Lanzarote, también conocido como sir Lanzarote y Lanzarote del Lago es el mejor caballero de la corte de Arturo y el amante de su esposa, la reina Ginebra, célebre por La muerte de Arturo (1469) de sir Thomas Malory. Fue el poeta francés Chrétien de Troyes (en torno a 1130-1190) el que desarrolló el personaje por primera vez en su Lanzarote, o el caballero del carro (en torno a 1177), donde introducía la aventura amorosa entre Lanzarote y Ginebra, así como su reputación de célebre guerrero diestro.
Puede que el personaje se originara en Irlanda a partir del dios del a fertilidad Lug (o Lugh), de la misma manera que puede que sea el caso con otro de los caballeros de Arturo, sir Gawain. Geoffrey de Monmouth estableció el personaje de Gawain como el mejor de los caballeros en su Historia de los reyes de Britania (1136) antes de que Chrétien elevara el papel de Lanzarote y desarrollara su personaje. Después, muchos poetas que siguieron el ejemplo de Chrétien le adjudicaron muchos de los atributos principales de Gawain (especialmente su habilidad marcial) a Lanzarote.
En la obra de Malory, la aventura de Lanzarote y Ginebra acaba por destruir la unidad de la Mesa redonda de caballeros nobles de Arturo y da paso al villano, Mordred, para usurpar el trono. Las acciones de Mordred conducen a la destrucción del reino y a las muertes de la mayoría de los mejores caballeros, mientras que Arturo, herido de muerte, acaba en la isla mística de Avalon. La aventura amorosa de Lanzarote y Ginebra es una de las más famosas de la literatura mundial y define a los amantes incluso cuando intentan resistirse a la pasión, con lo que al final son figuras heroicas vencidas por un error fatal en su relación.
Teorías sobre su origen
Entre los estudiosos hay un consenso general sobre el origen del personaje de Lanzarote, que es que surgió en la obra de Chrétien de Troyes, que fue el primero en presentarlo en su poema Erec y Enide (en torno a 1170) y lo volvió a usar en Cliges (en torno a 1170) pero no desarrolló el personaje hasta Lanzarote o el caballero del carro.
Sin embargo, algunos estudiosos afirman que Lanzarote se originó en Irlanda como un dios de la fertilidad y los poetas y los bardos lo transformaron en un caballero noble, embelleciendo los temas mitológicos. Los estudiosos Roger Sherman Loomis, Maria Leach y Jerome Fried afirman que Lanzarote fue en un principio una figura solar irlandesa. Leach y Fried apuntan:
El gran dios del sol irlandés, Lug, recibía el epíteto de Lamfada, "Mano larga". Los galeses adoptaron a Lug, llamándolo Lluch Llauynnauc, Lluch "Mano blanca". Lluch, en el Libro negro de Carmarthen y en Kilwch, se ha convertido en un guerrero de Arturo, al igual que el dios irlandés del mar, Manannan, en esos mismos textos, aparece en la leyenda de Arturo como Manawyddan, hijo de Llyr. Lug apareció en los romances franceses como al menos dos personajes. La versión corrupta de su nombre se convirtió en Loth; su sobrenombre, bajo la influencia del nombre francés Lancelin, se convirtió en Lancelot, y después en castellano, Lanzarote. El accidente geográfico que se conocía como lluch, usado como un nombre común, significaba "lago", por lo que el nombre Lluch se acabó transformando en el título "del Lago" e hizo que Lanzarote adquiriera una madre adoptiva, la Dama del Lago. (602)
Leach y Fried se basaron en la obra anterior de Loomis, uno de los eruditos artúricos más respetados del siglo XX, pero los estudiosos actuales en general rechazan esta afirmación por ser demasiado complicada. El erudito artúrico Norris J. Lacy, por ejemplo, afirma que la explicación más simple para el origen del personaje es Chrétien y la riqueza de las leyendas europeas y el folklore medieval en los que pudo basarse.
El erudito Denis de Rougemont está de acuerdo en que Chrétien es el creador de Lanzarote, pero argumenta que la obra de Chrétien, como todas las obras literarias del amor cortés, es en realidad una alegoría religiosa relacionada con la secta hereje de los cátaros y que Lanzarote representaría al creyente cátaro que lucha contra las tentaciones del cuerpo mientras trata de proteger y servir a la diosa Sofía (sabiduría), personificada en el personaje de Ginebra. Esta afirmación se ha puesto en tela de juicio repetidamente, pero nunca se llega a desechar del todo.
Desarrollo en la obra de Chrétien
Chrétien estaba estrechamente asociado con la región del sur de Francia en la que floreció el catarismo y, lo que es más importante, recibió el mecenazgo de María de Champaña (en torno a 1145-1198), hija de Leonor de Aquitania (en torno a 1122-1204), ambas de las cuales la Iglesia sospechaba que apoyaban a los cátaros herejes. Es posible que la teoría de Denis de Rougemont sea correcta, ya que no parece que Leonor y Marie estuvieran muy convencidas con la Iglesia; ambas patrocinaron a poetas y artistas que lo más probable es que tuvieran algo que ver con la herejía, y el yerno de Leonor era un obispo cátaro. Además, Chrétien afirma que recibió el tema principal de su Lanzarote de mano de María de Champaña, que le pidió que lo desarrollara en forma de poesía.
Tanto si las obras eran una alegoría religiosa o simple entretenimiento, el caballero Lanzarote aparece por primera vez en Erec y Enide, como poco más que un nombre en una lista de caballeros nobles en la corte de Arturo y después tiene un papel más sustancial en Cliges como uno de los caballeros que tiene que conquistar el héroe. Sin embargo, en su Lanzarote, Chrétien desarrolla plenamente al héroe como personaje principal y también introduce la trama que definirá a Lanzarote para casi todos los escritores posteriores. la aventura de Lanzarote con la esposa de Arturo, Ginebra.
La historia empieza con Ginebra secuestrada por el villano Meleagant, tras lo cual Arturo envía a sus caballeros en su busca. Lanzarote se adelanta a los demás, pero fuerza tanto a su caballo que este se acaba muriendo y tiene que continuar a pie. Se encuentra con un enano en una carreta que dice saber adónde ha llevado Meleagant a Ginebra, y accede a ayudar a Lanzarote si está de acuerdo a ir en la carreta. Como las carretas se asociaban con los criminales, Lanzarote lo duda un momento, temiendo que dañe su honor, pero al final se monta. Durante el resto del viaje, es el objetivo de burlas y humillaciones por ir en una carreta en vez de en un caballo de guerra, como debería un caballero. Cuando por fin llega adonde Ginebra e intenta liberarla, lo reprende por haber dudado, ya que puso su honor propio por encima de su devoción a ella.
Para reconquistarla, Lanzarote tiene que aceptar perder un torneo contra oponentes inferiores hasta que Ginebra le diga que gane. Al final, Lanzarote mata a Meleagant y libera a Ginebra, que se lo agradece públicamente de manera educada, aunque ya están teniendo una aventura en privado. El triángulo amoroso de Arturo-Ginebra-Lanzarote probablemente se tomó prestado de la historia, más antigua, de Tristán e Isolda, en origen una historia irlandesa, en la que el caballero Tristán se enamora de Isolda, la prometida de su tío el rey Marcos. Chrétien utilizó la historia de Tristán en su Cliges y dijo haber escrito su propia versión de Tristán e Isolda que no fue bien recibida. Por lo tanto, se cree que puede que creara el personaje de Lanzarote a partir de su manuscrito fallido sobre Tristán. Fuera cual fuese la inspiración para la aventura entre Lanzarote y Ginebra, se convertiría en un aspecto central de las leyendas de Arturo.
Relato estándar y desviación de Ulrich
En su introducción de la obra From Lancelot to Joyous Guard, Norris J. Lacy escribe:
Es una característica peculiar de la literatura artúrica que gran parte de ella, ya sea en los poemas de Chrétien de Troyes o en los romances posteriores, no trata realmente de Arturo. El rey y la corte artúrica proporcionan el punto focal para la narración y una norma de conducta para los caballeros, pero la historia habla de otra persona. (xviii)
Esa historia es la historia de los caballeros de Arturo y sus aventuras, pero el drama subyacente, que se desarrolló poco a poco en las obras artúricas posteriores a Chrétien, es la aventura entre Lanzarote y Ginebra, con la excepción notable de la obra alemana Lanzelet (en torno a 1194-1204). del poeta Ulrich von Zatzikhoven. Ulrich dota a Lanzarote de un trasfondo y omite cualquier referencia a una aventura con Ginebra. En Lanzelet, el personaje principal es un héroe muy moral en un viaje de autodescubrimiento.
El poema de Ulrich comienza con un joven Lanzarote, hijo del rey Ban, secuestrado por una sirena que se lo lleva a una isla de mujeres que lo crían sin conocimiento alguno de su pasado o su condición de noble. Lo entrenan en todos los aspectos de la cultura, así como en las artes marciales. A la edad de 15 años siente que tiene que probarse a sí mismo y se marcha a vivir aventuras durante las cuales descubre su identidad y que es sobrino de Arturo. Va a la corte de Arturo y se convierte en caballero, soporta varias pruebas en combate y participa en el rescate de Ginebra, que ha sido secuestrada por el poco fiable Valerin, junto con los demás caballeros. Al final, se convierte en señor del reino de su esposa Iblis, y juntos viven una vida dichosa.
El concepto de Lanzarote como el mejor caballero o el más perfecto surge de la obra de Ulrich y se desarrolló en el Ciclo de la Vulgata (también conocido como el Ciclo de Lanzarote y el grial, Lanzarote en prosa, Ciclo Pseudomapa, 1215-1235), que revive la aventura de Lanzarote y Ginebra. En esta obra, la Dama del lago se lleva a Lanzarote tras la muerte de su padre, el rey Ban. Lo cría en secreto junto con sus primos, Lionel y Bohort, hasta que cumple 18 años, que es cuando lo lleva a la corte de Arturo para ser nombrado caballero como sir Lanzarote del Lago. Lanzarote se enamora instantáneamente de Ginebra, pero no dice nada de este amor hasta que finalmente se lo confiesa a su amigo íntimo Galeholt, Señor de las islas distantes, que lo anima a contárselo a Ginebra. Al hacerlo, se entera de que ella también se ha enamorado de él y comienza su relación.
Antes de esta relación, siempre se habla de Lanzarote como el mejor de los caballeros y sus aventuras siempre son éxitos impresionantes. Libera el castillo de Guardia Dolorosa, al que renombra Guardia Gozosa, y realiza muchas otras proezas, pero su amor por Ginebra se acaba convirtiendo en su preocupación principal. En cierto momento, el rey del grial Pelles se aprovecha de la pasión de Lanzarote para engañarlo y que se acueste con Elaine, la hija de Pelles. Pelles hechiza a Lanzarote con una poción que lo hace creer que Elaine es Ginebra; si no, jamás se habría ido con ella porque estaba completamente entregado a Ginebra.
Cuando ella descubre su aventura con Elaine, lo rechaza y la desdicha lo vuelve loco, vagando sin rumbo hasta que Elaine lo encuentra y recupera la cordura. Después regresa a Camelot en compañía de los caballeros que Ginebra había enviado en su busca. Aunque Ginebra ve su relación con Elaine como una traición, su noche con Elaine era parte de su destino porque esta daría a luz a su hijo Galahad, el caballero perfecto, que completaría la misión que Lanzarote no había logrado debido a su pecado con Ginebra: encontrar el santo grial.
Los caballeros de Arturo siguen realizando grandes hazañas hasta que se descubre la aventura de Ginebra y Lanzarote y esto divide la corte. Al final, la mayor parte de los caballeros muere en la batalla contra el usurpador Mordred, y la gran visión de Arturo de la Mesa Redonda y el reino basado en la justicia queda destruida. El Ciclo de la Vulgata desarrolla muchas de las tramas de las versiones anteriores de las leyendas, algunas de las cuales se han perdido, y crea una inmensa narrativa de tramas y personajes interconectados para producir la primera versión reconocible de la leyenda artúrica tal y como se conoce hoy en día. Esta obra se editó y revisó en el llamado Ciclo de la Post-Vulgata (en torno a 1240-1250), que es el texto en el que se basó Malory.
El Lanzarote de Malory
Sir Thomas Malory (en torno a 1415-1471) era un prisionero político en Newgate en Londres en 1469 cuando escribió La muerte de Arturo. Su versión de la leyenda está moldeada por el período de la Guerra de las Rosas (1455-1487), el conflicto que lo vio entrar y salir de prisión varias veces, desde alrededor de 1451 hasta su excarcelación definitiva de Newgate en 1470. La corte de Arturo preside sobre un reino fuerte y unido hasta que el conflicto interno causado por la aventura de Lanzarote y Ginebra rompe esa unidad y lo lleva a la destrucción. Esta trama refleja la situación de Gran Bretaña durante la Guerra de las Rosas, en la que las casas de York y Lancaster lucharon entre ellas por el control del trono y sumieron al país en un conflicto casi constante durante más de 30 años.
En la obra de Malory, Lanzarote es una vez más el mejor caballero del mundo, que controla sus sentimientos por Ginebra y sirve a Arturo fielmente hasta que ya no puede mantener su amor en secreto y se lo confiesa a ella. Ella también está enamorada de él, pero se niega a traicionar a Arturo todo lo que puede hasta que al final cede ante sus deseos. Malory desarrolla cuidadosamente cada uno de los personajes individualmente, les otorga motivaciones psicológicas y sentimentales y va construyendo su narrativa hasta el cataclismo final en la batalla de Camlann, en la que Arturo derrota a Mordred, pero la mayoría de sus caballeros muere y a él, herido de muerte, se lo llevan a la isla de Avalon. La narrativa de Malory tiene tantas facetas y sus personajes son tan completos que se ha llegado a considerar la primera novela en inglés, y la primera del mundo occidental.
Tras la desastrosa batalla de Camlann, Ginebra se culpa de la caída de Arturo y se mete en un convento. Lanzarote y ella se ven una última vez, pero le niega un último beso de despedida y él la deja para convertirse en ermitaño. La otrora reina pasa el resto de su vida al servicio de los demás hasta que cae enferma. Lanzarote acurre rápidamente a su lado, pero ella se muere antes de que llegue él; seis semanas más tarde él se muere de pena y lo entierran en el castillo de la Guardia Gozosa.
El Lanzarote de Malory es el modelo de caballería, de honor, de virtud cristiana, mientras que Ginebra es la reina cristiana noble, hermosa y caritativa, pero la atracción mutua que ninguno de los dos puede resistir es su defecto fatal. A pesar de sus esfuerzos por hacer lo que saben que está bien, no pueden controlar sus pasiones y al final los acaban destruyendo a ellos y la gran corte de Camelot. A pesar de eso, intentan compensar el error de su aventura y claramente Malory simpatiza con los amantes caídos en desgracia junto con todos los demás personajes de la historia pero que aun así se esfuerzan por ser mejores de lo que son.
Conclusión
La búsqueda fallida del santo grial de Lanzarote ilustra este esfuerzo, ya que él, como el mejor de los caballeros, debería ser el que lo encuentre, pero, a causa de su aventura con Ginebra, no puede. Recibe una visión del grial, pero jamás llega a encontrarlo, de la misma manera que tiene una visión de sí mismo, de quién debería ser, que no puede hacer realidad porque está enamorado de la esposa de su mejor amigo. Sin embargo, eso no le impide intentarlo y su gran cantidad de hazañas demuestran lo decidido que está a ser realmente el mejor caballero del mundo que todos, excepto él mismo, creen que es. Este aspecto del personaje de Lanzarote es el que lo hizo tan atractivo y popular incluso antes de la publicación de La muerte de Arturo en 1485. Los cuentos de las aventuras de Lanzarote y su historia de amor con Ginebra aparecen en poemas de los Países Bajos, España e Italia, entre otros, ya antes de 1485, y ya entonces era el más conocido y admirado de los caballeros de Arturo, tal y como lo es hoy en día.
La leyenda dejó de ser una favorita en el Renacimiento, pero fue reavivada por el poeta británico Alfred, lord Tennyson (1809-1892) gracias a su Idilios del rey, publicado en 1859. Desde entonces, las leyendas artúricas en general y la obra de Malory en particular no han hecho sino crecer en popularidad. La gente que nunca ha leído La muerte de Arturo o ninguna de las obras artúricas reconoce el nombre de Lanzarote asociado con el concepto del valiente caballero de las historias de caballería. Sin embargo, los lectores que conocen al personaje y su historia reconocen el aspecto más profundo del cuento de Lanzarote. Cualquiera que haya intentado mejorar, en cualquier aspecto, verá en Lanzarote un espíritu afín que nunca deja de esforzarse por convertirse en la mejor versión de sí mismo.