Eduardo I de Inglaterra reinó en Inglaterra del 1272 al 1307. Eduardo sucedió a su padre el rey Enrique III de Inglaterra (r.1216-1272) y fue conocido como "piernas largas" debido a su impresionante estatura y como "el martillo de los escoceses" debido a sus repetidos ataques contra Escocia. En un reinado accidentado y a menudo brutal, luchó en una cruzada, subyugó Gales y logró un gran avance en la conquista de Escocia y construyó muchos castillos que aún sobreviven hoy en día, particularmente en el norte de Gales. Fue sucedido por su hijo Eduardo II de Inglaterra (r. 1307-1327) y posteriormente reinó su nieto Eduardo III de Inglaterra (r. 1327-1377)
La segunda guerra de los barones y sucesión.
El príncipe Eduardo nació el 17 o 18 de Junio del 1239, siendo el hijo mayor del rey Enrique III de Inglaterra y de Leonor de Provenza (1223-1291). Fue conocido por su temperamento feroz y por la gran confianza que tenía en sí mismo, Eduardo fue apodado "piernas largas" o "zanquilargo" debido a su estatura de 1.90 mts, una estatura inusualmente impresionante para la época medieval. Era fuerte, atlético y tan buen jinete como espadachín. Eduardo era un partidario acérrimo del torneo medieval, un evento en el que a menudo participaba personalmente, se cuenta de manera especial una vez que derroto al conde de Chalon en un torneo celebrado en el mismo castillo. Aún destinado a ser rey, Eduardo tendría que luchar duro para asegurarse que el trono de su padre y más tarde el suyo propio, permanecieran a salvo de los usurpadores.
Enrique III había logrado poner fin a la guerra de los barones que fue avivada debido al descontento por el gobierno de su padre el rey Juan de Inglaterra (r. 1199-1216) y el incumplimiento de la carta de libertades conocida como la "carta magna". Enrique y su regente Guillermo Marshall, conde de Pembroke (1146-1219) y quién era considerado el más grande de los caballeros medievales, derrotaron a los barones rebeldes en la batalla de Lincoln el 20 de Mayo del 1217. Desafortunadamente Enrique no aprendió la lección y sus campañas militares ineficaces, los altos impuestos que se pagaron y el patrocinio excesivo de sus parientes franceses sólo resultaron en una segunda guerra de los barones.
Los barones querían poner un límite al poder real y estipularon en las disposiciones de Oxford del 1258, que los impuestos deberían ir al tesoro y no estar disponibles para los caprichos del rey y que un consejo gobernante de 15 barones debería asesorar al rey. Otro organismo, un parlamento, se estableció como un lugar para la discusión de la política a la que se invitó a participar a los caballeros de los condados y burgueses de ciertos distritos. Enrique por su parte repudió las disposiciones en 1262 y estalló una guerra civil.
Las cosas no salieron bien para los realistas pues el 14 de Mayo del 1264, después de la batalla de Lewes , el rey y el príncipe fueron capturados por el líder rebelde Simón De Montfort conde de Leicster (1208-1265) quién luego gobernó en nombre de Enrique III en el 1264. Afortunadamente para Enrique, su hijo Eduardo logró escapar del confinamiento en el 1265 y así pudo ayudar a restaurar al legítimo monarca al trono.
Eduardo que ya había adquirido una valiosa experiencia militar en las campañas de su padre en Gales, reunió a un ejército de leales y algunos barones ya molestos con las políticas egoístas de Montfort y derrotó a los rebeldes en la batalla de Evesham en Worcestershire el 4 de Agosto del 1265. De Montfort fue asesinado, y Enrique fue restaurado pero pasó mucho de sus últimos años lejos de la política y mejorando los monumentos arquitectónicos del país, como la abadía de Westminster y la catedral de Lincoln.
Eduardo actuó en efecto, como el regente de su padre y tras la muerte de Enrique (probablemente de un derrame cerebral) el 16 de Noviembre del 1272. El príncipe Eduardo se convirtió en el rey Eduardo I de Inglaterra. Como Eduardo se encontraba ausente en la llamada novena cruzada (1271-72), la coronación no tuvo lugar hasta el 19 de Agosto del 1274 en la abadía de Westminster. Eduardo reinaría hasta el 1307.
Vida personal
Eduardo se casó con Leonor de Catilla en Octubre del 1254 cuando ella tenía sólo 12 y él tenía 15 años pero la unión funcionó bien. Leonor incluso acompaño a su esposo a su cruzada y cuando ella murió en el 1290, Eduardo sufrió su pérdida en gran medida. El paso de su ataúd fue conmemorado por la colocación de 12 cruces monumentales y una de ellas daría su nombre a la Charing Cruss de Londres (estación de tren en Londres). Eduardo que ya tenía una familia de 11 hijas y de 4 hijos, se volvió a casar el 10 de Septiembre del 1299 con Margarita de Francia la hija de Felipe III de Francia (r. 1270-1285). Margarita era más de 40 años más joven que Eduardo, pero el matrimonio fue otro exitoso.
Subyugación de Gales
La serie de derrotas militares de Enrique III en Gales (1228, 1231 y 1232) había llegado a Enrique a conferir a Lywellyn ap Gruffudd (1223-1282) el título de príncipe de Gales. La autonomía del galés se afirmó aún más cuando se negó a asistir a la coronación de Eduardo en el 1274. Sin embargo, el nuevo rey era bastante mejor en la guerra que su padre y Eduardo estaba decidido a vengarse por el desaire. Organizando un ejército masivo en 1276, el rey inglés marchó a Gales y despojó a Lywellyn de sus tierras, aunque le permitió mantener su título real ahora sin sentido. Sin embargo, los galeses todavía tenían ambiciones de liberarse del dominio inglés. Y el hermano de Lywellyn, Dafydd, provocó otra rebelión. Los rebeldes fueron derrotados y los rebeldes fueron asesinado en 1282, su cabeza se presentó al rey inglés en señal de triunfo y luego se exhibió en la torre de Londres. Dafydd fue capturado finalmente, y también fue ejecutado, por un método reservado para los traidores: colgar, pintarrajear y descuartizar a la víctima.
Eduardo ahora estaba decidido a imponer completamente su dominio de la región, particularmente en el norte de Gales, donde los rebeldes habían tenido su cuartel general, mediante la construcción de una serie de poderosos castillos. A partir de 1283 en adelante, se construyeron fortalezas tan importantes como el castillo de Caernarfon, el castillo de Conwy y el castillo de Harlech. El rey se aseguró de que sus castillos se construyeran a menudo en sitios de importancia cultural e histórica para los galeses, para enviar un mensaje claro de que había comenzado un nuevo orden en la región. Incluso llegó a asegurarse de que su hijo Eduardo naciera en el castillo de Caernarfon, el corazón de la administración inglesa en Gales, el 25 de Abril del 1284 y luego le otorgó el título de príncipe de Gales (conferido formalmente en el 1301. Desde entonces se convirtió en costumbre que un monarca inglés diera este título a su hijo mayor.
A pesar de los castillos y la propaganda real, los galeses no estaban del todo sometidos y estalló otra gran rebelión, esta vez liderada por Madog ap Lywellyn, en el 1294. Eduardo se vió obligado a pasar el invierno en el castillo de Conwy, logró recuperar el control del castillo de Caernarfon en el 1295. Madog fue luego derrotado por un ejército por el conde de Warwick en Maes Moydog en Marzo del 1295 y en adelante, Gales fue administrada como si fuera parte de Inglaterra, la región había sido dividida en condados en el estatuto de 1284. Rhuddlan para recuperar los reinos tradicionales. Luego se erigió una nueva serie de castillos para garantizar la obediencia continua, que incluía el castillo de Beaumaris, quizás el mejor ejemplo sobreviviente de un castillo medieval concéntrico.
Administración en Inglaterra
Eduardo intentó evitar los errores de sus predecesores asegurándose de que su base de operaciones en Inglaterra estuviera segura. El rey también se aseguró de que sus barones y sus derechos estuvieran protegidos, y de que se mejorara la administración local, mediante un estudio de la tierra (1274-1275) y un mejor mantenimiento de registros (los cien rollos). En el 1275, el estatuto de Westminster codificó 51 nuevas leyes, muchas de ellas basadas en la carta magna. El juicio por jurado se hizo obligatorio (previamente el imputado debía consentirlo) y se designaron jueces de paz.
El modelo parlamentario se reunió por primera vez en el 1295, que tenía miembros del clero y caballeros, así como grandes propietarios, incluidos dos representantes de cada condado y ciudad (o distrito). La membrecía en el parlamento todavía se otorgaba sólo a aquellos con riqueza, pero era más amplia que nunca ya que Eduardo buscaba los mejores posibles para asegurar el apoyo a sus mayores demandas de ingresos. El parlamento también aprobó la campaña militar propuesta por Eduardo en Escocia. El rey podría no haber tenido ningún interés en limitar su propio poder o aumentar el de la élite, pero su convocatoria regular del parlamento con el propósito de aumentar los impuestos, sin embargo, impulso al órgano como una institución omnipresente en el gobierno inglés que adquirió un carácter y precedencia propia. La inclusión de miembros ricos pero sin título fue el comienzo de lo que se convertiría en la cámara de los comunes.
Otra consecuencia de la necesidad de fondos fue el ataque a la comunidad judía del reino. En el 1287, Eduardo comenzó a expulsar felizmente a todos los judíos de su reino, confiscando sus propiedades para aumentar sus arcas de guerra y apaciguar a la iglesia que consideraba a los prestamistas como una amenaza. Para el 1290, la política resultó en que casi todos los 2.000 judíos del reino se fueran, de una u otra forma y Eduardo estaba tan satisfecho con su política que la repitió en Gascuña (ver más abajo).
Ataques a Escocia
Eduardo, no estaba contento con gobernar en Inglaterra y Gales, sino que también puso su mirada en Escocia. El rey inglés esperaba hacerse con el control de dicho país a través de medios pacíficos cuando dispuso que su hijo se casara con Margaret, la doncella de Noruega, nieta y heredera del rey Alejandro III de Escocia (r. 1249-1286). Desafortunadamente, estos planes fracasaron cuando Margaret murió de una enfermedad en Orkney en Septiembre del 1290. Luego se requirió a Eduardo para decidir quién sería el sucesor de Alejandro, el poderoso noble Juan Balliol (n. 1249) o Roberto Bruce (n. 1210) en un evento a menudo llamado: "la gran causa". En el 1292, Eduardo se inclinó por Balliol, tal vez porque era el más débil de los dos y por lo tanto, podía ser manipulado más fácilmente. Al final, resultó que los propios escoceses, se cansaron de las respuestas ineficaces de Balliol al dominio de Eduardo y la rebelión abierta estaba en el aire.
El rey inglés estaba teniendo problemas en otros lugares. Gales estaba a punto de presenciar la rebelión liderada por Madog en el 1294 y Gascuña estaba bajo una seria amenaza en Francia, el único territorio del rey del otro lado del canal desde que su padre lo firmó en el tratado de París del 1259. La Gascuña que proporcionó un buen ingreso a través de los impuestos del floreciente comercio del vino, se perdió de hecho ante el ambicioso Felipe IV de Francia (r. 1285-1314) y los impuestos que Eduardo había decretado a los escoceses para pagar su fallida campaña en Francia, fue la gota que colmó el vaso. En el 1295, Escocia se alió con Francia formalmente, el primer movimiento en la alianza conocida como la "alianza Auld" y Balliol se sintió lo suficientemente seguro como para no rendir homenaje a Eduardo.
El rey Eduardo respondió enfáticamente a la desobediencia escocesa formando un nuevo ejército que condujo en persona a Berwick con una fuerza total que rondaba los 25,000 a 30,000 hombres. En Berwick, según el cronista del siglo XIV, Walter de Guisborough, Eduardo tenía la intención de arrasar la ciudad y así lo hizo, masacró a 11,060 de los residentes de la ciudad. El rey que se había ganado el apodo de "el martillo de los escoceses" estaba ahora decidido a la conquista total y en Junio, había avanzado un largo camino en dirección a dicho objetivo. Balliol se rindió después de la batalla de Dunbar (1296) tres varones ingleses fueron nominados para gobernar Escocia y Eduardo incluso robó la piedra de Scone (también conocida como la piedra del destino) que era un símbolo de la monarquía escocesa, trasladándola a la abadía de Westminster bajo la silla de coronación y sólo fue devuelta hasta el 1996. También hubo buenas noticias desde Francia, donde Gascuña fue devuelta a Eduardo, tras la intervención del papa en la disputa. Las relaciones amistosas entre las dos naciones se cimentaron con el matrimonio de Eduardo con la hija de Felipe III, Margarita y el compromiso del príncipe de Gales con Isabel, hija de Felipe IV de Francia.
Sin embargo, Escocia nunca estuvo del todo sometida y a pesar de las invasiones en el 1298 y en el 1300, estalló una gran rebelión liderada por el terrateniente (y más tarde caballero ) Guillermo Wallace (1270-1305) (estrella epónima de la película de 1995 "corazón valiente" y por sir Andrés Moray de Bothwell. Los rebeldes obtuvieron una valiosa victoria en Septiembre del 1297 en la batalla del puente de Stirling. Pero Eduardo al frente de su ejército en persona, ganó otro encuentro en Julio del 1298 en la batalla de Falkirk, donde murieron 20,000 escoceses. Luego Eduardo envió más ejércitos en el 1301 y en el 1303, recuperando el castillo de Stirling en el proceso, pero no fue hasta el 1305 que Wallace fue finalmente capturado en Glasgow y luego ejecutado como traidor en Londres. Aún así, en Febrero del 1306, los escoceses continuaron reuniéndose en torno de Roberto llamado el Bruce (n. 1274), el nieto del rival al trono de Juan Balliol en el 1292. Al hacerse rey en Febrero de 1306. Roberto contó con el apoyo de los barones del norte de Escocia, pero inicialmente se vio obligado a huir a Irlanda. Sin embargo, tanto él como los escoceses se beneficiaron enormemente de la repentina muerte de Eduardo y de la incompetencia de su sucesor; El rey Roberto gobernaría Escocia hasta el 1329
Muerte y sucesor
Eduardo murió de una enfermedad, probablemente disentería, a la edad de 68 años el 7 de Julio del 1307, en Burgh by Sands, cerca de Carlisle, cuando estaba a punto de participar en otra campaña contra los escoceses. Fue enterrado en la abadía de Westminster y bajo sus propias ordenes sobre su tumba se escribió la siguiente leyenda: "Eduardo I martillo de los escoceses. Mantengan la fe". Fue sucedido por su hijo Eduardo II de Inglaterra cuyo reinado, hasta el 1327 fue arruinado por la incompetencia militar, el patrocinio excesivo de sus amigos, la anarquía en casa entre sus propios barones y la cereza en un pastel nada espléndido, una rotunda derrota por parte de los escoceses en la batalla de Bannockburn en Junio del 1314. Otro Eduardo lo sucedería, Eduardo III de Inglaterra, nieto de Eduardo I y parte final del trío que completó el período "Eduardiano" de la Inglaterra medieval. (1272-1377).