Imperio wólof

Definición

Mark Cartwright
por , traducido por Emiliano S. Grill
Publicado el 20 noviembre 2019
Disponible en otros idiomas: inglés, francés
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Wolof Warrior (by Anne Raffenel, Public Domain)
Guerrero wólof
Anne Raffenel (Public Domain)

El Imperio wólof (también conocido como jólof o djolof) fue un estado en la costa de África occidental, situado entre los ríos Senegal y Gambia, que prosperó desde mediados del siglo XIV hasta mediados del siglo XVI d.C. El imperio creció gracias al comercio, ya que los dos ríos que lo rodeaban daban acceso tanto a los recursos del interior africano como al tráfico costero, comercio que incluía oro, pieles, marfil y esclavos, y que a menudo se realizaba con mercaderes europeos (al principio portugueses y luego franceses). Tras la desintegración del Imperio wólof en el siglo XVI, subsistió un estado más pequeño, el reino wólof, hasta el siglo XIX. En la actualidad, la lengua wólof se sigue hablando en Senegal, Gambia y Mauritania.

Los comienzos

El pueblo wólof ha habitado la zona situada entre el río Senegal y el río Gambia desde el primer milenio a.C. Esta región de África occidental suele denominarse Senegambia y abarca lo que hoy es Senegal, Gambia y el sur de Mauritania. Tanto el idioma como la presencia de cerámicas sugieren que los antepasados de los wólof emigraron a esta región desde el África central u oriental. Pescaban, cultivaban arroz húmedo y criaban ganado vacuno, ovino y caprino (y, más tarde, porcino). Utilizaban el hierro para fabricar herramientas, cerámica y joyas. Los habitantes de esta zona de África occidental también construyeron monumentos megalíticos y sepulturas: formaban círculos de unos 8 metros de diámetro con piedras de hasta 4 metros de altura.

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El imperio wólof fue uno de los participantes principales en el comercio de esclavos, exportando hasta un tercio de todos los esclavos africanos antes del año 1600

Con el tiempo, los wólof se convirtieron en la tribu más poderosa al sur del río Senegal. Este territorio había estado bajo el control nominal del Imperio de Malí (1240-1465 d.C.) tras una exitosa campaña de expansión de Tiramaghan, un general de Sundiata Keita, el rey maliense (gobernó de 1230 a 1255). La relación entre ambos estados no está clara, pero los wólof parecen haber reconocido al menos a los reyes malienses como la principal potencia de África occidental. La independencia de los wólof se manifiesta en la sucesión de su primer rey o burba, el semilegendario Ndiadiane N'diaye, tradicionalmente situado en el siglo XIII, pero más probablemente en la segunda mitad del siglo XIV. En cualquier caso, las guerras civiles, los ataques de tribus como los mossi y el desplazamiento de las lucrativas rutas comerciales hicieron que los reyes malienses perdieran poco a poco el control de las regiones periféricas de su imperio. Hacia 1468, el rey Sonni Alí (que reinó de 1464 a 1492) del Imperio songhai (c. 1460 - c. 1591) conquistó la parte más débil del debilitado Imperio de Malí.

Map of Ancient & Medieval Sub-Saharan African States
Mapa de los Estados del África subsahariana de la Antigüedad y la Edad Media
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

Los songhai vivían al sur del río Gambia, lo que permitió a los wólof (en el norte) explotar una de las pocas zonas vacantes que el Imperio songhai no controlaba en África occidental (ya fuera mediante la ocupación directa o la imposición de tributos). A finales del siglo XV, el Imperio wólof estaba formado por los tres reinos de habla wólof de Cayor (Kajoor), Walo (Waalo) y Baol (Bawol), y por estados poblados por hablantes de la lengua serer como Sine y Salum. Con el tiempo, los reyes wólof se expandieron por el territorio mandinga al norte del río Gambia, que incluía los estados de Nyumi, Badibu, Nyani y Wuli. Por consiguiente, los reyes wólof llegaron a gobernar toda Senegambia, aunque este estado puede describirse mejor como una confederación de reinos que pagaban tributos que como un imperio propiamente dicho (como se le suele llamar).

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Comercio: África Occidental y Portugal

El Imperio wólof fue uno de los participantes principales en el comercio de esclavos, exportando hasta un tercio de todos los esclavos africanos antes del año 1600. Este comercio decayó en el siglo XVII, cuando Senegambia se convirtió en una vía de tránsito de esclavos desde el interior de África central, en lugar de ser el lugar de origen. Gracias al caudaloso río Senegal, que se extiende cientos de kilómetros hacia el interior de África, los wólof estaban en condiciones de comerciar con todo tipo de mercancías, además de esclavos: pieles, tejidos de algodón, goma, marfil, nueces de cola, sal, caballos, índigo y cera de abejas. Los wólof también tenían sus propios fabricantes para transformar las materias primas en bienes aún más valiosos, y sus orfebres y filigraneros gozaban de gran reputación a lo largo de la región occidental de África.

Sin embargo, el principal producto con el que se comerciaba en el territorio wólof no era ninguno de los anteriores: era el oro. Este metal precioso, tan apreciado por los europeos que recién empezaban a interesarse seriamente por el África al sur del Sáhara, procedía de los yacimientos auríferos de Bambuk, en el interior, y acabó llegando a la costa. Los portugueses empezaron a comerciar por toda la costa de África occidental a mediados del siglo XV. El aventurero Diogo Gomes estableció relaciones comerciales con los wólof en 1455 y el comercio floreció entre ambas potencias. El rey de Portugal, Juan II (rey de 148 a 1495), y los wólof intercambiaron regalos y estos últimos recibieron misioneros cristianos.

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Wolof Chief & Residence
Jefe wólof y su residencia
Évremond de Bérard (Public Domain)

El comercio con los portugueses llegó a ser tan lucrativo en la década de 1480 que el rey wólof, Burba Birao, llegó a trasladar su capital cerca de la costa. Sin embargo, no todos estaban contentos con la acogida de los misioneros, y los príncipes tradicionalistas wólof lideraron una revuelta que derrocó a Burba Birao en 1489. El hermano de Birao, el príncipe Bemoi, se vio obligado a huir del país, pero recibió una espléndida bienvenida en Lisboa, donde incluso fue bautizado. En 1490, los portugueses estaban deseosos de controlar directamente el comercio de mercancías, sobre todo de oro, desde el interior de África, por lo que enviaron una expedición militar contra el rey wólof y apoyaron al príncipe Bemoi para que ocupara el trono. La expedición, a pesar de contar con veinte carabelas, resultó un fracaso debido a las enfermedades y a un grave desacuerdo entre el príncipe y sus patrocinadores europeos, que provocó la muerte del primero. A partir de entonces, los portugueses permanecieron en sus puestos fortificados a lo largo de la costa y el comercio continuó durante el siglo XVI.

La religión de la élite, al menos nominalmente, era el Islam, debido a su difusión por comerciantes, clérigos y misioneros bereberes.

El Estado wólof

Los contactos portugueses nos proporcionan al menos algunos datos sobre el Estado wólof. Sabemos que el rey era elegido por un consejo de ancianos entre los candidatos que pertenecían a un determinado linaje, muy probablemente el linaje fundador del Estado wólof. Algunos miembros de este consejo eran gobernantes de los distintos estados de la confederación wólof. La sociedad wólof estaba jerarquizada en varias clases: en la cúspide se encontraba la familia real, después los nobles no reales (a menudo hijos de esposas secundarias y concubinas de la realeza) y los hombres libres. Esta última categoría se dividía a su vez en castas según la ocupación del hombre, como herreros, joyeros, sastres, griots (narradores errantes, como los bardos o juglares) y músicos. En la base de la sociedad se encontraban los esclavos capturados durante las guerras y las incursiones en territorios vecinos, y que a su vez se dividían en estratos con los esclavos cualificados en la cima y los trabajadores agrícolas no cualificados en la base. También existía una clase de esclavos militares, los ceddo, que la élite utilizaba para imponer el pago de tributos y vigilar a los demás esclavos. La religión de la élite, al menos nominalmente, era el Islam debido a su difusión por comerciantes, clérigos y misioneros bereberes. En cambio, la mayor parte de la población ordinaria se mantenía cercana a sus creencias animistas tradicionales.

Comercio: África Occidental y Francia

En los últimos años del siglo XVI, otra gran potencia llegó a la región: Francia. Los comerciantes franceses trajeron consigo artículos tan codiciados como textiles del norte de Francia, licores, productos metálicos, pimienta, aceite de palma y armas de fuego. Los portugueses perdieron pronto su ventaja comercial, sobre todo porque la corona portuguesa prohibió la exportación a África de las tan demandadas armas de fuego. En consecuencia, los franceses se hicieron con el control de ciudades como Gorea, Portudal, Joal y Rufisque, todas ellas en territorio wólof. La presencia europea fue tal que las poblaciones de las zonas urbanas de la costa atlántica acabaron siendo mixtas africanas y francesas, como se observa, por ejemplo, en el puerto de Saint Louis. A finales del siglo XVI, ingleses y holandeses también tenían una presencia comercial significativa en la región, ya que el oro y los esclavos de África les resultaban tan irresistibles como a franceses y portugueses.

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Ruptura

Aunque el comercio estaba en auge, el Imperio wólof comenzó a desintegrarse a mediados del siglo XVI y se dividió en varios estados sucesores, entre ellos al que hoy en día se llama reino wólof. Esta desintegración inicial se debió probablemente a que las ciudades costeras se enriquecieron tanto con el comercio que intentaron separarse de la monarquía central wólof. De hecho, estas provincias fueron las primeras en reclamar su independencia. Los wólof también se vieron debilitados por el ascenso de los militaristas fulani, liderados primero por Koli Tenguela (c. 1512-1537), que estableció su estado en Futa Toro, un territorio alrededor de la sección media del río Senegal. El grupo de estados ahora tan dispares de Senegambia, dividido entre hablantes de wólof y serer, estaba compuesto por Walo, Cayor, Baol, Sine, Salum y el reino wólof (para su propia desgracia, el único sin acceso a la costa).

Los reinos sucesores y el Islam

A pesar de la agitación política, el río Senegal siguió siendo lo que siempre había sido: una vía vital para entrar y salir del interior de África. Los pequeños reinos vieron cómo sus gobernantes establecían lucrativos monopolios sobre el comercio de bienes de gran valor como los esclavos y las armas de fuego. De hecho, la región estaba absorbiendo tanto comercio que antes era controlado por los estados norteafricanos y sus intermediarios, los bereberes saharianos, que el morabito o líder religioso de estos últimos, Nasir al-Din (que ocupó este cargo entre 1644 y 1674), lanzó una guerra santa en 1673. Como resume la Historia General de África, vol. V, de la UNESCO:

La proclamación de la guerra estuvo motivada por consideraciones tanto económicas como religiosas, para reconquistar el comercio de grano y esclavos y para convertir a los pueblos y purificar la práctica del islam... De ser la religión de una casta minoritaria de mercaderes y cortesanos en las cortes reales, se estaba convirtiendo en un movimiento de resistencia popular contra el poder arbitrario de las autocracias gobernantes y contra los efectos nocivos del comercio atlántico. (141)

En consecuencia, con el apoyo del pueblo y de los ya convertidos al islam, la guerra tuvo como resultado el barrido de la élite gobernante en muchos de los reinos sucesores del Imperio wólof. Los nuevos regímenes se convirtieron en teocracias musulmanas, pero no duraron mucho: con la muerte de Nasir al-Din en 1674, las numerosas derrotas y la intervención francesa en apoyo de los reinos wólof, los bereberes retrocedieron y la guerra santa se acabó. Los reinos sucesores, lejos de tomar esto como un oportuno recordatorio de su debilidad como pequeños estados competidores, continuaron discutiendo y luchando entre ellos. Los movimientos populares se unieron en torno a la idea de propagar el Islam, y los reinos, acosados por otros problemas como una serie de hambrunas, se desintegraron como entidades políticas a principios del siglo XVIII.

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A mediados del siglo XVIII, el pueblo wólof seguía participando activamente en el comercio costero, pero a partir de principios del XIX, la región pasó a estar cada vez más dominada por los franceses, que, junto con otras potencias europeas, se hicieron con el control directo mediante la conquista militar de las partes de África que les interesaban. Sin embargo, la lengua wólof perduró mucho más que el imperio o el reino y hoy es la lengua oficial de Senegal (junto con el francés) y se habla en muchos otros estados de África occidental.

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Sobre el traductor

Emiliano S. Grill
Nacido y criado en Uruguay, Emiliano es un traductor, subtitulador y aficionado a la historia. Le apasionan los idiomas, la lectura y la escritura.

Sobre el autor

Mark Cartwright
Mark es un autor, investigador, historiador y editor de tiempo completo. Se interesa, en especial, por el arte y la arquitectura, así como por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones de World History Encyclopedia.

Cita este trabajo

Estilo APA

Cartwright, M. (2019, noviembre 20). Imperio wólof [Wolof Empire]. (E. S. Grill, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-18570/imperio-wolof/

Estilo Chicago

Cartwright, Mark. "Imperio wólof." Traducido por Emiliano S. Grill. World History Encyclopedia. Última modificación noviembre 20, 2019. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-18570/imperio-wolof/.

Estilo MLA

Cartwright, Mark. "Imperio wólof." Traducido por Emiliano S. Grill. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 20 nov 2019. Web. 21 nov 2024.

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