Asamblea de Notables de 1787

11 días restantes

Invertir en la enseñanza de la Historia

Al apoyar a nuestra fundación benéfica World History Foundation, está invirtiendo en el futuro de la enseñanza de la historia. Tu donación nos ayuda a dotar a la próxima generación de los conocimientos y habilidades que necesitan para comprender el mundo que les rodea. Ayúdanos a empezar el nuevo año dispuestos a publicar más información histórica fiable y gratuita para todos.
$2822 / $10000

Definición

Harrison W. Mark
por , traducido por Agustina Cardozo
Publicado el 29 marzo 2022
Disponible en otros idiomas: inglés, francés
Escucha este artículo
X
Imprimir artículo
Assembly of Notables of 1787 (by Claude Niquet, Public Domain)
Asamblea de Notables de 1787
Claude Niquet (Public Domain)

La reunión de la Asamblea de Notables de 1787 fue un último esfuerzo de los ministros del rey Luis XVI de Francia (que reinó de 1774 a 1792) para arreglar la desastrosa situación de las finanzas francesas. La asamblea no logró acordar una serie de reformas financieras radicales e insistió en convocar a los Estados Generales, un órgano representativo, que era el único con autoridad para considerar las reformas.

La Asamblea de Notables fue convocada a instancias de Charles Alexandre de Calonne (1734-1802), el último de una larga serie de ministros de finanzas de Luis XVI. Calonne, que pretendía eludir la autoridad de los molestos parlements, esperaba que una asamblea de 144 notables elegidos a dedo diera suficiente legitimidad a sus reformas para obligar a los parlements a registrarlas en sus respectivas jurisdicciones. Pero Calonne no contaba con que varios factores, entre ellos su propia impopularidad, pondrían a los notables en contra de sus reformas. Cuando la asamblea afirmó que no tenía autoridad para aceptar ninguna reforma, Luis XVI no tuvo más remedio que convocar una reunión de los Estados Generales en 1789, acontecimiento que desencadenó la Revolución francesa (1789-1799).

Eliminar publicidad
Publicidad

Una Corona en crisis

Cuando Charles Alexandre de Calonne llegó a su cargo de Contralor General de Finanzas a finales de 1783, se encontró con un gran lío. La reciente participación francesa en la Revolución americana, la última de un siglo de costosos esfuerzos militares, se combinó con un sistema de impuestos desarticulado para enviar al Estado rápidamente hacia la bancarrota y la ruina financiera. Por lo tanto, la tarea de Calonne era poco envidiable y debía tener éxito donde sus predecesores, Anne-Robert Jacques Turgot y Jacques Necker, habían fracasado. Sin embargo, parece que Calonne confiaba en sus capacidades. Cuando la reina María Antonieta (1755-1793) le dijo que su tarea parecía ser de gran dificultad, Calonne respondió: "si es posible, ya está hecho; si es imposible, se hará" (Carlyle, 62).

Calonne pidió eliminar las restricciones al comercio de cereales, abolir las barreras aduaneras internas y convertir la corvée en un impuesto monetario.

Junto a su mecenas, el poderoso conde de Vergennes (1719-1787), ministro principal de Francia, Calonne trabajó para planificar las reformas que esperaba que salvaran el reino. Lo que ideó, en palabras del historiador William Doyle, resultó ser "el plan de reforma más radical y completo de la historia de la monarquía" (Doyle, 68). El plan incluía aspectos de propuestas que ya se habían intentado antes; por ejemplo, Calonne pedía eliminar las restricciones al comercio de grano, una política que había intentado uno de sus predecesores, Anne-Robert Jacques Turgot, y que había dado lugar a los disturbios de la Guerra de la Harina de 1775. Sin embargo, junto con otras propuestas, como la abolición de las barreras aduaneras internas y la conversión de la corvée (un sistema de trabajo no remunerado) en un impuesto monetario, Calonne estaba convencido de que estas medidas podrían estimular la sofocada economía de Francia.

Eliminar publicidad
Publicidad

El corazón y el alma del plan de reforma de Calonne estaba en su propuesta de impuesto sobre el valor de la tierra. Este impuesto debía sustituir al impuesto vingtième (vigésimo) y estaba destinado a eludir los privilegios del clero y de la nobleza y hacer que pagaran la parte que les correspondía. Mientras que el vingtième gravaba el 5% de los ingresos netos de un individuo, el impuesto territorial de Calonne se aplicaría a los propietarios de tierras en función de su valor. Las nuevas asambleas provinciales, compuestas por los propios contribuyentes, se encargarían de controlar este impuesto. Calonne calcula que su impuesto sobre el valor de la tierra recaudaría 35 millones de libras más que el vingtième existente.

En resumen, el plan de reforma financiera de Calonne tenía cinco puntos:

  1. Implantar un impuesto general sobre la tierra, aplicable a todos los propietarios de Francia, destinado a eludir los privilegios exentos de impuestos de las clases altas
  2. Convertir el sistema de trabajo corvée en un impuesto monetario
  3. Eliminar todos los aranceles internos
  4. Eliminar las restricciones al comercio de cereales
  5. Crear asambleas provinciales formadas por contribuyentes elegidos

La oposición al Plan

Cuando Calonne presentó oficialmente su plan al rey en agosto de 1786, posiblemente esperaba una buena acogida. Después de todo, en palabras de su ayudante y pronto obispo Charles-Maurice de Talleyrand, el plan era "más o menos el resultado de todo lo que las buenas mentes han estado pensando durante varios años" (Doyle, 71). Sin embargo, Calonne tendría que enfrentar varios obstáculos importantes antes de poder aplicar sus reformas. El primero de ellos fue la previsible resistencia de los parlements, los 13 tribunales judiciales de Francia. Aunque estos tribunales no eran órganos legislativos, cualquier edicto real tenía que ser registrado por un parlement antes de que pudiera entrar en vigor dentro de la jurisdicción del parlement. En los últimos años, los parlements se han visto envueltos en una lucha de poder con la autoridad real, especialmente en lo que respecta a las reformas financieras. Dado que los líderes de los parlements, nobles y burgueses ricos, corrían el riesgo de perder algunos de sus privilegios en caso de que las reformas de Calonne entraran en vigor, le parecía dudoso que acogieran sus planes con los brazos abiertos.

Eliminar publicidad
Publicidad

Portrait of Charles-Alexandre de Calonne
Retrato de Charles-Alexandre de Calonne
Élisabeth Vigée Le Brun (Public Domain)

El segundo gran obstáculo para las reformas de Calonne era su propia reputación. En 1786, el déficit nacional alcanzaba cifras enormes, llegando a unos 112 millones de libras. Los adversarios de Calonne argumentaron que este déficit era mucho mayor en tiempos de paz que durante la Guerra de América, y concluyeron que Calonne era un derrochador irresponsable al que no se le debían confiar las finanzas del Estado. Esto ignoraba el hecho de que gran parte del gasto de Calonne se realizaba simplemente para mantener el reino a flote, y que el Contralor General se enfrentaba a las consecuencias financieras de la participación de Francia en la guerra, en forma de los préstamos pendientes que tenía que pagar. El hombre que había contraído esos préstamos, Jacques Necker (1732-1804), era uno de los mayores críticos de Calonne. Tras haber dimitido del gabinete del rey cinco años antes, Necker regresó triunfalmente a París en 1786, después de que la opinión pública del gobierno tocara fondo tras el asunto del collar de diamantes. Mientras Calonne y el rey eran despreciados por el público, Necker, un plebeyo protestante de Ginebra, se volvía más popular que nunca.

La popularidad de Necker se debe a la publicación del Compte Rendu au Roi (Informe al rey) en 1781, el primer caso de finanzas reales hecho público. Este informe afirmaba un bajo déficit nacional durante los años en que Necker fue Director de Finanzas en plena Guerra de América, algo que Calonne rebatió posteriormente, afirmando que se había ocultado un déficit de 40 millones de libras en el informe del año de su publicación. En cualquier caso, el hecho es que Necker era popular y Calonne no, lo que daba más validez a las críticas de Necker a los ojos del público y hacía que los ataques contra Calonne fueran aún más impactantes. En poco tiempo circularon panfletos en los que se llamaba a Calonne "Monsieur Déficit", comparándolo con la reina, otra derrochadora ampliamente odiada que desde hacía tiempo era conocida como "Madame Déficit".

La Asamblea de Notables era una antigua institución que se convocaba desde hacía más de un siglo.

Con estos dos obstáculos en su contra, Calonne solo veía dos maneras de saltarse la autoridad de los parlements para aplicar sus reformas. Una de las soluciones era convocar una reunión de los Estados Generales, un órgano representativo compuesto por los tres estamentos de la Francia prerrevolucionaria: el clero, la nobleza y los plebeyos, pero Calonne y el rey consideraron que esta medida era arriesgada. Los Estados Generales no se convocaban desde 1614, por lo que su convocatoria se consideraba demasiado imprevisible. Para Calonne, la vía más segura era la segunda opción disponible, que consistía en convocar una Asamblea de Notables.

Eliminar publicidad
Publicidad

Al igual que los Estados Generales, la Asamblea de Notables era una institución antigua que no se convocaba desde hacía más de un siglo. Sin embargo, a favor de Calonne, cada notable sería una figura distinguida elegida por la Corona. Esto era mucho más preferible que los diputados elegidos de los Estados Generales. Calonne creía que una Asamblea de Notables aprobaría sus reformas sin mucho debate y que la aprobación de un cuerpo de los hombres más ilustres de Francia no daría a los parlements más opción que registrar las reformas. Sin embargo, Calonne no tardó en darse cuenta de que las cosas no serían tan fáciles, ya que, como dice el historiador Simon Schama, sería "Calonne, y no la deuda, quien se hundiría en 1787" (235).

Convocatoria a la Asamblea

El rey Luis XVI anunció la reunión de una asamblea el 29 de diciembre de 1786 y la programó para enero del año siguiente. Sin embargo, la asamblea no se reunió hasta febrero, debido a que tanto Calonne como su mecenas Vergennes padecieron fiebres violentas. Si bien Calonne se recuperó, Vergennes no, y su muerte el 13 de febrero privó a Calonne de su más poderoso aliado cuando más lo necesitaba.

La Asamblea de Notables se reunió en Versalles el 22 de febrero de 1787. De los 144 notables seleccionados, todos menos cinco eran nobles, había siete príncipes de la sangre, numerosos duques y mariscales, y presidentes de los parlements. Entre los miembros se encontraban futuros líderes revolucionarios como Gilbert du Motier, marqués de Lafayette (1757-1834), que ya se había forjado una reputación de luchador por la libertad y de héroe de la Guerra de la Independencia de Estados Unidos. Aunque el propio Necker no estaba entre los notables, había suficientes de sus partidarios como para crearle problemas a Calonne.

Eliminar publicidad
Publicidad

Calonne abrió la asamblea con un discurso en el que atacó a Necker, afirmando que la Corona había pedido prestados no menos de 1250 millones de libras desde 1776 para crear una poderosa armada y librar la guerra contra Gran Bretaña. Estas acciones se habían vuelto contraproducentes y habían dado lugar a abusos, como la creciente confusión entre las finanzas privadas y las públicas y las injustificables exenciones fiscales concedidas a ciertos individuos. En respuesta a estos problemas, que podrían llevar a la ruina de Francia si no se les hace frente, Calonne anunció los detalles de su propio plan de reforma.

Portrait of Jacques Necker
Retrato de Jacques Necker
Joseph Duplessis (Public Domain)

Lejos de la aceptación inmediata que Calonne había previsto, los notables se opusieron al plan. Tradicionalmente se ha creído que este desacuerdo se debió al deseo de los notables de conservar sus privilegios y no soportar la carga del impuesto territorial de Calonne. Sin embargo, el historiador Simon Schama afirma que muchos de los notables creían firmemente en la reforma financiera, y algunos incluso creían que las reformas sugeridas no eran lo suficientemente incisivas. Lafayette, por ejemplo, quería transferir la supervisión de todos los impuestos a las asambleas provinciales propuestas, no solo el impuesto sobre la tierra de Calonne. Otros notables abogaban por una tasa sobre el producto neto de la tierra una vez deducidos los costes de las semillas y la mano de obra. En opinión de Schama, el problema de los notables no era la idea de ceder algunos de sus privilegios, sino Calonne y sus métodos. Por supuesto, la visión tradicional también tiene mérito, ya que otros notables no estaban dispuestos a asumir las cargas fiscales que históricamente habían recaído sobre los hombros de los plebeyos, el Tercer Estado.

En los días siguientes, la asamblea siguió discutiendo y avanzó tan poco que Lafayette escribió a su amigo Thomas Jefferson, preguntándose si el grupo no debería llamarse a sí mismo una asamblea de "Incapaces" (Fraser, 248). A medida que los días se convertían en semanas y las semanas en meses, el rey comenzó a impacientarse cada vez más. Ante la perspectiva de la bancarrota nacional, Luis XVI se deprimió rápidamente. Se presentaba llorando en los apartamentos de María Antonieta y tardaba mucho más de lo habitual en sus cacerías antes de atiborrarse de grandes cenas, un comportamiento inusual incluso para su apetito. La opinión pública, junto con los mordaces y calumniosos panfletos de libelos, se enteró del cambio de comportamiento del rey, y empezaron a circular rumores de que se había convertido en un borracho.

¿Te gusta la historia?

¡Suscríbete a nuestro boletín electrónico semanal gratuito!

Portrait of Louis XVI of France
Retrato de Luis XVI de Francia
Antoine-François Callet (Public Domain)

Conforme el rey se ofuscaba, la asamblea se estancaba. El 3 de marzo, alguien hizo la primera afirmación abierta de que una Asamblea de Notables no tenía autoridad para discutir cuestiones de impuestos y que debía convocarse un Estado General. Fue entonces cuando la asamblea empezó a desmoronarse de verdad. El Conde de Mirabeau, que no era ningún ejemplo de virtud, descubrió que Calonne había hecho negocios turbios en la bolsa, algo a lo que se aferraron los enemigos de Calonne, exigiendo que diera a conocer sus cuentas financieras completas. En abril, los procedimientos de la asamblea, que se debían mantener en secreto, se filtraron al público, y el coro para la celebración de los Estados Generales y la destitución de Calonne se hizo más fuerte.

El 8 de abril, Luis XVI parece mostrar su apoyo a Calonne y despide a su Guardián de los Sellos, Armand de Miromesnil, que había sido durante mucho tiempo uno de los más firmes opositores de Calonne. Esta muestra de apoyo no duró mucho, ya que ese mismo día el rey destituyó al propio Calonne. El rey, cada vez más desesperado, determinó claramente que Calonne era un lastre demasiado grande para aprobar cualquier reforma. Calonne abandonó Versalles en desgracia, recorriendo las calles de París en medio de multitudes hostiles que vitorearon su destitución y lo quemaron en efigie. Finalmente, se dirigió a Gran Bretaña, donde pasaría la mayor parte del resto de su vida en el exilio.

El ascenso de Brienne

Sin Calonne, Luis XVI necesitaba encontrar una cara nueva para aprobar sus reformas. Encontró un potencial salvador en la persona de Étienne Loménie de Brienne (1727-1794), arzobispo de Toulouse de 60 años y estrecho aliado de la reina. El propio rey desaprobó el carácter de Brienne, y en un momento dado dijo de él que "un arzobispo... ¡debe creer al menos en Dios!" (Fraser, 253). Sin embargo, Luis se estaba quedando rápidamente sin opciones, y Brienne, que había participado en la asamblea como notable y contaba con el pleno apoyo de la reina, parecía la mejor opción.

Brienne hizo pequeñas modificaciones al plan original de Calonne, redefiniendo el impuesto sobre la tierra como una cantidad específica de dinero determinada por las necesidades de ingresos del estado cada año. Las demás partes del plan de Calonne se mantuvieron prácticamente sin cambios. Al presentar esta nueva edición del plan a la asamblea el 9 de mayo, Brienne pronto fue recibido con un escepticismo similar al que había sufrido Calonne. Muchos de los notables habían pasado el tiempo entre la caída de Calonne y el ascenso de Brienne examinando las cuentas e insistieron en que la verdadera naturaleza de las finanzas francesas debía ser establecida por una comisión permanente de auditores antes de que se pudiera discutir cualquier otra reforma. Brienne no puso objeciones a esta idea, pero el rey la consideró una infracción de su autoridad y la vetó. Con el veto real, toda apariencia de productividad en la asamblea llegó a su fin.

Étienne Charles de Loménie de Brienne
Étienne Charles de Loménie de Brienne
Unknown Artist (Public Domain)

Los llamamientos a la celebración de los Estados Generales se hicieron más fuertes que nunca, ya que muchos notables se convencieron de que los asuntos sociales, como la abolición de los privilegios asignados a ciertos estamentos, no se podían discutir sin la presencia de representantes de los tres órdenes sociales. Además, muchas personas, tanto dentro como fuera de la asamblea, ya habían decidido que solo los Estados Generales tenían autoridad para aprobar reformas financieras tan amplias. El 21 de mayo, Lafayette dio un paso más e instó a la Corona a pasar por encima de los Estados Generales y convocar una asamblea nacional, en la que los representantes individuales recibirían un voto cada uno, en lugar del método de los Estados Generales en el que los estamentos enteros solo tenían un voto cada uno. Si los Estados Generales le parecían arriesgados al rey, una asamblea nacional estaba ciertamente descartada.

A estas alturas, era evidente que la Asamblea de Notables no iba a llegar a una conclusión útil, y Brienne disolvió la asamblea el 25 de mayo. En su discurso de clausura, anunció su intención de seguir adelante con su versión modificada de las reformas financieras, llevándolas a los parlements. Si Brienne creía que los parlements lo verían con mejores ojos que a Calonne, se equivocó. Lejos de aceptar sus reformas, los parlements se unieron al coro cada vez más numeroso que pedía la convocatoria de los Estados Generales. Cuando el rey, frustrado, promulgó una lit de justice, que supuestamente aplicaba un decreto real sin tener en cuenta la aprobación del parlement, los parlements lo declararon ilegal, iniciando otra lucha entre la autoridad real y la del parlement, la Revuelta de los Parlements (1787). Esta lucha no terminó hasta 1788, con la dimisión de Brienne, la reincorporación de Necker y la promesa real de que se convocarían Estados Generales en 1789.

Conclusión

El fracaso de la Asamblea de Notables para llegar a un acuerdo sobre las reformas de Calonne demostró lo quebrada que estaba la Francia del Antiguo Régimen. La asamblea puso en evidencia los problemas financieros y sociales de Francia y obligó al rey a convocar los Estados Generales, una bofetada al régimen absolutista heredado de Luis XIV de Francia (que reinó de 1643 a 1715), el Rey Sol. La reunión de los Estados Generales en 1789 desató la Revolución francesa y estableció un punto de no retorno para la decadente monarquía de Luis XVI.

Eliminar publicidad
Publicidad

Preguntas y respuestas

¿Por qué se convocó la Asamblea de Notables en 1787?

La reunión de la Asamblea de Notables en 1787 fue un último esfuerzo de los ministros del rey Luis XVI de Francia (que reinó de 1774 a 1792) para arreglar la desastrosa situación de las finanzas francesas.

¿Quién convocó la Asamblea de Notables de 1787?

La Asamblea de Notables fue convocada a instancias de Charles Alexandre de Calonne (1734-1802), el último de una larga serie de ministros de finanzas de Luis XVI.

¿Qué hizo la Asamblea de Notables de 1787?

La Asamblea de Notables debatió las reformas financieras de Charles Alexandre de Calonne, pero no llegó a ninguna conclusión útil, por lo que se disolvió el 25 de mayo.

¿Cómo contribuyó la Asamblea de Notables de 1787 a la Revolución francesa?

La asamblea puso en evidencia los problemas financieros y sociales de Francia a la vista de todo el mundo y obligó al rey a convocar los Estados Generales en 1789, lo que dio inicio a la Revolución francesa y sirvió de punto de no retorno para la monarquía en decadencia de Luis XVI.

Sobre el traductor

Agustina Cardozo
Agustina es traductora pública (inglés/español), uruguaya, con estudios avanzados de Lingüística. Sus áreas de experiencia como traductora son la traducción biosanitaria y la traducción jurídica. Le interesan la Historia y las humanidades en general.

Sobre el autor

Harrison W. Mark
Harrison Mark se graduó de la Universidad Estatal de Nueva York en Oswego, donde estudió Historia y Ciencias Políticas.

Cita este trabajo

Estilo APA

Mark, H. W. (2022, marzo 29). Asamblea de Notables de 1787 [Assembly of Notables of 1787]. (A. Cardozo, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-20657/asamblea-de-notables-de-1787/

Estilo Chicago

Mark, Harrison W.. "Asamblea de Notables de 1787." Traducido por Agustina Cardozo. World History Encyclopedia. Última modificación marzo 29, 2022. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-20657/asamblea-de-notables-de-1787/.

Estilo MLA

Mark, Harrison W.. "Asamblea de Notables de 1787." Traducido por Agustina Cardozo. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 29 mar 2022. Web. 20 dic 2024.

Afiliación