El Nuevo Ejército Modelo fue creado en febrero de 1645 por los parlamentarios durante las guerras civiles inglesas (1642-1651) que acabaron con la monarquía en Inglaterra para crear una república. Este era un ejército profesional en términos de personal, entrenamiento y liderazgo, y se formó después de fuertes derrotas ante los realistas a principios de la guerra.
Su primer comandante fue Sir Thomas Fairfax (1612-1671) luego Oliver Cromwell (1599-1658) le siguió, desde 1650. La fuerza constaba de unos 68000 hombres en su apogeo a principios de la década de 1650. La estructura organizativa del ejército parlamentario sentó las bases para el ejército británico profesional de los siglos posteriores.
Guerra civil
Carlos I de Inglaterra (que reinó de 1625-1649) se consideraba a sí mismo un monarca con poder absoluto y derecho divino para gobernar, pero su renuencia a pactar con el Parlamento, particularmente en cuestiones de dinero, condujo a una guerra civil de 1642 a 1651. Los "cabezas redondas" (parlamentarios) y los "caballeros" (realistas) se enfrentaron en más de 600 batallas y asedios del que fue un conflicto sangriento y prolongado. Las regiones norte y oeste de Inglaterra permanecieron en gran medida leales a la monarquía, pero el sureste, incluido Londres, estaba controlado por el Parlamento.
Fracasos tempranos
La derrota en Roundway Down en julio de 1643 vio la casi destrucción del ejército parlamentario de la Asociación Occidental de varios condados del suroeste dirigido por Sir William Waller (1597-1668). Uno de los problemas para los parlamentarios fue que su mejor fuerza, los regimientos de Londres, no estaban disponibles para un servicio prolongado ya que su ausencia de la capital afectó gravemente la actividad comercial. En consecuencia, en marzo de 1644, el Parlamento liberó más fondos para un ejército permanente, pero no fue suficiente.
La nueva fuerza luchó en Cropredy Bridge el 28 de junio y en la Segunda Batalla de Newbury el 27 de octubre de 1644. Carlos I lideró personalmente a su ejército en la primera batalla y ganó, la segunda vio que ninguno de los bandos ganaba, a pesar de que los parlamentarios doblaban en hombres a sus contrarios. Estos reveses nuevamente llevaron a una discusión parlamentaria. Oliver Cromwell, un caballero rural y líder militar visionario solicitó al parlamento, en diciembre de 1644, discutir sobre cómo formar un ejército superior. Lo que se necesitaba era una fuerza profesional y permanente que pudiera hacerse con el territorio que sus comandantes consideraran por el tiempo que fuera necesario para obtener la victoria, lo cual se mostraría muy importante dado que en la guerra hubo muchos asedios prolongados. Otra debilidad había sido la competencia entre los diversos ejércitos de la Asociación y la ausencia de una jerarquía absoluta.
El 4 de febrero de 1645, el Parlamento sancionó la formación de una fuerza de combate profesional: el Nuevo Ejército Modelo. Los costos se cubrieron con impuestos y gravámenes especiales muy impopulares. Aunque la mayoría de los soldados eran voluntarios de varios ejércitos existentes, la meta de reunir 14400 soldados resultó poco realista y se necesitó reclutar a varios miles de soldados de infantería. Con estas debilidades inherentes, los parlamentarios habían ideado una forma de ganar la guerra, pero no cómo mantener el control duradero de su nueva república.
Estructura de mando y organización
Un acontecimiento significativo en el ejército de Inglaterra fue la decisión del Parlamento, a partir de abril de 1645, de prohibir que cualquiera de sus miembros fuera también comandante militar. El efecto de la Ordenanza de abnegación fue destituir a cualquier comandante que fuera políticamente poderoso, pero sin capacidad militar. No solo las tropas ahora eran profesionales, sino también los oficiales superiores. Sir William Waller estuvo entre quienes tuvieron que renunciar a sus mandos. El primer comandante general del Nuevo Ejército Modelo fue Sir Thomas Fairfax, un hombre de talento y experiencia.
El Nuevo Ejército Modelo estaba compuesto inicialmente por 11 regimientos de caballería, 12 regimientos de infantería, un regimiento de dragones (híbrido de caballería-infantería) y dos compañías de 'firelocks' (artillería y mosqueteros). Cada regimiento llevaba el nombre de su coronel al mando. También hubo algunos ejércitos parlamentarios que inicialmente no fueron absorbidos por el Nuevo Ejército Modelo. Los 24 regimientos crecieron hasta convertirse finalmente en casi 100, según las circunstancias. El ejército ampliado se dividió así en 62 regimientos de infantería, 28 de caballería, 4 de dragones y varios regimientos de artillería. En su apogeo, el Nuevo Ejército Modelo contaba con unos 68000 hombres.
El comandante en jefe estaba asistido por el teniente general de caballería, el sargento mayor general de infantería y el teniente general de artillería, quienes comandaban respectivamente los regimientos de caballería, infantería y artillería. Estaba el comisario general de víveres, que se ocupaba de los suministros de alimentos, y varios otros oficiales de personal de niveles inferiores que coordinaban la logística necesaria para mantener a los regimientos activos en el campo de batalla.
Cada regimiento de infantería, en plena dotación, estaba compuesto por unos 1200 hombres organizados en diez compañías de distinto tamaño según la antigüedad del oficial al mando. Sin embargo, los regimientos rara vez tenían toda su fuerza, y era típica una fuerza de 500 a 700 hombres. Las compañías podían unirse para crear divisiones, una clasificación bastante vaga que dependía de las necesidades tácticas del enfrentamiento.
A las órdenes del coronel al mando del regimiento había un teniente coronel, un sargento mayor y los capitanes de compañía. Cada capitán tenía un teniente y varios sargentos que eran responsables de mantener el orden y asegurarse de que todos tuvieran un suministro de pólvora y municiones. El rango más bajo era el de cabo, quien se encargaba de varios soldados rasos, particularmente si estos se unían por primera vez al ejército. Para cada compañía había un alférez que portaba los colores del regimiento y dos tamborileros que dictaban a la tropa qué posiciones debían tomar, cuándo avanzar, retirarse, etc. Las banderas también se usaban en la batalla para organizar los movimientos de tropas.
El regimiento de dragones constaba de alrededor de 1000 infantes montados, es decir, desmontaban para la batalla, al menos en la primera parte de la guerra. Finalmente, se convirtieron en caballería regular. Los regimientos de caballería estaban organizados cada uno en 6 a 8 unidades de 60 a 80 jinetes. El coronel (o el teniente coronel), el sargento mayor y los capitanes dirigían cada uno una unidad que finalmente se fijó en seis unidades de 100 jinetes. La diversidad en la composición de la caballería se reflejó en unidades especiales como la propia fuerza de caballería de Cromwell, conocida como “Los Ironsides”, que contaba con 14 unidades.
La artillería fue vital en la guerra del siglo XVII. El Nuevo Ejército Modelo comenzó con 56 cañones, pero la fuerza se expandió con el tiempo, especialmente con cañones capturados al enemigo. La artillería y sus operadores estaban protegidos por dos compañías de mosqueteros con modernas armas de pedernal para evitar el uso de los viejos fósforos de combustión lenta que podrían hacer estallar la pólvora cercana.
Paga y alimentación
La mayoría de los soldados eran voluntarios y luchaban por convicciones políticas y religiosas ya que, para ellos, el rey era un gobernante malvado. Se creía que Dios castigaría al rey Carlos y usaría al Nuevo Ejército Modelo como su herramienta. Las tropas recibieron Biblias y catecismos impresos que llevaban con ellos y describían la causa por la que luchaban. Todos los regimientos tenían capellanes y se oficiaban sermones y cultos regulares. Aún hoy es objeto de debate hasta qué punto este fervor religioso se impuso desde la jefatura o se elevó desde la base.
Cualesquiera que fueran sus razones personales para luchar, se pagaba a todos los soldados, pero los salarios variaron durante la guerra. Al principio, un soldado de infantería recibía 8 peniques al día, mientras que un dragón recibía 1 chelín con 6 peniques, y un jinete de caballería, 2 chelines. Los caballeros oficiales recibían salarios más altos, pero de todos modos vivían de sus propios medios privados y podían reclamar ciertos gastos adicionales, como el mantenimiento de los caballos. Un coronel podía esperar 20 chelines al día, la paga máxima. Estas cifras fluctuaron para igualar la inflación con reducciones si el soldado estaba simplemente acuartelado y no en batalla. También se hicieron deducciones por la ropa entregada y por la comida cuando el ejército estaba en marcha (cuando no, los soldados se alojaban en casas particulares que, en teoría, recibían una compensación por el costo). No es de extrañar que los soldados ordinarios saquearan lo que pudieran, una acción oficialmente prohibida pero difícil de controlar e incluso permitida por algunos comandantes durante un breve período después de una batalla. Los oficiales y comandantes de alto rango, por otro lado, podían esperar recompensas por las victorias, que iban desde joyas hasta bienes inmuebles. Una innovación posterior a 1650 fue recompensar a los soldados de rango medio con medallas a la victoria, la primera llevaba una imagen de Cromwell.
Alimentar a un gran ejército en el campo era un problema que venía de lejos. Las áreas aledañas se quedaban sin suministros y se les entregaba boletos para que luego el Parlamento los reembolsara (un proceso lento y generalmente infructuoso). La mayoría de los soldados se alegraban por recibir su ración diaria de 450 g (1 libra) de pan y la mitad de ésta en queso, pero rara vez ocurría así. El depósito de suministros del regimiento era una fuente que a la que no tenían acceso, ya que cualquiera que fuera sorprendido robando sería azotado severamente. La recolección de alimentos y la caza eran a menudo las únicas formas de complementar la dieta escasa, pero un soldado tenía que tener cuidado de no ser acusado de desertar, ya que el castigo era la ejecución. Claramente, la disciplina en el Nuevo Ejército Modelo fue un factor tan importante como el entrenamiento para convertirlo en una máquina de combate altamente efectiva.
Uniforme y armadura
La infantería modelo vestía casacas rojas venecianas, aunque había variaciones por regimiento. La prenda exterior más común era la "sotana", un abrigo largo con mangas largas y botones. Se usaban calzones holgados grises o de colores apagados atados a la rodilla. Además, los soldados vestían una doble capa de medias y sobre ellas zapatos de cuero. Los piqueros generalmente usaban cascos de metal, particularmente el morrión, un casco redondo con una columna central de refuerzo, ala ancha y placas en las mejillas. La armadura consistía en pecheras y placas traseras de metal unidas con correas de cuero, pero se volvieron menos comunes a medida que se desarrollaba la guerra.
La caballería modelo vestía un abrigo de gamuza, una chaqueta gruesa de manga larga o corta que ondeaba por debajo de la cintura y que brindaba cierta protección contra los cortes de espada. Sobre esto, a veces se usaba un abrigo largo de cuero. Para facilitar el movimiento, la caballería usaba pantalones menos holgados que la infantería y botas de montar de cuero que llegaban por encima de la rodilla (pero que se podían plegar). Un tipo común de casco era el zischagge u "olla de cola de langosta" que tenía una corona redonda, protectores para el cuello y las mejillas y una visera delantera. El apodo deriva de las tiras de metal superpuestas del protector del cuello que recordaban a una cola de langosta. Se utilizaban petos y corazas, y una armadura para el brazo que sujeta las riendas del caballo.
Los mosqueteros usaban un sombrero de fieltro alto y de ala ancha al que normalmente se le daba un toque personal agregando plumas. A medida que avanzaba la guerra, muchos piqueros cambiaron su casco por este tipo de sombrero. Un tercer tipo de tocado era una especie de gorro tejido con borla, el gorro Monmouth.
El nombre de "cabezas redondas" para los parlamentarios se deriva del pelo muy corto que llevaban los soldados puritanos. Sin embargo, el apodo fue más propio del período inicial de la guerra; en realidad, muchos oficiales de ambos bandos usaban pelucas largas y ropa extravagante. En consecuencia, no era tan sencillo distinguir entre los dos bandos en términos de vestimenta y, por esta razón, se usaban fajas de colores, cintas e incluso ramitas de follaje como distintivos. Además, el forro de color del abrigo quedaba expuesto al doblar los puños hacia atrás. Desafortunadamente, los distintivos no evitaron incidentes en los que los oficiales se encontraron comandando a un grupo del enemigo en lugar de a sus propios hombres.
Armamento
La infantería estaba armada con picas (un tercio) o mosquetes (dos tercios). En la batalla, las compañías de infantería se organizaban en seis filas de hombres con los mosqueteros en los flancos. Los combatientes más experimentados se colocaban al frente. Las unidades estrechamente formadas se erizaban con picas de 5,5 metros (18 pies), hechas de fresno con una punta de acero.
Los mosqueteros usaban el mosquete de mecha, un arma de fuego con un cañón de hasta 122 cm (48 pulgadas) de largo. El arma era pesada y tenía que sostenerse con un poste en V, aunque esto se volvió innecesario más adelante en la guerra con la aparición de nuevos diseños más ligeros. Una bala de mosquete era bastante pesada (28 g / 1 oz) y podía atravesar huesos con facilidad. No era particularmente preciso, así que si un blanco estaba a más de 90 metros (100 yardas) de distancia, era cuestión de suerte que el tirador acertara. Por esta razón, los mosquetes eran más efectivos al dispararse en salvas. Dispararlos era muy lento. La pólvora, la bala y la guata se empujaban hacia dentro del cañón. La pólvora de cebado se vertía en el mecanismo de bloqueo y se encendía la mecha, que prendía la pólvora con una nube de humo y expulsaba la bala. En consecuencia, los mosqueteros disparaban en filas y luego se trasladaban a la retaguardia para recargar.
Los mosqueteros tenían que llevar bastante equipo: los “Doce Apóstoles” (12 cartuchos preparados), un frasco de pólvora, un frasco de cebado, una bolsa de balas y fósforos de repuesto. Este equipo debía mantenerse seco, por lo que las batallas en clima húmedo reducían en gran medida la efectividad de los mosqueteros. El rifle de pedernal era más caro, pero sus ventajas significaron que finalmente llegó a superar en número a los de mecha. El fusil de chispa no necesitaba una cerilla encendida, pues encendía la pólvora creando una chispa cuando el gatillo hacía que una palanca golpeara contra el pedernal en la recámara. Algunos jinetes tenían pistolas, incluso más caras que las de chispa y no mucho más ligeras con cañones de hasta 60 cm (24 pulgadas).
La mayoría de la infantería y la caballería usaba espada, aunque entre mosqueteros y piqueros, solo algunos la llevaban. El estilo dependía de cada individuo, los caballeros preferían una hoja delgada similar a un estoque con un protector de "cesta" adornado. La caballería tendía a empuñar espadas anchas más duraderas con doble filo.
Los cañones, de muchos tamaños diferentes, se utilizaban en asedios y batallas abiertas. Se requerían tres hombres para operarlos y al menos seis caballos para moverlos. Los cañones de asedio de la época podían disparar una bola sólida de piedra, plomo o hierro de hasta 27 kg (60 lb) de peso. También había otro tipo de proyectiles: bolas de metal huecas llenas de pólvora y con una mecha corta. Los cañones de campaña eran más pequeños, siendo el más grande de este tipo la culebrina, que normalmente disparaba bolas de hasta 9 kg (20 libras) de peso. Los cañones se transportaban en carros y se apostaban dentro de parapetos de tierra para su protección. El alcance efectivo de la mayoría de los cañones era de alrededor de 730 metros (800 yardas), pero podían disparar entre 10 y 15 veces por hora, lo que, multiplicado por la cantidad de cañones en una batería, permitía un bombardeo continuo y desgarrador del enemigo.
Victorias
El Nuevo Ejército Modelo demostró su valía en junio de 1645 en la batalla de Naseby, Northamptonshire. Los realistas, numéricamente inferiores, fueron destruidos por la caballería parlamentaria bien entrenada y disciplinada. La victoria fue seguida rápidamente por otra cerca de Langport en Somerset contra una fuerza realista de 7000 efectivos. Luego vino una prueba de las capacidades de asedio del ejército. Bristol, entonces en manos del príncipe Rupert (sobrino del rey Carlos), era, con su puerto, una fortaleza vital. El Nuevo Ejército Modelo rodeó la ciudad, tomó varias de sus fortificaciones defensivas y logró la rendición de Rupert. Los realistas no habían sufrido un golpe tan duro hasta ese momento. En marzo de 1646, en la batalla de Stow-on-the-Wold, otro ejército realista fue nuevamente derrotado. El Nuevo Ejército Modelo había traído la victoria en la guerra se conoce como la Primera Guerra Civil Inglesa (1642-1646).
En la Segunda Guerra Civil Inglesa (febrero-agosto de 1648), un ejército escocés invadió Inglaterra para rescatar a Carlos de su escondite en la Isla de Wight. Simultáneamente, los realistas se levantaron de nuevo en varios focos aislados, especialmente en Kent y Essex. Una vez más, el Nuevo Ejército Modelo demostró ser superior a los rebeldes escoceses e ingleses tanto en el sur dirigido por Fairfax como en el norte de Inglaterra dirigido por Cromwell, especialmente en la batalla de Preston en 1648.
Influencia política y disolución
El Nuevo Ejército Modelo era ahora tan poderoso que incluso podía desafiar al Parlamento e ignorar su decisión de disolverlo. El ejército trató de detener a los miembros presbiterianos del Parlamento y presionar para que les fueran pagados los atrasos al entrar en esa institución en diciembre de 1648. A estas alturas, el mando del ejército estaba dominado por los independientes, y veían a los presbiterianos no como aliados contra la monarquía sino como serios rivales en su ambición de promover su interpretación de la fe cristiana. Otro grupo que buscaba infiltrarse en el alto mando del ejército eran los Levellers, radicales que querían igualar la riqueza y ampliar el sufragio. En resumen, el ejército se estaba convirtiendo en una herramienta política, más que militar. Mientras tanto, Carlos fue juzgado por traición y ejecutado en enero de 1649. Aun así, la guerra no había terminado. En 1650 hubo una gran rebelión en Irlanda contra el regicidio, y Cromwell dirigió a 12000 hombres del Nuevo Ejército Modelo para sofocarla con gran crueldad.
No obstante, para los escoceses aún no se había acabado, así que apoyaron al hijo de Carlos I, otro Carlos, por lo que el Nuevo Ejército Modelo fue enviado al norte nuevamente. Fairfax, preocupado por cómo se había desarrollado la guerra, se negó a liderar el ejército, por lo que Cromwell asumió el cargo de comandante en jefe. Cromwell dirigió a 16000 hombres y obtuvo una importante victoria en la batalla de Dunbar en 1650 y capturó el Castillo de Edimburgo en Nochebuena. En septiembre de 1651, un ejército invasor escocés fue rotundamente derrotado en Worcester por el Nuevo Ejército Modelo, una vez más dirigido en persona por Cromwell. Había sido una campaña amarga, pero las Guerras Civiles finalmente habían terminado.
El poder político del Nuevo Ejército Modelo se evidenció en la reducción del tamaño y poder del Parlamento y, en diciembre de 1653, en el nombramiento de su comandante Cromwell como Lord Protector de Inglaterra. La nueva República se dividió en 12 distritos militares, cada uno dirigido por un general de división. Tras la muerte de Cromwell, el Parlamento votó a favor de restaurar la monarquía en mayo de 1660. La República duró poco, pero su Nuevo Ejército Modelo, aunque disuelto en gran parte por el nuevo monarca Carlos II de Inglaterra (que reinó de 1660-1685), había establecido la base organizativa para el éxito perdurable del ejército británico profesional durante los próximos 250 años.