Un templo (del latín templum) es una estructura generalmente construida con el propósito de, y siempre dedicada a, actividades religiosas o espirituales que incluyen oración, meditación, sacrificio y adoración. El templum era un recinto sagrado definido por un sacerdote (augur) como la morada de un dios o dioses y la estructura construida allí se creaba para honrar al deus loci, el espíritu de un lugar determinado. Los primeros templos se construyeron en sitios en los que la gente sentía una cualidad numinosa que indicaba la presencia de un dios, dioses o espíritus. Algunos de los primeros ejemplos de estos templos al aire libre que aún existen se encuentran en Orcadas, Escocia, en sitios como el Ness de Brodgar. En todo el Reino Unido, se sabe que los círculos de piedra y las estructuras del período neolítico alguna vez se usaron para ceremonias religiosas, ya fuera a gran escala, como en Brodgar o en sitios más modestos como el cairn de Clava. También se cree que los templos mayas comenzaron como modestos sitios al aire libre antes del surgimiento de los grandes templos piramidales como El Castillo de Chichén-Itzá. La palabra templo data de alrededor del siglo VI a.C. en referencia a los lugares de culto romanos.
El templo Göbekli Tepe
El templo más antiguo que se conoce es el de Göbekli Tepe, en el sureste de Turquía, que tiene 11.500 años y está decorado con relieves y pictogramas de varias plantas y animales que se cree que representan a los dioses de ese lugar. El templo es una construcción extraordinaria de la era neolítica con pilares en forma de T y grabados que aún no se han entendido por completo. Sin embargo, el diseño del templo con una gran sala hacia el frente (posiblemente dedicado a funciones públicas) se reconoce en templos posteriores de otras culturas. Las plantas y animales tallados en piedra en el templo Göbekli Tepe sugieren un enfoque animista en la estructura de creencias de quienes construyeron el sitio. El animismo es la creencia religiosa primitiva de que todo en la tierra, ya sea animado o inanimado, posee un alma o inteligencia que debe ser reconocida y respetada. Esta creencia la compartían los nativos americanos de América del Norte, los mayas, el sistema de creencias chino del taoísmo y la religión japonesa del sintoísmo, entre otros. Los egipcios, por nombrar otro ejemplo, creían que toda vida era sagrada.
Templos en el antiguo Egipto
En las costumbres religiosas del antiguo Egipto, el templo se consideraba "el horizonte" de un ser divino, el punto en el que el dios manifestaba su existencia en la creación, y por lo tanto, cada lugar sagrado tenía un vínculo con un pasado muy lejano y honraba a un dios específico. El templo también era un espejo del universo y una representación del ben-ben, el montículo sagrado que surgió del caos por voluntad de Amón al principio de los tiempos. Al igual que en la antigua Mesopotamia, el templo en Egipto se consideraba literalmente el hogar del dios a quien estaba dedicado. El templo de Hathor en Dendera se consideraba su casa y los sacerdotes y sacerdotisas de Hathor cuidaban de la diosa tal y como lo harían con una persona viva de carne y hueso. Todos los templos egipcios seguían el mismo diseño básico (que se cree que fue decretado por los propios dioses): un patio delantero y un área de recepción para reuniones públicas con una serie de columnas e inclinaciones que se elevaban más y más hacia habitaciones cada vez más pequeñas hasta llegar a la habitación del santísimo o del santo entre los santos, donde se creía que residía el dios cuando visitaba la tierra. Solo el sumo sacerdote del templo dedicado a aquel dios podía entrar a la habitación del santísimo y comulgar con la deidad.
Templos mesopotámicos
Los antiguos templos mesopotámicos cumplían muchas funciones. No solo eran la casa de la deidad local o del dios patrón de la ciudad, sino que también funcionaban como los centros administrativos de las primeras ciudades de Sumeria. Los sumerios consideraban la ciudad de Eridu como la primera ciudad del mundo, creada por los dioses la victoria del orden sobre las fuerzas del caos. Se pensaba que el origen de los decretos de la civilización (los me sagrados) provenía del templo de esa ciudad, donde vivía el dios de la sabiduría, Enki. La diosa Inanna robó los me de Enki después de una fiesta y se los llevó a Uruk, que está considerada por los académicos como la primera ciudad del mundo y que en algún tiempo fue una de las más grandes y prósperas. Se cree que la historia de Inanna llevando el me de Eridu a Uruk simboliza la transferencia de poder de una ciudad a otra y, específicamente, de un templo (un lugar sagrado) a otro. En un principio, Uruk estaba gobernada por un sacerdote-rey, y se cree que muchas de las primeras ciudades mesopotámicas seguían el mismo modelo, según el cual el templo era la sede de la autoridad tanto religiosa como secular. Sin embargo, incluso después del ascenso de los reyes seculares, el templo siguió la estructura central en todas las ciudades de Mesopotamia, en las que servía como sede de la realeza y de la administración y organizaba la distribución de comida entre la gente.
El templo en el judaísmo
En el judaísmo, el idioma hebreo antiguo original no habla de un templo sino de un "santuario", un "palacio" o un "salón". Los dos templos antiguos de Jerusalén se conocían como Beit Hamikdash, que se traduce literalmente como "la casa santa". Los hebreos o bien copiaron este concepto de los egipcios o bien llegaron de forma independiente a la misma idea que esta otra civilización: que el templo era la casa del dios. El monte del templo en Jerusalén es el sitio donde se construyeron el primer templo de Salomón, así como el segundo templo, y en el centro del templo estaba el Sanctasanctórum, "santo de los santos", en el cual, como en Egipto, solo podía entrar el sumo sacerdote. La palabra griega sinagoga acabó describiendo los lugares de culto judíos durante el cautiverio de Babilonia y significaba "reunirse". Las palabras hebreas originales Bet Knesset, "casa de reunión", y sinagoga designan los templos judíos en la actualidad.
Templos griegos antiguos
La mayoría de las construcciones religiosas griegas en la actualidad se denominan templos, pero los paganos griegos (conocidos como paganos tan solo después del surgimiento del cristianismo) habrían llamado a un lugar sagrado temenos, recinto sagrado. La sacralidad del lugar tenía que ver enteramente con el espíritu del dios que residía allí, no con cualquier edificación que se construyera posteriormente en el lugar, como es el caso del templo de Deméter en Eleusis, el templo de Artemisa en Éfeso o el famoso Partenón de Atenas que albergaba la estatua de Atenea Parthenos (Atenea la Virgen, diosa patrona de la ciudad). Por lo tanto, la construcción que albergaba la estatua era sagrada debido a la presencia original divina o a alguna gran hazaña realizada por el dios de aquel lugar. El templo de Afaya, en la isla de Egina, es solo un ejemplo del templo como hogar de la deidad del lugar. Se pensaba que la diosa Afaya vivía en el templo para cuidar personalmente a la gente de la isla.
Los templos en China e India
En China, los primeros templos honraban a Xi'an (el cielo), que representaba tanto la creación como el orden divino. Xi'an era el equivalente del concepto de una deidad todopoderosa, pero también del cielo y el hogar glorioso de los antepasados. Sin embargo, no todos los templos en China honraban a una deidad. El Templo de Confucio en la ciudad de Qufu honra al filósofo Confucio. Fue construido en su ciudad natal en 478 a.C. y se cree que el templo canaliza la paz y la tranquilidad, pero no pretende albergar una deidad. Esto también se aplica para los templos sintoístas en Japón, los cuales siempre se construyen en acuerdo con los espíritus del área y sus deseos, pero no están dedicados a nadie ni son el hogar de ningún dios en particular. Los templos y santuarios sintoístas comparten una característica común con los de la India, donde los altares suelen estar adornados con imágenes o estatuas del dios o dioses que se honran allí. La diferencia significativa es que los templos sintoístas honran a los espíritus del lugar mientras que los templos hindúes veneran a los dioses, aunque los dioses adorados y honrados están asociados de alguna manera con el área del templo. El interior de los templos de toda la India, con pocas excepciones, sigue la forma y la estructura básica del templo de Göbekli Tepe que, como se señaló anteriormente, ha servido como paradigma subyacente para otros templos de todo el mundo, sin importar la forma que adopten sus fachadas.
Los templos romanos
En la antigua Roma los rituales que se seguían para erigir eran realizados por un sumo sacerdote, un augur, quien, a través de la observación del vuelo de los pájaros u otros fenómenos naturales, llegaba a conocer cuál era el lugar o loci del dios. Los templos romanos generalmente miraban hacia el oriente o hacia el sol naciente, aunque una excepción notable es el gran Panteón, que mira hacia el norte (el cual solo se conservó después del surgimiento del cristianismo debido a que se convirtió en una iglesia en lugar de ser destruido y reconstruido, que fue el destino de la mayoría de los templos "paganos"). En la antigua Roma, solo las deidades originarias del panteón romano tenían un templum; cualquier otra edificación en honor a una deidad extranjera se llamaba fanum. Los visitantes de Roma podían adorar en el fanum a sus dioses nativos, pero también debían adorar a los dioses de Roma en los templos. Tras el surgimiento del cristianismo, la mayoría de las congregaciones cristianas rechazaron la palabra templo, por sus connotaciones paganas, y en su lugar favorecieron designaciones como iglesia o catedral, aunque la Iglesia ortodoxa oriental todavía usa la palabra para referirse a sus lugares de culto.