La Nobilísima Orden de la Jarretera es la orden de caballería más importante de Gran Bretaña y la más exclusiva, ya que solo cuenta con 24 miembros de pleno derecho junto con el monarca y el Príncipe de Gales. Esta orden de caballería, fundada por Eduardo III de Inglaterra en 1348 d.C. fue una de las primeras en una tendencia que fue en aumento entre gobernantes y caballeros de la nobleza para diferenciarse del creciente número de caballeros de finales de la época medieval. La orden se reúne cada año en la capilla de San Jorge en el castillo de Windsor, y en esa ocasión tiene lugar la magnífica procesión de miembros y sirvientes vestidos de gala que mantiene las tradiciones de pompa y boato por las que es famosa la Edad Media.
Origen
La Orden de la Jarretera fue creada por el monarca inglés Eduardo III (que reinó de 1327-1377 d.C.) alrededor de 1348, y se dedicó a la Virgen María y a San Jorge. El rey seguía con ganas de celebración después de la famosa victoria de Inglaterra contra el ejército francés, mucho mayor, en la Batalla de Crécy en agosto de 1346, y estaba deseoso de resaltar aún más la fuerza marcial del país mediante la creación de una orden de caballeros. Además, para el siglo XIV, el número de caballeros había crecido mucho de manera que las altas esferas de la nobleza empezaron a buscar la manera de diferenciarse de los demás caballeros y crear una especie de club privado. Estas hermandades de la élite también estaban diseñadas para reunir a los mejores guerreros y los conocimientos y experiencia militares más útiles, por lo que, en tiempos de guerra, la orden sería útil en la escala de mando del ejército. Por último, este tipo de órdenes seglares de caballería eran una buena manera de que el soberano se asegurara la lealtad de los mejores caballeros, que de otra manera podrían haberse unido a otra orden cuyos miembros le jurasen lealtad a la iglesia en vez de a él (los caballeros templarios, que para entonces ya no existían, son un ejemplo de este tipo de órdenes).
La Orden de la Jarretera fue la primera de este tipo de órdenes de caballería en Inglaterra, pero ya se habían formado otras en otros lugares, de entre las que destacan la Orden de la Banda formada por el rey Alfonso XI de Castilla (que reinó de 1313-1350) y la Orden de Santa Catalina de Francia, ambas fundadas en la década de 1330. Sin embargo, la pompa y boato de la Orden de la Jarretera iba más allá, y de esta surgirían muchas otras órdenes famosas tanto en Inglaterra como en otros lugares, tales como la Orden del Toisón de Oro, fundada por Felipe el Bueno, duque de Borgoña (1419-1467) en 1430.
Al igual que la legendaria Mesa redonda del rey Arturo, la orden de la Jarretera se concibió desde el principio como un club sumamente exclusivo. Sus primeros dos miembros fueron el propio Eduardo III y su hijo Eduardo, el Príncipe Negro y príncipe de Gales. Junto a estos dos había 24 caballeros, conocidos como compañeros de la Orden de la Jarretera, todos los cuales habían luchado en la batalla de Crécy. Cada uno de los miembros recibió el derecho a llevar una jarretera de color azul oscuro como símbolo de pertenencia y para indicar su nuevo rango. Se creó un escudo de armas para la nueva orden, que presentaba la bandera de San Jorge rodeada por una jarretera. Además de los caballeros había 26 sacerdotes y 26 "caballeros pobres" (ya que la fe y la caridad eran grandes ideales caballerescos) de los que se esperaba que orasen por las almas de los miembros más ilustres, aunque es verdad que recibían ropa, comida y aposentos gratis en el castillo de Windsor.
Símbolos y ropajes
No tenía mucho sentido ser miembro de un club exclusivo si no se podía presumir de ello, y hay varias teorías sobre el motivo exacto por el que se eligió una jarretera como emblema de la orden. Según algunos en realidad no es una jarretera sino un cinturón de espada, y es verdad que en muchas representaciones del escudo de la orden la jarretera tiene una hebilla. La explicación más romántica (y posterior) del origen de la jarretera tiene que ver con cierto baile en Calais, Francia. En esta fiesta, una dama, posiblemente Juana, la condesa de Salisbury, tuvo la mala suerte de perder la liga en la pista de baile. El rey Eduardo III, que estaba presente en ese baile, vio lo que había ocurrido y, muy caballerosamente, la recogió e hizo el siguiente comentario:
Honi soit, qui mal y pense
o
Vergüenza de aquel que piense mal de esto.
Estas palabras ahora aparecen en la jarretera azul del emblema de la orden, y puede que se refieran a Eduardo reprendiendo a cualquiera que llamara la atención sobre lo que había ocurrido en el baile, o es más probable que se refieran a la reivindicación de soberanía del rey sobre Francia y que sean una advertencia para cualquiera que lo dude. Los colores de la jarretera son otra conexión con Francia, ya que también son los colores reales de Francia: azul y oro. Sin embargo, en las primeras representaciones la jarretera era de color morado. La jarretera sin duda era una elección práctica, ya que un caballero con armadura la podía llevar fácilmente en el brazo. El manto o túnica de la orden, que se lleva en las ceremonias, se estableció en el siglo XV que sería de color azul con una jarretera en el hombro izquierdo. Además, se esperaba que los miembros llevaran una jarretera de verdad en la pierna izquierda por encima de la rodilla cuando representaban a la orden en ocasiones oficiales, y aún se espera hoy en día.
Al igual que con la mayoría de la ropa de gala, con el tiempo estos ropajes se hicieron aún más espléndidos. Enrique VII (que reinó de 1485-1509) añadió un collar compuesto de nudos de oro y rosas rojas rodeadas de una jarretera. Del collar de oro cuelga una representación de San Jorge a caballo matando al dragón. Hoy en día los miembros también llevan un bonete de estilo Tudor con plumas de avestruz. Para las ocasiones en las que no se lleva todo el ropaje ceremonial, como por ejemplo con un uniforme militar (véase al príncipe Guillermo, duque de Cambridge, el día de su boda en 2011) hay una estrella de la orden, introducida por Carlos I (que reinó de 1625-1649) en 1629. La estrella se puede llevar con una banda ancha que luce de hombro izquierdo a cadera derecha.
Membresía
El Rey de Armas de la Jarretera es el principal rey de armas de Gran Bretaña y el heraldo de mayor rango, responsable de todos los temas heráldicos de la Orden de la Jarretera (entre otras muchas cosas). El primero en ostentar el cargo fue Sir William Bruges a mediados del siglo XV. En las ceremonias oficiales en las que participan otros heraldos, se identifica por su insignia y su cetro de oro que lleva la bandera de San Jorge, el escudo real y una corona. El Rey de Armas de la Jarretera es el responsable de la administración de la orden, aunque el nombramiento de los miembros sigue siendo un derecho del monarca. Durante los primeros dos siglos de la historia de la orden solo se podía nombrar a personas con experiencia militar, pero incluso hoy en día gran parte de los 24 caballeros de la orden son personas que han tenido cargos importantes en las fuerzas armadas.
Los nuevos miembros reciben la investidura de la orden en el Salón del trono del Castillo de Windsor. Acompañados de dos caballeros que los patrocinan, el monarca les entrega la túnica y las insignias de miembro, y se ata una liga en la pierna izquierda del iniciado, que el Rey de Armas mantiene en su sitio mientras se lee la siguiente exhortación:
En honor de Dios Omnipotente y en memoria del santo mártir, san Jorge, ata a tu pierna, por tu reputación, esta muy noble liga. Llévala como un símbolo de la Muy Ilustrísima Orden, que nunca se olvide o se deje de lado, para que de este modo quedes advertido de ser valiente, y habiendo emprendido una guerra justa, con la que estarás comprometido, te mantengas firme, luches valientemente y venzas con éxito. (Slater, 158)
En la ceremonia medieval, los caballeros de la Jarretera tenían que jurar ciertas normas de comportamiento, como no luchar nunca en bandos opuestos, no salir nunca de Inglaterra sin el permiso del rey, y llevar siempre la liga en los torneos y en la batalla.
Aunque la membresía sigue estando limitada a 24 miembros hoy en día, hay varios extra conocidos como supernumerarios, entre los que normalmente se cuentan otros miembros de la familia real, soberanos extranjeros selectos y antiguos políticos. Las mujeres se asociaron con la orden durante la época medieval, y aunque no se consideraban miembros de pleno derecho, podían llevar la liga en el brazo izquierdo, tal y como se puede apreciar en varias efigies funerarias. La última mujer en disfrutar de tal privilegio fue la madre de Enrique VII, Margaret Beaufort (que murió en 1509). Desde entonces, tan solo los hombres podían ser miembros de cualquier tipo, excepto las reinas. A partir de 1987 la orden empezó a aceptar mujeres otra vez, esta vez con plenos derechos y conocidas como Señoras Compañeras de la Nobilísima Orden de la Jarretera. Por ejemplo, la antigua primera ministra Margaret Thatcher fue nombrada miembro.
Además de las espléndidas falas que pueden lucir los miembros de la orden, también tienen derecho a añadir las letras KG (Knight of the Garter, Caballero de la Jarretera) después de su nombre y añadir el título de "Sir" o "Lady". Otras ventajas son por ejemplo las invitaciones automáticas a algunos eventos de estado, incluidas las bodas reales. Una ventaja heráldica es tener derecho a añadir el emblema de la liga al escudo familiar (logro) y añadirle tenantes (las figuras que se sitúan a ambos lados del escudo central). El escudo de armas de un miembro, que puede que el Royal College of Arms (Colegio de Armas Real) tenga que crear si este no posee ya uno, se cuelga en la capilla de San Jorge en el Castillo de Windsor, que sería el equivalente a la sede religiosa de la orden. La bandera se cuelga sobre el puesto privado del miembro en la iglesia, que también se señala con una placa de metal con su nombre. Cuando el miembro de la orden muere, la bandera se retira pero la placa se queda permanentemente, lo que proporciona un registro interesante de los miembros anteriores.
La capilla de San Jorge acoge la gran reunión anual de la orden, que se celebra un lunes a mediados de junio. Si se va a investir a algún caballero nuevo en la orden, se celebrará un servicio matutino en el Salón del trono del castillo de Windsor. Tras la comida, habrá una procesión magnífica de todos los miembros vestidos de gala que atravesará el castillo de Windsor, desde el Salón de San Jorge hasta la capilla. Este despliegue de pompa medieval solo es comparable con otras celebraciones reales tales como la coronación, y es un ejemplo magnífico de la continuidad de las tradiciones medievales en Gran Bretaña.