La Liga Etolia fue una antigua alianza griega de las tribus que vivían al oeste de Atenas y al norte del Peloponeso. La liga probablemente se estableció por primera vez a principios del siglo IV a.C., alcanzó su punto máximo durante el período helenístico y sobrevivió hasta que Roma anexó la región al final de la Cuarta Guerra de Macedonia.
Fuentes y origen
Una de las menciones tempranas de Etolia viene de Leda, quien residía en estas tierras. Era hija del mitológico rey etolio Testio y madre de Helena de Troya. El libro 9 de la Ilíada de Homero presenta a Etolia como las tierras que fueron aterrorizadas por el Jabalí de Calidón. La criatura fue enviada por Artemisa, quien se ofendió por la negligencia del rey Eneo de presentar sus respetos según la tradición. Finalmente el rey envió a su hijo, el argonauta Meleagro hijo de Ares, acompañado por el líder de los argonautas Jasón, los dioscuros, Teseo y Atalanta. Posteriormente, Diomedes viajó a Etolia para devolver el trono a su abuelo Eneo imponiendo justicia a sus primos que derrocaron al rey.
Además de Homero, una figura que brindó una parte significativa de las fuentes antiguas fue Políbio (c. 208-125 a.C.) un hiparco (general de caballería) nacido en Aquea que estuvo cautivo por los romanos. Eventualmente, se integró a la sociedad romana y escribió Las Historias. Diódoro (siglo I a.C.), un historiador griego de Sicilia, también contribuyó a nuestro conocimiento de la Liga Etolia.
La vida cotidiana de un etolio debe haber estado dedicada principalmente a la cría de animales debido a la escasez de tierras cultivables. El terreno accidentado provocó el continuo movimiento de los lugareños en busca de territorios más prósperos. Tucídides (c. 460/455 - 399/398 a.C.) informa que los lugareños que tenían un santuario dedicado a Apolo en Termo estaban organizados en varios grupos tribales como apodoti, ophiones, euritanes, agrianos y aperantoi. La fundación del templo se estima antes del primer milenio antes de Cristo. El historiador acusó a los euritanos de consumir carne cruda, una idea que debe haber surgido debido a las condiciones agrícolas deficientes en las que vivían las tribus no urbanas. Las interacciones con las fuerzas más poderosas de la época ciertamente estigmatizaron el área, ya que los etolios eran un contendiente a tener en cuenta.
Tucídides informó que en 426 a.C. los ciudadanos de Naupacto llamaron al general ateniense Demóstenes para lanzar un ataque contra los montañeses etolios. En 367/366 a.C., hay una referencia en un decreto ateniense para el koinon (liga) de los etolios. La fecha puede indicar que los principios del siglo IV a.C. probablemente representan el período en que se estableció por primera vez la Liga. Las tribus etolias conjuntas que demostraron ser suficientes para resistir la invasión ateniense de 426 a.C. posiblemente podrían parecerse a las primeras etapas del koinon. Después del ataque fallido de Demóstenes, se enviaron representantes etolios a Esparta y Corinto, en busca de una unión más amplia. Estos eventos llevaron a una coalición de fuerzas etolias y espartanas que intentaron capturar la ciudad-estado de Naupacto en el mismo año aunque finalmente fracasó. El antagonismo etolio por Naupacto continuó hasta el 369 a.C., pero a su debido tiempo, los aqueos reclamaron la ciudad debilitada. Por lo tanto, la ciudad siguió siendo custodiada por los aqueos hasta al menos el 338 a.C.
Crecimiento
En 344 a.C., Filipo II de Macedonia (quien reinó de 359 a 336 a.C.) reorganizó el gobierno de Tesalia y, un año después, colocó a su cuñado en el trono moloso de Epiro. En 338 a.C., Filipo entregó la ciudad de Naupacto a los etolios, una estrategia probablemente moldeada por el resultado de la Batalla de Queronea; sin embargo, Filipo pronto unió fuerzas con los aqueos para recuperar Naupacto. Hasta la muerte de Filipo en 336 a.C. y, según Arriano (86 - c. 160 d.C.) y la sumisión a Alejandro Magno (356-323 a.C.), la Liga parece haber sido sometida por los poderes dominantes. Plutarco (c. 45/50-120/125 d.C.) revela que aproximadamente en el 330 a.C., los etolios capturaron la ciudad akarnaniana de Eníadas, sin ninguna respuesta conocida por parte del gobernante temporal de Macedonia Antípatro (c. 399-319 a.C.). Los historiadores modernos estiman que durante este período se recuperó Naupacto.
La muerte de Alejandro en 323 a.C. provocó agitación en todo el imperio macedonio y los etolios aprovecharon el giro de los acontecimientos para aliarse con los atenienses antimacedonios. En 321 a.C., Antípatro invadió Etolia con una gran fuerza de 32.000 hombres. Según Diodoro, una vez más los etolios con armas ligeras reunieron una fuerza total de 10.000 hombres y lograron resistir la invasión fortificando las zonas montañosas de su tierra natal, las bajas de los macedonios fueron desastrosas. Por lo tanto, un consejo de los strategoi macedonios decidió abandonar Etolia y enfrentarse a Pérdicas en su lugar (m. 321 a.C.). Hasta finales del siglo IV a.C., durante la primera fase de las Guerras de Diádocos, los etolios lograron mantener su posición. Si bien se realizaron una serie de intentos fallidos, como el asalto a los territorios de Tesalia en 321 a.C. como afirmó Diódoro, no se expandieron más.
En 301 a.C. se aliaron con los beocios. Para el 293 a.C., Demetrio I ya había capturado Atenas, sitiado Tebas y tomado Fócida. Los etolios no apoyaron el asalto a la ciudad beocia. Sin embargo el avance de Demetrio revela una probable ocupación o al menos la protección de Delfos por parte de los etolios, ya que Plutarco atestigua su bloqueo en los pasos de Parnaso y Dáulide en Fócida que apuntaba al santuario de Apolo. En 290 a.C., algunos de los simpatizantes macedonios en Atenas acusaron a los etolios de asaltar las líneas de suministro de Demetrio. Además, las acciones hostiles contra los macedonios habrían continuado hasta el 289 a.C., cuando las fuerzas epirocianas bajo el mando del rey Pirro (c. 319-272 a.C.), ayudadas por la infantería etolia, redujeron las fuerzas atacantes en los suelos del norte de Etolia. Los etolios y Pirro entendieron que para repeler al gobernante macedonio tenían que unir fuerzas. Demetrio murió en 287 a.C., con el Reino de Epiro dominando en el norte, junto con Lisímaco (c. 361-281 a.C.), uno de los Diadochi (sucesores) de Alejandro.
Estrabón (c. 64 a.C. - c. 24 d.C.) revela la postura positiva que tenían los macedonios bajo el nuevo gobernante para los etolios, ya que más tarde llamaron a sus ciudad Lisimaquia y Arsínoe en honor a Lisímaco y su reina. Esta postura favorable hacia los etolios tuvo que basarse en el interés común y el odio contra el hijo de Demetrio, Antígono II Gónatas (c. 320-239 a.C.), quien recibió de su padre recursos y guarniciones que amenazaban los territorios orientales de Etolia; pero a pesar de su riqueza, Gónatas no pudo seguir los pasos de sus antepasados. Con el dominio de Pirro en el oeste y Lisímaco en el norte, los etolios pudieron adquirir nuevos territorios y entre 290 y 280 a.C. lograron apoderarse de la mayor parte de la costa del golfo de Corinto, la sección occidental de Lócrida, así como Heraclea en Tracia, una ciudad al norte de Termópilas. Hacia el 270 a.C., el resto de Lócrida se incorporó a la liga. Así, a principios del siglo III a.C., la Liga Etolia logró expandirse al mar Egeo al establecer su presencia en el Golfo Malíaco en las costas de Pontio. Además, dominó en el norte del golfo de Corinto mientras buscaba infiltrarse en el golfo de Ambracia. El golfo era un territorio más amplio en el que después se encontraría la colonia romana Actium, donde, en el 31 a.C., tuvo lugar la batalla de Actium entre Octavio y Marco Antonio.
El dominio de los poderes ya mencionados que rodeaban Etolia comenzó a reducirse lentamente, cuando Pirro navegó a Italia en 280 a.C., Lisímaco murió y perdió sus territorios ante Seleuco I Nicátor (c. 358-281 a.C.) en 281 a.C. y las fuerzas de Antígono I se redujeron a unas pocas ciudades y barcos. Esta pérdida de poder permitió una serie de invasiones celtas en el país que tenían a Breno como líder, quien asaltó Macedonia en 280 y 279 a.C. Los macedonios se vieron obligados a fortificar sus ciudades, por lo que los invasores del norte, habiendo liberado los caminos de cualquier oposición significativa se trasladaron hacia el sur, a Tesalia. Posteriormente, varias ciudades-estado formaron una coalición griega, con los etolios y los beocios como las fuerzas principales. El resultado del choque de las dos culturas en las Termópilas reveló a los griegos como vencedores. Con el tiempo, Breno trató de dividir las fuerzas rivales asaltando con una pequeña fuerza la ciudad etolia de Calium. Sin embargo su regreso no fue tan exitoso como su marcha hacia el sur, ya que las fuerzas etolias capturaron a los celtas y según Pausanias (siglo II a.C.), los privaron de la mitad de sus fuerzas. El segundo intento de Breno demostró ser más eficiente en la separación de las fuerzas enemigas, ya que su objetivo era asaltar el santuario de Delfos. El historiador testifica que una pequeña fuerza de focios, anfisanos y etolios mantuvo ocuparon a los "bárbaros" hasta que una fuerza etolia más grande de más de mil tropas derrotó a los celtas de Breno.
La Guerra de Cremónides de 267-261 a.C. que se libró entre la Macedonia antigónida, una coalición de ciudades-estado griegas y la dinastía ptolemaica de Egipto, disminuyó aún más las principales fuerzas de las ciudades-estado griegas. Esta concluyó con un triunfo macedonio que consolidó la hegemonía antigónida sobre las ciudades-estado griegas. Etolia logró no participar en el choque y explotó las debilidades para incorporar a la ciudad de Malis; por lo tanto Etolia compartió su frontera con Beocia en el este, Tesalia en el norte y Acarnania en el oeste, y los líderes de la Liga probablemente lograron mantener una existencia relativamente pacífica en sus territorios hasta el 239 a.C.
Caída
La muerte de Gónatas en 239 a.C. condujo al ascenso al trono de Demetrio II (275-229 a.C.), lo que implicó una nueva política hacia Etolia. Según Polibio, poco después de su sucesión oficial, invadió Beocia, probablemente a través de la Calcis macedonia en Eubea y los territorios etolios malicos y las Termópilas en 236/7 a.C., y se alió con la clase dominante local. Además, a través del matrimonio, se alió con el reino de Epiro. Por eso la Liga Etolia respondió a las presiones externas cooperando con la Liga Aquea. La muerte de Demetrio en 229 a.C. concluyó los pocos asaltos directos entre Etolia y Macedonia ya que no se encuentran combates registrados entre estos rivales.
El nuevo rey de Macedonia, Antígono III Doson (229-222 a.C.) siguió una política diferente hacia sus vecinos del sur de Etolia. En 228/7 a.C. probablemente negoció un tratado de paz que dividió Tesalia entre las dos potencias. En los meses siguientes debieron desarrollarse relaciones amistosas entre los etolios y los cefalenios en el 224 a.C., cuando según la ley colonial de Termo, se estableció una colonia etolia en la isla del mar Jónico en la ciudad de Samos, representando con esta alianza una contramedida contra las incursiones ilirias en las costas occidentales. Además, este acuerdo habría agregado una fuerza naval aliada de Cefalonia a los insignificantes escuadrones marítimos de Etolia. En 221 a.C. Doson murió y ascendió al trono Filipo V (221-179 a.C.). El rey continuó controlando la simaquia (alianza) de su predecesor entre Acarnania, Epiro, Tesalia, Fócida, Beocia y Macedonia que se mantuvo desde 223/2 a.C. Polibio testificó que Aratos de Sición (271-213 a.C.), el líder de la Liga Aquea, instó a los macedonios en la asamblea de la simaquia en Corinto a declarar la guerra contra los territorios etolios recientemente adquiridos.
La Liga Etolia logró adquirir el apoyo de Esparta y Elis para la próxima guerra contra la simaquia. El hegemon macedonio (líder) con una fuerza de más de 20.000 hombres capturó el Ambraco etolio, un puerto en el golfo de Ambraciano. La respuesta a esta acción fue una incursión etolia aún más rápida por parte del strategos Escopas (m. 196 a.C.) en el sur de Macedonia, en la ciudad ancestral de Dion. Con ello esperaba distraer a las fuerzas macedonias, pero debido a que Filipo se adentró más en Acarnania con 2000 soldados acarnanianos adicionales con los que atacó las últimas ciudades que mantenían lazos con la Liga, el plan de Escopas resultó ser un fracaso. Además, Filipo se adentró más en Calidón y capturó Eníadas. Sin embargo, una probable invasión de las fronteras del norte de Macedonia por parte de los dardanianos alejó a Filipo. Colocó una guarnición sustancial en Larisa para proteger futuras acciones violentas de Etolia. Después de septiembre de 219 a.C., Dorímaco el strategos recién elegido, invadió los territorios de Epiro probablemente como represalia por los eventos pasados de Ambraco y según Políbio, capturó el santuario de Dodona en Epiro.
El general etolio Eurípides, responsable parcial de los ataques anteriores contra la Liga Aquea, continuó el avance en el Peloponeso hasta su retirada forzada en 218 a.C. cuando Filipo interceptó las escasas fuerzas etolias con su vasto ejército macedonio. Según Polibio, solo les llevó seis días restringir la posición etolia en el Peloponeso. En el frente opuesto, Dorímaco se preparaba para una invasión de Tesalia; Filipo vio este conflicto contra los etolios como una oportunidad para asaltar el centro religioso de Etolia en Termos. En 217 a.C., el hegemon, después de regresar a Macedonia para reclutar nuevas tropas, se encontró con los etolios en las fronteras del sur de Tesalia y capturó la base etolia de Ftiótide, Tebas, el centro de las incursiones de Tesalia. Vendió su población e instaló una colonia macedonia en su lugar llamada Filipos. Finalmente, después de que los macedonios marcharon y acamparon frente a Naupacto, los etolios acordaron un tratado de paz con Filipo. Sin embargo, la siguiente intervención romana provocó cuatro devastadoras guerras macedonias en el continente griego que incluyeron una fatal participación etolia.
El choque de Roma con Aníbal durante la Segunda Guerra Púnica (218-201 a.C.) y la probable alianza de Filipo con Cartago dieron comienzo a la Primera Guerra Macedónica (214-205 a.C.), lo que llevó a Roma a la interacción geopolítica de Grecia. Además, se planeó evacuar Tesalia en 197 a.C. después de que el general romano Tito Quincio Flaminino (c. 228-174 a.C.) explotara la falta de fuerza del líder macedonio en comparación con la poderosa república romana. Filipo rechazó la demanda extendiendo el conflicto. En ese mismo año, los dos ejércitos chocaron en Tesalia en la Batalla de Cinoscéfalas donde los macedonios fueron derrotados. Ante estos eventos, los etolios intentaron ganar más autosuficiencia por temor a las intenciones totalitarias de los romanos e invitaron a Antíoco III el Grande (c. 241-187 a.C.), gobernante del Imperio seléucida, para que los ayudara. Durante la Guerra Romano-Seléucida (192-188 a.C.), los romanos derrotaron a los seléucidas e hicieron que los etolios pagaran el precio al saquear la fortaleza de Ambraco en 189 a.C. Finalmente, el territorio etolio se vio considerablemente disminuido durante la Tercera Guerra de Macedonia (172-168 a.C.). La influencia de Etolia disminuyó significativamente después de la Cuarta Guerra de Macedonia (150-148 a.C.) como resultado de su incorporación a la provincia de Macedonia recién establecida en Roma.