombró a Wallace “guardián” del gobierno escocés y comandante en jefe de los ejércitos. Esos honores son una buena prueba de que Wallace no era un plebeyo, sino un hombre con excelentes conexiones entre los nobles escoceses.
La batalla de Falkirk
En 1298, Eduardo I marchó al otro lado del borde con un ejército. Wallace se había retirado cada vez más hacia el norte, con el fin de evitar una confrontación directa, mientras utilizaba tácticas de tierra quemada para que el ejército de Eduardo se tuviera que adentrar en tierras escocesas donde la falta de suministros serían un grave problema logístico. Al final los dos ejércitos se enfrentaron en la batalla de Falkirk el 22 de julio de 1298. El ejército inglés contaba con una gran cantidad de caballería y de los temidos arqueros de arco largo, que pusieron en retirada a los lanceros escoceses que se habían formado frente al bosque de Callendar en la formación típica de cuatro schiltrons (una formación parecida a un puercoespín, pero con lanzas por púas en vez de espinas). Eduardo había ordenado a sus tropas a que atacaran por dos lados y obligaron a la pequeña fuerza de caballería escocesa a que se retiraran en un estado de pánico. Luego, los arqueros y ballesteros diezmaron los schiltrons con precisos y mortíferos flechazos. Murieron cerca de 20.000 escoceces, en comparación con los 2.000 ingleses. Cabe destacar que la mayoría de los nobles escoceses sobrevivieron para luchar otro día. Wallace también se escapó de los vencedores, pero la vergüenza de la derrota lo obligo a resignar a su papel como guardián de Escocia.
No son muy precisos los registros que documentan los eventos de los años posteriores. Con el trono vacío, se estableció un concejo regente cuyos miembros eran Wallace, John Comyn y el obispo Lamberton. En un principio Roberto I Bruce no estaba a favor del concejo. En parte se debía a que la familia Bruce había sido rival de la familia Comyn por mucho tiempo, quienes apoyaban a los Baliol. Por otro lado, Bruce tampoco apoyaba al rey inglés por completo, por lo que parece que se había mantenido al margen hasta tener una mejor idea de cuál sería el resultado de lo que se conocería como la primera guerra de independencia. Luego de la batalla de Falkirk y la renuncia de Wallace como guardián, los Bruce y los Comyn pusieron sus diferencias a un lado por un tiempo y lideraron el concejo regente.
En varias ocasiones Roberto I Bruce demostró con claridad que estaba del lado de los escoceses y tomó parte, por ejemplo, en el ataque contra el castillo de Ayr, que estaba en manos inglesas. Sin embargo, en 1302 Roberto se casó con Elizabeth, hija de un aliado de Eduardo I, y esto sumado al hecho de que liberaron a Juan de Baliol de la Torre de Londres significó que Roberto estaba del lado de los ingleses una vez más, en caso de que los aliados escoceses de Baliol lograran restablecer al exrey. Bruce codiciaba el trono para sí mismo.
En 1300, 1301 y 1303, Eduardo envió más ejércitos a Escocia, recuperando el castillo de Stirling en el proceso, por lo que la situación de Escocia y quién ocuparía el trono seguía siendo bastante complicada. Luego del desastre de Falkirk, los nobles escoceses se aplicaron a evitar una confrontación directa con los ejércitos ingleses. Sin embargo, la vida de Eduardo el rey guerrero inglés estaba llegando al final de su larga y activa carrera, lo que permitió a Escocia hacer tiempo.
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En el ínterin, Wallace desapareció de la vida pública, y aunque era un hombre buscado, logró evadir ser capturado hasta 1305. Algunos registran que pasó ese tiempo de fugitivo como un soldado de guerrilla que tenía una base en alguna parte de las Tierras Altas, mientras que otras fuentes indican que se escapó a Francia en el barco del pirata Richard Longoville; es posible que Wallace estuviera buscando apoyo financiero y militar de los franceses para continuar la guerra de independencia. Otra historia aún más increíble es la del héroe escoces es que logró llegar a Roma donde suplicó al papa para que lo ayudara en su batalla contra los ingleses.
Captura y ejecución
El 5 de agosto de 1305, Atraparon a Wallace en Glasgow a causa de unos amigos traicioneros según lo que indican algunos cronistas medievales. Arrastraron al hombre más buscado en Escocia hasta Londres para que se lo juzgara como traidor a la corona en el Salón de Westminster. Se dice que a Wallace le pusieron una corona de hojas de roble para indicar su baja condición de forajido. Los cargos formales contra Wallace fueron promover la alianza de Escocia con Francia, enemigo de los ingleses; matar hombres, mujeres y niños inocentes, incluidos clérigos durante sus incursiones en el norte de Inglaterra, y dirigir ejércitos contra la corona inglesa.
El escocés rechazó los cargos contra él y declaró que solo le debía lealtad a su propio rey, el depuesto Juan de Baliol. Como era de esperar, hallaron a Wallace culpable de traición; el 23 de agosto Wallace sufrió la pena de muerte más espantosa que podía imponer una corte inglesa: ser ahorcado, arrastrado y descuartizado. Primero, desnudaron a Wallace y un caballo lo arrastró de los tobillos por las calles de Londres. Una vez llegaron a Smithfield, lo colgaron, pero aflojaron el nudo poco antes de que muriera. Lo acostaron sobre una tabla y le arrancaron los intestinos, luego lo decapitaron y cortaron su cuerpo en cuatro partes. Colocaron la cabeza de Wallace en el Puente de Londres a modo de advertencia y se enviaron las otras cuatro partes de su cuerpo para ser expuestas en Aberdeen, Berwick, Newcastle y Stirling, el sitio de su gran victoria.
Por otra parte, Roberto I Bruce empezaba a dudar si valía la pena apoyar la corona inglesa porque no parecía muy probable que Eduardo lo hiciera rey de Escocia. A lo largo del año siguiente, realizó un trabajo constante, y probablemente en secreto, para ganar aliados entre los barones escoceses clave y tiempo después se declaró rey en marzo de 1306 (reinaría hasta el 1329). Para fortuna de Roberto y los escoceses, el sucesor de Eduardo I, su hijo Eduardo II de Inglaterra (que reinó entre 1307 y 1327), no era hábil en materia militar. Luego de ganar una gran victoria en Bannockburn en junio de 1314, Roberto logró deshacerse de los invasores ingleses y eliminar uno por uno los castillos sobre suelo escocés.
Legado
William Wallace ya no estaba, pero no lo habían olvidado y su leyenda creció gracias a épicas y a baladas en sumo idealizadas, como Los actos y proezas de Sir William Wallace, caballero de Elderslie, escrita por Henry the Minstrel (Henry el trovador, también conocido como Blind Harry) alrededor de 1470. La balada sirvió de esqueleto para la película Corazón valiente (Braveheart) de 1995. En el siglo XVI, se escribió la History of William Wallace (La historia de William Wallace). En la década de 1860, se erigió un monumento de estilo gótico en Stirling para conmemorar los logros de Wallace. La impresionante torre es de 67 metros (220 pies) y sigue en pie. Finalmente, bellas estatuas de William Wallace y Roberto I Bruce, quienes siguen siendo dos de los mayores héroes marciales de la historia escocesa, se hallan a los lados de la casa del guarda del castillo de Edimburgo, que todavía hoy es el símbolo representante del reino por el que habían luchado con tanto ahínco para mantenerlo libre del control extranjero.
Soy traductor técnico-científico y literario de inglés a español, aficionado a la Historia desde muy pequeño. La posibilidad de combinar las dos disciplinas me parece una oportunidad imperdible e invaluable.
Mark es un autor, investigador, historiador y editor de tiempo completo. Se interesa, en especial, por el arte y la arquitectura, así como por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones de World History Encyclopedia.
Cartwright, M. (2021, abril 19). William Wallace [William Wallace].
(N. Cavaliere, Traductor). World History Encyclopedia. Obtenido de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-16984/william-wallace/
Al estilo de Chicago
Cartwright, Mark. "William Wallace."
Traducido por Nicolás Cavaliere. World History Encyclopedia. Última modificación abril 19, 2021.
https://www.worldhistory.org/trans/es/1-16984/william-wallace/.
Estilo MLA
Cartwright, Mark. "William Wallace."
Traducido por Nicolás Cavaliere. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 19 abr 2021. Web. 24 dic 2024.
Licencia y copyright
Escrito por Mark Cartwright, publicado el 19 abril 2021. El titular del copyright ha publicado este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Tenga en cuenta que los contenidos enlazados desde esta página pueden tener condiciones de licencia diferentes.