Los nativos de Norteamérica (también conocidos como indios americanos, nativos americanos, indígenas americanos y primeros americanos) son los habitantes originales de América del Norte, que se cree que migraron a esta región hace entre 40.000 y 14.000 años, tras lo cual desarrollaron distintas naciones con culturas sofisticadas e individuales. Estas naciones autónomas se esparcieron primero por Alaska, pasando por Canadá y después la parte inferior de Estados Unidos.
Los períodos de migración, asentamiento y desarrollo más tempranos están definidos gracias a las evidencias arqueológicas (como puntas de lanza, herramientas o estructuras monumentales) de enclaves por toda Norteamérica. A menudo se designas con los siguientes términos:
- Paleoindio-Cultura Clovis: 40.000 a 14.000 a.C.
- Culturas Dalton-Folsom: en torno a 8500 a 7900 a.C.
- Período arcaico: en torno a 8000 a 1000 a.C.
- Período silvícola: en torno a 500 a.C. a 1100 d.C.
- Cultura misisipiana: en torno a 1100 a 1540 d.C.
Durante el período arcaico, algunas poblaciones nativas pasaron de una organización de cazadores-recolectores hacia un modelo social más sedentario, como lo evidencian sitios como Watson Brake (en torno a 3500 a.C.), Poverty Point (en torno a 1700 - 1100 a.C.), y otros de distinto tamaño desarrollados por toda la región durante las eras de la cultura silvícola y misisipiana. Las culturas que se desarrollaron en torno a estos lugares eran distintas unas de otras, pero compartían una cosmovisión que incluía la creencia en un poder superior y en espíritus incorpóreos; el valor de la comunidad por sobre las necesidades individuales; la reciprocidad en la interacción con el ambiente y con los otros; la importancia de los rituales y las tradiciones; la práctica de la guerra y la esclavitud, y la conservación de los recursos. Las mujeres recibían un gran respeto en estas comunidades y frecuentemente servían como líderes o consejeras en el gobierno.
Estas comunidades separadas siguieron desarrollándose hasta formar lo que a veces se han llamado "tribus" (aunque hoy en día se suelen llamar "naciones") en algún momento previo a 980 al 1030 d.C., cuando Leif Erikson estableció los primeros asentamientos europeos en Norteamérica en L'Anse aux Meadows, en Terranova. Para cuando comenzó la colonización europea de las Américas en el siglo XV d.C., estas comunidades ya eran entidades políticas y sociales ampliamente desarrolladas asociadas con regiones específicas y con ciertos territorios dentro de cada región. Aunque la expansión europea a lo largo de Canadá y Estados Unidos acabaría por privar a los indígenas de sus tierras ancestrales, las naciones aún existen a día de hoy, y la imagen del "indio desaparecido" no es más que un mito, al igual que la del "salvaje noble" u otros tópicos similares creados por autores europeos y americanos durante los siglos XIX y XX.
Regiones y habitantes
Se cree que los primeros habitantes llegaron desde Asia cruzando el puente terrestre de Bering, conocido también como Beringia, que conectaba la moderna Siberia con Alaska. Se cree que llegaron con perros, que ya se habían domesticado. Al mismo tiempo, o más tarde, se cree que también llegaron otros pueblos por mar que se establecieron a lo largo de la costa oeste y meridional bajando hacia Sudamérica. Basándose en la evidencia arqueológica, parece que hubo varias migraciones durante muchos años, pero no se sabé por qué decidieron trasladarse. Desde Beringia, la gente se movió a la región de la actual Alaska, cruzando Canadá, y descendiendo a lo que ahora son los Estados Unidos. Para la época de la última gran glaciación (en torno a 26.000 a.C.), los migrantes se habían aventurado hacia el sur hasta lo que hoy es Nuevo México. Debido al calentamiento global y al derretimiento de los glaciares, Beringia se sumergió hacia el 10.000 a.C., lo que puso fin a las migraciones por tierra, aunque es posible que la gente aún llegara por el mar.
Lo recién mencionado es la versión generalmente aceptada de cómo llegó a poblarse Norteamérica, pero hay que tener en cuenta que solo son teorías. Nadie sabe realmente cómo o cuándo aparecieron las primeras gentes en el continente, y cada nación nativa americana tiene su propia historia de su origen.
Ocurriera como ocurriese y vinieran de donde viniesen, los habitantes de Norteamérica ya se habían establecido en diferentes regiones para el período arcaico, donde desarrollaron identidates tribales y culturas individuales que llegaron a sumar más de 500 grupos, con una población de millones (es difícil ofrecer una cifra precisa, y la población oscila entre los 6 y los 70 millones de individuos o más). Debido al espacio limitado de que disponemos, solo enumeramos unas pocas de estas entidades tribales a continuación por región y familia linguística.
- Ártico/Alaska: Esquimaleuta-aleutas, haidas, inputs, inuits, tlingits, entre otros.
- Canadá: inuit, métis, y alrededor de 50 naciones distintas que constan de 600 comunidades diferentes.
- Costa Noroeste: (aproximadamente el sur de Alaska y norte de California) atabascanos, chimakum, chinookianos, haidas, salishanos, y tlingits, que cuentan con alrededor de 60 entidades tribales distintas.
- Bosques del Noreste: (desde los Grandes Lagos pasando por Ohio y los valles del Misisipí) naciones iroquesa y algonquina, que constand de 50 entidades sociopolíticas.
- Bosque del Sureste: (aproximadamente los estados de Alabama, Florida, Georgia, Luisiana, Misisipí, Carolina del sur y Tennesse) - muscogui, yuchi, sioux, y naciones iroquesas, que cuentan con alrededor de 50 tribus diferentes.
- Llanuras y Praderas: (desde el valle del Misisipí a las montañas Rocosas y al sur del Río Grande, más o menos) naciones algonquina, sioux y caddoana, con unas 40 tribus diferentes.
- Meseta: (alrededor de los Estados de Washington, Oregón, Idaho, y partes bajas de Canadá) - naciones lutuamiana, salishana, sahaptiana, y waiilatpuana, con más de 20 tribus diferentes.
- Gran Cuenca: (aproximadamente los estados de Colorado, Nevada, Utah, Wyoming y partes de Idaho) naciones uto-aztecas incluidos los shoshones y paiutes, que cuentan con unas 10 tribus.
- California: hokanos, penutíes, ritwano, uto-aztecas y yuki, que cuentan con alrededor de 30 tribus.
- Suroeste: (más o menos los estados de Arizona, Colorado, Nuevo México, Utah y parte norte de México) atabascanos, pueblos, tanoanos, uto-aztecas, yumanos, y zuñis, que cuentan con unas 50 tribus.
Desarrollo comunitario y agricultura
Estas naciones se desarrollaron a partir de comunidades establecidas durante los períodos arcaico, silvícola y de la cultura misisipiana y, para 1540 d.C., eran sofisticadas entidades sociopolíticas. El experto Michael G. Johnson escribe:
La complicada difusión geográfica de las tribus con una base linguística ancestral común sugiere un movimiento, invasión, migración y conquista continua, mucho antes de que el hombre blanco pusiera pie en el continente. Sabemos de culturas establecidas que se formaron y desaparecieron antes del contacto europeo, como las culturas de Adena y Hopewell, que estaban parcialmente basadas en los cultivos mesoamericanos. Los europeos, por tanto, no irrumpieron en un "Jardín del Edén", sino más bien un continente de grupos y culturas tribales que eran totalmente dinámicas. (8)
Estas culturas ya se estaban desarrollando durante el período Dalton-Folsom, que provee evidencias de una creencia en el más allá, de un mundo espiritual, y de una prioridad evidente de la comunidad por sobre el individuo. Las culturas Dalton-Folsom desarrollaron tecnología para la caza y la construcción, incluidos taladros, martillos, raspadores, cuchillos, y atlatl, un palo con una taza en una punta que sostenía la culata de una lanza y la lanzaba hacia un objeto con mayor impulso del que se hacía con la mano.
Durante el período arcaico (en torno a 2100 a.C.), el maíz fue introducido desde Mesoamérica por medio de intercambios con el sudoeste Norteamericano, lo que alentó el alejamiento del estilo de vida cazador-recolector para acercarse al de agricultor y de asentamientos permanentes. El maíz se convirtió en el cultivo básico de los nativos de Nortemérica, al difundirse su cultivo desde el suroeste en todas las direcciones. Frijoles y calabazas, introducidos también desde Mesoamérica, formaron, junto con el maíz, las Tres Hermanas de la agricultura: los tallos de maíz proveían un enrejado natural para que treparan los frijoles; los frijoles procesan el nitrógeno para las raíces de todas las plantas, y las hojas de las calabazas hacen sombra en el suelo, lo que evita que salgan malas hierbas y regula la humedad. Nutricionalmente, los tres cultivos también se complementaban el uno al otro y por lo tanto proveían una dieta bien equilibrada.
Incluso después de que el cultivo de las Tres Hermanas se difundiera, la cultura de la caza y recolección continuó, para la cual estos cultivos servían como suplemento. Algunas naciones, como las de las Grandes Llanuras, continuaron siendo cazadoras-recolectoras durante más tiempo que otras. Los habitantes de los bosques del sureste comenzaron a erigir sitios monumentales hacia el 5400 a.C., y desarrollaron la teconología que produjo los principales centros de población tales como Watson Brake, Poverty Point, Etowah Mounds, Serpent Mound, Pinson Mounds, Moundville, y Cahokia, que alguna vez fue el centro urbano más grande del continente norteamericano. Estos centros, excepto algunos como los de Pinson Mounds o Serpent Mound, que se entienden como sitios astronómicos/religiosos, entablaron el comercio a corta y larga distancia con los demás y establecieron rutas muy transitadas entre las ciudades, formas aceptadas de trueque y métodos de producción y distribución.
Sociedad, espiritualidad y guerra
Como se ha dicho, cada una de estas naciones constituía una entidad cultural distinta, por lo que cualquier consideración de ellas como un grupo unificado supone caer en la generalización. En general, la cultura nativa norteamericana estaba formada por las creencias espirituales de la gente, según la cual todas las cosas estaban imbuidas de la misma fuerza vital y merecían el debido respeto. El experto Jack D. Forbes comenta:
Los escritores europeos de antaño se referían a las costumbres de los indígenas americanos como "animismo", termino que significa "vitalismo". Y es cierto que la mayoría o quizás todos los nativos americanos ven el universo entero como un ser viviente. Esto es, como si tuviera movimiento y la habilidad de actuar. Pero más que eso, los indígenas americanos tienden a ver este mundo viviente como una creación fantástica y hermosa que engendra sentimientos extremadamente poderosos de gratitud y deuda, que nos obliga a comportarnos como si estuviéramos vinculados uno a lo otro. Una característica predominante de la religión nativa norteamericana es la gratitud, un sentimiento de abrumador amor y agradecimiento por los obsequios del Creador de la tierra/universo. (2)
Cada una de las naciones se comprendía a sí misma como parte de todas lo demás, pero eso no quiere decir que siempre vivieran en paz o que respetaran los territorios de las demás. Las guerras comenzaban por derechos de las aguas, para prevenir que los foráneos cazaran en el territorio propio, por prestigio tribal y poder, y para hacerse con cautivos por los que pedir un rescate o usar como esclavos. Las armas comunes eran el arco y la flecha (desarrolladas en un primer momento durante el período silvícola), las lanzas, los cuchillos y los tomahawks. Algunos guerreros también cargaban escudos hechos de pieles de animales y vestían armaduras de piel y huesos de animal. Se tomaban los cueros cabelludos de los enemigos muertos en batalla como trofeos, y conllevaban prestigio personal, respeto, y posición social. Contrariamente a la idea perpetuada más tarde por escritores europeos y americanos, las naciones nativas americanas montaban batallas campales formales, realizaban intercambios de prisioneros de guerra, y llegaban a tratados de paz unas con otras.
Cada uno consideraba su propia tribu como la más importante y, tal y como observa Johnson, "muchos nombres tribales se traducen simplemente como la 'gente real' o 'personas originales'" para establecer su supremacía, si bien, como Johnson nota también, muchos de los nombres tribales conocidos actualmente no son los mismos que conocieron los indígenas americanos en el pasado (8). Cada uno era responsable de honrar las creencias propias de la tribu y respetar las tierras propias de su gente, pero no estaba obligado a extender la misma cortesía a extraños a menos que un acuerdo formal hubiese unido a las naciones en un pacto mutuamente benéfico. Una de las razones por las que los nativos americanos entablaron contacto con los recién llegados europeos era que sus armas y sus caballos les daban ventaja sobre sus vecinos.
Se libraban guerras y se tomaban tierras y presos por una necesidad percibida de sustentar a la naciónpropia, pero no había un concepto de "propiedad de la tierra" comparable al modelo europeo. La tierra y sus recursos no le pertenecían a alguien específico, sino que eran un obsequio del Gran Espíritu para todos, colectivamente, y se esperaba que cada uno hiciera una retribución mediante rituales de reciprocidad que mantenían el ciclo de la vida. El experto Larry J. Zimmerman describe uno de esos rituales celebrado para garantizar buenas cocechas:
En el corazón de las creencias nativas americanas establecidas desde hace tiempo está la de que los ritmos del universo son como los de un tamborileo constante. Con motivo de ser renovado, los ritmos y ciclos de la naturaleza requieren de la participación humana en la forma de rituales que marcan puntos importantes en el ciclo cósmico. Esta clase de rituales de renovación de la tierra están basados normalmente en las estaciones o en momentos cruciales del calendario para el suministro de comida. Estas ceremonias de los primeros alimentos son profundamente importantes: celebran la fertilidad y marcan la renovación de un ciclo de subsistencia, que lo incorpora todo, desde la aparición del primer salmón o búfalo hasta el crecimiento del maíz. (230)
Hablando en general, todos los grupos indígenas americanos contemplaban la misma creencia básica, aunque sus formas de expresión diferían. Las naciones usualmente se llevaban bien unas con otras, vinculadas como estaban por el intercambio, y se permitían vivir pacíficamente las unas a las otras hasta que surgían los conflictos.
Gobierno, vida cotidiana e invenciones
Las mujeres criaban a los niños, construían los hogares y cocinaban la comida; los hombres cazaban los alimentos y protegían la villa de amenazas exteriores. Tanto hombres como mujeres atendían los cultivos y tenían sus roles en el gobierno. Las familias individuales eran parte de un clan, y cada clan era parte de una tribu/nación. El líder de la nación era reconocido como el jefe, que tomaba decisiones luego de celebrar un consejo con los jefes los clanes que formaban la tribu. Algunas naciones se unían entre sí, como la de los haudenosaunee (Confederación iroquesa o Liga de los iroqueses), que constaba de cinco naciones separadas que operaban bajo un gobierno democrático, que influyó a los padres fundadores de los Estados Unidos a la hora de elaborar su propio gobierno. La Confederación powhatan estaba compuesta por más de 30 tribus, que pagaban tributo al jefe de los powhatans y participaban en rituales comunes, pero seguían mantiendo una autonomía significativa.
Los hogares diferían según las regiones y necesidades de la gente. Los cazadores-recolectores de las Grandes Llanuras favorecían las casas portables, los tipis, hechos de piel de búfalo; los inuit construían iglúes y grandes tiendas de piel de animal; los pueblos hacían sus casas de ladrillos secados al sol; las poblaciones de los bosques del noreste vivían en casas largas hechas de retoños doblados y esteras de caña tejidas. Estas casas, como se ha notado, normalmente las construían las mujeres pero las mantenían tanto ellas como ellos. El día empezaba al amanecer, a veces con un ritual para dar la bienvenida al amanecer y comida preparada sobre fuegos abiertos u hornos calentados con piedras calientes sobre el fuego. La dieta típica consistía en verduras, pescado, carne, bayas y nueces.
Las expediciones de caza casi siempre eran de hombres, si bien las mujeres participaban construyendo sitios temporales y limpiando la caza que se traía. Las mujeres también hacían vestimenta de las pieles de animales, a veces decorada con plumas de aves, cada una de las cuales tenía un significado simbólico. Las chicas se criaban con sus madres y sus tías y aprendían las habilidades de mantener el hogar y la comunidad, y los chicos se criaban con sus padres y sus tíos para aprender a cazar, a pescar, a luchar y a proteger la villa o ciudad. Las chicas usualmente se casaban entre los 13 y 15 años, y los chicos entre los 15 y 20. Normalmente, estas uniones estaban concertadas por los padres, aunque no siempre, y la esposa comúnmente se iba a vivir con la familia del esposo.
La música y los cuentos, a veces combinados, eran la forma más común de entretenimiento, pero además servían a motivos religiosos y médicos. Se pensaba que las historias cantadas al son de los tambores sacaban a los espíritus malignos de las personas enfermas, o que fomentaban las cosechas o traían la lluvia. Estos rituales incluían también danza o recreación de una vieja historia. El chamán de la tribu (a veces conocido como el "hombre o mujer medicina") no solamente confiaba en los cantos o las danzas para curar a los enfermos, sino que era un experto en remedios herbales. Los nativos americanos inventaron la "aspirina" en forma de corteza de sauce y su ácido salicílico. También desarrollaron los anestésicos (usando peyote y coca o datura) y la jeringuilla.
Los nativos americanos fueron responsables del invento o desarrollo de muchas otras cosas, juegos, y prácticas conocidas hoy en día. Fueron los primeros en cultivar y usar el tabaco, el girasol, las calabazas y el maní e inventaron la parka, el kayak y el harpón. Las matemáticas y las observaciones astronómicas también se desarrollaron a partir del período arcaico, así como el planeamiento urbano, los sitemas de caminos y los teatros y templos al aire libre. Los juegos de pelota y de mesa eran populares formas de entretenimiento, y el desarrollo de teconologías como el atlatl mejoraron la precisión al cazar. La goma de mascar, el procesamiento del jarabe de arce, la litera, la canoa, el hockey de campo y de hielo, el lacrosse, las gafas de sol, las mocasines, el juego de la soga e incluso la pistola de agua fueron concebidas primero por gentes indígenas de Norteamérica, por no mencionar muchos otros inventos e innovaciones que tomaron prestadas de sus vecinos del sur.
Conclusión
Cuando los europeos comenzaron a hacer sus primeros contactos con los nativos de Norteamérica a finales del siglo XVI y principios del XVII, su impacto fue en detrimento casi universal. Las enfermedades europeas, contra las que los nativos no tenían defensas naturales, mataron a miles mientras que las políticas genocidas y las guerras de los siglos XVII-XIX, así como la esclavitud y deportación, hicieron decrecer aún más a la población, permitiendo el incremento de la demanda europea de las tierras ancestrales. Al mismo tiempo, los nativos americanos acabaron representados en el imaginario popular totalmente a través del punto de vista europeo, que los tergiversó a propósito, como nota Johnson:
El indio ha sido retratado históricamente como creído, cruel para con los cautivos, como un guerrero bravo pero sin gusto para las batallas campales, y susceptible al acohol que lo conduce a las peleas, la disrupción familiar y la inercia. Alternativamente, al indio se lo ha elogiado últimamente por disfrutar de una perfecta armonía con la Madre Tierra o naturaleza, por contar con una organización social igualitaria y perfectamente democrática, como un ser eminentemente espiritual y considerado con sus amigos, extraños, jóvenes y viejos. En los últimos tiempos, el indio ha sido retratado como un conservacionista modelo, qeue solo toma lo que necesita del mundo natural... Todas estas imágenes parciales, desbalanceadas, o en el mejor de los casos sacadas fuera de contexto, son altamente engañosas y deberían tomarse con una dosis importante de escepticismo. (8)
Entre estas imágenes, la más peligrosa es la del "indio desaparecido", que respalda la idea que le sirve de título a la obra "All the Real Indians Died Off" and 20 Other Myths About Native Americans (Todos los indios reales murieron" y otros 20 mitos sobre los nativos americanos), de Roxanne Dunbar-Ortiz y Dina Gilio-Whitaker. Tal y como apunta Johnson, entre otros, "probablemente hay más indios norteamericanos o personas de ascendencia india vivas que las que había en 1492" (8). Esta creencia en la extinción de los indígenas de Norteamérica es simplemente una forma conveniente de ignorar las políticas injustas y fallidas del gobierno de los Estados Unidos hacia ellos. Sin embargo, el reciente activismo y, especialmente, el persistente recurso de los defensores de los nativos americanos en el sistema legal estadounidense, muestra promesas de ganar en justicia para las gentes indígenas, de corregir el registro histórico, y de establecer además de forma clara que los habitantes originales de América del Norte no se han ido a ninguna parte.