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Arsínoe II (quien vivió en torno a 318/311 – en torno a 270/268 a.C.), hija de Ptolomeo I, se convirtió en una de las figuras más imperecederas de la Dinastía lágida o ptolemaica y dejó una huella indiscutible en la evidencia histórica. Se casó tres veces; primero con el general de Alejandro Magno llamado Lisímaco, después con su medio hermano Ptolomeo, apodado Keraunos (también escrito Cerauno), y al final con su hermano de padre y madre Ptolomeo II. Llegó a ser el modelo para las reinas ptolemaicas sucesivas, hasta Cleopatra VII.
Familia
Arsínoe, la hija mayor de Ptolomeo y Berenice, nació probablemente entre los años 318 y 311 a.C. en Menfis, la capital egipcia. Le pusieron el mismo nombre que el de una princesa macedonia (de una rama colateral descendiente de Alejandro I, quien reinó en torno al 498 – 454 a.C.), con quien su abuelo Lagos se había casado. Su padre Ptolomeo fue un amigo de infancia de Alejandro Magno y después de la muerte de este último (323 a.C.) fue nombrado gobernador (sátrapa) de Egipto. Ptolomeo estableció progresivamente su poder como dinasta y (tal como lo hicieron los otros diadochi, es decir, sucesores o diádocos) con el tiempo reclamó su reino (en torno a 305/304 a.C.). Así pasó a ser el fundador de la Dinastía lágida que gobernaría en Egipto hasta la muerte de Cleopatra VII (año 30 a.C.).
Berenice, la madre de Arsínoe, fue la cuarta esposa de Ptolomeo y ella misma ya se había casado antes con un noble macedonio llamado Filipo (a veces escrito Felipe). De este matrimonio anterior, ella fue la madre de Magas y por lo tanto, la abuela de Berenice II Euergetis. Nada se sabe de la infancia de Arsínoe. Sin embargo, después de su nacimiento, Ptolomeo I se mudó al palacio que se había construido recientemente en Alejandría (en torno a 311/310), donde Arsínoe y sus hermanos Filotera y Ptolomeo II debieron crecer junto con los hijos que su padre había tenido con sus otras esposas: Thais, Artacama y Eurídice. Al igual que Filipo II, Alejandro Magno y los otros sucesores, Ptolomeo era polígamo.
LA CIUDAD JÓNICA DE ÉFESO FUE RESTABLECIDA Y SE LE CAMBIÓ EL NOMBRE A ARSINOEA EN HONOR A ARSÍNOE.
Reina de Tracia y de Macedonia
Cuando se casó con el rey Lisímaco de Tracia (en torno a 300/299 a.C.), Arsínoe no era más que una joven adolescente, pero pronto dio a luz a tres hijos varones: Ptolomeo (299/298 a.C.), Lisímaco (297/296 a.C.) y Filipo (294/293 a.C.). Lisímaco tenía cincuenta y tantos años en el momento de la boda. Él era un amigo de infancia de su padre y de Alejandro Magno, además de haber sido nombrado gobernador de Tracia (lo que más o menos corresponde al área al este de Macedonia y al sur del Danubio). Desde allí expandió su dominio en dirección a Asia Menor, reclamó su reino (en torno a 305/304 a.C.) y con el tiempo capturó Macedonia (287 a.C.). Además se casó con una noble de nombre desconocido de Persia en la ceremonia en masa conocida como las Bodas de Susa (324 a.C.), también se casó con Nicea (en torno a 320/319 a.C.) y con Amastris (302 a.C.).
Aquí y allá, Lisímaco fue llenando su reino de ciudades que recibieron los nombres de miembros de su familia. Tales asentamientos servían funciones económicas y militares; también tenían un propósito simbólico e ideológico. Por ejemplo, después de su muerte, Lisímaco fue enterrado en su capital en Tracia, Lisimaquia o Lisimaquea, en el Lysimachaeum o templo de Lisímaco, el cual todavía existía 500 años después. Se le rindió culto póstumo con un templo, un altar, una imagen de culto y un sacerdote en una ciudad en la que se estableció y nombró en su propio honor. A una ciudad en Bitinia se le cambió el nombre en honor a Nicea (en torno a 300 a.C.), famosa por el posterior Concilio de Nicea. Amastris se estableció en una ciudad que llevaba su nombre en la costa Paflagonia (en torno a 295 - 290 a.C.).
Del mismo modo, la ciudad jónica de Éfeso (el emplazamiento del templo de Artemisa en Éfeso, una de las siete maravillas del mundo antiguo) fue restablecida y se le cambió el nombre a Arsinoea en honor a Arsínoe (en torno a 294 - 289 a.C.). Se emitieron monedas reales en las que se representaba la cabeza velada de la diosa de la ciudad, cuyos rasgos faciales bien se comparan con las monedas posteriores que llevan el retrato de Arsínoe. El reverso de estas primeras emisiones (en torno a 294 – 281 a.C.) muestra ya sea un arco y carcaj o un ciervo, los símbolos de Artemisa. Si pudiéramos ver a la misma Arsínoe en el retrato, esta acuñación sería una de las primeras representaciones de una mujer deificada. Sin embargo fue Lisímaco y no Arsínoe quien durante su vida recibió el culto de adoración como el héroe fundador de la ciudad (culto que fue revivido en tiempos del emperador Trajano, en el año 104 d.C.).
En la isla de Delos, un decreto (de fecha incierta, quizás en torno a 290 – 285 a.C.) alaba al «rey Lisímaco y a Arsínoe su reina» por las seguridades de su buena voluntad (eunoia) a favor de la buena fortuna (agathē tychē) de su pueblo. Es importante notar que Arsínoe es honrada públicamente (y no sólo mencionada por nombre sino que al dirigirse a ella se le llamaba basilissa, es decir, mujer de la realeza; ninguna de las otras esposas de Lisímaco está registrada en las inscripciones que han sobrevivido. Además, dicho decreto puede ser un testamento de su mediación en nombre de los isleños entre su padre, quien controlaba Delos, y su esposo. Para ilustrar más su prominencia pública, el hijo mayor de Arsínoe, Ptolomeo, le dedicó una estatua a su madre en nombre de su padre en la ciudad de Tebes, en Beocia (en torno a 284 – 281 a.C.).
Cambio de destino y fortuna
Arsínoe estuvo implicada en uno de los eventos más extraordinarios de la guerra de los diádocos, el cual no sólo condujo a la muerte del hijo mayor de Lisímaco, Agatocles, sino que al final también a la caída del propio Lisímaco. Se dice que Arsínoe manipuló a Lisímaco para que ejecutara a su hijo con Nicea porque temía por la vida de sus propios hijos en caso de que Agatocles subiera al trono después de la muerte de su padre. Sin embargo, hay fuentes que declaran que ella se enamoró de Agatocles pero que él la despreció. A Agatocles lo juzgaron, lo declararon culpable de conspiración contra su padre y fue ejecutado (en torno a 285 a.C.). Para cuando Lisímaco se dio cuenta de las maquinaciones de Arsínoe, ya era muy tarde. Sus amigos o bien lo abandonaron (y buscaron refugio bajo Seleuco I Nicátor en Babilonia) o habían sido asesinados en una purga en la corte.
Al morir Lisímaco, después de la batalla de Corupedio (281 a.C.) cerca de Sardis, Arsínoe se estableció en la ciudad jónica nombrada en honor suyo. Esto podría indicar que ella había representado el poder real de su esposo en Asia Menor. También ganó el control sobre Heraclea después de la muerte de Amastris (en torno a 284 a.C.) y aparentemente estuvo involucrada en los asuntos de Pérgamo, una ciudad en Eólida (al oeste de Asia Menor). Con la presencia del Ejército seléucida cerca de allí, los habitantes le abrieron las puertas a la ciudad. Arsínoe sólo pudo escaparse gracias a una artimaña. Vistió a una de sus ayudantes con sus vestiduras reales y así, mientras que la reina era transportada en la litera real por una escolta reforzada y sacada de la ciudad en harapos, su sirvienta era asesinada por uno de los generales de Seleuco.
Luego Arsínoe se instaló confortablemente en Casandrea, en la península Calcídica, junto con sus hijos y tropas mercenarias. Mientras tanto, su medio hermano apodado Cerauno («el Rayo») había asesinado a Seleuco y se había autoproclamado rey de Tracia y de Macedonia (dejándole el este a Antíoco, el heredero de Seleuco). Para legitimar su gobierno (y evitar un enfrentamiento violento con Arsínoe) ofreció casarse con ella y reconocer a sus hijos como los suyos. (Aparentemente, no había tenido hijos con otras mujeres y, por supuesto, nunca antes se había oído hablar de un matrimonio entre medios hermanos.) De hecho, la celebración de la boda tuvo lugar en Pela, la capital de Macedonia, en presencia del Ejército; después se celebraron festividades en Casandrea a una escala magnífica, casi divina.
Entonces Cerauno asesinó a los dos hijos varones más pequeños de Arsínoe; sólo el mayor, Ptolomeo, pudo escapar y refugiarse en Iliria. La misma Arsínoe estuvo forzada a irse de la ciudad y encontró su santuario en Samotracia, la isla sagrada de los grandes dioses Cabiros, donde más tarde se erigiría la célebre estatua de la victoria alada, Nike. Allí vivió en exilio esperando ver que su hijo subiera al trono de su padre. En agradecimiento por haberla refugiado, más tarde hizo construir una rotonda sobre el recinto de un templo que fue la estructura circular más grande de aquel tiempo. Cerauno pronto murió a manos de los galos mientras cruzaba los Balcanes hacia Grecia (279 a.C.) y en los años sucesivos de incertidumbre, Ptolomeo, el hijo de Arsínoe, era uno de los principales pretendientes al trono de Macedonia (279-277 a.C).
Al final, Arsínoe regresó a Egipto (en torno a 277-275 a.C., quizás con su hijo Ptolomeo con ella). Su padre había establecido a su hermano Ptolomeo II como corregente para asegurar una sucesión sin contratiempos (con lo cual se saltó a Ptolomeo Cerauno, su hijo mayor con su tercera esposa Eurídice). Antes de la muerte de Ptolomeo I, Ptolomeo II se había casado con una hija de Lisímaco, quien también se llamaba Arsínoe. Fragmentos de evidencia apuntan a una conspiración contra el rey en la cual estaba involucrada esta Arsínoe I. La retiraron de la corte y la enviaron a vivir con comodidad real a Coptos (actual Quift en el Alto Egipto). No está claro si esta conspiración existió o no antes del regreso de Arsínoe II ni tampoco está claro si fueron las maquinaciones de esta última. A Ptolomeo II se le acredita la construcción de los templos y la institución del culto a Ptolomeo I y a Berenice I, los «dioses salvadores (Theoi Sotēres)».
PTOLOMEO II SE CASÓ CON SU HERMANA DE PADRE Y MADRE, ARSÍNOE II. SU BODA SE COMPARÓ CON EL «MATRIMONIO SAGRADO» DE ZEUS Y HERA.
El evento más dramático que causó revuelo fue cuando Ptolomeo II se casó con su hermana de padre y madre Arsínoe II (en torno a 275/274 a.C.). Su boda se comparó con el «matrimonio sagrado» (hieros gamos) de Zeus y Hera, al igual que con el de Isis y Osiris. La reina estableció un festival anual en Alejandría en honor de Adonis, en el que Arsínoe se asimila a Afrodita y el rey a su amado Adonis, el único mortal en la mitología griega que murió y regresó del reino de Hades. Además, (en torno a 272 a.C.) se creó un culto oficial para los «dioses hermanos (Theoi Adelphoi)». El almirante ptolemaico que sirvió como primer sacerdote del culto real de los Theoi Adelphoi en Alejandría fundó un culto a Arsínoe en el cabo Zefirio (o Céfiro), cerca de Canopo, en el que ella se asimilaba a Afrodita como guardiana de los navegantes. A Arsínoe se le rindió culto de por vida bajo el epíteto «Filadelfo (la que ama a su hermano)» (en torno a 270 a.C.), el cual perduró por generaciones. Antes de su muerte, Arsínoe llegó a ser de modo nominal una diosa con un templo compartido (synnaos thea) en todos los templos de Egipto. A través de la esfera de influencia ptolemaica se erigieron estatuas en lugares públicos, se establecieron templos y sacerdocios, se celebraron festivales con procesiones; todo esto en su honor.
Después del matrimonio de los hermanos, se estableció una titulatura real egipcia para ella (274 a.C.), la cual no tenía precedentes en el período faraónico (y que no se repitió, sino hasta la llegada de Cleopatra VII). Mientras que estaba vivita y coleando, a Arsínoe II se le llamaba con títulos tales como «Señora, Magnánima», «Señora de encanto, dulce enamorada», «Bella de apariencia, quien llena el palacio con su belleza», «Quien ha recibido las cobras de las dos coronas», «Amada del Carnero, quien sirve al Carnero» [de Mendes], «Hermana real», «Gran esposa del rey [Ptolomeo II], su bienamada», «Reina de los Dos Reinos», «Hija real del rey de los Dos Reinos, Ptolomeo [I], la diosa que ama a su hermano».
Las inscripciones que han sobrevivido dan testimonio del lugar destacado y continuo que Arsínoe tenía sobre la corte real de Alejandría y sobre las relaciones exteriores. Acompañaba a Ptolomeo II para inspeccionar las fronteras en el Sinaí, donde visitaban templos importantes durante el viaje a través del Delta del Nilo (especialmente en Mendes, donde la reina se estableció como la gran sacerdotisa del carnero sagrado localizado allí). En Atenas, la asamblea democrática honró a Ptolomeo y a su hermana (sin mencionar su nombre ya que esto hubiera sido considerado deshonroso) por su apoyo a «la libertad común de los griegos» contra el creciente dominio del rey macedonio Antígono II Gónatas. Alrededor de esa misma época, los habitantes de la recientemente establecida colonia (polis) de Metana en el Peloponeso le dedicaron a Poseidón dos estatuas del «rey Ptolomeo y Arsínoe Filadelfo» en la isla vecina de Calauria (actual Poro). El significado de tal pareja esculpida reside en el hecho de que debieron erigirse esculturas similares a través de los territorios de la esfera de influencia ptolemaica.
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Representación en el arte helenístico
Arsínoe II se convirtió en una de las reinas más veneradas de la Dinastía lágida; fue representada en obras de arte que iban desde esculturas monumentales y escenas en relieve en los templos hasta monedas en miniatura y gemas talladas. De hecho, no es una exageración afirmar que Arsínoe debió estar presente por doquier siglos después de su muerte. Ese protagonismo por sí solo es testamento de su papel ejemplar en la creación del modelo de reina helenístico.
Naturalmente, el gobierno conjunto entre hermanos presentaba a Arsínoe II y a Ptolomeo II como iguales. Aunque nunca tuvieron hijos (y quizás nunca tuvieron intenciones de tenerlos porque Ptolomeo II mantenía varias amantes), reinaron juntos como soberanos divinos sobre el reino ptolemaico y su esfera de influencia (que se extendía desde Egipto y la costa de Libia hasta partes del Levante y de Asia Menor llegando al Egeo y al Mar Negro.
Una escena en relieve esculpida sobre piedra caliza de la capilla de Ptolomeo II en Tanis (actual San al-Hagar) que en el Delta del Nilo retrata a la pareja real frente a frente ilustra su paridad. El rey está parado en lo que de acuerdo al canon egipcio es el lado mortal de la imagen; lleva la doble corona del Alto y del Bajo Egipto (pschent) y sostiene un waz, es decir, un cetro en su mano derecha y en su mano izquierda levantada blande un rayo. Este último atributo no pertenece a la iconografía faraónica, sino que deriva de la imaginería de Zeus y de Alejandro Magno y difícilmente representa al rey como un mortal normal. A Ptolomeo II se le identifica por su cartucho jeroglífico con el nombre del trono «wśr-kȝ-n-Ra mrỉ-Ỉmn» (Fuerte Ka de Ra, Amado de Amón).
Por su parte, Arsínoe está parada en el lado divino; a ella se le identifica por su cartucho jeroglífico como «ẖnm.t-ỉb-nśw mrỉ.t-nṯr.w» (Quien une su corazón con el rey, Amada de los dioses). Con una mano ella sostiene un cetro en forma de papiro y con la otra el signo de Ankh o Anj, lo que demuestra su inmortalidad. La reina viste un vestido largo entallado y un collar, un gorro en forma de buitre sobre una peluca de cabellos largos y una corona compuesta que fue especialmente diseñada para ella. Se compone de la corona roja del Bajo Egipto (deshret) adornada con dos plumas largas (shuty), con cuernos de carnero emparejados en espiral que están rebasados por cuernos de vaca en forma de lira que encierran el disco solar y sobre la parte de enfrente hay una cobra erguida (ureo). La corona de Arsínoe la asimila a la consorte divina del rey y la identifica con las diosas Maut (o Mout) y Hathor.
La divinidad de Arsínoe también fue conmemorada con celebraciones como homenaje de culto durante las cuales se usaban jarros de plata bañados en oro o jarros de fayenza (oenochoae) para servir el vino. Éstos muestran a la reina bajo la apariencia de Agathe Tyche (Tique, la personificación de la buena fortuna) mientras sostiene una cornucopia (dikeras) en una mano y vierte libaciones de vino sobre un altar con la otra. Las dikeras, dicho sea de paso, eran un doble cuerno de la abundancia especialmente creado para Arsínoe II y ulteriormente se lo apropió Cleopatra VII. El atributo se presenta de manera destacada en el reverso del octodracma de la reina (ver ilustración).
En el magistral retrato doble del llamado Camafeo Gonzaga (ver ilustración), el yelmo del rey adornado con una cimera está sujeto con una guirnalda de laurel y decorado con una serpiente alada (ureo); su busto está drapeado con un vellón escamado (aegis) decorado con la cabeza de Medusa y de Fobo (la personificación del terror). La cabeza de la reina luce un velo adornado con guirnaldas de espiga de trigo, lo que la asocia con la fertilidad natural. Por ende, la representación de la pareja real es aquella de los soberanos del Olimpo. Al camafeo de ónice sardo que ha tomado su nombre de los duques de Mantua durante el Renacimiento es una obra maestra en miniatura del arte helenístico.
Se emitieron dos tipos de moneda principales, o mejor dicho medallones de oro, en los que se retrata a la reina. En uno de estos se representa a Ptolomeo I y Berenice I sobre el obverso y a sus hijos Ptolomeo II y Arsínoe II en el reverso (lo que expresa el linaje dinástico que desciende por ambas partes de Lagos y Arsínoe). En el otro tipo de moneda, que se convirtió en una de las más imperecederas entre la acuñación ptolemaica, Arsínoe está representada sola en el obverso. Sus atributos (el velo, la corona, el cetro con punta en forma de flor de loto y el cuerno de carnero alrededor de la oreja) son símbolos de su estatus como consorte divina del rey y de los dioses Zeus y Amón (y por lo tanto, la identifican como a las diosas Hera y Dione).
Muerte y repercusiones
Arsínoe II todavía no había cumplido los 50 años cuando murió, aunque hay que admitir que la fecha de su muerte, 270 o 268 a.C., es objeto de disputa entre los estudiosos. El poeta Calímaco, quien luego compuso Coma Berenices (La cabellera de Berenice), honró el pasaje de la reina de la vida a la muerte con un himno que describía su apoteosis cuando ella se desplaza más allá de la luna llena a su lugar en el cielo debajo del asterismo del Arado (o Carro), mientras tanto, la población se lamenta y la llora.
Poco tiempo después de su muerte, su hermano designó un corregente cuyo nombre era Ptolomeo «el Hijo» (quien reinó de 267 a 259 a.C.). Esta fraseología indica que el corregente no puede ser el difunto Ptolomeo III, sino alguien quien no era el hijo biológico de Ptolomeo II. El candidato más obvio debe ser el hijo mayor de Arsínoe, Ptolomeo (lo que significa que al final de sus días consiguió establecerlo como sucesor del trono, aunque no del de Macedonia ni del de Tracia, sino del Reino ptolemaico). Al final, su hijo se peleó con su tío y reclamó el trono en Telmeso (en torno a 258/256 – 240 a.C.), una ciudad en Licia (al suroeste de Anatolia).
En raras ocasiones los autores de la Antigüedad ofrecen más información que la biografía básica sobre las mujeres de la realeza (con la destacada excepción de las reinas Olimpia y Cleopatra). En la corte real de Alejandría se notó la influencia de Berenice, la madre de Arsínoe, (pero nada más). El papel destacado de Arsínoe en la corte real de Lisímaco puede que no fuera algo excepcional entre las mujeres de la realeza helenística; puede ser una casualidad en la transmisión de la evidencia que sepamos más sobre ella que sobre otras reinas contemporáneas, o quizás se deba a su carrera posterior.
Cuando regresó a Egipto fue ella quien estableció un precedente para la soberanía femenina que cambiaría la posición de las reinas helenísticas en Egipto y más allá. Hubo ciudades fundadas o restablecidas en su honor; se la mencionaba por nombre y título en los decretos públicos; en las monedas estaba representada como una diosa; se fundaron lugares de culto y hubo festivales para venerarla; y se erigieron estatuas en su honor, no solo en Egipto, sino también a través de la esfera de influencia ptolemaica. Cuando Cleopatra VII subió al trono más de 200 años más tarde, se puede decir verdaderamente que su modelo fue Arsínoe II.
Edilsa Sofía es una antigua diplomática y educadora, especialmente interesada en las Artes y los asuntos culturales. Además de otros grados, tiene una maestría en traducción literaria.
Branko van Oppen es un comisario o curador de exposiciones y un investigador independiente especializado en las reinas ptolemaicas así como en la ideología y el arte helenístico.
Oppen, B. v. (2020, febrero 03). Arsínoe II Filadelfo [Arsinoe II Philadelphus].
(E. S. Monterrey, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-18744/arsinoe-ii-filadelfo/
Estilo Chicago
Oppen, Branko van. "Arsínoe II Filadelfo."
Traducido por Edilsa Sofia Monterrey. World History Encyclopedia. Última modificación febrero 03, 2020.
https://www.worldhistory.org/trans/es/1-18744/arsinoe-ii-filadelfo/.
Estilo MLA
Oppen, Branko van. "Arsínoe II Filadelfo."
Traducido por Edilsa Sofia Monterrey. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 03 feb 2020. Web. 25 dic 2024.
Licencia y derechos de autor
Escrito por Branko van Oppen, publicado el 03 febrero 2020. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.