Biblioteca de Pérgamo

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Joshua J. Mark
por , traducido por Recaredo Castillo
Publicado el 14 septiembre 2022
Disponible en otros idiomas: inglés, francés, turco, urdu
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Ancient Library (by Mohawk Games, Copyright)
Antigua biblioteca
Mohawk Games (Copyright)

La Biblioteca de Pérgamo fue fundada en la ciudad de Pérgamo (en griego: Pergamum) por el rey atálida Eumenes II (que reinó de 197 a 159 a.C.) y se convirtió en el centro del conocimiento más famoso y respetado después de la Biblioteca de Alejandría, en Egipto. La biblioteca se mantuvo en uso desde el reinado de Eumenes II hasta el Período bizantino.

La dinastía Atálida (281-133 a.C.) de Pérgamo (en Asia Menor, en la moderna Turquía) era de origen humilde y, para hacerse notar como buenos gobernantes, patrocinaron las artes y las letras. Eumenes II, especialmente, tenía la literatura y el conocimiento en alta estima y construyó la biblioteca como un anexo de su Templo de Atenea en la acrópolis de Pérgamo. Se dice que en ese momento la biblioteca tenía 200.000 libros, la mayoría escritos en pergamino. La demanda de los visitantes de material para escribir estimuló la producción de pergamino y la ciudad de Pérgamo se convirtió en el mayor proveedor de este material durante el Período romano, hasta el punto de que la palabra pergamino proviene del latín pergamenum, en referencia a Pérgamo.

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La rivalidad entre las bibliotecas de Pérgamo y de Alejandría las llevó a un esfuerzo constante por adquirir más libros, llevando a algunos eruditos a esconder sus bibliotecas privadas para prevenir que Eumenes II y su hermano Atalo II (que gobernó de 204 a 180 a.C.) o los faraones Ptolomeo V Epífanes (que reinó de 204 a 180 a.C.) y Ptolomeo VI Filométor (que reinó de 180 a 164 y de 163 a 145 a.C.), y otros, las confiscaran. Después de que Atalo III (que reinó de 138 a 133 a.C.) heredara el Reino de Pérgamo a Roma, los romanos siguieron manteniendo la biblioteca.

Eumenes II convirtió a Pérgamo en una de las mayores ciudades de Asia Menor y en un centro cultural e intelectual.

Según el historiador Plutarco (45/50-120/125 d.C.), Marco Antonio (83-30 a.C.) donó la colección completa de la biblioteca a su amante Cleopatra VII (c. 69-30 a.C.) como regalo para la biblioteca alejandrina en el 43 a.C. Tras ser derrotado por Octaviano en la batalla de Accio en el 31 a.C., Octavio, como César Augusto (que reinó del 27 a.C. al 14 d.C.), devolvió algunos rollos (aunque no todos) a Pérgamo.

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Sin duda que la biblioteca sufrió daños, como el resto de la ciudad, durante el terremoto del año 262, pero hay pruebas que sugieren que funcionaba todavía durante los primeros años del Imperio bizantino (330-1453). El destino final de la biblioteca es desconocido, pero lo más posible es que la colección fuera rescatada por bibliotecarios y otros eruditos antes de que la ciudad fuera abandonada en algún momento después de c. 1300. Pérgamo, en las afueras de Bergama, Turquía, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2014, y atrae a visitantes de todo el mundo. Un cierto número de piezas provenientes de la antigua ciudad se encuentra en el Museo de Pérgamo en Berlín desde principios del siglo XX.

Map of the Mediterranean 218 BCE
Mapa del Mediterráneo en 218 a.C.
Megistias (Public Domain)

Pérgamo y Filetero

Pérgamo data de al menos el período Arcaico en Grecia (c. 800-480 a.C.) aunque hay evidencias que sugieren que estuvo habitada desde mucho antes. La región fue incorporada al Imperio aqueménida por Ciro II (conocido como Ciro el Grande, que reinó de c. 550 a 530 a.C.) hasta que fue tomada por Alejandro el Grande en c. 334 a.C., para formar parte del Imperio macedonio. Después de la muerte de Alejandro en 323 a.C., fue controlada por uno de sus generales, Lisímaco (c. 360-281 a.C.) quien luchó contra los otros sucesores de Alejandro (los Diádocos) y, mientras estaba en guerra, confió la ciudad a uno de sus oficiales, Filetero (que reinó de 282 a 263 a.C.).

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Cuando Lisímaco murió en combate en 281 a.C., Filetero guardó silencio acerca de los 9000 talentos de plata que había en el tesoro y, en lugar de entregar el tesoro a su nuevo señor, los gastó en mejorar la ciudad y los lugares vecinos. Su generosidad fue premiada por una fuerte cohesión de las ciudades circundantes, lo que le permitió establecer la Dinastía Atálida del Reino de Pérgamo. Eunuco desde su juventud, Filetero adoptó a su sobrino Eumenes I (quien reinó de 263 a 241 a.C.), quien a su vez adoptó a su primer primo, Atalo I (quien reinó de 241 a 197 a.C.) como heredero.

Atalo I derrotó a los gálatas de la región, que habían estado hostigando a Pérgamo por años, estabilizó la región, y se dedicó personalmente a patrocinar las artes. El profesor Lionel Casson comenta:

Atalo I, de quien tomó su nombre la dinastía, se interesó en la pintura y la escultura. Mediante numerosas compras, reunió una imponente colección, la primera colección de arte privada registrada en el mundo occidental, y a través de encargos a los mejores artistas contemporáneos, adornó la ciudad con esculturas selectas. (49)

Attalus I
Átalo I
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

Después de derrotar a los gálatas, Atalo I fue proclamado rey y salvador del pueblo, lo que lo elevó a la nobleza y le permitió aliarse con Roma. Mientras hermoseaba su ciudad, también ayudó a Roma en las campañas militares contra los macedonios, garantizando que su ciudad quedara protegida por Roma y asegurando una estabilidad permanente.

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Eumenes II, Egipto y el pergamino

Atalo I murió de una apoplejía en 197 a.C. y fue sucedido por su hijo Eumenes II, el rey atálida que convirtió a Pérgamo en una de las mayores ciudades de Asia Menor y en un centro cultural e intelectual superado solo por Alejandría de Egipto. Alejandría tenía justa fama por su biblioteca, que reunía a las principales mentes de ese tiempo, y Eumenes quería ese mismo honor para su ciudad. Casson escribe:

Eumenes II continuó lo que Atalo había comenzado y, además, convirtió a Pérgamo en un centro literario y del conocimiento, lo que le dio, además de otras cosas, una biblioteca que competía con la de Alejandría. Habiendo comenzado un siglo después que los Ptolomeos, se dedicó a las adquisiciones con más avidez que ellos. Se cuenta que quienes poseían la colección anotada de Aristóteles y vivían en territorio de Pérgamo, enterraron los libros en una zanja para esconderlos y evitar que cayeran en las garras reales. Para su biblioteca, Eumenes II escogió un sitio que calzaba perfectamente: la convirtió en un anexo del santuario de Atenea, la diosa de la sabiduría. Esto salió a la luz cuando las excavaciones descubrieron sus restos – la biblioteca más antigua conocida. (49)

La colección de la biblioteca fue provista por la ávida adquisición de Eumenes II y, muy probablemente con la ayuda de su hermano, Atalo II (que reinó de 159 a 138 a.C.) y también de los ciudadanos acomodados de Pérgamo. A estas alturas, según Plutarco, la biblioteca contenía 200.000 rollos, aunque, puesto que no sobrevivió ningún catálogo, es imposible saber cuán exacto sería ese número, ya que Plutarco escribió mucho tiempo después de que la librería alcanzara su cenit. Sin embargo, es posible que lo que dice Plutarco sea razonable porque la biblioteca atrajo a los más grandes pensadores de la época, quienes no habrían sido atraídos por una colección modesta, y la evidencia arqueológica también sugiere que el espacio era el adecuado para ese número de libros.

Papyrus Scroll with Farmers Names
Rollo de papiro con los nombres de agricultores
Osama Shukir Muhammed Amin (Copyright)

Entre los intelectuales atraídos a la ciudad figura el gramático y filósofo estoico Crates de Malos (siglo II a.C.), quien construyó el primer globo terráqueo conocido, y que fue contratado, por Eumenes II o Atalo II, como bibliotecario jefe de Pérgamo. Entre sus otros logros, Crates es mejor conocido por haber sido el emisario de Pérgamo ante Roma alrededor del 169 o 159 a.C. Según Suetonio en su Gramáticos (De Grammaticis), después de quebrarse una pierna al caer en una acequia, Crates se quedó en Roma recuperándose y dando conferencias diarias sobre gramática y fue “el primero en introducir el estudio de la gramática en nuestra ciudad” (Suetonio, II, 1). Crates fue contemporáneo de Aristarco de Samotracia (c. 220 - c. 143 a.C.), el director de la biblioteca de Alejandría.

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El edificio de la biblioteca de Pérgamo era de modesto tamaño, pero estaba diseñado para una máxima eficiencia.

Con el paso del tiempo, creció la rivalidad entre las bibliotecas de Pérgamo y de Alejandría, al aumentar la importancia de adquirir y mantener los libros, como también el de tener personal calificado. Cuando pareció que Aristarco de Samotracia se estaba tentando por ocupar un puesto en Pérgamo, fue arrestado por orden de Ptolomeo VIII en 144 a.C. y murió poco tiempo después de su liberación. Esta afirmación ha sido discutida, sin embargo, y de acuerdo con algunos estudiosos, fue Aristófanes de Bizancio (c. 257 - c. 189 a.C.), el predecesor y maestro de Aristarco, quien fue encarcelado por Ptolomeo V por intentar trasladarse a Pérgamo.

De acuerdo con Plinio el Viejo (23-79 d.C.) en su Historia natural, esta rivalidad comenzó tan pronto como se construyó la biblioteca de Pérgamo, entre Eumenes II y Ptolomeo V, y se manifestó, en parte, en la negativa de Egipto de suministrar a Pérgamo el papiro necesario para copiar los libros:

Todavía no hemos notado las plantas de los pantanos, ni los arbustos que crecen en las orillas de los ríos: antes de salir de Egipto, sin embargo, debemos hacer alguna mención de la naturaleza del papiro, ya que todos los usos de la vida civilizada dependen en un grado notable del empleo del papel – ante todo, el recuerdo de los hechos pasados... En épocas posteriores, habiendo surgido una rivalidad entre el rey Ptolomeo y el rey Eumenes, en referencia a sus respectivas bibliotecas, Ptolomeo prohibió la exportación de papiro; por lo cual, como relata Varro, se inventó el pergamino con un propósito similar en Pérgamo. Después de esto, el uso de ese producto, mediante el cual se asegura la inmortalidad al hombre, se hizo universalmente conocido. (XIII.21)

Athena from the Library of Pergamon
Atenea, de la Biblioteca de Pérgamo
Carole Raddato (CC BY-SA)

Este párrafo de Plinio ha difundido el concepto erróneo de que el pergamino (hecho de cuero – piel de animal raspada y tratada) fue inventado en Pérgamo, pero Casson, haciéndose eco del consenso general de la erudición moderna, señala:

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Puesto que escribir sobre cuero ya era una antigua costumbre en Oriente Próximo, es difícil que los pergameses hayan “inventado el pergamino”. Lo que quizás hicieron fue mejorar la manufactura de las pieles para escribir y aumentar la frecuencia de su uso, situación que bien pudo ser provocada por el deseo de reducir la dependencia de Pérgamo del papiro egipcio. No hay duda de que bajo los atálidas Pérgamo se convirtió en el centro de fabricación de tales pieles. El mercado romano dependía tan exclusivamente de allí que la palabra romana para la piel para escribir era pergamena “[papel] de Pérgamo” (de la que deriva nuestro “pergamino”). Aun si están adornadas, esas historias de rivalidad entre las dos dinastías reflejan la situación real de los asuntos. Plinio el Viejo, polímata enciclopedista romano, no tenía dudas: refiere con toda claridad que “los reyes de Alejandría y Pérgamo fundaron sus bibliotecas en dura competencia.”(52)

Aun cuando Plinio se equivoca acerca del origen del pergamino, sus observaciones relativas a la rivalidad entre Pérgamo y Alejandría están confirmadas por la evidencia de otros escritores.

La Biblioteca

Eumenes II diseñó la acrópolis de Pérgamo imitando el de Atenas, pero parece haber colocado la biblioteca adyacente al templo de Atenea a propósito, para igualarla con la biblioteca de Alejandría que estaba anexa al Serapeum, el templo de Serapis, el dios híbrido egipcio-griego. El edificio de la biblioteca de Pérgamo era modesto en comparación, pero estaba diseñado con una ascética belleza, para servir con una máxima eficiencia, y para la preservación de los libros. Casson describe el edificio como se ha identificado gracias a las excavaciones modernas:

[La acrópolis de Pérgamo] se transformó en una imponente área cívica adornada con espléndidos edificios. Entre estos había un templo a Atenea. Se encontraba dentro de un santuario circundado por una columnata, y a lo largo del lado norte de la columnata, los excavadores desenterraron los cimientos de cuatro habitaciones en hilera. Estas, están convencidos, pertenecían a la biblioteca. La más occidental es la más grande, aproximadamente 13,6 m de largo y 15,2 m de ancho, y un podio, de aproximadamente 0,9 m de alto y 1 m de ancho, corre paralelo a sus dos paredes laterales y su pared posterior, separado de ellas por un espacio de alrededor de 0,5 m; alrededor de la mitad de la pared trasera, el podio se ensancha para formar una plataforma de 2,74 m por 1,05 m. Se encontró una estatua colosal de Atenea en el complejo del templo, como también algunas bases para bustos, inscritos con los nombres de Homero, Heródoto y otras figuras literarias destacadas. La estatua de Atenea, pensaron los excavadores, habría estado en la plataforma y los bustos en el podio. Una sala de este tamaño y con tal decoración, concluyeron, además, habría servido como cámara para recepciones, reuniones, conferencias, etc., de los eruditos usuarios de la biblioteca. Las otras tres habitaciones son más cortas y angostas, de unos 13,4 m de largo y de 7 a 10 m de ancho, y las han identificado como las salas de los estantes; las paredes habrían estado cubiertas con estanterías de madera para guardar los rollos. El único indicio que tenemos del tamaño de la biblioteca lo proporciona la anécdota sobre la entrega de Antonio de más de 200.000 de sus libros como regalo a Cleopatra; se ha calculado que las tres habitaciones habrían tenido suficiente espacio de estanterías para acomodar ese número. (49-50)

Se dejó un espacio de 50 cm entre las paredes y las estanterías para permitir la circulación del aire, previniendo el crecimiento de hongos en papiros y pergaminos. Las puertas de las salas se abrían hacia la columnata, permitiendo a los usuarios sacar los libros a la luz del día para facilitar su lectura. Las copias de los libros pueden haber sido hechas en la columnata o tal vez en el salón grande del sector occidental. Basándose en evidencias de otros lugares en Asia Menor, las obras literarias más populares eran la Ilíada y la Odisea de Homero (siendo la Ilíada la más solicitada) y las obras de Eurípides (Casson, 56). Esto ha sido confirmado por el número de copias existentes de esos libros y por referencias de escritores antiguos en sus propias obras y cartas.

Roman Relief of a Teacher & Three Pupils
Relieve romano de un profesor y tres alumnos
Carole Raddato (CC BY-NC-SA)

La biblioteca fue financiada principalmente por los atálidas (hasta el reinado de Atalo II o, posiblemente, hasta el fin de la dinastía en 133 a.C.) que también estimularon la alfabetización, no solo en su propia ciudad sino también en otros lugares. Casson señala:

Los atálidas, siempre ávidos de abrillantar su reputación como patrones de la cultura, incluyeron la educación entre sus obras benéficas. Eumenes II aportó a Rodas una gran cantidad de grano para que se convirtiera en un fondo "cuyos intereses se destinaran a los salarios de los educadores y maestros de los hijos [de los ciudadanos]". Su sucesor, Atalo II, en respuesta a una solicitud de ayuda para la educación de la ciudad de Delfos, dio una suma "para que sea un regalo eterno para todos los tiempos de manera que los salarios de los maestros se paguen regularmente"... Hay una serie de otros lugares donde se han encontrado inscripciones que atestiguan las obras de beneficencia tanto privadas como públicas para el sostenimiento de los docentes. (54)

No hay registros de que se cobrara por el uso de la biblioteca ni de la existencia de algún requisito para usarla. Se asume, dado el interés de los atálidas por difundir la educación, que sus recursos estuvieran disponibles, libres de cargo, para cualquiera que quisiera utilizarlos.

Conclusión

El financiamiento de la biblioteca puede haber sido asumido por Roma durante el reinado de Atalo III, quien tenía poco interés en sus responsabilidades como gobernante, pero esto no está claro. Después que Atalo III legó su reino a Roma en su testamento, los romanos siguieron financiando, como lo evidencian los patrocinios de emperadores como Trajano (que reinó de 98 a 117 d.C.) y Adriano (que reinó de 117 a 138 d.C.). El médico Galeno (129-216), quien nació en Pérgamo, casi con seguridad usó la biblioteca para sus estudios antes de continuar su educación en Esmirna y Alejandría.

Aunque parece claro que la biblioteca todavía estaba en servicio en los primeros años del Imperio bizantino, los detalles son escasos. El terremoto de 262 d.C. debe haber dañado la biblioteca como a toda la ciudad. Luego Pérgamo fue saqueada alrededor del 663 d.C. por los árabes musulmanes, quienes pudieron haber dañado o destruido el edificio, pero no hay pruebas de eso. Pérgamo era una ciudad próspera todavía bajo el Imperio otomano alrededor del 1300, pero después fue abandonada y, si el edificio de la biblioteca todavía existía en ese momento, se cree (o se espera) que los libros se hayan llevado a otro lugar.

Las ruinas de Pérgamo fueron excavadas por primera vez por el ingeniero alemán Carl Humann en 1869, pero la excavación seria y la catalogación del sitio comenzó recién en 1878. El altar de Zeus (mejor conocido como el Altar de Pérgamo) y muchas otras piezas fueron vendidas por el Imperio otomano a Alemania y transportadas a Berlín donde fueron exhibidas en el Museo de Pérgamo, abierto en 1907. Entre esas piezas está la estatua de Atenea que una vez estuvo en la biblioteca. El lugar de la biblioteca en la Antigua acrópolis de Pérgamo puede visitarse hoy en las afueras de Bergama, Turquía, donde las quebradas columnas de la columnata todavía se yerguen en medio de los cimientos de la que fue una vez una de las bibliotecas más grandes del mundo antiguo.

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Preguntas y respuestas

¿Cuándo se fundó la Biblioteca de Pérgamo?

La Biblioteca de Pérgamo fue fundada por el rey Eumenes II durante su reinado de 197-159 a.C. Está ubicada en Pérgamo, Asia Menor (actual Turquía).

¿Cuántos libros tuvo la Biblioteca de Pérgamo en su colección?

Según Plutarco, la Biblioteca de Pérgamo tenía 200.000 libros en su colección.

¿Por qué es famosa la Biblioteca de Pérgamo?

La Biblioteca de Pérgamo es famosa porque era la segunda biblioteca más grande del mundo antiguo después de la Biblioteca de Alejandría de Egipto.

¿Qué le sucedió a la Biblioteca de Pérgamo?

Nadie sabe que le sucedió a la Biblioteca de Pérgamo. Fue dañada por un terremoto en el 262 y la ciudad fue saqueada por los árabes musulmanes alrededor del 663, momento en que quizás se destruyó, pero no se sabe. La ciudad de Pérgamo fue abandonada en algún momento después de c. 1300.

Sobre el traductor

Recaredo Castillo
Una persona sin preparación académica especial, pero que gusta de la Historia y quiere aportar con la traducción de artículos de la Enciclopedia.

Sobre el autor

Joshua J. Mark
Joshua J. Mark no sólo es cofundador de World History Encyclopedia, sino también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.

Cita este trabajo

Estilo APA

Mark, J. J. (2022, septiembre 14). Biblioteca de Pérgamo [Library of Pergamon]. (R. Castillo, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-21051/biblioteca-de-pergamo/

Estilo Chicago

Mark, Joshua J.. "Biblioteca de Pérgamo." Traducido por Recaredo Castillo. World History Encyclopedia. Última modificación septiembre 14, 2022. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-21051/biblioteca-de-pergamo/.

Estilo MLA

Mark, Joshua J.. "Biblioteca de Pérgamo." Traducido por Recaredo Castillo. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 14 sep 2022. Web. 20 dic 2024.

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