Querubín

Definición

Rebecca Denova
por , traducido por Fernando Belmonte
Publicado el 16 noviembre 2021
Disponible en otros idiomas: inglés, francés
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Cherub (From the Novel "The Jericho River") (by Maia Kobabe, CC BY-NC-SA)
Ilustración de un querubín de la novela The Jericho River
Maia Kobabe (CC BY-NC-SA)

Los querubines eran seres divinos que habitaban en el reino celestial y que actuaban como servidores o mediadores entre lo humano y lo divino. La palabra probablemente proviene del acadio karabu (que significa "bendecir"). Los querubines suelen asociarse con otros seres conocidos como serafines, encargados de custodiar y proteger las cortes y tronos de los dioses. Con el paso del tiempo, tanto los querubines como los serafines se identificaron como ángeles, término derivado del latín angelos ("mensajero").

El universo antiguo

Todas las culturas antiguas concebían un universo estructurado en tres niveles que incluía:

  • los cielos: la morada de los dioses,
  • la tierra: el hogar de los humanos,
  • el inframundo: el reino de los muertos.

Los cielos estaban densamente habitados por diferentes niveles de divinidad, con un dios supremo o, en ocasiones, un rey de los dioses que gobernaba sobre diversas deidades menores. Estas deidades menores recibían autoridad sobre aspectos de la vida cotidiana, como la agricultura o el proceso de nacimiento, a menudo asociados con las diosas madre. En el nivel más bajo se encontraban los daimones (demonios), que originalmente eran neutrales, aunque con el tiempo se les empezó a asociar con el mal.

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Debido a que todos estos poderes estaban por encima de los humanos, podían influir directamente en la vida de las personas. También se les consideraba trascendentes, lo que significaba que tenían la capacidad de moverse a través de los tres niveles, incluido el reino de los muertos. Con el fin de aplacar a las fuerzas divinas y solicitar su ayuda en las cuestiones diarias, las religiones antiguas idearon la práctica de los sacrificios.

Antigua Mesopotamia-Persia

Los querubines se representaban como figuras antropomórficas, imponentes y de aspecto feroz, y con cascos de guerra y alas con el fin de infundir miedo.

La región de las dos cuencas fluviales del Tigris y el Éufrates, conocida en su conjunto como Mesopotamia fue cuna de los primeros imperios como el acadio, hitita, asirio, babilónico y persa. Los querubines se representaban como figuras antropomórficas (con apariencia humana), imponentes y de aspecto feroz, y con cascos de guerra y alas con el fin de infundir miedo. También estaban asociados a las estatuas de grifos, criaturas similares a esfinges con cabezas humanas, pero con cuerpo de león.

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Cada nuevo imperio adoptaba las tradiciones religiosas de los anteriores. El zoroastrismo, religión oficial de Persia, sostenía que el dios creador primordial, Ahura Mazda, originó seres duales en el universo, responsables de la creación física: los Amesha Spenta.

Como antítesis de Ahura Mazda, existía el concepto de druj (caos), que estaba bajo el poder de Arimán. Zoroastro enseñó que el universo entero, incluida la vida en la Tierra, se encontraba inmerso en una constante lucha entre las fuerzas del bien y del mal. En el 587 a.C., tras la caída de Jerusalén a manos de Babilonia, los judíos cautivos llegaron a Babilonia, aunque luego pasaron a ser gobernados por el Imperio persa aqueménida cuando Ciro II ( quien gobernó de alrededor del 550 al 530 a.C.) sometió a los babilonios. Entre las numerosas ideas que asimilaron los judíos de culturas anteriores cabe destacar el concepto zoroástrico de que cada individuo tenía un ángel guardián (que entonces pasó a representarse con alas). Asimismo, la figura de Arimán dio origen a Satán, o sea, al diablo.

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Las Escrituras judías

En los primeros textos de la literatura judía, se representaba a este ser divino como un mal'ach ("mensajero"), que se manifestaba con apariencia humana. A pesar de su naturaleza divina, estos mensajeros servían siempre bajo las órdenes de Dios (Yahvé), encargándose de llevar a cabo sus designios. El término querubín aparece 90 veces en las escrituras sagradas del judaísmo. A menudo se les asignan tareas específicas, como custodiar la entrada al Jardín del Edén tras la expulsión de Adán y Eva (Génesis 3:24). Durante la época del judaísmo del Segundo Templo (450 a.C. a 70 d.C.), algunos querubines y serafines recibieron nombres propios y fueron elevados al rango de arcángeles, como Gabriel, Uriel y Miguel. En Samuel 2:22 y en Salmos 18, los querubines actúan como portadores divinos, facilitando el descenso de Dios para tomar parte en los asuntos de los seres humanos en la tierra.

Cuando Moisés recibió los Diez Mandamientos en el monte Sinaí, Dios le ordenó incluir imágenes de querubines al construir el Arca de la Alianza que guardaría las tablas (Éxodo 25:18-22). En todas las representaciones, dos querubines se encuentran sobre el Arca, con las alas desplegadas y se creía que estaban esculpidos en oro. Al construir el Primer Templo en Jerusalén en el siglo X a.C., el rey Salomón hizo que esta iconografía fuera predominante en todo el recinto. De acuerdo con las tradiciones rabínicas posteriores, el arte estaba presente en el velo que dividía el “Lugar Santísimo" (el tabernáculo) del recinto más grande.

The Ark Passes Over the Jordan
El Arca pasa sobre el Jordán
James Tissot (Public Domain)

Durante este período, también surgió la idea del propiciatorio, el espacio situado entre los querubines, que se consideraba el lugar donde la presencia física de Dios moraba en el Templo, por encima de los querubines (1 Reyes). Esto se unía a la creencia de que Dios podía otorgar su misericordia mediante el sistema de sacrificios, así como a través de su presencia. Esto dio lugar a la idea de que el templo era un espacio sagrado, que exigía estados de pureza ritual para acceder a las diferentes zonas.

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La descripción más detallada de los querubines se encuentra en el libro del profeta Ezequiel (siglo VI a.C.). Ezequiel fue un sacerdote que vivió durante el exilio judío en Babilonia, donde previamente había profetizado la futura destrucción del Templo y de Jerusalén por los babilonios (587 a.C.). Su descripción de los querubines los sitúa debajo del trono de Dios:

Aconteció en el año treinta, en el mes cuarto, a los cinco días del mes, que estando yo en medio de los cautivos junto al río Quebar, los cielos se abrieron, y vi visiones de Dios. Y miré, y he aquí venía del norte un viento tempestuoso, y una gran nube, con un fuego envolvente, y alrededor de él un resplandor, y en medio del fuego algo que parecía como bronce refulgente, y en medio de ella la figura de cuatro seres vivientes. Y esta era su apariencia: había en ellos semejanza de hombre. Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas. Y los pies de ellos eran derechos, y la planta de sus pies como planta de pie de becerro; y centelleaban a manera de bronce muy bruñido. Debajo de sus alas, a sus cuatro lados, tenían manos de hombre; y sus caras y sus alas por los cuatro lados. Con las alas se juntaban el uno al otro. No se volvían cuando andaban, sino que cada uno caminaba derecho hacia adelante.Y el aspecto de sus caras era cara de hombre, y cara de león al lado derecho de los cuatro, y cara de buey a la izquierda en los cuatro; asimismo había en los cuatro cara de águila. Así eran sus caras. Y tenían sus alas extendidas por encima, cada uno dos, las cuales se juntaban; y las otras dos cubrían sus cuerpos. (Ezequiel 1:1-11)

No es sorprendente que los artistas hayan enfrentado desafíos al intentar plasmar esta visión. Las posteriores interpretaciones rabínicas del misticismo de la Cábala ofrecieron muchos más detalles sobre los querubines en una colección de textos conocida como el Zohar, ya que a cada uno se le asignó un nombre y se describió su área de dominio.

Cherub Detail from Paleochristian Sarcophagus
Representación de un querubín en un sarcófago paleocristiano
Mathilde Montpetit (CC BY-NC-SA)

Los querubines en el cristianismo

El término "querubín" no aparece en el Nuevo Testamento, pero está implícito en el término colectivo "ángeles". En el evangelio según Mateo, un ángel se le aparece a José en sueños en varias ocasiones: protegen a los justos (Mateo 4:6) y son guerreros de Dios (26:53). En el evangelio según Lucas, un ángel se le aparece a Zacarías, el padre de Juan el Bautista, para anunciarle el nacimiento de su hijo, mientras que el ángel Gabriel se presenta a María para anunciarle el nacimiento de Jesucristo; además, un coro de ángeles se aparece a los pastores en los campos para anunciarles la buena nueva. Asimismo, en los evangelios según Marcos, Mateo y Lucas narran cómo los ángeles acudieron a Jesús cuando fue tentado en el desierto.

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En la tradición occidental, la representación más común de un querubín se encuentra en los putto, motivos ornamentales de niños regordetes y desnudos, generalmente con alas.

Otro ejemplo que resalta la presencia de estos seres es en la parábola del rico y Lázaro, “aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham” (Lucas 16:22). En este contexto, las divinidades asumían la función de psicopompos, es decir, seres encargados de conducir las almas en su tránsito hacia el más allá (como lo hacía el dios Hermes en la mitología griega). Marcos, Mateo y Lucas coinciden en mostrar a los ángeles presentes en la tumba de Jesús, que son los que proclaman su resurrección.

Los cristianos hicieron suya la noción judía de una jerarquía celestial dividida en nueve niveles, donde los serafines ocupan la posición más alta y los querubines se encuentran en el segundo rango. En el siglo IV d.C., con el auge del culto a los santos, es decir, aquellos considerados mártires que residían en el cielo, tanto los ángeles como los santos comenzaron a verse como intermediarios entre los creyentes y la corte celestial. Según Tomás de Aquino, influyente teólogo medieval (1225-1274), los serafines representaban el máximo fervor en el cumplimiento de la voluntad de Dios, en tanto que los querubines se relacionaban con diferentes grados de conocimiento.

El islam y otras religiones fuera de Occidente

Según el Corán, el texto sagrado del islam, los querubines forman parte de una categoría de ángeles cuya misión principal es glorificar a Dios continuamente, además de actuar como intercesores para los humanos. Los querubines se describen como habitantes del sexto cielo o alrededor del trono, donde cuatro de ellos son portadores del trono. Durante su experiencia extracorpórea hacia los cielos, el profeta Mahoma (570-632 d.C.) detalló distintas jerarquías angelicales. Estas entidades divinas, al integrar influencias culturales y religiosas, adoptan una forma humana, aunque se destacan por su mayor tamaño y poder. De acuerdo con las enseñanzas de Mahoma en el islam, Dios creó tres seres dotados de conciencia, capaces de percibir y experimentar sensaciones: los djinn, los ángeles y los humanos. Los djinn en la mitología árabe preislámica eran a menudo considerados responsables de los infortunios o las enfermedades humanas. Los djinn y los humanos contaban con libre albedrío, mientras que los ángeles no, ya que su destino era ejecutar la voluntad de Dios.

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En diversas tradiciones religiosas alrededor del mundo se encuentran conceptos similares sobre una variedad de entidades divinas que residen en los cielos y que actúan como intermediarios entre lo divino y lo humano. Las creencias religiosas de Asia, África, Oceanía y América incluyen la presencia de seres divinos que pueden ser tanto benévolos como a veces malévolos. En el hinduismo, los devas, que son avatares de Brahma, Vishnu y Shiva, representan un paralelo con la tradición occidental de los ángeles, con los devas menores encargados del control de la naturaleza.

La figura ornamental del putto en el arte renacentista

En la tradición occidental, la representación más común de un querubín se encuentra en los motivos ornamentales denominados como putto con niños regordetes y desnudos, generalmente con alas. Estos seres se asociaban con Eros, el hijo de Afrodita, cuyo nombre quiere decir "deseo", y se refiere a los impulsos físicos. Su figura se asociaba estrechamente con el cortejo y el acto amoroso, puesto que al disparar sus flechas incitaba al principio procreador y el enamoramiento. Luego, Eros pasó a ser conocido como Cupido en la religión romana. La figura del putto solía esculpirse en los sarcófagos de niños, representándolos en escenas de baile y juego.

Sistine Madonna
Madonna Sixtina
Raphael (Public Domain)

Entre los siglos XIV y XVII, durante el Renacimiento, los europeos volvieron a explorar la filosofía, la literatura y el arte de la Antigüedad clásica. Este período coincidió con los primeros hallazgos de tumbas y excavaciones de villas y monumentos antiguos, donde estas figuras eran comunes como adornos en las paredes, tal como sucedió en Pompeya. Se le atribuye a Donatello (1386-1466) el renacimiento de estos motivos ornamentales en los años 1420, seguido por Rafael (1483-1520). En la Madonna Sixtina de Rafael se pueden ver dos querubines en la parte inferior, algo que se popularizó en la difusión comercial de estas figuras, lo que evidencia la relación moderna del Cupido romano con la festividad del día de San Valentín. Los querubines han evolucionado enormemente, de ser fieros guardianes de los dioses a convertirse en juguetones y adorables símbolos del amor.

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Bibliografía

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Sobre el traductor

Fernando Belmonte
Fernando Belmonte es estudiante de segundo año de Traducción en el INTER Centro de Estudios Superiores de México y tiene una profunda pasión por la historia. Su objetivo es acercar estos temas a un público más amplio y despertar un mayor interés por ellos.

Sobre el autor

Rebecca Denova
Rebecca I. Denova, Ph D. es catedrática emérita de Cristianismo Primitivo en el Departamento de Estudios Religiosos de la Universidad de Pittsburgh. En julio de 2021 se publicó su libro de texto titulado «The Origins of Christianity and the New Testament» (Wiley-Blackwell).

Cita este trabajo

Estilo APA

Denova, R. (2021, noviembre 16). Querubín [Cherub]. (F. Belmonte, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-18049/querubin/

Estilo Chicago

Denova, Rebecca. "Querubín." Traducido por Fernando Belmonte. World History Encyclopedia. Última modificación noviembre 16, 2021. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-18049/querubin/.

Estilo MLA

Denova, Rebecca. "Querubín." Traducido por Fernando Belmonte. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 16 nov 2021. Web. 14 ene 2025.

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