Alejandro I de Escocia reinó desde 1107 hasta 1124. Alejandro continuó con la reorganización de la Iglesia escocesa, tomando como modelo la organización de la Iglesia católica romana, y fundó el famoso priorato de Scone, lugar de aclamación de los reyes escoceses, que más tarde se convirtió en la abadía de Scone. El rey reforzó las relaciones pacíficas con Inglaterra al casarse con una hija de Enrique I de Inglaterra (que reinó de 1100 a 1135). En su reinado se acuñó la primera moneda de Escocia y se produjo una cierta modernización del gobierno local. Alejandro murió en 1124 y le sucedió su hermano David I de Escocia (que reinó de 1124 a 1153), quien continuó la política de su predecesor para crear un reino más unificado.
Juventud
Alejandro nació hacia 1077 d.C., como miembro de la Casa de Canmore. Su padre era Malcolm III de Escocia (que reinó de 1058 a 1093 d.C.) y su madre inglesa era la reina Margarita (c. 1046-1093 d.C.), más tarde conocida como Santa Margarita de Escocia. Malcolm III se casó con su segunda esposa, Margarita, una princesa sajona, en 1070, después de que ella se refugiara en Escocia de la conquista normanda de Inglaterra. Margarita llevó ciertos aspectos de la cultura inglesa a la corte escocesa y promovió el catolicismo romano frente al cristianismo gaélico que había prevalecido hasta entonces. Cuando tanto Malcolm como Margarita murieron en 1093, hubo una reacción contra esta anglización, y los príncipes y princesas reales, incluido Alejandro, se vieron obligados a abandonar Escocia y encontrar seguridad en el norte de Inglaterra.
El hermano menor de Malcolm III, Donald, subió al trono como Donald III de Escocia (quien reinó de 1093 a 1097). El reinado de Donald fue interrumpido brevemente por su sobrino Duncan (hijo de Malcolm y su primera esposa Ingibiorg) en 1094. Donald recuperó el trono, pero solo fue un breve respiro, ya que el hermano mayor de Alejandro, Edgar, regresó a Escocia y se hizo con el trono en 1097. Edgar nombró a su hermano Alejandro conde de Gowrie. Cuando Edgar murió con apenas 33 años y sin hijos en enero de 1107, Alejandro se convirtió en rey como Alejandro I de Escocia. El nuevo rey siguió los deseos de su hermano y permitió a su otro hermano David gobernar las tierras bajas de Escocia (Lothian, Teviotdale y el sur de Strathclyde) mientras él gobernaba el resto del reino. Alejandro había intentado negar a David estas tierras, pero su hermano se había convertido en un favorito particular de Enrique I de Inglaterra, por lo que el rey escocés pudo haber actuado por miedo a las represalias inglesas más que por amor fraternal. La vena despiadada de Alejandro se reveló en 1107 con su decisión de ejecutar a Donald III, que había estado languideciendo en una celda durante los últimos diez años.
La modernización de Escocia
Alejandro se impuso la difícil tarea de modernizar su reino medieval, que había cambiado poco en los siglos anteriores. Se introdujeron monedas, o más propiamente: las monedas escocesas más antiguas que se conservan datan del reinado de Alejandro. El rey creó nuevos cargos, que ya existían en Inglaterra; entre ellos el canciller, los condestables y los sheriffs, que ayudaron a implementar la voluntad de Alejandro en todo el reino.
Alejandro continuó con la política de su madre, la reina Margarita, y se interesó mucho por los asuntos eclesiásticos. Invitó a más sacerdotes del norte de Inglaterra para que ayudaran a modernizar la Iglesia escocesa y sentó las bases para dividir Escocia en diócesis, cada una dirigida por un obispo, como en el sistema administrativo de la Iglesia católica romana que se observa en otros países europeos. Alejandro también nombró al monje benedictino Turgot de Durham (c. 1050-1115) (que fue capellán privado de la reina Margarita) como obispo de San Andrés y, por tanto, jefe de la Iglesia escocesa. Cuando Turgot murió en 1115, los lazos con Inglaterra continuaron con su sucesor Eadmer de Canterbury (c. 1060 - c. 1126). Sin embargo, Alejandro estaba decidido a mantener la independencia de la Iglesia escocesa, y se resistió activamente a los intentos de los arzobispos de York y Canterbury de interferir directamente en los asuntos eclesiásticos de su reino. Este sentimiento de independencia se recoge en las cartas que el rey escribió al Papado en Roma.
Hubo resistencia a estas políticas de modernización, sobre todo en la parte norte de su reino. Los pueblos celtas, mucho más tradicionales, de Mearns y Moray fueron empujados por la fuerza hacia el norte, a la región de Ross, y el rey pasó a ser conocido como "Alejandro el Feroz" o "el Fuerte", según las crónicas medievales. Este es el origen más probable de su apodo que su reputación de perseguir y colgar a los ladrones, tan citada a menudo. El rey era ciertamente un líder militar práctico, y se sabe que llevaba una armadura turca y montaba un semental árabe.
Probablemente, como agradecimiento al éxito de sus campañas en el norte, Alejandro fundó el priorato de Scone, en Perthshire, hacia 1115. Scone era el lugar tradicional de coronación de los reyes escoceses y donde se encontraba la famosa Piedra de Scone (también conocida como Piedra del Destino), que era un potente símbolo nacional de la nación escocesa. Alejandro invitó a los canónigos agustinos de la abadía de Nostel, en Yorkshire, a fundar el priorato, que más tarde se convirtió en una abadía de pleno derecho y en sede de coronaciones. Sin embargo, el control de Alejandro sobre su reino distaba mucho de ser absolutamente seguro, ya que Escocia aún estaba formándose como una sola nación. Como dicen los cronistas, "mantuvo su reino con mucho esfuerzo" (Oram, 63).
Relaciones con Inglaterra
Los monarcas escoceses habían resuelto por fin los asuntos con los nórdicos, una presencia de larga data en el este de Escocia. En 1098, el rey Edgar había firmado un tratado de paz con Magnus "el Descalzo" que le concedía las islas occidentales. Mientras tanto, las relaciones con Inglaterra eran, por una vez, pacíficas, ya que en 1100, la hermana de Alejandro, Edith, se había casado con Enrique I de Inglaterra y había cambiado su nombre por el de Matilda. La alianza se reforzó aún más cuando Alejandro aceptó convertirse en vasallo feudal de Enrique. Otro vínculo entre los dos monarcas se forjó cuando Alejandro se casó con Sibylla, la hija ilegítima del rey inglés. Las crónicas medievales escocesas describen de forma poco halagadora a Sibylla como carente tanto de apariencia como de modestia. La relación entre los dos países fue más allá de los meros lazos diplomáticos cuando Alejandro dirigió personalmente un ejército escocés para ayudar a Enrique en su campaña de 1114 en Gales.
Muerte y sucesión
Alejandro murió el 23 de abril de 1124 en el castillo de Stirling, cerca de la capilla que había fundado, y fue enterrado en Dunfermline. El rey tuvo un hijo ilegítimo, Malcolm, que contó con cierto apoyo, sobre todo en las zonas más gaélicas de Escocia. La pretensión de Malcolm al trono se vio reforzada cuando se casó con la hermana de Somerled, el señor de Argyll. Sin embargo, la legitimidad seguía siendo un requisito crucial de la monarquía y el hermano menor de Alejandro, David, asumió el trono como David I de Escocia en 1124. El nuevo rey sofocó entonces una grave rebelión en apoyo de Malcolm en 1125. Sin embargo, el hombre que iba a ser rey no se rindió y en 1130 se produjo otra rebelión, esta vez con el apoyo de Angus, gobernante de la región de Moray y descendiente de Macbeth, rey de Escocia (de 1040 a 1057). Una vez más, David aplastó a su contrincante en el campo de batalla, Angus fue asesinado y cuatro años después Malcolm fue encarcelado en el castillo de Roxburgh. David fue de menos a más y forjó un reino escocés más grande y más unificado que nunca. La Casa de Canmore seguiría gobernando Escocia hasta la muerte de Alejandro III de Escocia (quien reinó de 1249 a 1286).